El Papa asegura que el confesionario no es una tintorería ni tampoco un lugar de tortura.
Para que muchos puedan experimentarlo, el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización ha convocado "24 horas con el Señor”, una iniciativa que tendrá lugar el 28 de marzo. Proponen que durante un día completo haya al menos una iglesia abierta en cada diócesis del mundo para que quien quiera pueda confesarse.
"Nos hemos limitado a pensar que el sacramento de la penitencia es como un lavadero de pecados y que yo tengo que ir donde otro hombre que es pecador a decirle mis pecados, a sonrojarme quizá, muchas veces a sentirme regañado con palabras quizá duras y no encontrar que es todo lo contrario que es un acogida, que es una apertura al amor de Dios”.
Ese mismo día el Papa presidirá una celebración penitencial en la Basílica de San Pedro durante la que incluso confesará a algunas personas.
Francisco se mostró encantado con la propuesta.
"Dio luz verde para que, de inmediato, comenzaramos la preparación porque esto nació hace unos dos meses o menos. De tal manera que como preparación ha sido muy corto el tiempo pero el Papa la acogió de una manera maravillosa y nos dio todo su aval para que siguiéramos adelante, escribiéramos cartas a todas las diócesis y, a nombre de él, invitar a que se unieran a esta iniciativa”.
Es la primera vez que desde el Vaticano se propone una iniciativa como esta y esperan que se repita cada año. Desde el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización están convencidos de que el sacramento de la penitencia es la llave que abre la puerta del camino de vuelta a la Iglesia.
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