El organismo dijo que la joya tiene una piedra preciosa verde tallada con la figura de un pastor que lleva una oveja sobre sus hombros. En la Biblia, Jesús se describe a sí mismo como el "Buen Pastor". El anillo fue uno de los elementos descubiertos en dos naufragios cerca del antiguo puerto de Cesarea.
Los otros tesoros incluyen cientos de monedas romanas de plata y bronce de mediados del siglo III y un gran cargamento de monedas de plata de principios del siglo XIV.
Los arqueólogos también encontraron figuras de la época romana con la forma de un águila y de un actor de teatro con una máscara cómica; campanas de bronce destinadas a ahuyentar a los malos espíritus y un anillo con una piedra preciosa roja tallada con una lira.
La Autoridad de Antigüedades de Israel dijo que los restos de los cascos de los barcos y sus cargamentos se encontraron esparcidos en el fondo del mar a una profundidad de unos 4 metros.
El tesoro incluye cientos de monedas romanas de plata y bronce del siglo III.
"Los barcos probablemente estaban anclados cerca y fueron destruidos por una tormenta", dijo Jacob Sharvit, de la Unidad de Arqueología Marina del organismo.
Cesarea fue hogar de una de las primeras comunidades cristianas y, según el Nuevo Testamento, fue donde el apóstol Pedro bautizó a Cornelio el Centurión, el primer gentil (no judío, pagano o extranjero) en ser convertido a la fe cristiana.
"Este fue el primer caso en el que un no judío fue aceptado en la comunidad cristiana", detalló Sharvit. "A partir de aquí, la religión cristiana comenzó a difundirse por todo el mundo".
https://www.primeroscristianos.com/la-ciudad-antigua-cesarea-desentierra-templo-pagano-herodes/
A lo largo de 2021, se dieron importantes avances en la investigación de restos arqueológicos que ayudan a comprender y a situar en la Historia los hechos narrados en la Sagrada Escritura
Los arqueólogos que excavaban en Jerusalén, cerca del Monte del Templo y de una pared de la época del Primer Templo, desenterraron pruebas de un terremoto del siglo VIII a.C. El suelo más antiguo de la sala más meridional de un edificio presentaba evidencias de destrucción, pero no por fuego, y fue fechado en un periodo de tiempo en el que no se conocía la conquista de Jerusalén.
Las piedras de una parte superior de los muros del norte se habían derrumbado, destrozando una hilera de vasijas que había a lo largo del muro inferior.
Los directores de la excavación de la Autoridad de Antigüedades de Israel, el Dr. Joe Uziel y Ortal Chalaf, creen que esto corresponde al gran terremoto que se produjo en los días del rey Uzías, y que se menciona en Amós 1:1 y en Zacarías 14:5.
Se han encontrado pruebas arqueológicas del “terremoto de Uzías” en otros lugares de Israel, como Hazor y Tell es-Safi/Gath, pero es la primera vez que los arqueólogos identifican pruebas de este terremoto en Jerusalén.
Una capa de destrucción similar del siglo VIII se observó en un edificio derrumbado a 100 metros al sur de la excavación actual, que fue excavado por Yigal Shiloh en la década de 1970, pero en ese momento no se asoció con el terremoto de Uzías.
Un antiguo cuarto de baño, completo con un inodoro, fue descubierto in situ cerca del paseo de Armon Hanatziv en Jerusalén. El cúbico forma parte de la estructura palaciega del siglo VII a.C. en la que se desenterraron varios capiteles judaicos en 2020 (el descubrimiento número uno de 2020).
El cúbico del retrete mide aproximadamente 1,5 m por 2 m e incluye una fosa séptica debajo del retrete excavada en el lecho de piedra caliza.
Sobre la fosa séptica se encontró un asiento de inodoro de piedra tallada con un agujero en el centro. También se encontraron docenas de cuencos en la habitación, lo que lleva a los estudiosos a especular que podrían haber sido utilizados para el incienso para que la habitación oliera mejor.
Los aseos privados como éste se consideraban un lujo durante la época de los reyes de Judá, y esto es una prueba más de la importancia de la estructura.
El esqueleto de un hombre crucificado de la Inglaterra romana fue desenterrado recientemente en el Reino Unido con un clavo incrustado en uno de sus huesos del talón. Los restos se encontraron en un cementerio que albergaba las tumbas de 48 personas y que data del siglo III o IV d.C.
La víctima tenía entre 25 y 35 años en el momento de su muerte, y su esqueleto mostraba indicios de mala salud dental y artritis. También tenía los huesos de las piernas adelgazados, lo que los arqueólogos creen que indica que había estado encadenado a una pared durante un periodo de tiempo considerable antes de ser ejecutado.
Aunque la crucifixión romana es ampliamente conocida por los escritos antiguos, éste es uno de los pocos descubrimientos arqueológicos que aportan pruebas de este tipo de castigo. El hallazgo más famoso se produjo en Jerusalén en 1968, cuando se encontró en una tumba un osario (caja de huesos) del siglo I que contenía el esqueleto de una víctima crucificada.
La víctima, llamada Jehohanen, también tenía un clavo incrustado en el hueso del talón, lo que indicaba que había sido crucificado. Ese artefacto fue nombrado el descubrimiento número uno de la arqueología bíblica relacionado con el Nuevo Testamento.
Los investigadores han identificado el tinte púrpura real “argaman” en tres piezas de tejido antiguo descubiertas en la Colina de los Esclavos, un antiguo campamento de fundición de cobre en el valle de Timna. Los resultados de su estudio se han publicado en un artículo reciente en la revista PLOS One titulado “Early evidence of royal purple dyed textile from Timna Valley (Israel)”.
Las condiciones de sequedad de Timna preservaron la tela, que fue datada mediante el uso del carbono 14 en el año 1000 a.C., aproximadamente en la época del rey David. Los investigadores analizaron los tejidos en el laboratorio de la Universidad de Bar Ilan mediante un análisis de cromatografía líquida de alta presión (HPLC), que identificó moléculas de 6-monobromoindigotina y 6,6-dibromoindigotina, exclusivas de los caracoles marinos murex.
El tinte de los caracoles murex se utilizaba en la antigüedad para producir el rico color, también conocido como púrpura de Tiro, que era muy apreciado entre la élite y la realeza. Este tinte púrpura, conocido en la Biblia hebrea como “argamán”, se menciona en numerosos pasajes y se asocia al Tabernáculo (Ex 26:1; 27:16) y a la realeza (Sg 3:10; Est 1:6).
Los autores del estudio sugieren que este descubrimiento arrojará nueva luz sobre la moda de la élite y la realeza en los primeros reinos edomitas e israelitas de hace 3000 años.
Los excavadores de El-Araj, candidato a ser el emplazamiento de la Betsaida del Nuevo Testamento, desenterraron dos inscripciones que creen que demuestran que han encontrado los restos de la “Iglesia de los Apóstoles” bizantina. Se dice que la iglesia bizantina se construyó sobre la casa de Pedro y Andrés en Betsaida, y fue descrita por Willibald, obispo de Baviera, en el año 725 d.C.
Las dos inscripciones están incompletas, pero queda lo suficiente para determinar que una es una dedicatoria a un obispo y describe las renovaciones de la iglesia durante su mandato, y la otra menciona al diácono de la iglesia que construyó el recinto. Además, se desenterraron más mosaicos y muros fluidos, que están orientados en dirección este-oeste, típica de muchas iglesias bizantinas.
Los excavadores también descubrieron que la iglesia quedó misteriosamente enterrada tras ser destruida por un terremoto en el año 749 d. C. Se construyeron muros sobre ella siguiendo el contorno exacto de la estructura original. En los últimos años, los excavadores tanto de El-Araj como de Et-Tell (situado a 3 km de la orilla del mar de Galilea), han afirmado que se trata del emplazamiento de Betsaida.
Una estela que da nombre al faraón egipcio Wahibre (conocido como Hophra en hebreo y Apries en griego) fue encontrada recientemente por un agricultor que estaba cultivando su campo; inmediatamente la entregó al Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto. La estela está tallada en piedra arenisca y tiene el disco solar alado y el cartucho de Wahibre en el luneto redondeado de la parte superior.
Wahibre (Hophra/Apries) fue un faraón de la 26ª dinastía que gobernó entre 589 y 570 a.C. aproximadamente. Las autoridades de Antigüedades Egipcias creen que la estela se erigió durante una de sus campañas militares hacia el este.
La Biblia cuenta que el rey Sedequías se rebeló contra el rey babilónico Nabucodonosor (Ez 17:15), que lo había colocado en el trono (2 Re 24:15-17), y acudió a Egipto en busca de ayuda. El ejército de Hofra marchó en ayuda de Sedequías, y el ejército de Nabucodonosor se retiró de atacar Jerusalén (Jer. 37:5-8). Será interesante ver si la estela de Hofra, recientemente descubierta, está relacionada con esta campaña.
El faraón Hofra es mencionado por su nombre en Jeremías 44:30, que dice: “Esto es lo que dice Yahveh: ‘Voy a entregar al faraón Hofra, rey de Egipto, a sus enemigos que buscan su vida, así como entregué a Sedequías, rey de Judá, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, el enemigo que buscaba su vida'”. Cabe señalar que, la estela fue descubierta en Ismailia, Egipto, a sólo 29 millas al sur de la antigua ciudad de Taphanhes, donde Jeremías había sido llevado (Jer. 43:6-7) y desde donde hizo la profecía contra el faraón Hophra (Jer. 44:1).
Por primera vez en más de 60 años, se han encontrado fragmentos de un pergamino en una cueva de la región del Mar Muerto. El pergamino contiene partes del libro de los 12 profetas menores, incluyendo textos de Zacarías y Nahum escritos principalmente en griego, con el nombre de Dios escrito en hebreo. Puede tratarse de una parte perdida del rollo de los Profetas Menores que se descubrió en 1952.
Los nuevos fragmentos fueron descubiertos en la “Cueva del Horror” de Nahal Hever, donde anteriormente se descubrieron más de 24 esqueletos humanos. Además de los fragmentos del pergamino, los topógrafos también encontraron un alijo de monedas de la época de la revuelta de Bar Kochba, los restos momificados de un niño y lo que podría ser la cesta más antigua del mundo. Estos descubrimientos se realizaron en el marco de una búsqueda nacional para encontrar artefactos antiguos en la región del Mar Muerto antes de que lo hagan los saqueadores. El descubrimiento de los rollos originales del Mar Muerto fue nombrado el hallazgo número uno de la arqueología bíblica relacionada con el Antiguo Testamento.
El Dr. Randall Price, un experto en los Rollos del Mar Muerto y uno de los hombres detrás del descubrimiento de la nueva cueva de los Rollos del Mar Muerto en 2017, proporcionó el siguiente comentario útil sobre el reciente anuncio: “Estos textos, aunque se llaman ‘rollos del Mar Muerto’ por haber sido encontrados en una cueva de la región del Mar Muerto, no deben confundirse con los que los estudiosos creen que fueron recogidos, producidos y conservados por la comunidad judía de Qumrán…
Los fragmentos de rollos encontrados en Nahal Hever son de un período posterior y de una comunidad judía diferente. Aparte del valor histórico y religioso que estos hallazgos tienen para la comunidad académica, este anuncio viene a ser un recordatorio continuo de los tesoros que permanecen ocultos en las numerosas cuevas de la región del Mar Muerto y de la necesidad urgente de que los arqueólogos recuperen estos materiales antes de que se pierdan para siempre a manos de los saqueadores locales.”
En 2018, los arqueólogos que excavaban un asentamiento cananeo en Laquis desenterraron un tiesto de cerámica de 3500 años de antigüedad procedente de un cuenco chipriota decorado que tenía una inscripción de caracteres.
En un reciente artículo publicado en la revista Antiquity, la investigadora Felexi Hoflmayer, ha analizado el texto y sugiere que es el más antiguo alfabético descubierto hasta ahora en Israel. Según el estudio, el ostracón de Laquis data de mediados del siglo XV a.C., basándose en la estratigrafía, y fue descubierto en un gran edificio que formaba parte de las fortificaciones de la Edad de Bronce tardía de Laquis.
Las palabras del ostracón son difíciles de descifrar, ya que el texto es corto, está incompleto y no está clara la dirección en la que debe leerse. Sin embargo, los investigadores consideran que el hallazgo es un paso importante para llenar el vacío en la historia de las escrituras alfabéticas entre las primeras inscripciones del Sinaí y los textos posteriores de Canaán. Algunas de las primeras inscripciones alfabéticas proceden de Serabit el-Khadim, una antigua mina egipcia de turquesa situada en el sur del Sinaí, y probablemente fueron escritas por esclavos semitas procedentes de Egipto ya en el siglo XIX a.C.
El Dr. Doug Petrovich, del Seminario Bíblico, ha estudiado las inscripciones de Serabit el-Khadim y cree que el idioma que hay detrás del alfabeto más antiguo del mundo es el hebreo. El estudio futuro del ostracón de Laquis nos ayudará a comprender el desarrollo de la escritura del alfabeto más antiguo y puede llevarnos a entender el idioma que hay detrás.
La ampliación de una carretera cerca de la antigua ciudad galilea de Magdala (ahora conocida como Migdal) ha llevado al descubrimiento de una antigua sinagoga. Se trata de la segunda sinagoga del periodo del Segundo Templo que se descubre en Magdala. La primera sinagoga se descubrió en 2009 y era más grande y más ornamentada que la estructura recientemente descubierta.
La sinagoga recién descubierta tiene una sala principal con dos salas laterales y está construida con basalto volcánico y piedra caliza. Seis pilares habrían sostenido el techo; se han encontrado las bases de dos de ellos. Las paredes estaban enlucidas y aún conservan restos de pinturas. En una pequeña habitación situada en el extremo sur de la sala principal había una estantería que podría haber servido para guardar los rollos de la Torá. La estructura fue datada por la cristalería, la cerámica y las monedas que se desenterraron en su interior.
Las dos sinagogas de Magdala estaban situadas a menos de 200 metros de distancia: la primera estaba en una zona industrial y la segunda en una calle residencial. Es la primera vez que se descubren dos sinagogas antiguas del periodo del Segundo Templo en la misma ciudad. Dina Avshalom-Gorni, codirectora de la excavación, ha dicho:
“Cuanto más estudiamos esta época, más nos damos cuenta de que las sinagogas eran muy comunes”. Este descubrimiento confirma la descripción bíblica del ministerio de Jesús: “Y recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas y proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia”. (Mt 9:35).
En Khirbat er-Ra’I, situada cerca de la antigua ciudad de Laquis, se ha desenterrado un ostracón (un fragmento de cerámica con escritura) que lleva el nombre de Jerubbaal. Jerubbaal (“Que Baal contienda contra él”) era el apodo que recibió Gedeón tras destruir el altar de Baal (Jueces 6:32).
El ostracón data del siglo XII-XI a.C. (es decir, de la época de los Jueces) según la tipología y la datación por radiocarbono de muestras orgánicas tomadas del mismo estrato arqueológico en el que se encontró.
El nombre de Jerubbaal sólo se utiliza para Gedeón en la Biblia, y éste es el primer descubrimiento en un contexto arqueológico. Debido a la singularidad y rareza del nombre, algunos estudiosos creen que se trata de una referencia a Gedeón. Otros han pedido cautela, señalando que es imposible saber con certeza si esta inscripción se refiere al juez bíblico sin más información (es decir, el nombre del padre, el título o el epíteto). En cualquier caso, este descubrimiento es significativo, ya que afirma que el nombre de Jerubbaal se utilizaba en la época que describe la Biblia.
Durante más de un siglo y medio, los arqueólogos han estado desenterrando las tierras de la Biblia, y descubrimiento tras descubrimiento ha afirmado cientos de sincronismos históricos (conexiones con el texto bíblico).
“Después de 150 años de arqueología en Israel, se han establecido cientos de sincronismos [conexiones] entre la cultura material y el texto bíblico. En este punto, se necesita más fe para creer que la Biblia no es verdadera que para creer que es verdad “.
No es la primera vez en los últimos años que pueden verse las bellas estampas de ver la vieja ciudad de Jerusalén bajo un manto blanco. El Santo Sepulcro, la basílica de Getsemaní o el muro del templo han dejado a los habitantes de Tierra Santa o a los peregrinos que ya han podido regresar a la tierra de Jesús un recuerdo para toda la vida.
La nieve también llegó, por ejemplo, a Belén, ya que alcanzó municipios situados por encima de los 700 metros.
La nieve comenzó a caer el miércoles a las 19.30 hora local y las autoridades habían aconsejado a los residentes en la ciudad que se recogieran en sus casas desde las 15.00 hora local, además de suspender por la tarde la actividad en colegios y organismos públicos.
Una fuerte nevada ya había caído la víspera sobre la zona ocupada de los Altos del Golán, el área más alta en la región, donde también tuvieron que cerrar carreteras, y donde la semana pasada ya pudo abrir la estación de esquí de Monte Hermón gracias a la que fue la primera nevada de la temporada.
#FelizMiercoles. Está nevando ❄️ ahora mismo en Jerusalén. El vídeo está tomado desde la Basílica de Getsemaní, en el Monte de los Olivos. Bendiciones para todos desde #Tierrasanta. It's snowing ❄️ right now in Jerusalem. Blessings from the #HolyLand pic.twitter.com/iSXo34jJl7
— Tierra Santa (@RevistaTS) January 26, 2022
עמק הצבאים בירושלים 🦌 צילום: החברה להגנת הטבע pic.twitter.com/Zd3XuTtaD6
— Adi Zarifi (@adiznews) January 27, 2022
#snowing in #Jerusalem #elpis #snow #holysepulcher pic.twitter.com/yvH0GMFnBn
— أندريا كروجمان | andrea krogനann | אנדראה קרוגמן (@kamelonline) January 27, 2022
Es una de las fiestas más antiguas. El "Itinerarium" de Eteria (390) habla de esta fiesta con el nombre genérico de "Quadragésima de Epiphanía". La fecha de la celebración no era el 2, sino el 14 de febrero, es decir 40 días después de la Epifanía. Después pasó a celebrarse el 2, por ser a los cuarenta dias de la Navidad, 25 de diciembre. En el siglo V se empezaron a usar las velas para subrayar las palabras del Cántico de Simeón, "Luz para alumbrar a las naciones", y darle mayor colorido ala celebración.
A esta fiesta se le llamó de la Purificación de María, recordando la prescripción de Moisés, que leemos en levítico 12, 1-8. Con el Concilio Vaticano II se le cambió de nombre, poniendo al centro del acontecimiento al Niño Dios, que es presentado al Templo, conforme a la prescripción que leemos en Ex 13, 1-12. El Evangelio de San Lucas (2, 22-38) funde dos prescripciones legales distintas, ya citadas arriba, que se refieren a la purificación de la Madre y a la consagración del primogénito.
En esta celebración la Iglesia da mayor realce al ofrecimiento que María y José hacen de Jesús. Ellos reconocen que este niño es propiedad de Dios y salvación para todos los pueblos. La presencia profética de Simeón y Ana es ejemplo de vida consagrada a Dios y de anuncio del misterio de salvación.
La bendición de las velas es un símbolo de la luz de Cristo que los asistentes se llevan consigo. Prender estas velas o veladoras en algunos momentos particulares de la vida, no tiene que interpretarse como un fenómeno mágico, sino como un ponerse simbólicamente ante la luz de Cristo que disipa las tinieblas del pecado y de la muerte.
Una vez cumplido el rito de ofrecer los cinco siclos legales después de la ceremonia de la purificación, la Sagrada Familia estaba dispuesta para salir del templo cuando se realizó el prodigio del encuentro con Simeón, primero, y con la anciana Ana, después.
San Lucas nos cuenta con riqueza de detalles aquel encuentro: "Ahora, Señor, ya puedes dejar irse en paz a tu siervo, porque han visto mis ojos al Salvador... al que viene a ser luz para las gentes y gloria de tu pueblo Israel..." Y le dijo a la Madre: "Mira, que este Niño está puesto para caída y levantamiento para muchos en Israel... Y tu propia alma la traspasará una espada...".
Contraste de la vida. El mismo Jesús está llamado para ser: Luz y gloria y a la vez escándalo y roca dura contra la que muchos se estrellarán. ¡Pobre María, la espada que desde entonces atravesó su Corazón! . . .
Bien podemos hoy cantar como la Iglesia lo hace en Laudes: "Iglesia santa, esposa bella, sal al encuentro del Señor, adorna y limpia tu morada y recibe a tu Salvador...".
Hasta el siglo VII no se introdujo esta fiesta en la liturgia de Occidente. Al final de este siglo ya estaba extendida en toda Roma y en casi todo Occidente. En un principio, al igual que en Oriente, se celebraba la Presentación de Jesús más que la Purificación de María.
No se sabe con certeza cuándo empezó a celebrarse la Procesión en este día. Parece ser que en el siglo X ya se celebraba con solemnidad esta Procesión y ya empezó a llamarse a la fiesta como Purificación de la Virgen María. Durante mucho tiempo se dio gran importancia a los cirios encendidos y después de usados en la procesión eran llevados a las casas y allí se encendían ante alguna necesidad.
Presentación del Señor y Purificación de la Virgen María - 2 de Febrero
ver en wikipedia
La capacidad oratoria y la gestión de sus asuntos, revelan, entre los hombres instruídos y serios, su aptitud para las cargas más altas del imperio. Sulpicio se distingue por su elocuencia, la finura de su espíritu, la habilidad en la resolución de embrollos jurídicos, su juicio riguroso y la solidez de sus argumentaciones.
Su reputación llega lejos. Con suerte y su genio, puede aspirar a los cargos más altos del estado. Totalmente absorbido por la preocupaciones mundanas, en una época en la que todas las esperanzas sonríen a su imaginación, se casa con la hija de un cónsul, tan rica como él y con muchas relaciones.
Pocos jóvenes hubieran podido tener mejores auspicios para iniciar una carrera llena de honores. Sin embargo estos sueños pronto se desvanecen: la Providencia le reservaba un destino más glorioso. La muerte se llevó a su esposa y lo sumió en una profunda tristeza
En vez de dejarse abatir por la desesperación, se repuso con energía, buscando su consuelo en la piedad. Dios recompensó magníficamente su fe con otras muchas gracias, entre otras la de hacerse amigo de San Martín, obispo de Tours. Decide consagrarse a Dios y despojarse de todos sus innumerables bienes.
Sin embargo, no vende su patrimonio para distribuir lo recaudado entre los pobres como hizo San Ambrosio; se conforma con ceder sus bienes a la Iglesia reservándose el usufructo. El cambio de vida irritó a su padre, y él mismo deviene el hazmerreir de sus antiguos amigos.
A estos disgustos y a una desoladora amargura, se añade el deterioro de su salud: por dos veces enferma gravemente pero su fuerza de ánimo sostenida por la gracia divina, triunfó sobre toda tentación.
Sulpicio Severo pasa a la posteridad, por su relación con San Martín de Tours. A pesar de que el santo prelado no tuviera el hábito de hablar de sí mismo, y de guardar para sí las gracias particulares que Dios le otorgaba, Sulpicio afirmó que le había escuchado de viva voz algunos de los hechos narrados en su biografía.
Otros elementos, entre los cuales muchas circunstancias interesantes, le fueron reveladas por los religiosos de la Iglesia de Tours o por los monjes de Marmoutier.
San Martín de Tours, Apóstol de las Galias, siglo IV - 11 de Noviembre
El Papa ya dijo hace un año que quería dar este paso, y adelantó que tendrá clave ecuménica. Fue durante un encuentro en 2021 con el grupo de trabajo ortodoxo-católico que lleva precisamente el nombre de San Ireneo.
FRANCISCO
7 de octubre, 2021
"Vuestro patrón, San Ireneo de Lyon, que con gusto declararé doctor de la Iglesia próximamente, con el título de Doctor unitatis, vino de Oriente y ejercitó su ministerio episcopal en Occidente, fue un gran puente espiritual y teológico entre los cristianos de Oriente y Occidente".
San Ireneo vivió entre los años 130 y 202. Nació en la actual Turquía y fue obispo de Lyon, en Francia.
Sus escritos fueron realizados para contrarrestar la herejía del gnosticismo. Esta corriente espiritualista degradaba todo lo material, por lo que terminó alejándose del cristianismo.
El Papa emérito Benedicto XVI dedicó una audiencia general en 2007 a explicar la importancia de San Ireneo. Dijo que era “un hombre de fe y un pastor” y lo definió como el “campeón en la lucha contra las herejías”.
https://www.primeroscristianos.com/ireneo-doctor-iglesia/
En el tercer año de la pandemia, cuando quizá podemos pararnos a reflexionar sobre cuál debería ser la específica contribución cristiana a esta crisis, nos puede servir de maestra la historia, pues antes que nosotros, cuando los conocimientos médicos eran aún rudimentarios, ya había quién tenía una idea muy clara de cómo aprovechar las ocasiones.
En el año 165, una epidemia de viruela devastó el imperio romano, incluido el propio emperador Marco Aurelio. Provocaban las pestes cifras altísimas de mortalidad -hasta un tercio de la población- pues afligían a personas que nunca habían pasado esas enfermedades. Los historiadores modernos se refieren a estas epidemias como una de las posibles causas de la decadencia de Roma, junto al descenso de la natalidad.
Un siglo después, en el 251 llegó otra epidemia de sarampión, que afligió tanto las zonas rurales como las ciudades. En los picos de mayor difusión se cuenta que, sólo en la ciudad de Roma, morían 5000 personas al día.
De esta segunda epidemia, tenemos testimonios de la época, sobre todo de fuentes cristianas. Cipriano escribe desde Cartago en el 251 que “muchos de los nuestros también mueren de esta epidemia”, y Dionisio -obispo de Alejandría- escribe en su mensaje pascual que “ha caído sobre nosotros esta epidemia, más cruel que cualquier otra desgracia”.
La medicina era rudimentaria e incapaz de ofrecer algún tratamiento eficaz, lo que provocaba el abandono de los enfermos y el aislamiento por miedo al contagio. El mismo Galeno se refiere muy por encima a la primera de estas epidemias pues, una vez que consiguió sobrevivir, escapó de Roma y se refugió en una villa de campo, en el Asía Menor.
Y, sin embargo, los Padres de la Iglesia se refieren a estas pestes en un modo sorprendentemente positivo, como un regalo para la purificación y desarrollo de la causa cristiana, con reflexiones cargadas de esperanza y hasta de entusiasmo. En contraste con el abandono de los paganos a los enfermos, el amor al prójimo se llevó a extremos de heroísmo, y esto determino un notable crecimiento del número de cristianos y, sorprendentemente, un porcentaje de supervivencia mucho más elevado que entre la población pagana.
Este es el contexto de la carta del obispo de Cartago, Cipriano, en el 251:
“Junto a los injustos mueren también los justos, y esto no sucede para que penséis que la muerte sea el destino común de buenos y malos. Los justos son llamados al descanso eterno y los injustos arrastrados al suplicio (…).
Qué oportuno y necesario que esta epidemia, esta peste, que parece horrible y letal, pongan a prueba el sentido de justicia de cada uno, que examine los sentimientos del género humano; este flagelo va a demostrar si de verdad los sanos se ponen al servicio de los enfermos, si los parientes aman a sus familiares como se debe, si los cabezas de familia tienen compasión de sus siervos enfermos, si los médicos no abandonan a sus enfermos….
Y si esta circunstancia funesta no hubiese traído otra consecuencia, ya nos ha servido a nosotros cristianos y a los siervos de Dios por el hecho de empezar a desear ardientemente el martirio, al tiempo que se aprende a no tener miedo a la muerte.
Para nosotros, estos eventos son ejercicios, no lutos: ofrecen al alma la corona de la firmeza y nos preparan a la victoria gracias al desprecio a la muerte. (…) Nuestros hermanos han sido liberados del mundo gracias a la llamada del Señor, pues sabemos que no los hemos perdido definitivamente, sino que han sido sólo enviados por delante y nos preceden, como sucede a los que viajan o se embarcan. Estos queridos hermanos tienen que ser buscados con el pensamiento, no con el lamento (….).
A los paganos, además, no se les debe ofrecer una ocasión de merecida burla si lloramos como muertos y perdidos para siempre a aquellos que afirmamos que viven en Dios”.
Unos años después, Dionisio, obispo de Alejandría, escribe en su carta pascual:
“la mayor parte de nuestros hermanos, sin ningún reparo por ellos mismos, en un exceso de caridad y de amor fraterno, uniéndose os unos a los otros, visitaban sin preocupación a los enfermos sirviéndoles de un modo maravilloso, los socorrían en Cristo y morían alegremente con ellos. Contagiados de la enfermedad de los otros, atraían la enfermedad del prójimo y asumían con gozo los sufrimientos.
Muchos, después de haber cuidado y dado fuerzas a los demás, acababan muriendo ellos mismos. (…) Los mejores entre los nuestros perdieron así la vida: algunos presbíteros, diáconos y laicos fueron justamente alabados, hasta el punto de que este tipo de muerte, fruto de grande piedad y fe valiente, no pareció para nada inferior al martirio”.
Escribe Eusebio de Cesarea:
“Completamente opuesta era la conducta de los paganos: ellos alejaban a los que comenzaban a enfermar, evitaban las personas queridas, echaban a la calle a los moribundos, trataban como basura a los cadáveres sin sepultar, buscando escapar de la difusión y contagio de la muerte, que no era fácil alejar a pesar de todas las precauciones”.
No exageraba sobre el contraste de la actitud de los cristianos, que no dejaban de acudir a los enfermos con riesgo de la propia vida. Un siglo después, Juliano (el apóstata) lanzó una campaña para instituir iniciativas de imitación de la caridad cristiana.
En una carta al sumo sacerdote (pagano) de Calata, se lamentaba el emperador del imparable crecimiento del cristianismo, debido a sus “cualidades morales, aunque ficticias” y a su “benevolencia con os extraños y su cuidado de las tumbas de los muertos”.
En otra carta, escribe: “pienso que cuando los pobres fueron olvidados y rechazados por nuestros sacerdotes, los impíos galileos lo vieron y decidieron dedicarse ellos”. “Los impíos galileos -añade- no ofrecen apoyo sólo a sus pobres sino también a los nuestros; todos ven que nosotros no cuidamos de nuestra gente”
Juliano odiaba a los “galileos”, pero reconocía la eficacia de ese sorprendente estado de bienestar que habían logrado llevando a la práctica el mandamiento de la caridad cristiana. Así superaban el miedo al sufrimiento y a la muerte.
El testimonio de los primeros cristianos, alentados por sus Pastores, nos sorprende y nos llena de admiración. Y sobre todo, nos plantea la duda sobre si la primera reacción de personas de fe tendría que ser siempre el miedo. Ellos no han inventado las epidemias; ellos han aportado un estilo nuevo de vida, capaz de sobrellevar con alegría todas las dificultades humanas.
https://www.primeroscristianos.com/epidemias/
(Basado en Rodney Stark, Epidemics, Network ad the Rise of Christianity, en Semeia, 56, 1992, pp 159-175).
Aquí se encuentra el Santuario del Primer Milagro de Jesús, bajo la custodia de los franciscanos, presentes en Caná desde hace tres siglos.
"Bajo la iglesia principal, que está detrás de mí, también tenemos, como explica la arqueología cristiana, los restos de una iglesia bizantina". Fr. HAITHAN YALDA HANO, ofm Párroco
Según el Evangelio de San Juan, durante la boda, al darse cuenta de que el vino se había terminado, María le dijo a Jesús: "No tienen vino". Jesús le respondió: “Mujer, ¿qué quieres de mí? Aún no ha llegado mi hora”. Su madre le dijo a los sirvientes: "Todo lo que os diga, hacedlo".
Había seis ánforas de piedra para la purificación ritual de los judíos, cada una de las cuales contenía entre ochenta y ciento veinte litros. Y Jesús les dijo: "Llenad las tinajas de agua"; y las llenaron hasta el borde. Él les dijo de nuevo: "Ahora tomad un poco y llevadlo al que dirige el banquete", quien, después de haber probado el vino, lo aprobó. Según el evangelista: "Este fue el primer milagro de Jesús, realizado en Caná de Galilea".
"En este tiempo de pandemia, creo que el mensaje de Caná es que los sufrimientos y las dificultades que vivimos nos purifican y esta agua purificada nos lleva a la alegría, a esa alegría verdadera, a esa alegría del vino nuevo. Este es el testimonio que dan los cristianos de Caná y el testimonio que nosotros, como cristianos, damos en esta celebración".Fr. BRUNO VARRIANO, ofm Guardián y Rector de la Basílica de la Anunciación en Nazaret
La Misa solemne fue presidida por el vicario de la Custodia de Tierra Santa, Fr. Dobromir Jasztal.
"Hoy aquí en Caná celebramos el primer milagro de Jesús, realizado durante las bodas de Caná. Es una gran fiesta, pero es también -podemos decir- la "tercera epifanía" que celebramos: la primera la celebramos en Belén, cuando Jesús se manifiesta al pueblo, la segunda la celebramos a orillas del Jordán, donde el Padre presenta a Jesús como su hijo y siervo redentor. Y luego en Caná, Jesús manifiesta su presencia en medio de la comunidad, y de su presencia sale ese don del vino nuevo". Fr. DOBROMIR JASZTAL, ofm Vicario de la Custodia de Tierra Santa
Con motivo de las bodas de plata, esta pareja renovó sus votos matrimoniales.
"Hoy es muy especial, muy hermoso, muy espiritual para mí y espero que Jesucristo y la Virgen María se queden con nosotros por el resto de nuestras vidas". REEM ABUNASSAR Pareja de Haifa
"Estamos llenos de entusiasmo, porque estamos celebrando el 25 aniversario de nuestra unión, que es una bendición, y hemos venido aquí a rezar con la comunidad de Caná para recibir la bendición del Señor desde el lugar bendecido por él mismo, y donde hizo su primer milagro". WADIE ABUNASSAR Pareja de Haifa
Conmemorar la Fiesta de Caná es celebrar el primero de los muchos milagros que Cristo sigue realizando en la humanidad.
Era el año 166 DC y el Imperio Romano estaba en el cénit de su poder. Las legiones romanas triunfantes, bajo el mando del emperador Lucius Verrus, regresaron victoriosas a Roma después de haber derrotado a sus enemigos partos en la frontera oriental del Imperio Romano.
Mientras marchaban hacia el oeste, hacia Roma, llevaban consigo algo más que el botín de los templos partos saqueados; también llevaron una epidemia que asolaría el Imperio Romano en el transcurso de las próximas dos décadas, un evento que alteraría inexorablemente el paisaje del mundo romano.
La peste de Antonino, como llegó a ser conocida, llegaría a todos los rincones del imperio y es lo que probablemente cobró la vida del mismo Lucius Verrus en 169, y posiblemente la de su co-emperador Marco Aurelio.
La pestilencia que se extendió por el Imperio Romano tras el regreso del ejército de Lucius Verrus está atestiguada en las obras de varios observadores contemporáneos. El famoso médico Galeno se encontró en medio de un brote no una, sino dos veces.
Presente en Roma durante el estallido inicial en 166, el sentido de autopreservación de Galeno evidentemente superó su curiosidad científica, y se retiró a su ciudad natal de Pérgamo . Su respiro no duró mucho; con la epidemia aún en su apogeo, los emperadores lo llamaron de regreso a Roma en 168.
Galeno
El efecto de la peste sobre los ejércitos de Roma fue aparentemente devastador. La proximidad a los compañeros soldados enfermos y las condiciones de vida menos que óptimas hicieron posible que el brote se extendiera rápidamente por todas las legiones, como las estacionadas a lo largo de la frontera norte en Aquileia.
Ambos emperadores y su médico adjunto, Galeno, estaban presentes con las legiones en Aquileia cuando la enfermedad arrasó los cuarteles de invierno, lo que llevó a los emperadores a huir a Roma y dejar atrás a Galeno para que atendiera a las tropas. Las legiones en otras partes del imperio se vieron afectadas de manera similar; el reclutamiento militar en Egipto recurrió a los hijos de los soldados para aumentar sus filas cada vez más reducidas.
Evidentemente, el efecto sobre la población civil no fue menos grave. En su carta a Atenas en 174/175, Marco Aurelio relajó los requisitos para ser miembro del Areópago (el consejo gobernante de Atenas), ya que ahora quedaban muy pocos atenienses de clase alta sobrevivientes que cumplieran con los requisitos que había introducido antes del brote.
Los documentos fiscales egipcios en forma de papiros de Oxyrhynchus y Fayum dan fe de una disminución significativa de la población en las ciudades egipcias.
No escapó a la atención de los administradores de las ciudades que la mortalidad y la subsiguiente huida de temerosos sobrevivientes afectaron sustancialmente sus ingresos fiscales.
En la misma Roma, un asediado Marco Aurelio (quien, después de la muerte de Lucius Verrus, se convirtió en el único gobernante del imperio) se enfrentaba simultáneamente a una invasión marcomana en la frontera norte del imperio, una invasión sármata en su frontera este y la peste en todo el imperio.
La evidencia epigráfica y arquitectónica en Roma indica que los proyectos de construcción cívica, una característica importante de la robusta economía de Roma del siglo II, se detuvieron de manera efectiva entre 166 y 180 pausa similar en los proyectos de construcción cívica aparece en Londres durante el mismo período.
La evidencia arqueológica y textual nos ayuda a pintar una imagen del impacto de la Peste de Antonino en varias regiones del Imperio Romano, pero ¿cuál fue?
Las notas del caso sobreviviente de Galeno describen una enfermedad virulenta y peligrosa, cuáles síntomas y progresión apuntan a al menos una, si no dos, cepas del virus de la viruela. Dión Casio describe la muerte de hasta 2000 personas por día solo en Roma durante un brote particularmente letal en 189.
Se ha estimado que la tasa de mortalidad durante el período de 23 años de la peste fue del 7 al 10 por ciento de la población; entre los ejércitos y los habitantes de las ciudades más densamente pobladas, la tasa podría haber llegado al 13-15 por ciento.
Aparte de las consecuencias del brote de peste, como la desestabilización del ejército y la economía romana, el impacto psicológico en las poblaciones debe haber sido sustancial. Es fácil imaginar la sensación de miedo e impotencia que debían sentir los antiguos romanos ante una enfermedad tan despiadada, dolorosa, desfigurante y frecuentemente mortal.
No es difícil comprender, entonces, los aparentes cambios en las prácticas religiosas que se producen como resultado de la peste de Antonino. Mientras se suspendían los proyectos de arquitectura cívica, se intensificaba la construcción de lugares sagrados y caminos ceremoniales.
Se dice que Marco Aurelio invirtió mucho en la restauración de los templos y santuarios de las deidades romanas, y uno se pregunta si fue en parte debido a la plaga que el cristianismo se unió y se extendió tan rápidamente por todo el imperio a fines del siglo II.
Los seres humanos, tanto antiguos como modernos, tienden a estar más abiertos a las consideraciones de lo divino en tiempos de miedo y ante la inminente mortalidad. Incluso hoy en día en la América moderna, mientras que un lugar de culto es raro dentro de un edificio de oficinas, hay uno en casi todos los hospitales. Parece que los antiguos romanos, ante una inexplicable e incurable epidemia, recurrieron a lo divino. Pero los dioses se movieron lentamente: pasarían otros 1.800 años antes de que finalmente se erradicara el virus de la viruela.
"El puente se construyó por primera vez hace unos dos mil años, durante el reinado de los asmoneos. En ese momento había un valle debajo de nosotros, y el puente se construyó para que los judíos no tuvieran que descender de la ciudad al fondo del valle y luego subir al Monte del Templo: era un camino más fácil para llegar al Templo".YEHUDA DEUTSCH Guía turístico de la Fundación del Patrimonio del Muro Occidental
Según los arqueólogos, la actual carretera de Bab al-Silsilah, que conduce a la mezquita de Al Aqsa, se encuentra en la ruta del gran puente, cuyos arcos aún son visibles en los túneles.
Los arqueólogos también encontraron un edificio al pie del Monte del Templo, cerca de lo que era la calle de las tiendas de cambio de dinero, ubicada fuera de las puertas del Templo. El edificio estaba decorado con columnas coronadas por capiteles.
Habría sido construido expresamente para gente adinerada de Jerusalén, a quienes Herodes quería tentar construyéndoles lujosas piscinas y mikvés, baños rituales. El agua llegaba a estas piscinas a través de un sistema de acueductos desde las piscinas de Salomón, que se encuentran a más de 20 kilómetros de distancia.
"Hay una abertura en la parte superior de cada columna. Detrás del muro hay un pozo de agua. Cuando el pozo se llenaba, salía de las ranuras de las columnas".
"Esta tina era utilizada por los ricos de la ciudad: venían aquí justo antes de entrar al templo. Entraban al agua para purificarse espiritualmente".
El último arco que sostenía el "gran puente" era el más grande y pasaba por encima de las tiendas situadas fuera de las puertas del templo.
"Los constructores no querían erigir una columna en medio del camino para sostener dos arcos, por lo que construyeron un gran arco al final del puente".
Los arqueólogos también han encontrado restos de un anfiteatro romano.
"Debemos recordar que los romanos derribaron el Templo y acumularon en un lado las piedras del muro que se habían caído y destrozado. Posteriormente utilizaron estas piedras para construir un anfiteatro".
Entre los hallazgos arqueológicos también hay bolas de piedra, probablemente arrojadas por las catapultas romanas durante los combates del 70 dC, cuando se produjo la destrucción del Templo. Los túneles del Muro Occidental continúan brindándonos nuevos descubrimientos, resurgiendo de las cenizas del pasado.