El Papa Francisco celebró el domingo por la mañana la Misa de Pentecostés. Durante su homilía en la Basílica de San Pedro, Francisco reflexionó sobre los dones del Espíritu Santo.
"No hay sitio para cristianos mudos"
El Papa Francisco celebró el domingo por la mañana la Misa de Pentecostés. Durante su homilía en la Basílica de San Pedro, Francisco reflexionó sobre los dones del Espíritu Santo.
{source}{/source}
Papa Francisco
"El Espíritu Santo nos enseña: es el Maestro interior. Nos guía por el buen camino en las situaciones de la vida. Él nos enseña el camino, la vía. Al principio, el cristianismo era llamado "la vía”, y Jesús mismo es la Vía. El Espíritu Santo nos enseña a seguirle, a caminar tras sus pasos. Más que un maestro de la doctrina, el Espíritu Santo es un maestro de la vida”.
Francisco dijo que es el Espíritu quien "nos recuerda el mandamiento del amor y nos llama a vivirlo”.
"El Espíritu Santo nos recuerda todo lo que Jesús ha dicho. Es la memoria viviente de la Iglesia. Y mientras nos hace recordar, nos hace entender las palabras del Señor. Un cristiano sin memoria no es un verdadero cristiano: es un cristiano a medio camina, e un hombre o una mujer prisionero del momento que no sabe valorar su historia, no sabe leerla ni vivirla como historia de salvación. En cambio, con la ayuda del Espíritu Santo, podemos interpretar las inspiraciones interiores y los acontecimientos de la vida a la luz de las palabras de Jesús”.
El Papa explicó un tercer don del Espíritu. Dijo que la Iglesia nació para salir fuera, por lo que no hay sitio para cristianos mudos. Añadió que, gracias al Espíritu Santo,"podemos hablar con Dios y con los demás”, y que sin el Espíritu no sería posible la evangelización.