Las casas de los cristianos están transformando el paisaje de las provincias con la difusión del símbolo que tanto molesta al gobierno comunista.
Desde finales de 2013, más de 1.200 cruces fueron retiradas de las iglesias en la provincia de Zhejiang, China. Pero la campaña del gobierno son excusas como «construcciones irregulares» con el objetivo de desaparecer los símbolos cristianos, aun así, no ha impedido que la mayoría de los cruces se muestren en el país.
Algunas comunidades cristianas dispersas en toda China están ganando fuerza y el sacerdote católico Dom Vicent Zhu Weifang llegó a liderar una reciente protesta contra las medidas represivas del gobierno chino, donde logró que se unieran muchos católicos en defensa de la fe.
Dom Zhu, ha actuado en esta causa desde agosto del año pasado pidiendo que los fieles se posicionen, pero él no está solo en esta lucha, ya que el número de los cristianos sigue creciendo en el país. Para tener una idea, en Zeijiang hay más de 210.000 cristianos, una provincia de Wenzhou cuenta con 120 mil miembros, es decir, el número de creyentes es mucho mayor de lo que piensan las autoridades locales.
Pero para trabajar en las iglesias de China se necesita autorización y la comunidad provinciana de Yongqiang no fue reconocida, perjudicando la acción de los religiosos en las iglesias.
A medida que tratan de resolver esta situación, los católicos y los protestantes se están uniendo para poner cruces de madera en sus casas y carros. Si el gobierno impide que el edificio de la iglesia tenga cruces, las casas de los cristianos están transformando el paisaje de las provincias con la difusión del símbolo que tanto molesta al gobierno comunista.
Uno de los líderes cristianos de Zheijiang han dicho que la idea es hacerle frente a la decisión de colocar cada vez cruces dispersas en toda la provincia. "Cada vez que derriben una cruz, nosotros vamos a colocar una nueva. Incluso estamos pensando en hacer banderas y ropa con estampas en cruz. Haremos florecer la cruz por toda China", aseguró el religioso al diario británico "The Guardian".