El Papa Francisco inicia este lunes su viaje más agotador con un vuelo nocturno a Colombo, primera etapa de un periplo de ocho días a Sri Lanka y Filipinas, dos países duramente afectados por las secuelas de la guerra y las tremendas catástrofes naturales.
Será su segundo viaje a Asia, después del realizado el pasado mes de agosto a Corea del Sur. Francisco recorrerá un total de 25.000 kilómetros en siete vuelos, y utilizará cinco “papamóviles”: dos en Sri Lanka y tres en Filipinas, incluido un típico “Jeepney”, cuyas fotografías darán la vuelta al mundo.
El Papa será recibido en Sri Lanka por el nuevo presidente Maithripala Sirisena, quien prestó juramento con toda celeridad el pasado viernes después de haber ganado las elecciones el día anterior.
El momento más emocionante de su visita será el encuentro con afectados por la guerra civil en un santuario mariano de la zona tamil, situado en la línea del frente de un conflicto extraordinariamente cruel que sumó a lo largo de 25 años más de cien mil muertos –en su mayoría civiles asesinados por ambos bandos- y más de un millón de refugiados.
En el 2009, la ofensiva final del gobierno, apoyado por la mayoría cingalesa budista del Sur, contra los “Tigres Tamiles”, la guerrilla que había declarado la independencia del territorio de los tamiles hindúes en el Norte, fue extraordinariamente despiadada, y Naciones Unidas está investigando posibles crímenes de guerra del gobierno del presidente Mahinda Rajapaksa, derrotado en las elecciones del 8 de enero, una fecha que había elegido por consejo de sus astrólogos.
El Papa se reunirá en Colombo con los líderes de todas las religiones para proponer un diálogo continuo y una condena de los extremismos para favorecer la paz. Los budistas, que boicotearon el encuentro con Juan Pablo II en 1995, acudirán a escuchar a Francisco.
Recuperar la armonía religiosa es fundamental en un país que cuenta con un 70 por ciento de budistas, un 13 por ciento de hindúes, un 10 por ciento de musulmanes y un 7 por ciento de católicos que hacen de puente entre comunidades, pues son tanto cingaleses como tamiles.
Por desgracia, la actividad de sectas protestantes muy agresivas está provocado represalias de los budistas contra los cristianos en general.
Para los católicos, el momento central de la visita será la canonización de Joseph Vaz (1651-1711), un sacerdote indio de Goa que fue misionero clandestino en Sri Lanka cuando los holandeses arrebataron la colonia a los portugueses y emprendieron una dura persecución de los católicos.
El Papa viajará el jueves de Colombo a Manila, donde será recibido por el presidente Benigno Aquino. El programa del viernes incluye el discurso a las autoridades, la misa con obispos, sacerdotes y religiosos, y un encuentro con familias, incluyendo muchas divididas por la emigración en un país de 100 millones de habitantes que tiene diez millones de filipinos dispersos por el resto del mundo.
Francisco volará el sábado a Taclobán, la zona más castigada por el supertifón Yolanda, que causó más de seis mil muertos, destruyó un millón de casas y dejó a cuatro millones de personas sin hogar. El Papa almorzará con 30 supervivientes y familiares de los fallecidos tanto de la isla de Leyte como de otras vecinas.
Su viaje concluye el domingo por la tarde con una misa en el Rizal Park de Manila, donde Juan Pablo II reunió a más de cuatro millones de personas en 1995. Vista la popularidad de Francisco, las autoridades están tomando medidas para que una aglomeración similar no se convierta en tragedia por exceso de entusiasmo.