En nombre de “Dios Todopoderoso” terroristas de Daesh han quemado casas de cristianos en Mozambique, en la aldea de Magamola, en Cabo Delgado, según el anuncio de la agencia Amaq, que se reproduce en esta misma web. De esta manera, los “soldado del Califato, a cuyo frente está Abu Bark Baghdadi (cuyo nombre real es Ibrahim Awad), continúan la campaña para hacer desaparecer cualquier religión que no sea la musulmana, en su interpretación más rigorista, la Sharia.
Tal y como adelantó LA RAZÓN, Daesh se siente especialmente “orgulloso” de las matanzas de cristianos perpetradas en Sri Lanka y Filipinas; al hacer balance de su actividad delictiva en los seis primeros meses del año: 8.000 asesinados o heridos en 1.800 atentados; 839 vehículos destrozados; 105 personas “detenidas” (secuestradas) y 92 cuarteles destruidos.
La banda yihadista, por la fanatización de sus miembros, está obsesionada con los templos católicos y con los fieles que los frecuentan. Recientemente, tras colocar un coche bomba en una iglesia de Siria, le pedían a Alá que “acelerara su destrucción”, ya que, por lo visto, los daños causados les parecían pocos.
Los cristianos son calificados de “burros” y frente a lo fuertes e inteligentes que son los musulmanes.
Bagdhadi o Awad, como se le quiera llamar, sabe que la existencia del cristianismo es un freno para sus pretensiones expansionistas con el fin de imponer un califato mundial, una auténtica dictadura religiosa que ya ensayó en Iraq y Siria. Sólo el terror sin contemplaciones contra los que consideraba disidentes le permitió mantener durante un cierto tiempo su Califato.
Fuente: ABC