El Papa lamenta que haya jóvenes «que parecen jubilados, que tiran la toalla» #JMJ

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El cardenal que viajaba habitualmente en el metro de Buenos Aires, ha llegado en tranvía al primer gran encuentro con casi un millón de jóvenes, la fiesta de acogida en el parque Blonja de Cracovia

El Papa lamenta que haya jóvenes «que parecen jubilados, que tiran la toalla»

Llega en «papatranvía» al primer encuentro de la Jornada Mundial de la Juventud

El cardenal que viajaba habitualmente en el metro de Buenos Aires, ha llegado en tranvía al primer gran encuentro con casi un millón de jóvenes, la fiesta de acogida en el parque Blonja de Cracovia. Los americanos empezaron a llamarle el «popetram», y después cada grupo ha adaptado su versión según idiomas y países: para unos el «papatranvía», para otros el «papetram».

Francisco realizó el breve trayecto con un grupo de jóvenes enfermos y discapacitados, a los que fue saludando antes de pasar a responder a los saludos de la gente que se había agolpado en las calles para verle pasar. Toda Cracovia es una fiesta, y la calidad de la música callejera mejora a cada Jornada Mundial de la Juventud.

Los chicos y chicas, que han aprendido ya bromas en varios idiomas para intercambiar con otros grupos, y cantan o bailan a la mínima oportunidad, han convertido Cracovia en la «capital mundial de la simpatía». Las banderas de 187 países, a la espalda de algunos o en lo alto de largas cañas de pescar, crean un aire de gran festival.

«Cuando Jesús toca el corazón de un joven, de una joven, este es capaz de actos verdaderamente grandiosos»

También ha subido espectacularmente la calidad de la coreografía. Los jóvenes han recibido a Francisco con bailes del Caribe, tango argentino, danzas africanas y polinesias, todas ellas alegres y contagiosas a más no poder. Era un espectáculo mundial de primera calidad, con un espléndido muestrario de cada continente.

Y también un despliegue de tecnología y buen gusto, que combinada las pantallas gigantes con chicas de los que representaban a las distintas «heroínas» de la santidad como la esclava sudanesa Josefina Bakhita, la joven Teresa de Lisieux, o la australiana Mary McKillop, la primera santa con una historia previa de excomunión por abrir escuelas para niñas sin pedir demasiados permisos… A su vez, los chicos representaban a Pier Giorgio Frassati, Damián de Molokai y otros héroes de la caridad.

La alegría del Evangelio

En su discurso, Francisco les dijo que «la mejor manera de vivir la alegría del Evangelio» es acercase a otras personas para «contagiar la Buena Noticia en tantas situaciones dolorosas y difíciles».

El Papa confía en estos chicos y chicas porque «cuando Jesús toca el corazón de un joven, de una joven, este es capaz de actos verdaderamente grandiosos». Y también porque los jóvenes «se rebelan contra quienes dicen que las cosas no pueden cambiar».

Conmovido por su entusiasmo, Francisco reconoció que «me conforta el corazón verlos tan revoltosos», y afirmó que «la Iglesia los mira y quiere aprender de ustedes».

«Como dice el himno de los alpinos italianos: en el arte de subir, loimportante no es no caer sino levantarse siempre»

Según el Papa, los jóvenes cristianos «saben compartir el pan con quien tiene hambre» y, a la vez, no dejarse engañar por los «vendedores de falsas ilusiones» como la droga o el consumismo, a los que «en mi tierra natal llamamos vendedores de humo».

En un estilo muy coloquial, Francisco fue provocando vivas a Jesucristo, que era el gran protagonista de la fiesta pues «para tener fuerza renovada, la respuesta no es una cosa sino una persona que está viva: se llama Jesucristo».

Estar pendientes

Entre bromas y veras les fue explicando que es normal cometer errores, «pero, como dice el himno de los alpinos italianos: en el arte de subir, lo importante no es no caer sino levantarse siempre».

Es importante remediarlo en la confesión y volver a estar pendiente de Jesús como María, la hermana de Marta y de Lázaro de Betania, «o como miramos un video que nos manda un amigo al móvil».

Francisco terminó su discurso invitando a todos a repetir con él la invocación «María, madre de la misericordia» y a pedir al Señor: «lánzanos a la aventura de construir puentes y derribar muros y alambradas. Lánzanos a la aventura de ayudar al pobre, al que se siente solo, al que no encuentra sentido a la vida».

Estaba muy claro que los jóvenes le entendían. Aunque hablaba en italiano, la traducción simultánea con escucha por radio permitía a todos responder de modo inmediato a cada pregunta del Papa.

La cita de Francisco con los jóvenes el viernes será más seria, pues consiste en el Vía Crucis al atardecer. Pero, en cambio, en la vigilia nocturna del sábado, volverá la fiesta.

abc.es

 

 

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