COMENZÓ El AÑO JUBILAR LAURENTINO

 

Para conmemorar el 1750 aniversario del martirio de san lorenzo

HUESCA, domingo 24, agosto de 2008 (ZENIT.org)

   
   

Coincidiendo con el 1750 aniversario del martirio de San Lorenzo, comenzó el pasado 10 de agosto el año jubilar laurentino, concedido por el Papa Benedicto XVI, a través de un decreto de la Penitenciaría Apostólica, de fecha2 de agosto de 2008. San Lorenzo, que muriò martirizado en Roma, era natural de Huesca, España.

El obispo de Huesca presidió los ritos de apertura del año jubilar -informa a Zenit la Diócesis de Huesca-. A las 10,30 horas, cuando la procesión, con los típicos danzantes, que baja de la catedral llegó a la Basílica de San Lorenzo, la puerta principal de la misma se encontraba cerrada; monseñor Jesús Sanz Montes recitó las oraciones y llamó por tres veces con un martillo especial. Se abrió la puerta y, con ella, el año jubilar laurentino. En ese momento, las personas que seguían el rito comenzaron a aplaudir espontáneamente.

Una vez en el templo se leyó el decreto de la concesión del año jubilar.

En la homilía, monseñor Jesús Sanz Montes saludó al obispo emérito de Tenerife monseñor Damian Iguacén, a los demás concelebrantes, religiosos, autoridades locales y a las procedentes de Tarbes (Francia), ciudad con la que está hermanada Huesca y que comparten a San Lorenzo como patrono.

El obispo subrayó que "San Lorenzo fue ese grano de trigo que se dejó enterrar en el tiempo de su época no para ir al vacío sino para dar el fruto que regala la bendición de Dios a todos los pobres de todas las pobrezas. San Lorenzo, que murió mártir en el siglo III, en este año celebramos el 1750 aniversario de su entrega martirial por amor".

El prelado señaló que este año jubilar "será un año especial, en el que viniendo a esta Basílica podremos beneficiarnos de la gracia indulgente del buen Dios, que debidamente preparados nos abrazará como somos para convertirnos un poco más en el como deberíamos ser según está escrito en su Corazón. Será un momento propicio este año poder peregrinar como diócesis a Roma, saludar al Santo Padre y visitar la Basílica que guarda los restos de nuestro mártir patrón".

Al final de la Eucaristía el obispo impartió a los asistentes la Bendición Papal.

 

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