Después de la catequesis, el Papa señaló que el 24 de mayo, los católicos en China rezarán con devoción a la Santísima Virgen María Auxilio de los Cristianos, venerada en el santuario de Sheshan en Shanghai.
''En la estatua, que domina el santuario, María sostiene en alto a su Hijo, presentándolo al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor y misericordia. Nosotros -dijo Francisco- también pediremos a María que ayude a los católicos en China a ser siempre testigos creíbles de este amor misericordioso en medio de su pueblo y a vivir unidos espiritualmente a la roca de Pedro sobre la que está construida la Iglesia''.
El Santo Padre recordó también la iniciativa de la Conferencia Episcopal Italiana que ha propuesto que en la diócesis, con motivo de la Vigilia de Pentecostés, se recuerde, ''a los tantos hermanos y hermanas exiliados o asesinados simplemente porque son cristianos. Son mártires. Espero que este momento de oración –reiteró el Pontífice– aumente la conciencia de que la libertad religiosa es un derecho humano inalienable, sensibilice aún más sobre el drama de los cristianos perseguidos en nuestro tiempo y que se ponga fin a este crimen inaceptable.''