Con frecuencia se abre camino en el corazón de muchos una sensación de soledad y vacío, y lleva a la búsqueda de compensaciones, de estos ídolos pasajeros. Queridos hermanos y hermanas, seamos luces de esperanza. Tengamos una visión positiva de la realidad”.
El Papa explicó cuáles deberían ser las tres cualidades presentes en un estilo de vida positivo: la esperanza, la confianza en Dios y la alegría.
Después de una cálida bienvenida, el Papa Francisco celebró su primera Misa pública de la JMJ en el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida. Muy al comienzo de la Misa, el Papa pidió de nuevo a la Virgen por la Jornada Mundial de la Juventud y protección de latinoamérica.
“La Iglesia, cuando busca a Cristo, llama siempre a la casa de la Madre y le pide: «Muéstranos a Jesús». De ella se aprende el verdadero discipulado. He aquí por qué la Iglesia va en misión siguiendo siempre la estela de María”.
Durante la homilía, el Papa le recordó a padres y educadores que tienen la responsabilidad de educar en la fe a las próximas generaciones. Al dirigirse a los jóvenes, el Papa dijo que no pueden sustituir a Dios por otros ídolos falsos.
“Es cierto que hoy en día, todos un poco, y también nuestros jóvenes, sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el dinero, el éxito, el poder, el placer. Con frecuencia se abre camino en el corazón de muchos una sensación de soledad y vacío, y lleva a la búsqueda de compensaciones, de estos ídolos pasajeros. Queridos hermanos y hermanas, seamos luces de esperanza. Tengamos una visión positiva de la realidad”.
El Papa explicó cuáles deberían ser las tres cualidades presentes en un estilo de vida positivo: la esperanza, la confianza en Dios y la alegría.
“El cristiano no puede ser pesimista. No tiene el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo. Si estamos verdaderamente enamorados de Cristo y sentimos cuánto nos ama, nuestro corazón se «inflamará» de tanta alegría que contagiará a cuantos viven a nuestro alrededor. Como decía Benedicto XVI: «El discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro»”.
Al finalizar la Misa, el Papa recordó a los presentes que valores como la espiritualidad, la generosidad, la perseverancia, la fraternidad y la alegría están enmarcadas en la fe cristiana.
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