"El cristianismo hace al ser humano más humano"

Juan Luis Lorda

Hay que aprovechar los medios de comunicación porque una presencia cristiana muy grande está a nuestro alcance

 

Juan Luis Lorda Iñarra es ingeniero industrial, doctor en Teología, y profesor ordinario de Teología Dogmática​ y del Instituto Core curriculum en la Universidad de Navarra. Experto en la cuestión del humanismo cristiano e implicado en la divulgación del mensaje evangelizador del cristianismo, aprovechamos esta entrevista desde www.primeroscristianos.com para hacerle algunas preguntas.

 

¿En qué sentido le parece que tienen interés los primeros cristianos para los cristianos del siglo XXI?

Hay muchos aspectos por los cuales los primeros cristianos tienen interés. Primero, efectivamente, está la cuestión de la cercanía, de la unión con el origen, aunque hay que tener en cuenta que para nosotros son muy lejanos, pero también muchos de ellos son bastante lejanos históricamente del Señor; con todo, hay indudablemente un factor de testimonio. El cristianismo se expandió muy rápidamente, dando lugar a tradiciones lingüísticas y culturales muy distintas, dentro de las cuales hay una tradición, una convergencia en la celebración de los Sacramentos, en la doctrina y en la moral.

En segundo lugar, la experiencia de vida de tantos cristianos nos enseña a vivir nuestra fe; en la Iglesia hay una tradición de santidad y, dado que el cristianismo es algo que se vive, ese testimonio es muy elocuente. 

En tercer lugar, hay una cuestión teológica: el cristianismo lo vive gente muy distinta social y culturalmente y puede vivirlo muy bien la gente sencilla, pero, para enseñarlo, surge la necesidad de organizarlo y convertirlo en un discurso; eso hace que surjan dificultades internas y cuestiones que se deben resolver. Cuando la tradición cristiana entra en contacto con el mundo filosófico griego, casi desde el principio, el primer tema que se plantea es el concepto de Dios. 

Aunque los autores cristianos asumieron muchas cosas de la filosofía, no nos hacemos cargo de hasta qué punto la concepción cristiana fue novedosa: en el mundo antiguo no se puede encontrar por ninguna parte la fe en un Dios único creador inteligente personal al cual realmente puedes rezar, con el que puedes entrar en contacto y que te llama a vivir en Él.  

El segundo tema que se plantea es cómo puede Dios tener un hijo; es el inicio de la cuestión trinitaria: los cristianos bautizan en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y ese “Hijo” se entiende en un sentido fuerte, como lo dio a entender el mismo Jesucristo y como se expresa especialmente en el Evangelio de san Juan. 

Después, surge la pregunta de cómo Jesucristo puede ser a la vez Dios y hombre verdadero, que da lugar a la controversia arriana. Hay un gran debate en la Iglesia, porque algunos defienden que Jesucristo es hijo, pero de otra manera, una especie de divinidad de segundo grado. 

Distintas tradiciones culturales van abordando estos temas y su convergencia es la doctrina cristiana. Más adelante, surgen otras cuestiones, como el sentido del tiempo, de la historia, la salvación, etc, con figuras como la de San Agustín.

 

 

¿Qué se entiende hoy en día por humanismo cristiano?

“Humanismo” es una palabra que puede entenderse de muchas maneras. En primer lugar, como un movimiento que surge en Centroeuropa en el siglo XVI, que tiene que ver con la recuperación de las lenguas clásicas y los textos antiguos y que reacciona  contra una teología escolástica un poco exagerada y sacada de quicio, buscando un saber menos abstracto y con forma más humana.  

Algunas de sus figuras centrales son Erasmo de Rotterdam, Juan Luis Vives o Tomás Moro. El descubrimiento de América, su conquista y evangelización, les hace reflexionar sobre el modo cristiano de vivir en una sociedad cambiante, sobre los derechos y la dignidad del ser humano…

Por otro lado, está el sentido general de humanismo, que tiene que ver con el impacto que tiene la religión cristiana en las culturas donde es recibida. El cristianismo forja la realidad del ser humano, hace al ser humano más humano.  Hay una frase que aparece en el documento del Concilio Vaticano II Gaudium et spes y que le gustaba mucho a san Juan Pablo II:  “Cristo descubre el hombre al hombre”, Cristo descubre cómo somos y cómo tenemos que ser, desde nuestra realidad de hijos de Dios. 

Nuestra identidad ha sido muy estudiada por los pensadores cristianos, que asumen los hallazgos griegos, pero aportan grandes novedades a la comprensión de lo humano: San Agustín, por ejemplo, trató con mucha profundidad el tema de la  libertad; y Santo Tomás de Aquino hizo una descripción antropológica extraordinaria, que estableció las bases de nuestro modo de comprender la inteligencia, la voluntad y su relación con la afectividad. 

Así pues, por “humanismo” se entiende un movimiento, una inclinación favorable a los frutos que desarrolla la humanidad en la cultura, el lenguaje, la escritura, la conversación y, sobre todo, un aprecio a la persona humana misma. Pero el humanismo también se puede identificar con un descubrimiento de la estructura del ser humano.  

En el siglo XX, la visión del ser humano seguía siendo heredera de la visión cristiana, que habla del hombre como creado a imagen de Dios. Pero, en ese contexto, surgieron diversas ideologías ateas.

 En su obra El drama del humanismo ateo, De Lubac denuncia el modo en que estas ideologías han maltratado a sus miembros, creando sistemas terriblemente opresores, como nunca en la historia. De Lubac defiende que, aunque se puede hacer una sociedad sin Dios, esta tiende a convertirse en una sociedad contra el hombre, porque, cuando quitas a Dios, ¿de qué es imagen el hombre? Es tan solo un poco de tierra… ¿Y qué más da que haya más o que haya menos?

 

 

Otra de las tareas a las que ha dedicado gran parte de su vida es a la divulgación del mensaje cristiano, con obras tan conocidas como “Para ser cristiano”. ¿Sigue la Iglesia predicando al “Dios desconocido”?

Evangelizar a todos los pueblos es un mandato del Señor y un cristiano no tiene que quedarse tranquilo si no intenta amar a Dios sobre todas las cosas. Eso es una tarea para todos los días, para todas las épocas y para todos los cristianos de una manera natural. A veces, hay que organizarlo porque para evangelizar África o Asia no se puede hacer sin pensar.

Y aunque no significa que cada uno no pueda o deba dar testimonio y hablar del Señor para ofrecer a otros esa posibilidad sabiendo que al otro le va a hacer mucho bien, si san Juan Pablo II impulsaba a evangelizar occidente era porque sabía que se había descristianizado mucho en los últimos años y, ahora, se tiene una idea muy externa y lejana de lo que es el cristianismo.

Al ver la historia de la evangelización, se ve a los primeros cristianos evangelizando el mundo antiguo. ¿Cómo se evangelizaron los pueblos bárbaros? ¿Cómo se evangelizaron las naciones eslavas? Ahora se ve el mundo occidental así porque, no es que no crean por problemas intelectuales, sino que, generalmente, no creen porque en el ambiente se siente que no lo necesitamos. 

Sin embargo, hay que aprovechar los medios de comunicación que hoy tenemos porque una presencia cristiana muy grande está a nuestro alcance. Por supuesto, hay que conservar el tú a tú y el testimonio cristiano, pero también hay que aprovechar estos medios y, desde otra época, a esto nos invitaba san Pablo. 

La fortaleza de San Pablo sale de la fe que tiene para ser capaz de ir a sitios complicados de los que nos cuenta penurias. La expansión de la Iglesia debe mucho a este hombre que el Señor puso ahí. Había mucha gente “libre” que tenía esclavos y no se dedicaba a la vida cultural y van a ver qué se decía por ahí. 

San Pablo iba allí a explicar cuestiones acerca del Dios desconocido. Mucha gente que no cree, no sabe quién es Dios ni su relación con el universo. Hoy es una responsabilidad y un reto que tenemos, pero hay que aprovechar las redes, los audios y los medios que tenemos para llegar a mucha gente dando un paso hacia adelante con lo audiovisual, que tiene mucho efecto.

 

 

Después de tantos años dedicado a la vida universitaria, ¿diría que quienes participan de esta institución tienen algo que aprender de las primitivas comunidades cristianas? ¿Qué papel cree que tiene la Universidad en la nueva evangelización?

Todos los cristianos que llevan una vida cristiana auténtica lo han aprendido todo de los primeros cristianos. Tenemos una gran variedad cultural y tenemos interés, que es muy importante para la teología. La reflexión que hacen los primeros cristianos sobre los grandes misterios cristianos es la base de la histórica de la teología. 

La Universidad es la casa de los saberes y un lugar donde se profundiza en los conocimientos de la filosofía, la forma de vida y, por tanto, dentro de estos saberes que se deben estudiar tiene que estar saber el sobre Dios como muy bien  Newman en su idea de la Universidad.

 

 

 

by Jaime Alonso de Velasco y Rafael Peña

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