Es la advertencia que lanzó el Pontífice durante la Misa en Santa Marta: «los cristianos deben salir a las calles porque estamos poseídos por el amor de Cristo»
Debemos convencernos de que «la vida cristiana no es una terapia terminal». Es la advertencia que pronunció el Papa Francisco en la homilía durante la Misa matutina en la Capilla de la Casa Santa Marta. «Pidamos al Señor –exhortó Bergoglio– que exista esta premura para anunciar a Jesús. También de que nos convenza un poco de que la vida cristiana no es una terapia terminal: estar en paz hasta el cielo... no –dijo Francisco–, la vida cristiana es en la calle, en la vida. El amor de Cristo nos posee y nos impulsa, nos empuja con esta emoción que se siente cuando uno se ve amado por Dios».
Concelebraron la Misa, como indicó la Radio Vaticana, el cardenal chino Joseph Zen Ze Kiun, el nuncio apostólico Justo Mullor y los obispos Luc Van Looy de Gante (Bélgica), Enzo Dieci (auxiliar emérito de Roma) y Antonio Santarsiero de Huacho (Perú).
En la homilía, el Pontífice también explicó que «la verdadera reconciliación es que Dios, en Cristo, tomó nuestros pecados y Él se hizo pecado por nosotros. Y cuando nosotros vamos a confesarnos, por ejemplo, no es que decimos el pecado y Dios nos perdona. No es así. Nosotros encontramos a Jesucristo y ledecimos: “esto es tuyo, y yo te hago pecado otra vez”. Y a él le gusta esto, porque es su misión: hacerse pecado por nosotros, para liberarnos».
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Video: Romereports.com Texto: Vaticaninsider