Ante los cardenales reunidos en Consistorio, el Papa Francisco ha dicho que no hay que resignarse a pensar en un Oriente Medio sin cristianos.
"Los últimos sucesos ocurridos, sobre todo en Iraq y en Siria son muy preocupantes. Asistimos a un fenómeno de terrorismo de dimensiones hasta ahora inimaginables. Muchos de nuestros hermanos son perseguidos y han debido dejar sus casas, también de forma brutal”.
Durante las más de dos horas de reunión los cardenales y el Papa pudieron escuchar también los testimonios de los patriarcas católicos de Oriente Medio.
"Nuestra pequeña Iglesia siro-católica de Antioquía fue la más castigada en los últimos 4 meses en Iraq. Fui a visitar a los refugiados en Kurdistán. Lo nuestro habría sido un genocidio si estos refugiados no hubieran huido”.
"Lo que nos duele es que países de Oriente y Occidente sostengan con armas, dinero y apoyo político a los fundamentalistas. Debemos remediar el problema de los refugiados y parar las guerras, aplicar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”.
El Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolín ha dicho durante el encuentro que la situación actual "es inaceptable” al recordar los crímenes del Estado Islámico: asesinatos en masa, decapitaciones de personas que piensan diferente, mujeres enventa y niños enviados al frente.
Sin embargo, señaló que la paz en Oriente Medio no se debe buscar "con decisiones unilaterales impuestas por la fuerza” y sugiere varias vías. La primera de ellas, la política.
"Se refiere al trabajo diplomático que puede hacer la Iglesia, la Santa Sede en las relaciones con la comunidad internacional, sensibilizando”.
Otra vía que sugiere es la de impulsar el diálogo de los cristianos con el Islam, y "denunciar claramente la instrumentalización de la religión para justificar la violencia”.
"Insistir en el hecho de que no se debe pensar de ningún modo en una guerra entre el cristianismo y el islam. Se ha hablado del problema de que en muchos países no hay distinción entre religión y estado. Esto hace que sea difícil convencerlos de que la ciudadanía vale para todos y que todos tienen los mismos derechos”.
Para Parolín es vital que también denuncien la situación los líderes de otras religiones. Además pide a los obispos que no se aparten de las familias que más sufren las guerras y la persecución para sentir el calor de la Iglesia.
Los patriarcas, por su parte, recuerdan el dilema al que se enfrentan como pastores: recomendar a los cristianos a huir de casa o convencerlos de que se queden y arriesguen la vida.
Fuente: Romereports
