Bajo un intenso cielo nublado, el Papa se desplazó hasta el cementerio de "Prima Porta”, uno de los más grandes de Roma. Antes de comenzar la Misa, colocó un ramo de rosas amarillas y blancas junto a las lápidas para recordar a todos los difuntos.
En la homilía de la Misa recordó el Libro de Job, quien a pesar de experimentar la angustia y el dolor del sufrimiento, proclamaba la esperanza.
FRANCISCO
"La esperanza de la resurrección. ¿Y quién ha recorrido ya este camino? Jesús. Caminamos por el camino que Él ha abierto. Quien nos ha abierto la puerta es Él mismo, Jesús. Con la cruz nos ha abierto la puerta de la esperanza. Nos ha abierto la puerta para entrar donde podremos contemplar a Dios”.
Según el Papa, es un día que habla a los cristianos del futuro, porque todos pasaremos por la muerte. Pero la certeza de la resurrección convierte esta certeza en esperanza.
Para Francisco, el día de Todos los Difuntos ayuda a despertar un doble recuerdo.
FRANCISCO
"Regresemos a casa hoy con este doble recuerdo: el recuerdo del pasado, de los seres queridos que ya no están. Y el recuerdo del futuro, del camino que recorreremos. Con esa certeza, con esa seguridad que salió de los labios de Jesús, quien dijo: 'Yo os resucitaré en el último día'”.
Al final de la misa, los peregrinos le dieron las gracias con este aplauso. Curiosamente, un grupo de personas de China asistió a la ceremonia y lo saludó agitando las banderas de su país.