Con la llegada del Papa comenzó el primer consistorio de Francisco. Eran las nueve y doce de la mañana y, tras los saludos, los cardenales se prepararon para un intenso día de trabajo. El tema central es una de las mayores preocupaciones de la Iglesia: la situación de la familia.
"Hoy, la familia es despreciada, es maltratada, y lo que se nos pide es reconocer lo bello, auténtico y bueno que es formar una familia, ser familia hoy; lo indispensable que es esto para la vida del mundo, para el futuro de la humanidad”.
El Papa pidió a los cardenales que la Iglesia acompañe a los matrimonios. Además, expuso de forma clara cómo será el trabajo de este consistorio extraodinario para lograrlo.
"Trataremos de profundizar en la teología de la familia, y en la pastoral que debemos emprender en las condiciones actuales. Hagámoslo con profundidad y sin caer en la casuística, porque esto haría reducir inevitablemente el nivel de nuestro trabajo. Y con una pastoral inteligente, valiente y llena de amor”.
El cardenal Walter Kasper pronunció la primera reflexión titulada "El Evangelio de la familia”. El purpurado habló también de situaciones con las que se encuentran los sacerdotes a diario y que tratarán de abordar los cardenales.
"Una madre, que se había vuelto a casar, había preparado a su hijo de la mejor forma posible para la Primera Comunión, mejor que otras madres que estaban casadas normalmente. El párroco me dijo: 'El día de la primera comunión tengo que decir al hijo que puede comulgar, pero a la madre no'. Porque hay algo que no funciona entre el padre y la madre, ¿esto es posible? Este es un caso concreto. La madre quiere vivir la fe y ha educado a su hijo en la fe. Se ha arrepentido del fracaso del matrimonio ¿El perdón del pecado no es posible en este caso?”.
Más de 150 cardenales venidos de todo el mundo se han dado cita en este primer día de sesiones en el Aula Nueva del Sínodo. Mañana repetirán horario y darán libremente su opinión todos aquellos que han solicitado la palabra.
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