Durante el Ángelus del domingo el Papa habló sobre el nuevo período que se abre para la Iglesia católica: la preparación de la Navidad. Explicó que Jesús está presente para la humanidad en tres momentos: con su nacimiento en Belén, en la vida cotidiana de los católicos y en el Juicio Final, que todavía no ha sucedido.
Para el Papa, la certeza del Juicio Final, en lugar de asustar a los católicos, les ayuda a vivir mejor el presente.
FRANCISCO
"El Evangelio no quiere meternos miedo sino abrir nuestro horizonte a la dimensión venidera, más grande, que por un lado relativiza las cosas de cada día pero que al mismo tiempo las hace preciosas, decisivas. La relación con el Dios que viene a visitarnos da a cada gesto, a cada cosa, una luz distinta, un espesor, un valor simbólico”.
El Papa dijo que el Juicio Final es una invitación a vivir con sobriedad, o sea, a gobernar las cosas materiales, en lugar de dejarse gobernar por ellas.
FRANCISCO
"Si, por el contrario, nos dejamos condicionar y agobiar por las cosas materiales, no podemos percibir que hay algo mucho más importante: nuestro encuentro final con el Señor, que viene para estar con nosotros. Es una invitación a la vigilancia, porque al no saber cuándo vendrá, debemos estar siempre preparados para marchar”.
El Papa Francisco también dijo que reza por los afectados a causa de las catástrofes naturales en Costa Rica y Nicaragua, golpeados por el huracán Otto y por un terremoto de 7.4 de magnitud.
FRANCISCO
"Queridos hermanos y hermanas, quiero asegurar mi oración por las poblaciones de América Central, especialmente Costa Rica y Nicaragua, golpeadas por un huracán y este último (Nicaragua), también por un fuerte terremoto”.
Había muchos peregrinos en la plaza, y se les veía muy animados. Especialmente este grupo de Ecuador, que llevaba una imagen de su patrona.