Los islamistas del grupo Séléka asesinaron a más de 30 personas, incluido el sacerdote, en un violento ataque a una iglesia católica en Bangui, la capital de República Centroafricana.
Los Séléka irrumpieron el miércoles en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima a punta de pistola y con granadas. Decenas de personas, cristianos y musulmanes, se refugiaban allí para escapar de la violencia.
La archidiócesis de Bangui confirmó la muerte del párroco, Paul Emile Nzale, de 76 años. Es el segundo sacerdote asesinado este año como resultado del conflicto que sufre el país.
Los Séléka, radicales musulmanes, y las milicias Anti-Balaka, que se proclaman cristianas, son los responsables de cientos de atrocidades contra la población civil.
De acuerdo con los datos de ACNUR, la lucha por el control del país ha provocado más de 630.000 desplazados internos. 326.000 personas se han visto obligadas a huir a los países vecinos. Sin un acuerdo de paz a la vista, es muy probable que esta cifra tan dramática aumente.
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