El año pasado en la llanura de Síbari había pronunciado la excomunión para la criminlaidad organizada. Y la invitación: «Conviértanse»
Papa Francisco vuelve a condenar a los criminales y mafiosos. «Los gestos de religiosidad no bastan para acreditar como creyentes a los que, con la maldad y la arrogancia típica de los malvivientes, hacen de la ilegalidad su estilo de vida». Lo dijo el Pontífice esta mañana durante la audiencia a la diócesis calabresa de Cassano allo Jonio, guiada por mons. Nunzio Galatino, secretario general de la Conferencia Episcopal de Italia. «No es posible decirse cristiano y violar la dignidad de las personas; todos los que pertenencen a la comunidad cristiana no pueden programar y consumar actos de violencia en contra de los demás y en contra del ambiente. Los gestos exteriores de religiosidad que no van acompañados de una verdadera y pública conversión no bastan para considerarse en comunión con Cristo y su Iglesia».
Bergoglio observó: «A todos los que han elegido la vía del mal y que se han afiliado a organizaciones criminales, renuevo la invitación a la conversión». «¡Abran sus corazones al Señor!», añadió el Pontífice. Después, la invitación: «El Señor los espera y la Iglesia los recibe, si, de la misma manera que había sido pública su decisión de servir al mal, también será pública y clara su voluntad de servir al bien».
«Quisiera reafirmar un pensamiento quel es sugerí durante mi visita –dijo Bergoglio durante la audiencia–: quien ama a Jesús, quien escucha y acoge su Palabra y que vive de forma sincera la respuesta a la llamda del Señor, no puede, de ninguna manera, darse a las obras del mal».
El Papa viajó a la diócesis de Cassano allo Ionio el 21 de junio de 2014. Desde la Llanura de Síbari había pronunciado en esa ocasión la siguiente excomunión : «Los mafiosos no están en comunión con Dios, están excomulgados».
«Queridos hermanos y hermanas de Cassano, la belleza de su tierra es un don de Dios y un patrimonio que debe ser conservado y heredado con todo su esplendor a las futuras generaciones –afirmó. Por lo tanto, se necesita un compromiso valiente por pate de todos, empezando por las Instituciones, para que no sea arruinado irreparablemente por intereses mezquinos».