¿Cómo vivir la Navidad? - Fiesta de optimismo, reconciliación y de paz

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Es fiesta de optimismo, de luz, de reconciliación, de alegría y de paz

El niño débil e indefenso de Belén, es Dios. No nació para buscar conflictos con el poder romano ni con la tiranía de quienes se creían intérpretes infalibles de la Ley, pero no se achantó ante el error, la fuerza del mal ni la injusticia. Traía la verdad, el bien, la luz y la paz que el mundo necesita.

Él vino a liberar a todos los hombres y mujeres de las tiranías que lleva consigo el pecado. Ofreció su vida también por sus perseguidores y por quienes lo odiaban, para que también ellos pudieran alcanzar la salvación. Para que pudieran tener una vida feliz y perdurable.
Por eso hoy la Navidad es fiesta de amor y libertad, de hablar con soltura y confianza de las cosas buenas que bullen en el corazón, sin acobardarse ante ambientes adversos. Un buen momento para reconocer qué buena y qué gozosa es la realidad del matrimonio y de la familia, qué hermosa la sonrisa de un niño, qué tierna la mirada afectuosa del abuelo enfermo que apenas balbucea.
Una oportunidad para contemplar a la sociedad en que vivimos con realismo y alegría: aunque no falten dificultades es mucho lo que se puede hacer para construir, con el esfuerzo de todos, un mundo en el que valga la pena vivir.
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La Navidad trae una invitación a todos los hombres de buena voluntad para que recapacitemos, para que, respetando las diferencias, opiniones y modos de ser de cada uno, busquemos decididamente lo importante: el auténtico bien de todo ser humano, por encima de egoísmos personales.
Es fiesta de optimismo, de luz, de reconciliación, de alegría y de paz. Y ese optimismo, alegría y paz serán reales si dejamos que Jesús nazca en nuestros corazones, que los ilumine. Algunos consejos:

a) Poner el nacimiento y explicarlo a los niños, y rezar allí reviviendo la escena

b) Ir a la Misa del Gallo, o cuidar especialmente la Misa de ese día. Preparándose bien con una buena confesión

c) Dar algo de lo nuestro a los necesitados, especialmente de nuestro tiempo y afecto a la familia y a quienes tenemos cerca.

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