Haciendo referencia a la lectura de hoy del profeta Isaías, el Papa ha subrayado no tanto "lo que dice el Señor" sino "cómo lo dice". Dios nos habla como lo hace un papá y una mamá con su hijo. Y lo explica así: "cuando un niño tiene una pesadilla, se despierta, llora... papá va y dice: no temas, no temas, estoy yo, aquí. Así nos habla el Señor. 'No temas, gusano de Jacob, larva de Israel'.
El Señor tiene esta forma de hablarnos: se acerca... Cuando miramos a un papá o una mamá que hablan a su hijo, vemos que ellos se hacen pequeños y hablan con la voz de un niño y hacen gestos de niños. Uno que mira desde fuera puede pensar: ¡pero estos son ridículos! ¿Se empequeñecen precisamente ahí no? Porque el amor del papá y de la mamá tiene la necesidad de acercarse, digo esta palabra: de abajarse precisamente al mundo del niño. Eh, sí: si papá y mamá hablan con normalidad, el niño entenderá igual; pero ellos quieren tomar el modo de hablar del niño. Se acercan, se hacen niños. Y así es el Señor".
El papa ha recordado que los teólogos griegos explicaban esta actitud de Dios con una palabra difícil: la synkatábasi, es decir, "la condescendencia de Dios que desciende a hacerse como uno de nosotros". Y para matizar la idea, Francisco ha señalado que "el papá y la mamá dicen también cosas un poco ridículas al niño: "Ah, amor mío, juguete mío..." y todas estas cosas. También el Señor lo dice: 'gusano de Jacob', 'tú eres un gusano para mí, una cosa pequeña, pero te amo tanto'. Este es el lenguaje del Señor, el lenguaje de amor de padre, de madre. ¿Palabra del Señor? Sí, escuchemos eso que nos dice. Pero también veamos cómo lo dice. Y nosotros tenemos que hacer eso que hace el Señor, hacer lo que dice y hacerlo cómo lo dice: con amor, con ternura, con esa condescendencia hacia los hermanos".
A continuación, el Papa ha explicado cómo Dios, citando el encuentro entre Elías con el Señor, es como la "brisa suave" o - como dice el texto original - "un hilo sonoro de silencio": así "se acerca el Señor, con esa sonoridad del silencio propia del amor. Sin dar espectáculo". Y "se hace pequeño para hacerme poderoso; Él va a la muerte, con la condescendencia, para que yo pueda vivir".
Para concluir, el pontífice reflexiona que "ésta es la música del lenguaje del Señor, y nosotros en la preparación a la Navidad debemos sentirla, nos hará bien escucharla, nos hará muy bien. Normalmente, la Navidad parece una fiesta de mucho ruido: nos hará bien hacer un poco de silencio y escuchar estas palabras de amor, estas palabras de tanta cercanía, estas palabras de ternura.... 'Tú eres un gusano, ¡pero yo te amo mucho!' Por esto. Y hacer silencio, en este tiempo en el que, como dice el prefacio, nosotros estamos vigilantes en espera".