Descubren la casa de un comandante del siglo II en las obras del metro de Roma

La zona donde se ha hallado está en los alrededores de la basílica de San Juan de Letrán

Los restos de una casa romana perteneciente a un comandante de la época imperial y datados en el siglo II d.C. han sido descubiertos durante las obras del metro de Roma, donde se presentaron al público.

Se trata de dos edificios, construidos en la época del emperador Adriano, que forman parte de la fortaleza militar descubierta en la primavera de 2016 en el distrito romano de Celio, explicó el superintendente especial para arqueología en Roma del Ministerio italiano de Bienes Culturales, Francesco Prosperetti.

La zona donde se produjo el descubrimiento está en los alrededores de la actual basílica de San Juan de Letrán. Denominado el gran «Campo de Marte» en la Roma antigua, fue en aquella época un «verdadero barrio militar», construido especialmente en la época de Trajano (principios del siglo II d.C.).

El nuevo hallazgo arqueológico se ubica a una profundidad de 12 metros, un nivel aproximadamente tres metros por debajo que el resto del cuartel, y fue calificado de «extraordinario» por el Ministerio. El primer edificio se configura como un área rectangular y abarca una extensión de 300 metros cuadrados, en la que están dispuestas 14 habitaciones alrededor de un patio central, antiguamente equipado con fuente y piscinas.

«Creemos que se trata de la casa de un comandante, pues su decoración es rica y refinada, lo que no era propio de los soldados», dijo Prosperetti, quien calificó el estado de conservación de las estancias de «muy bueno» y dijo que se han descubierto además «pequeñísimos objetos y amuletos femeninos».

Con frescos naturales en las paredes y pavimento realizado en mármol blanco y pizarra gris, en forma de mosaico, se aprecian transformaciones tanto en las propias estancias como en sus revestimientos, lo que podría ser indicio de «que fue utilizada sucesivamente por varias personas como residencia», expuso el superintendente.

En su última fase, además, se equipó con una escalera hacia la planta superior, probablemente un acceso a las oficinas o a los dormitorios de los soldados, lo que apoya la hipótesis de que se trataba de la residencia de un alto mando, pues un ciudadano privado en la época no podría construir su «domus» en contacto con un edificio militar. En esta línea, otra de las posibilidades barajadas es que fuese el cuartel del servicio secreto del emperador.

Según adelantó Prosperetti, la idea es ahora «consolidar y reconstruir» toda la zona a fin de ponerla a disposición del público en «un pequeño museo» situado en esta misma parada de metro, dijo. Calculó que para su apertura podrán quedar «al menos 5 años», pero juzgó que una vez concluida «será la estación de metro más bonita del mundo».

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