Considerando que el arte paleocristiano fue el desarrollado durante las primeras comunidades cristianas alrededor de los siglos II y III hasta que el Imperio Romano de Occidente cayera en el 476 d.C.
Las tierras que daban al mediterráneo eran dominadas, desde el siglo V a.C. hasta el siglo V d.C., por Roma. Fue durante todo este milenio que el arte Romano caracterizaba a la cultura.
Pese a estas características romanas, comenzó a surgir en el siglo I d.C. en la provincia de Judea un movimiento que se conoció (incluso aún hoy día) como cristianismo.
Lo que se pretendía con este movimiento era reformar el judaísmo, lo que no era de mucho agrado para el Imperio Romano. Es durante los próximos tres siglos que se les perseguiría constantemente y con gran fervor por los emperadores.
Todo esto trae consigo la razón por la que no se desarrollaran las primeras iglesias como grandes construcciones, sino que se trataba de viviendas típicas pero adaptadas al culto, especialmente las llamadas Domus Ecclesiae.
Es allí donde los cristianos realizaban sus eucaristías sin que fueran descubiertos. Estas iglesias clandestinas no tenían símbolos que las identificaran, sino que eran casas típicas. Si se diera el caso de que la casa fuera donada por su propietario a la iglesia, se le llamaba Títulus. Todo este contexto es que lleva al nacimiento del arte paleocristiano, o arte cristiano primitivo.
El desarrollo del arte paleocristiano se da entre los siglos II y V después de Cristo primordialmente, en el que se diferencias dos etapas. La primera etapa es la época de persecución y luego, la segunda etapa, será la de libertad religiosa.
El primer periodo del arte paleocristiano se desarrolló a partir de finales del siglo II y durante el siglo III después de Cristo.
Fue durante toda esta etapa que los cristianos eran perseguidos por el imperio, siendo dos de sus manifestaciones artísticas y arquitectónicas de mayor importancia los Domus Ecclesiae y los Cimeterios, mejor conocidos como cementerios.
Durante la primera etapa del arte paleocristiano el más típico desarrollo de su arquitectura fueron las catacumbas. Estas eran básicamente cementerios subterráneos donde los cristianos enterraban a sus muertos y realizaban algunos rituales.
Estas catacumbas consistían en pasillos estrechos a los cuales llamaban Ambulacrum que contenían muchos nichos en sus paredes, estos se llamaban Locull. Los cuerpos de los mártires tenían nichos que eran especiales realizados en forma de arco, llamados arcosolium.
En las catacumbas había zonas un poco más espaciosas, como los cubículos para la realización de algunas liturgias. En algunas de estas catacumbas los cristianos solían pintar escenas bíblicas, tales como Jesucristo y la Virgen María, por ejemplo.
Eran figuras muy sencillas, algunas se pueden observar las Pinturas de la Catacumba de Comodila, todas solían ser muy frontales y con ausencia de profundidad y perspectiva.
No hayamos esculturas en este primer periodo del arte paleocristiano, porque los cristianos las vinculaban con el paganismo, siendo muy mal vistas y, por lo tanto, ausente en sus manifestaciones.
Sin embargo, poco a poco surgiría un mundo simbólico nuevo en el que destacaría El buen pastor. Esta escultura es una de las primeras representaciones de Cristo.
El símbolo del pez se hace famoso, o ichtus (también ichthys), el cual se asociaba secretamente a Cristo. Este símbolo sería el que ayudaría a los cristianos a reconocerse entre sí, secretamente, a donde sea que fuesen.
También la vid sería el que dejara de representar a Baco para convertirse en u símbolo de la sangre de Cristo, e incluso la paloma que simbolizaría la resurrección. En Grecia, hacia el siglo III, surgió el Crismón, un monograma de Cristo que unía la X y P, las iniciales de Cristo en griego.
Fueron casi 300 años de persecución hacia los cristianos. Después de ello, el emperador Constantino I decidió promulgar el Edicto de Milán en 313, con lo que se permitiría la libertad de culto, tras una ardua lucha que dejó decenas de mártires del cristianismo.
Pasarían 70 años para que el emperador Teodosio I convirtiera al cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano con el Edicto de Tesalónica en 380.
El arte paleocristiano, gracias al Edicto de Tesalónica, se pudo expresar con mayor libertad, lo que generó su evolución. Las nuevas congregaciones cristianas cada vez serían más numerosas, no tenían ya por qué esconderse en catacumbas y domus ecclesiae, y se comenzaron a construir las primeras basílicas cristianas.
Muchas de las basílicas cristianas construidas durante el segundo periodo, especialmente en sus inicios, fueron cedidas por el emperador Constantino para el culto a los cristianos, especialmente al considerar que estas basílicas romanas no estaban destinadas a ningún dios, sino que eran lugares para actividades comerciales y judiciales.
Estas basílicas constaban de tres a cinco naves separadas por columnas, donde los devotos escuchaban la misa de pie. Al parecer, no se les ocurrió sino hasta la Edad Media, colocar bancos para sentarse. Al final de esta nave se encontraba el prebisterio, siendo allí donde el sacerdote impartía los sacramentos, mientras que al fondo estaba una cabecera en forma de ábside.
Este ábside semicircular era la parte de mayor importancia de las basílicas cristianas, considerando que era el lugar donde se encontraba el altar. Había, además, una nave transversal llamada transepto, cuya función era buscar la reproducción de la cruz de Cristo en esta planta basilical.
Sobre estas naves laterales se encontraban galerías llamadas matroneum destinadas a las mujeres. Por otro lado, estaba el vestíbulo, también llamado nártex o pórtico que precede a las naves, era el lugar donde las personas que se encontraban iniciándose en el cristianismo, y que además no habían sido bautizadas, podían presenciar parte de las misas.
Las basílicas paleocristianas más representativas se encontraban en Roma, siendo la que más destaca la Antigua Basílica de San Pedro, en el Vaticano, aunque ya no sea como lo fue en esta época, sino como la conocemos hoy.
Otra que también sería una basílica paleocristiana en sus inicios San Juan de Letrán, aunque en la actualidad esté reformada y completamente diferente en su fachada. Otra gran basílica de Roma en su época paleocristiana fue la de San Pablo Extramuros, que ahora también se encuentra reformada, entre otras que, aunque no conserven sus características iniciales, sí están en pie, aunque reformadas.
Los baptisterios fueron otra de las construcciones típicas del paleocristiano. Estos, eran generalmente edificios octogonales ubicados al lado de las basílicas. Tenían la pila bautismal en el centro, donde bautizaban a las personas.
Dentro de los mausoleos paleocristianos que destacan está el Mausoleo de Santa Constanza en Roma, quien era la hija de Constantino. Asimismo, encontramos también sarcófagos con relieves bíblicos, como el dogmático e incluso el Sarcófago de Junio Baso, los cuales hoy se conservan en las Criptas Vaticana.
Igualmente destacan la Antigua Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén, y los martyriums, que eran como ermitas que protegían los restos de mártires cristianos, o como simple lugar sagrado simplemente por ser el lugar de la muerte de un mártir.
El supermaterialismo de la sociedad romana y su antropocentrismo radical adaptaron la forma griega del helenismo clásico. El arte romano de los llamados paganos servía al servicio de un pueblo triunfante, pero no tenían el idealismo estético de Grecia.
Con los conceptos espirituales establecidos por los cristianos tales como el amor de Dios, la bondad y el más allá, entre otros, la estética del arte romano se destinó a cambiar. Es ahora cuando el arte debe crearse pensando en los ojos del alma más que en los ojos del cuerpo.
Es por ello que, el camino del arte cristiano se inicia, cuyo tránsito conduce hacia el arte bizantino en Oriente, y al arte medieval propiamente: el Prerrománico y el Románico.
Dado que la esencia es más importante que el cuerpo, la estética se convierte en temperamento y los detalles anatómicos de los personajes son ignorados.
Comenzó la estética a disminuir en tanto a su protagonismo, elevándose el espacio y el tiempo, poniendo la mayor atención sobre la materia. Ya no es una búsqueda de la reproducción del mundo material, sino una ventana que se abre a la espiritualidad y la divinidad.
En el caso de los retratos, no se olvidó la historia de los pasajes bíblicos, aunque sí nació el arte simbólico, porque lo básico es pensar en personajes que fueran más allá del ámbito espiritual, llegando a trascender. Por lo tanto, aparecieron muchos símbolos, o se usaron muchos otros ya existentes, aunque con diversas diferencias.
Dentro de estos nuevos símbolos, el Crismón se destaca y será ampliamente utilizado en los primeros días del cristianismo romano.
Además de la arquitectura, el arte paleocristiano tiene dos expresiones artísticas más importantes en los mosaicos de tumbas y esculturas funerarias. La técnica del mosaico paleocristiano fue la misma que en el periodo anterior, pero la iconografía cambió. Se elijen temas con un fuerte significado simbólico y de naturaleza religiosa.
Por otro lado, en el sarcófago cristiano del siglo IV y principios del V, a diferencia del sarcófago cristiano del siglo III que solo nos proporcionaba aspectos específicos de la doctrina cristiana, pretendía resumir los principios básicos del cristianismo en su conjunto.
Es importante saber que los sarcófagos se leen de izquierda a derecha. Si tienen dos registros, se debe leer primero el registro superior, y luego leer el registro inferior.
Luego de la invasión de los pueblos bárbaros del norte, el Imperio Romano terminaría dividido. La parte occidental terminó por ser conquistada en su totalidad en el año 476.
Sin embargo, la parte oriental sobreviviría durante mil años más. Aunque éstos seguirían llamándose a sí mismos romanos, ese imperio se conoce hoy día como Imperio Bizantino.
Las escenas más usadas por los primeros cristianos en las catacumbas romanas