El jefe de proyectos de ACN para Asia Central, Peter Humeniuk, y la directora de la oficina de prensa de ACN International, María Lozano, viajarán a Mongolia con motivo de la visita pontificia.
Con su viaje a este país del este asiático a principios de septiembre, el Santo Padre se mantiene, una vez más, fiel a su lema de acudir “a las periferias”. En Mongolia, los cristianos no llegan al 2% de la población total (en torno a 62.000 personas), y sólo una pequeña parte es católica.
Alrededor del 58% de los 3,2 millones de mongoles profesan el budismo y el 5% son musulmanes. Según cifras del Vaticano, en Mongolia habría algo menos de 1.500 católicos, pero esta pequeña comunidad espera con gran entusiasmo la primera visita pontificia al país.
“Espero, emocionada, la llegada del Papa a Mongolia, estoy convencida de que infundirá esperanza y entusiasmo en la Iglesia, pero también en la gente que no es cristiana”, dice Cecilia Munkhzul Zoljargal, responsable de Medios y Comunicación de la prefectura apostólica de Ulán Bator, en declaraciones a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
“Mongolia es un país predominantemente budista, y seguro que la visita del Papa contribuirá a que nuestro diálogo interreligioso sea más amistoso y fructífero, pues se reunirá con monjes budistas mongoles y también con otros líderes religiosos, y ello será realmente útil para nuestra comunidad y para el diálogo”, explica Zoljargal.
A diferencia de su enorme vecino, China, Mongolia goza de una amplia libertad religiosa. Sin embargo, los retos planteados por los rápidos cambios económicos y sociales han hecho que algunas autoridades locales desconfíen de las religiones, de ahí la importancia de esta visita en el contexto del diálogo interreligioso.
ACN ha apoyado pequeños proyectos en Mongolia en el pasado. Entre otros, ha destinado a este país estipendios de misa para sacerdotes, ha financiado obras de renovación en la catedral de San Pedro y San Pablo de la capital de Ulán Bator.
Y, más recientemente, en 2020, ha hecho posible la compra de un vehículo para una de las congregaciones presentes en el país. Además, la fundación pontificia está apoyando a la Iglesia local en estos momentos con algunos proyectos destinados a hacer posible la histórica visita del Papa Francisco a este país del este asiático.
“Los católicos mongoles necesitan la visita del Papa para cobrar visibilidad y obtener apoyo internacional, pues, durante muchos años, nadie ha pensado siquiera en su existencia. Los misioneros empezaron de cero en una estepa salvaje, completamente solos, e invirtieron un gran esfuerzo en construir una comunidad de mongoles católicos, lo cual merece ser resaltado”, afirma Peter Humeniuk, jefe de proyectos de ACN para Asia Central.
“En el transcurso de las últimas semanas hemos estado en contacto con el obispo Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulán Bator, para hablar de un mayor y más profundo apoyo a corto plazo por parte de ACN a la Iglesia católica mongola”, señala.
Humeniuk viajará al país junto con María Lozano, directora de la oficina de prensa internacional de ACN, para acompañar a la Iglesia local durante la histórica visita del Papa. “En mi opinión, la visita del Papa Francisco es importante para toda la región. Estratégicamente ubicada entre Rusia y China, Mongolia es territorio neutral. Los budistas mongoles son pacíficos y están abiertos al diálogo con el Vaticano, mientras que el Gobierno mongol es socialdemócrata, lo cual no supone ningún obstáculo. Mongolia tiene potencial para convertirse en un socio importante de la Santa Sede en Asia Oriental y Central, así como en un ejemplo para otros países asiáticos”, declara Lozano.
“Junto con otros viajes pontificios como los realizados a Iraq, Kazajistán o Baréin, esta visita forma parte de la lista de viajes con un importante contexto interreligioso. Es notable que el Papa Francisco no duda en recorrer miles de kilómetros para vivir la fraternidad y dialogar con otras religiones del mundo”, recalca Lozano.
“Por otra parte, este viaje supone también un estímulo y una muestra de afecto para con la Conferencia Episcopal de Asia Central, que engloba a los católicos de todos los antiguos países soviéticos de la región: Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán, Turkmenistán y Tayikistán…”, explica Humeniuk. “Se trata de Iglesias minoritarias, y el Papa sigue el principio de otorgar protagonismo a minorías que, pese a su pequeñez, también dan vida y luz a la Iglesia universal”. “Igual que el Santo Padre, que quiere acudir a las periferias, también nuestra fundación quiere servir a los cristianos de las zonas periféricas. Dedicar atención a nuestros hermanos y hermanas de estos países -donde son un pequeño rebaño- es una de las prioridades de mi sección”, asegura.
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