Juan José Aguirre Muñoz, de 63 años, es un obispo comboniano de origen español que vive en la República Centroafricana. El martes 8 de agosto por la noche ha enviado a su hermano Miguel dramáticos correos electrónicos y mensajes por WhatsApp. Miguel, a su vez, los ha enviado a algunos vaticanistas de lengua española.
«Han atacado una misión a 75 km de Bangassou llamada Gambo. Han degollado a varios hombres y niños. Todo está muy inquieto. Los jóvenes musulmanes no escuchan a nadie y quieren pelear y se sientan justo delante de la catedral, para que nadie pase. Llevamos tres domingos sin abrir la catedral pues nadie quiere venir aquí».
Monseñor Aguirre le explicó a Miguel que el domingo irá al Congo para Celebrar la misa en donde hay 10.000 desplazados y dijo que no confiaba en los soldados de la Minusca, la fuerza coordinada por la ONU con tropas africanas.
A Gambo llegaron las milicias cristianas «anti-balaka», que « echaron a los Seleka anteayer», los milicianos musulmanes, «pero ayer (se refería al lunes pasado, ndr.) entró la Minusca egipcia y echaron a los antibalakas, con lo que los Selekas volvieron y cortaron una decena de gargantas». El obispo dijo que se quedó «atrincherado» con tres de sus sacerdotes, todos ellos dotados de teléfonos. «Necesitamos de vuestras oraciones», escribió a su hermano.
Y después, un nuevo mensaje: «La misión de Gambo ha sido saqueada, hubo cincuenta muertos». Y en otra comunicación Aguirre informó que también la misión de Bema corre el peligro de ser atacada.