Durante la audiencia general, el Papa ha recordado a los dos ladrones que fueron crucificados junto a Jesús, que "se dirigen a él con actitudes opuestas”.
"El primero lo insulta y no comprende que, siendo el Mesías, pueda quedarse en la cruz. Pero es precisamente quedándose y muriendo en la cruz donde nos salva, dando testimonio de que la salvación de Dios puede llegar a todos hasta en las situaciones más extremas”, ha dicho.
"El segundo ladrón reconoce su pecado, y confiesa su culpa con absoluta confianza en la infinita bondad y misericordia de Jesús”, ha recordado. "Jesús está precisamente allí para estar cerca, para salir al encuentro de la necesidad que tiene todo hombre de no ser abandonado, y le promete que hoy estará con él en el paraíso”, ha explicado.
"En la Cruz, Jesús revela el cumplimiento de su misión de salvar a los pecadores”, ha concluido.
RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos hermanos y hermanas:
Las palabras de Jesús en la cruz encuentran su culmen en el perdón. El evangelista san Lucas narra cómo los dos ladrones que fueron crucificados junto a Jesús se dirigen a él con actitudes opuestas.
El primero, llevado por la angustia del hombre ante la muerte, lo insulta y no comprende que, siendo el Mesías, pueda quedarse en la cruz. Pero es precisamente quedándose y muriendo en la cruz donde Cristo nos salva, dando testimonio de que la salvación de Dios puede llegar a todos los hombres hasta en las situaciones más extremas.
El segundo ladrón, movido por el temor del Señor, reconoce su pecado, y confiesa su culpa con absoluta confianza en la infinita bondad y misericordia de Jesús. Jesús está precisamente allí para estar cerca, para salir al encuentro de la necesidad que tiene todo hombre de no ser abandonado, y le promete que hoy estará con él en el paraíso.
De este modo, en la hora de la Cruz, Jesús revela el cumplimiento de su misión de salvar a los pecadores. Desde el inicio hasta el final de su vida, Jesús se ha revelado Misericordia, encarnación definitiva e irrepetible del amor del Padre.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.
Pidamos al Señor por todos los que sufren por cualquier motivo o se sienten abandonados, para que mirando al crucificado, puedan descubrir y sentir el consuelo y el perdón de Cristo, rostro de la misericordia del Padre. Que Dios los bendiga.
Ahora a los que primero cantaron "La Guadalupana” les pido que la canten nuovamente. Es una oración por este pueblo que sufre.