El 2016 va a estar marcado por el Año de la Misericordia, un Jubileo que pone en primer plano el rostro de Jesús. Para prepararlo, el Papa Francisco nos entregó en abril un texto memorable e incisivo que va a ser muy relevante en la Nueva Evangelización.
“La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia”
El 2016 va a estar marcado por el Año de la Misericordia, un Jubileo que pone en primer plano el rostro de Jesús. Para prepararlo, el Papa Francisco nos entregó en abril un texto memorable e incisivo que va a ser muy relevante en la Nueva Evangelización.
Si no has podido leerlo en 2015,ahora es el momento. Como en otras ocasiones, desde Primeros Cristianos recogemos algunas frases literales que captan el estilo de la Misericordiae Vultus. Si te sirven, puedes propagarlas por las redes sociales y otros areópagos del siglo XXI. No pretenden ser un resumen de la Misericordiae Vultus, pero llaman la atención por la potencia del mensaje y su expresión y pueden servir como introducción a la lectura del texto completo.
- “El Concilio ha enviado al mundo contemporáneo en lugar de deprimentes diagnósticos, remedios alentadores, en vez de funestos presagios, mensajes de esperanza”.
- “¡Cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios!”
- “Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices”.
- “La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia”.
- “Los hombres ciertamente con sus juicios se detienen en la superficie, mientras el Padre mira el interior”.
- “¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón”.
- (La corrupción) “es un mal que anida en gestos cotidianos para expandirse luego en escándalos públicos”.
- “Pienso en modo particular en los hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea. Por vuestro bien os pido cambiar de vida”.
- “Ser confesores no se improvisa. Se llega a serlo cuando, ante todo, nos hacemos nosotros penitentes en busca de perdón”.
- “La ira de Dios dura un instante, mientras que su misericordia dura eternamente”.
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