El milagro de la fe es más fuerte que la guerra y la destrucción en Alepo - #Siria

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El padre Sami Hallak cuenta a través de un diario cotidiano, cómo los sirios viven el conflicto armado y sus consecuencias.  

El milagro de la fe es más fuerte que la guerra y la destrucción en Alepo

La ciudad siria de Alepo, continúa en la mira de las armas que portan los soldados del Estado Islámico. Los bombardeos, la violencia, y el desabastecimiento de agua y otros productos de primera necesidad, hoy son parte de la cotidianidad de los habitantes de este lugar. Pero su fe los hace fuertes, y les permite ver señales de esperanza y milagros con los que pueden sobrevivir a este clima de destrucción y muerte. 

El padre Sami Hallak cuenta a través de un diario cotidiano, cómo los sirios viven el conflicto armado y sus consecuencias

Así lo describe a Asia News, el sacerdote jesuita indio Sami Hallak, quien ha aceptado el designio divino de acompañar a los sirios en esta triste situación que viven desde hace 5 años. 
 
“En la ciudad falta el agua, y se habla de una interrupción que se prolongará por largo tiempo. Daesh, los milicianos del Estado Islámico que controlan la represa que abastece de agua a la ciudad de Alepo, han interrumpido el suministro por razones que por el momento desconocemos”. Esta es un de las causas por la que muchas familias desesperadas marchan a países de occidente, como Canadá. Para los que se quedan, el centro de los jesuitas Jesuit Refugee Service les brinda ayuda gracias a un tanque de agua, con una capacidad de 22.000 litros, con el que garantizan el líquido durante 12 días. Pero la situación sigue siendo alarmante. 
 
En el transcurso de esos días de enero, algo más se vuelve habitual para los ciudadanos de Alepo: los bombardeos. “Esta vez cayeron frente a la iglesia de San Miguel, a las 11 de la mañana”, -explica el padre Hallak-. “Tenemos una ventana rota, dos o tres paneles de vidrio que han quedado hechos añicos. El estruendo ha sido tremendo”. Como reacción normal de cualquier ser humano, la gente se desespera aún más, siguen sin agua, pero el domingo están todos junto al sacerdote celebrando la eucaristía, en la que les ha dado “una afirmación de fe y esperanza”, asegurándoles que el agua regresará en una semana. 
 
Incluso con el riesgo de proceder de una zona contaminada, cada día, el padre Sami Hallak, carga 50 litros de agua hasta el complejo escolar, para ofrecer bebidas calientes (té, café u otras tisanas calientes) a los estudiantes. 
 
La batalla de Alepo invade sus calles el 24 de febrero, y sobre ella relata el sacerdote en su diario. “Hace tres días que comenzó la gran batalla de Alepo. El ejército del gobierno ataca, y el estruendo de las armas puede ser escuchado durante toda la noche y se prolonga hasta las primeras horas de la mañana. No precisamos despertador, porque sólo soñamos en el lapso entre una explosión y otra”. Y continúa recordando un suceso que los cristianos de Alepo lamentaron muchísimo. “Una bomba cayó en las cercanías de la iglesia franciscana (la iglesia de San Buenaventura, más conocida como Ram Church). La gran imagen de la Virgen María de esta iglesia quedó destruida” 
 
Y cuando en el mundo todos celebran el día de San Valentín, el regalo más popular en Alepo, es una latita rosa…llena de agua. Hace ya un mes que no reciben el preciado líquido, por lo que se han visto obligados a reutilizar hasta tres veces el poco que pueden comprar a 1,5 a 2 liras sirias (0,01 euros) el litro no potable, o la botella para beber que cuesta 125 liras(0,52 euros). “Si uno se baña, pone el agua caliente en un cubo, y la que es usada para el baño, es luego recogida con cuidado al término del mismo, en un recipiente”, -narra en sus escritos el sacerdote Hallak-. “Cada gota de agua que sale del cuerpo es recogida con un enorme esfuerzo, para ser luego utilizada en la limpieza (segunda utilización). Cuando se la usa en la lavadora, la misma contiene detergentes y otros aditivos, y por eso es recogida en recipientes y utilizada en otros tipos de limpieza doméstica (por ejemplo, para limpiar el piso). Llegado este punto, el agua sucia es utilizada para los servicios sanitarios (tercer uso)” 
 
Hacia la mitad de este mes de febrero los combates y las represalias se intensificaron. Cerca de 9 personas has sido víctimas fatales de esta violencia del Daesh, ahora el miedo se ha apoderado de los habitantes cristianos que sin medios para abandonar este clima se han quedado en la ciudad. 
 
Por primera vez la televisión al servicio del gobierno trasmite imágenes de mujeres que indignadas por tal situación, piden al presidente Assad una solución para este conflicto armado. Pero también encuentran espacio en este medio, otros ciudadanos que no reconocen a los terroristas como enemigos y que dicen aceptar las dificultades en nombre de la resistencia. 
 
Pero los signos de esperanza aparecen en aquellos que conservan fuerte su fe. Ese es el testimonio que nos cuenta el padre Sami. “El domingo pasado (14 de febrero) estuve hablando con un plomero. Me preguntó si había visto el milagro de la imagen de la Virgen destruida por los bombardeos. “¿El milagro? Le pregunté, ¡la estatua está destruida!”. “Sí –me respondió- pero el rostro de la Virgen y casi toda la parte delantera de la estatua quedaron intactos. Sus manos unidas en oración han sido apenas dañadas, ¡es decir, todo! ¡Padre, es un milagro!” Le respondí: “Tu fe es un milagro”.

AIN.-

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