¿Dónde fue enterrado Moisés? No sabemos exactamente. Tampoco los escritores bíblicos:
“Entonces Moisés, el siervo del Señor, murió allí en la tierra de Moab, por mandato del Señor. Lo enterró en un valle en la tierra de Moab, frente a Bet-peor, pero nadie conoce el lugar de su sepultura hasta el día de hoy” (Deuteronomio 34:5–6).
Esta incertidumbre, sin embargo, no desanimó a los primeros cristianos, quienes determinaron que Moisés murió y fue enterrado en el monte Nebo, en lo que hoy es el centro del Jordán. Conocido localmente por su nombre árabe, Siyagha, el monte Nebo comenzó a atraer fieles cristianos a principios del siglo IV, cuando el cristianismo fue reconocido en el Imperio Romano como una religión legal.
Su conexión con Moisés y la narración del Éxodo atrajo a monjes cristianos, que querían vivir y orar cerca de donde estaba enterrado Moisés, así como a peregrinos, que deseaban conmemorar al profeta y contemplar las promesas de Dios a su pueblo.
El complejo monástico en la cima del monte Nebo creció entre los siglos IV y VI alrededor del lugar donde Moisés fue enterrado según la Biblia. De Davide Bianchi, “A Shrine to Moses” (Viena: Academia de Ciencias de Austria, 2021), pág. 174; Creative Commons Attribution 4.0 Licencia Pública Internacional .
En su artículo " Moisés y los monjes de Nebo " , publicado en Biblical Archaeology Review , Debra Foran describe la historia temprana de la peregrinación cristiana hacia el monte Nebo y sus alrededores y describe algunos de los monumentos centrales de la región.
“Una red de comunidades monásticas se extiende desde [Mt. Nebo] al este hasta los límites del desierto y al sur hasta el Wadi Mujib (el bíblico río Arnón). Este desarrollo probablemente estuvo relacionado con el creciente movimiento monástico en el sur de Levante durante el período bizantino, ejemplificado por los monasterios del desierto de Judea cerca de Jerusalén”.
Profesor asistente en el Departamento de Arqueología y Estudios del Patrimonio de la Universidad Wilfrid Laurier en Ontario, Foran también profundiza en cuestiones relacionadas con la forma en que los monjes del Monte Nebo interactuaban con la población local. “Entretejido en este paisaje monástico había una población laica activa y próspera que atendía a sus vecinos ascéticos. La población rural también se debe a los numerosos peregrinos que registran la región”.
La red monástica del monte Nebo incluía otros sitios cristianos, como 'Uyun Musa, Khirbat al-Mukhayyat, Ma'in y Madaba. Sociedad de Arqueología Bíblica.
Uno de los primeros peregrinos occidentales a Tierra Santa fue una mujer noble llamada Egeria (o Etheria ), que en la década de 380 visitó el supuesto lugar donde fue enterrado Moisés. En su itinerario latino , escribió:
Así llegamos a la cima de esa montaña, donde ahora hay una iglesia de no gran tamaño en la cima misma del monte Nabau. Dentro de la iglesia, en el lugar donde está el púlpito, vi un lugar un poco elevado, que contenía tanto espacio como el de las tumbas.
Pregunté a esos hombres santos [es decir, monjes] qué era esto, y me respondieron: “Aquí fue puesto el santo Moisés por los ángeles, porque, como está escrito, nadie conoce el lugar de su sepultura, y porque es cierto que fue enterrado por los ángeles. Su tumba, de hecho, donde fue puesto, no se muestra hasta el día de hoy;pero como nos lo mostraron nuestros antepasados que habitaron aquí, así os lo mostramos a vosotros, y nuestros antepasados dijeron que esta tradición les fue transmitida por sus propios antepasados (XII, 1–2).
El baptisterio norte de la basílica bizantina del monte Nebo presenta una pila bautismal (frente) y mosaicos elaborados que datan de c. 530 CE Foto de flowcomm , bajo licencia CC BY 2.0 .
La pequeña iglesia que visitó Egeria fue reconstruida y ampliada en el siglo V para incluir varias capillas laterales y un baptisterio (ver foto), todos los cuales estaban decorados con intrincados mosaicos o pavimentados con baldosas de mármol dispuestos en patrones geométricos.
Esta basílica bizantina fue excavada recientemente y se construyó sobre ella una nueva iglesia (denominada Iglesia Memorial de Moisés) para proteger los restos arqueológicos y brindar a los visitantes la experiencia visual de la iglesia del siglo VI. Durante las restauraciones de 2013, se descubrió una tumba vacía en el centro de la nave de la basílica. Forán escribe:
Ubicada en el punto más alto de la montaña, esta tumba inicialmente pudo haber sido parte de un santuario anterior dedicado a Moisés que luego se incorporó a la basílica y se selló debajo de su piso. La comunidad monástica del Monte Nebo posiblemente pensó que esta tumba como un monumento funerario dedicado a Moisés, y podría haber sido el que vieron Egeria y sus compañeros peregrinos en el siglo IV.
Varios otros sitios monásticos alrededor del supuesto lugar de enterramiento de Moisés en el monte Nebo florecieron durante el período bizantino (siglos IV-VII). Entre ellos estaban 'Uyun Musa (los manantiales de Moisés), un manantial perenne en el valle al noreste del monte Nebo que también sostienen cuevas para los ermitaños cristianos (ver foto).
También está Khirbat al-Mukhayyat, que es una colina a unas 2 millas al sureste del monte Nebo que tiene al menos tres iglesias que datan de los siglos VI y VII. Este sitio es el foco de las exploraciones actuales dentro del Proyecto Arqueológico de la Ciudad de Nebo, dirigido por Foran.
Las cuevas en 'Uyun Musa (2 millas al noreste del Monte Nebo) proporcionan refugio a los monjes cristianos que lograron vivir y orar cerca de donde Moisés fue enterrado. De Davide Bianchi, “A Shrine to Moses” (Viena: Academia de Ciencias de Austria, 2021), pág. 166; Creative Commons Reconocimiento 4.0 Licencia Pública Internacional.
https://www.primeroscristianos.com/la-tumba-moises-monte-nebo/
Desde entonces las investigaciones no han cesado y los abundantes hallazgos están cada vez más cerca de confirmar lo que parece cada vez más evidente: tendría unos 2.000 años de antigüedad, habría sido usado en tiempos de Herodes el Grande y muy probablemente transitado por el mismo Jesús.
Pero los investigadores no dispondrán de todo el tiempo que necesitarían o les gustaría tener para desarrollar el trabajo en perfectas condiciones.
Yehuel Zelinger, un reconocido arqueólogo con más de 30 años de trabajo de campo en Jerusalén y buen conocedor del hallazgo, afirmó a OSV News la aceleración de las investigaciones con motivo de nuevos proyectos de construcción que amenazan el yacimiento.
Por ello, el arqueólogo destacó la importancia de apresurar la labor de documentación y preservación de la mayor cantidad posible de evidencias antes de que sea demasiado tarde.
«Hay tanta construcción y desarrollo que tenemos que recabar todo lo posible en este momento porque de lo contrario no tendremos los datos», urge Zelinger.
La relevancia del hallazgo no es menor: situada en el Parque Nacional de los Muros de Jerusalén, esta calle fue transitada por los peregrinos que se dirigían desde el estanque de Siloé al Monte del Templo hace 2.000 años.
Se trata de dos monumentos con gran relevancia para el cristianismo y las Sagradas Escrituras. El primero de ellos -cientos de años más antiguo que la ruta- fue transitado por el mismo Jesús durante su estancia en la ciudad santa, realizando milagros como la curación del ciego al que envió al estanque, mientras que el Monte del Templo ha sido venerado como un lugar sagrado durante miles de años.
El milagro es descrito por Juan:
En aquel tiempo Jesús vio al pasar a un hombre ciego de nacimiento, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego y le dijo: `Vete, lávate en la piscina de Siloé´ (que quiere decir Enviado). Él fue, se lavó y volvió ya viendo… Y dijo Jesús: `Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos´. Algunos fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: `Es que también nosotros somos ciegos?´ Jesús les respondió: `Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero, como decís: `Vemos´ vuestro pecado permanece´».
Se cree que la excavación de de la ruta de peregrinación, que actualmente se encuentra bajo varias casas, fue transitado especialmente durante las principales celebraciones peregrinaciones durante el reinado de Herodes el Grande.
La gran importancia de esta vía de 800 metros de largo y 6 de ancho no es una mera hipótesis, pues «si se tratara de un simple pasadizo que conectase el punto A con el punto B, no habría necesidad de construir una calle tan grande», expresaron los doctores Joe Uziel y Moran Hagbi, arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
«Como mínimo tiene 8 metros de ancho. Esto, junto con su piedra finamente tallada y sus ‘adornos’ ornamentados como un podio escalonado a lo largo de la calle, indica que se trataba de una calle especial«, confirmaron en su estudio de investigación al hallar la ruta de peregrinación.
Mapa de la ciudad de Jerusalén y ruta de la peregrinación construida por Pilato.
Otro aspecto relevante de esta «ruta de peregrinación» es su edificación en sí misma. Construida por mandato de Poncio Pilato, el camino también tendría un elaborado sistema de drenaje mediante escalones que permitirían que el agua se condujese bajo la calzada. Entre otras funcionalidades de la misma, los arqueólogos barajan la posibilidad de que en ella se encontrase una suerte de mercado.
Una hipótesis basada en los hallazgos descubiertos por los 80 arqueólogos que investigan el área, entre los que destacan utensilios de cocina, joyas, cerámica y monedas, siendo estas últimas idóneas para la datación cronológica de los descubrimientos.
En 2019 ya se habían hallado 100 monedas atrapadas debajo de adoquines. Las últimas datan entre el 17 y el 31 después de Cristo, lo que proporciona una evidencia firme de que el trabajo comenzó y se completó durante el tiempo en que Poncio Pilato gobernó Judea.
«Datar usando monedas es muy exacto», aseguró Donald T. Ariel, arqueólogo y experto en monedas de la Autoridad de Antigüedades de Israel, y uno de los coautores del artículo escrito en el descubrimiento de la ruta.
Explica que como algunas monedas tienen el año en que fueron acuñadas, si una moneda con la fecha del año 30 después de Cristo se encuentra debajo de la calle, «la calle tuvo que construirse en el mismo año o después de que esa moneda fuera acuñada».
La profesora de hebreo y arameo y arqueóloga colaboradora en Tierra Santa desde 1996, Ca
yetana Johnson, ha subrayado en varias ocasiones semejantes la importancia de los hallazgos anexos a la piscina de Siloé.
Entrevistada por Alfa y Omega, recordó su experiencia de 2016, cuando trabajó en la entrada sur a Jerusalén a través de la calle de Justiniano, muy cercana a la piscina donde el ciego fue curado.
«En la época del segundo templo los peregrinos subían por allí, después de purificarse en la piscina de Siloé, cantando los salmos. La subida es bastante pronunciada, y les servía para reflexionar y prepararse para lo que iban a encontrar. Los cristianos hacían este mismo itinerario: comenzaban su camino hasta el Santo Sepulcro recordando el milagro de la curación del ciego en la piscina«,explicó Johnson.
Destaca, además, la abundante afluencia de gente que debía darse en aquella zona, especialmente por las «pulidísimas» piedras del suelo halladas en las excavaciones.
«Antes de la entrada había albergues para curarse (muchos venían con enfermedades) y asearse, y por todas partes se encuentran monedas. También colgantes con forma de cruz. Hace unos años apareció un colgante con forma de librito, que en un lado tiene tallada una cruz y en el otro una imagen borrosa, que puede representar a Jesús como buen pastor (con pelo corto y sin barba)», mencionó la arqueóloga.
Con todo, las excavaciones aún no están concluidas, quedando todavía unos 90 metros para completar el recorrido de los peregrinos.
Para Zelinger, «lo más importante» pasa por publicar los hallazgos de cara a la comunidad científica y el público, elaborados en base a los procedimientos de datación científica así como en base a las evidencias materiales literarias o monetarias. También emplean como complemento las fuentes históricas y especialmente las Sagradas Escrituras, donde se muestran nombres como los que aparecen representados en inscripciones de la ruta.
«No significa que sea la misma persona, pero significa que el nombre se empleaba durante ese periodo» o bien que «podría ser familiar» de alguien que aparezca en la Biblia. «Esto son solo detalles, pero con ellos se construye la historia en conjunto», concluyó el arqueólogo.
“Un día una tormenta te sacudió, y tus aguas...rasgadas por los relámpagos, elevaron un extraño canto, frenético y armonioso, noblemente áspero y suavemente terrible...como entonado por la trompeta de un arcángel preso del espanto y la piedad frente a los horrores del infierno abierto. Era el alma del monje de Narek que pasaba sobre ti”.
(Oda a la lengua armenia, 1908)
Las palabras que el escritor Archag Tchobanian dedica a Gregorio de Narek en este poema, escrito en uno de los momentos más terribles de la historia armenia, revelan el crisol donde el monje forjó un nuevo verbo teológico arraigado profundamente en la tradición de su tierra.
Gregorio de Narek, nació entre 945 y 951 en el Vaspurakan (Armenia histórica) en una familia de literatos. Tras la muerte prematura de su madre, su padre, Khosrov, es nombrado arzobispo de Andzevatsik y confía su educación a su tío Ananías, médico, filósofo y abad del monasterio basiliano de Narek, célebre escuela de Sagrada Escritura y Patrística.
Gregorio estudiará allí, además de la Biblia, a los poetas y filósofos helenistas, será ordenado sacerdote, luego abad y reformará Narek. Contemplativo, pero no aislado de los acontecimientos políticos y eclesiásticos de su tierra y su tiempo, su fama traspasa los muros del monasterio.
Así, a petición del príncipe Gurgen de Andzevatsik, escribe su Comentario sobre el Cantar de los Cantares y del obispo Stepanos la historia de la Santa Cruz de Aparank y destina sermones e himnos a la enseñanza del pueblo.
De especial importancia para la comprensión de sus enseñanzas mariológicas son los encomios a la Santísima Virgen, en los que preanunciaría la concepción inmaculada de María, con un estilo conmovedor donde se percibe su añoranza de la figura materna.
Al final de su vida escribe “El Libro de las Lamentaciones” tan popular y amado en Armenia que su lectura era obligatoria para los escolares una vez que hubieran aprendido el alfabeto. Muere alrededor del 1010 en Narek donde su tumba, lugar de peregrinación durante ocho siglos, fue destruida al igual que el monasterio durante el genocidio de 1915-1916.
Escrita hace 1.200 años, la obra de Narek sigue siendo un modelo universal de literatura y espiritualidad. Gregorio inventa un género, una especie de treno (oración fúnebre griega) sobre un alma en extremo peligro y un tipo de libro, una cadena de oraciones.
“El ritmo y el número a los que recurrí en el poema anterior -dice en Las Lamentaciones- no tenían otro fin que agudizar el dolor, la queja, los suspiros, la amarga letanía de lágrimas...Por lo tanto, retomaré aquí la misma forma, en cada frase, como anáfora y como epístrofe, y haré que la repetición figure fielmente el espíritu, el poder vivificante de la oración".
Es un innovador porque libera la palabra interior de todos los cánones de expresión regulados por la tradición filosófica o religiosa de su tiempo y al hacerlo devuelve al espíritu su derecho a expresarse sin restricciones, entablando un diálogo directo con Dios que excluye cualquier dogmatismo, excepto el de la libertad.
Un diálogo donde la soledad del ser humano y el silencio expresivo de Dios se entrecruzan y se responden; una “venida de Dios en el lenguaje” que muestra incluso los límites de éste para abordar lo divino.
En los 95 capítulos u oraciones de Las Lamentaciones, el monje filósofo se hace representante solidario de todo el género humano, extraviado en el laberinto del pecado y angustiado por la necesidad de amor, en constante tensión hacia algo que no pertenece al mundo que habita, hasta abandonarse a la misericordia del Dios de la luz, cuya proximidad siente entonces como inmediata.
Su herencia fue recogida por los poetas armenios del siglo XX en una época en la que anteponer el ser humano a cualquier sistema era extremadamente difícil.
El 12 de abril de 2015 con motivo de su proclamación como Doctor de la Iglesia, el Papa Francisco, escribía en su Mensaje a los Armenios:
“San Gregorio de Narek, monje del siglo X, más que cualquier otro supo expresar la sensibilidad de vuestro pueblo, dando voz al grito, que se convierte en oración (...) Formidable intérprete del espíritu humano, parece pronunciar palabras proféticas para nosotros:
«Yo cargué voluntariamente todas las culpas, desde las del primer padre hasta las del último de sus descendientes, y de ello me consideré responsable» (Libro de las lamentaciones, LXXII). Cuánto nos impacta ese sentimiento suyo de solidaridad universal. Qué pequeños nos sentimos ante la grandeza de sus invocaciones:
«Acuérdate, [Señor,]... de quienes en la estirpe humana son nuestros enemigos, pero para su bien: concede a ellos perdón y misericordia (...) No extermines a quienes me muerden: ¡conviértelos! Extirpa la viciosa conducta terrena y arraiga la buena conducta en mí y en ellos» (ibid., LXXXIII).
https://www.primeroscristianos.com/armenia-ano-301-cristianismo/
ver en Wikipedia
En el calendario litúrgico, la cuaresma representa el periodo de preparación que pasó Jesús en el desierto antes de su vida pública. Los 40 días se marcan a partir del miércoles de ceniza y hasta el domingo de ramos, cuando inician las celebraciones de la Semana Santa.
Este año 2022, el miércoles de ceniza será el 22 de febrero. A partir de ahí, comienzan a contarse 40 días naturales hasta el domingo de ramos, el 2 de abril. Jueves y Viernes Santo se celebrará este año los días jueves y viernes 6 y 7 de abril, y la Pascua será el domingo 9 de abril.
Durante la cuaresma, la tradición católica sugiere el ayuno —aunque eso se ha traducido en no comer carne— el miércoles de ceniza y los días viernes, hasta la Pascua, en representación del sacrificio que hizo Jesús.
La explicación está en que el número 40 tiene una presencia importante en la Biblia.
“40 días duró el diluvio; 40 días estuvo Moisés en el Monte Sinaí para prepararse y llevar a su pueblo a la tierra prometida; 40 días estuvo Jesucristo en el desierto alistándose para predicar, hacer milagros y vivir la tortura, crucifixión, muerte y resurrección”.
El número 40 también está presente en los 40 años que el pueblo de Israel tuvo que estar en el desierto para llegar a la tierra prometida. Solo en años bisiestos entre las dos fechas hay 41 días.Los católicos toman la temporada de cuaresma como una preparación para los días santos y la Pascua, cuando celebran la resurrección de Jesucristo.
https://www.primeroscristianos.com/como-vivian-los-primeros-cristianos-la-cuaresma/
Lea también:
https://www.primeroscristianos.com/la-penitencia-y-el-ayuno-en-la-iglesia-primitiva/
Santa Juliana, virgen y mártir de Nicomedia, en Campania
Joven cristiana, su padre pagano la prometió en matrimonio al Prefecto Eleusio, también un pagano. Ella aceptó con la condición de la conversión de Eleusio. Fue luego denunciada como cristiana, arrestada, torturada y decapitada alrededor del 305, en la época del emperador romano Maximiano.
Cuando llegó la paz de Constantino, la matrona Sofronia tomó las reliquias del cuerpo de la mártir Juliana con la intención de llevarlas consigo a Roma. Por una tempestad, tuvo que desembarcar en Puzoli donde le edificó un templo que luego destruyeron los lombardos. Las reliquias se vieron peligrar y prudentemente se trasladaron a Nápoles donde reposan y se veneran con gran devoción.
En Nicomedia tuvieron lugar los hechos, de mil maneras narrados y con toda clase de matices comentados, en torno a esta santa que hizo un proyecto de su vida contrapuesto al deseado por su padre. Los narraré escuetamente adelantando ya que fue por la persecución de Maximiano.
Juliana es hija de una conocida familia ilustre pero con un padre pagano metido en el ejercicio del Derecho - que cuando llega el momento llega a convertirse en perseguidor de los cristianos - y una madre agnóstica. Ella, por la situación del entorno familiar nada favorable para la vivencia cristiana, se ha hecho bautizar en secreto. Además se le ha ocurrido entregarse enteramente a Cristo y no entra el casamiento en sus planes de futuro. Este es el marco.
La dificultad del caso comienza cuando Eluzo, que es un senador joven, quiere casarse con Juliana. La cosa se pone aún más interesante porque, conociendo que Eluzo bebe los vientos por su hija, ya ha concertado el padre el matrimonio entre el senador y la joven, comprometiendo su honorabilidad.
La supuesta novia lo recibe amablemente y con cortesía haciendo gala de su esmerada educación. Pero, al llegar el momento culminante de los detalles matrimoniales, salta sobre el tapete una condición al aspirante con la intención de desligarse del compromiso. No lo aceptará -le dice- mientras no sea juez y prefecto de la ciudad.
Claro que eso era como pedir la luna; pero se vio pillada en sus palabras ya que en poco tiempo, gracias a influencias, dinero y valía personal, Eluzo se ha convertido en juez y prefecto de Nicomedia; además, continúa insistiendo en sus pretensiones matrimoniales con Juliana. La doncella mantiene la dignidad dándole toda clase de felicitaciones y parabienes, al tiempo que le asegura no poder aceptar el matrimonio hasta que se dé otra condición imprescindible para cubrir la sima que los separa: debe hacerse cristiano.
Ante tamaño disparate es el propio Eluzo quien pondrá al padre al corriente de lo que está pasando y de la «novedad» que se presenta. «Si eso es verdad, seremos juez y fiscal para mi hija». Juliana sólo sabe contestar a su padre furioso que ansía ser la primera dama de la ciudad, pero que sin ser cristiano, todo lo demás lo estima en nada.
«Por Apolo y Diana! Más quiero verte muerta que cristiana».
En la conversación tratará a su padre con respeto y amor de hija, pero... «mi Salvador es Jesucristo en quien tengo puesta toda mi confianza». Vienen los tormentos esperados cuando las razones no son escuchadas. Estaño derretido y fuego; además, cárcel para darle tiempo a pensar y llevarla a un cambio de actitud. Finalmente, con 18 años, se le corta la cabeza el 16 de febrero del 308.
Alguna vez hay padres que «se pasan» al forzar a sus hijos cuando tienen que elegir estado. Esto tiene más complicaciones si razones profundas, como la fe práctica, dificulta la comprensión de los motivos que distancian. ¿No pensaría el padre de Juliana que sin matrimonio y cristiana su hija sería desgraciada? Quizá con viva fe cristiana llegara a vislumbrar que Jesucristo llena más que el dinero, el poder, la dignidad y la fama.
https://www.primeroscristianos.com/constantino-favorecio-a-los-cristianos-socialmente-dentro-del-imperio/
Muchos homenajes subrayan la grandeza de Benedicto XVI como teólogo. De eso no cabe duda. Su obra perdurará. Sus luminosos libros son ya clásicos. Pero no debemos equivocarnos. Su grandeza no reside principalmente en la penetración académica de los conceptos de la ciencia teológica, sino en la profundidad teológica de su contemplación de las realidades divinas.
Benedicto XVI tenía el don de hacernos ver a Dios, de hacernos gustar su presencia, a través de sus palabras. Creo que puedo decir que cada una de las homilías que escuché de él fue una verdadera experiencia espiritual que marcó mi alma. En esto, es un verdadero descendiente de San Agustín, el Doctor al que se sentía tan cercano en espíritu.
Su voz, frágil y cálida a la vez, consiguió hacernos sentir la experiencia teológica que él mismo había vivido. Te aferraba en lo más hondo del corazón y te conducía a la presencia de Dios.
Escuchémosle: "En nuestro tiempo, en el que en amplias zonas de la tierra la fe está en peligro de apagarse como una llama que no encuentra ya su alimento, la prioridad que está por encima de todas es hacer presente a Dios en este mundo y abrir a los hombres el acceso a Dios. No a un dios cualquiera, sino al Dios que habló en el Sinaí; al Dios cuyo rostro reconocemos en el amor llevado hasta el extremo, en Jesucristo crucificado y resucitado" (Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre la remisión de la excomunión de los cuatro obispos consagrados por el arzobispo Marcel Lefebvre, 10 de marzo de 2009).
Benedicto XVI no era un ideólogo rígido. Estaba enamorado de la verdad, que para él no era un concepto, sino una persona encontrada y amada: Jesús, el Dios hecho hombre. Recordemos su afirmación magistral: "No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva" (Deus caritas est, 1).
Benedicto XVI nos llevó a vivir este encuentro de fe con Cristo Jesús. Allá donde iba, encendía esta llama en los corazones. Con jóvenes, seminaristas, sacerdotes, jefes de Estado, pobres y enfermos, reavivó la alegría de la fe con fuerza y discreción. Se hizo olvidar para dejar brillar mejor el fuego del que era portador. Nos recordó: "Solo si hay una cierta experiencia, se puede también comprender" (Encuentro con los párrocos y sacerdotes de la diócesis de Roma, 22 de febrero de 2007).
El cardenal Sarah, en una de sus visitas al Papa emérito.
Nunca dejó de recordarnos que esta experiencia de encuentro con Cristo no contradice ni la razón ni la libertad. "[Cristo] no quita nada, y lo da todo" (Santa Misa de inicio del ministerio petrino, domingo 24 de abril de 2005).
A veces estaba solo, como un niño que se enfrenta al mundo. Un profeta de la verdad que es Cristo frente al imperio de la mentira, un frágil mensajero frente a poderes calculadores e interesados. Frente al gigante Goliat del dogmatismo relativista y el consumismo todopoderoso, no tenía otra arma que su palabra.
Este David de los tiempos modernos se atrevió a gritar:
"El deseo de verdad pertenece a la naturaleza misma del hombre, y toda la creación es una inmensa invitación a buscar las respuestas que abren la razón humana a la gran respuesta que desde siempre busca y espera: 'La verdad de la revelación cristiana, que se manifiesta en Jesús de Nazaret, permite a todos acoger el «misterio» de la propia vida.
Como verdad suprema, a la vez que respeta la autonomía de la criatura y su libertad, la obliga a abrirse a la trascendencia. Aquí la relación entre libertad y verdad llega al máximo y se comprende en su totalidad la palabra del Señor: «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres»' (Fides et ratio, 15)" (Discurso a los participantes en la Asamblea plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, 10 de febrero de 2006).
Pero la mentira y el compromiso no lo toleraron. Fuera de la Iglesia, pero también dentro de ella, hubo quien perdió el control. Sus propuestas fueron caricaturizadas, distorsionadas y ridiculizadas. El mundo quería silenciarlo porque su mensaje era insoportable. Querían silenciarle.
Benedicto XVI ha resucitado en nuestro tiempo la figura de los Papas de la Antigüedad, mártires aplastados por el moribundo Imperio romano. El mundo, como Roma en el pasado, tembló ante este anciano con corazón de niño.
El mundo estaba demasiado comprometido con la mentira para atreverse a escuchar la voz de su conciencia. Benedicto XVI fue un mártir de la verdad, de Cristo. Traición, deshonestidad, sarcasmo, no se le ahorró nada. Vivió el misterio de la iniquidad hasta el final.
Entonces vimos al hombre discreto revelar plenamente su alma de pastor y padre. Como un nuevo San Agustín, la paternidad del pastor desplegó en él la madurez de su santidad.
¿Quién no recuerda la tarde en que, habiendo reunido en la plaza de San Pedro a sacerdotes de todo el mundo, lloró con ellos, rió con ellos y les abrió la intimidad de su corazón sacerdotal? Muchos jóvenes le deben su vocación sacerdotal o religiosa. Benedicto XVI brillaba como un padre entre sus hijos cuando estaba rodeado de sacerdotes y seminaristas.
Hasta el final, quiso apoyarlos y hablarles desde lo más profundo de su corazón, llamado a seguir a Cristo en el don de sí mismo e incluso en el sufrimiento por los demás.
"Para que el don no humille al otro, no solamente debo darle algo mío, sino a mí mismo" (Deus caritas est, 34).
"Cristo, padeciendo por todos nosotros, ha dado al sufrimiento un nuevo sentido, lo ha introducido en una nueva dimensión, en otro orden: en el orden del amor" (Discurso a los cardenales, arzobispos, obispos y prelados superiores de la curia romana, 22 de diciembre de 2005).
Benedicto XVI amaba a las familias y a los enfermos. Para entenderlo, hay que haberle visto con los niños hospitalizados. Hay que haberle visto dándole un regalo a cada uno. Hay que haber visto la pequeña lágrima de emoción que brilló en su amable rostro.
A él, recordémoslo, se debe la lucidez de la Iglesia sobre la pedofilia. Sabía cómo llamar al pecado por su nombre, cómo conocer y escuchar a las víctimas, y cómo castigar a los culpables sin la complicidad que a veces se disfraza de misericordia.
A pesar de ello, o tal vez a causa de este amor a la verdad, cada vez fue más despreciado. Entonces el profeta, el mártir, el padre tan bueno se convirtió en un maestro de la oración.
No puedo olvidar aquella tarde en Madrid cuando, ante más de un millón de jóvenes entusiastas, renunció al discurso que había preparado para invitarles a rezar en silencio con él. Había que ver a esos jóvenes de todo el mundo,silenciosos, arrodillados detrás de quien les mostraba el camino.
Aquella noche, con su oración silenciosa, dio a luz a una nueva generación de jóvenes cristianos: "Solo ella [la adoración] nos hace verdaderamente libres, solo ella nos da los criterios para nuestra acción.
Precisamente en un mundo en el que progresivamente se van perdiendo los criterios de orientación y existe el peligro de que cada uno se convierta en su propio criterio, es fundamental subrayar la adoración" (Discurso a los cardenales, arzobispos, obispos y prelados superiores de la curia romana, 22 de diciembre de 2005).
De ahí su insistencia en la importancia de la liturgia. Sabía que en la liturgia la Iglesia se encuentra cara a cara con Dios. Si no está en el lugar que le corresponde, entonces se dirige a la ruina.
A menudo repetía que la crisis de la Iglesia era fundamentalmente una crisis litúrgica, es decir, una pérdida del sentido del culto. "El misterio es el corazón del que sacamos nuestra fuerza", le gustaba repetir. Trabajó mucho para devolver a los cristianos una liturgia que fuera, según sus palabras, "un verdadero diálogo del Hijo con el Padre".
Frente a un mundo sordo a la verdad; frente, a veces, a una institución eclesiástica que se negaba a escuchar su llamada, Benedicto XVI optó finalmente por el silencio como última predicación.
Al renunciar a su cargo y retirarse a la oración, recordó a todos que "necesitamos hombres que miren de frente a Dios y aprendan de Él lo que es la verdadera humanidad. Necesitamos personas cuyas mentes estén iluminadas por la luz de Dios y cuyos corazones Dios abra para que sus mentes puedan hablar a las mentes de los demás y sus corazones puedan abrir los corazones de los demás" (Cardenal Ratzinger, Conferencia en el monasterio de Santa Escolástica, Subiaco, 1 de abril de 2005).
Sin saberlo, el Papa estaba dibujando su propio retrato, añadiendo: "Solo de los santos, solo de Dios, viene la verdadera revolución, el cambio decisivo del mundo".
¿Habrá sido Benedicto XVI la última luz de la civilización cristiana? ¿El ocaso de una era pasada? A algunos les gustaría pensar que sí. Es cierto que, sin él, nos sentimos huérfanos, privados de la estrella que nos guiaba. Pero ahora su luz está en nosotros.
Benedicto XVI, con su enseñanza y su ejemplo, es el Padre de la Iglesia del tercer milenio. La luz alegre y pacífica de su fe nos iluminará durante mucho tiempo.
Fuente: www.religionenlibertad.com
Una catedral llena de colores… y misterios. El hallazgo de un piso en damero de mármol rojo y blanco, ocurrido durante la campaña de excavación a principios de 2022, completó la refinada imagen de un edificio cuyas columnas, en preciosos mármoles en tonos rosas, verdes y grises, testimoniaban una riqueza igual a la influencia que tuvo la ciudad de Hippos-Sussita en la era bizantina (siglos IV-VI dC).
Reconstrucción en color del interior de la catedral, realizada por Yannis Nakas. (foto Excavaciones de Hippos)
Pero otra estructura, adyacente a la catedral, genera interrogantes para los arqueólogos. Es una capilla sorprendentemente grande con tres ábsides, de los cuales el principal ha conservado la huella de una tubería de plomo que conducía agua hacia las pilas bautismales. "Con 18 metros de largo y 13 metros de ancho, este es el lugar dedicado al bautismo más grande encontrado en Israel", explica Michael Eisenberg, quien ha estado dirigiendo las excavaciones en el sitio durante 23 años.
No lo llames baptisterio, sino fotisterium: «Encontramos una inscripción griega que menciona un fotisterium (φωτιστήριον) –dice el arqueólogo-. Literalmente "lugar de iluminación". Es más que un baptisterio, el "lugar de inmersión". El significado es más profundo, conectado con Jesús, y las características del contexto pueden ser más numerosas. Pero la idea es que con el bautismo se entra en la luz». Este fotisterio no es el primero encontrado en la región; Michael Eisenberg señala que la palabra griega a menudo se ha traducido erróneamente como "baptisterio".
De hecho, en la base de datos de inscripciones griegas del Packard Humanities Institute (Los Altos, EE. UU.), actualmente hay once claros ejemplos de la palabra phōtistērion , encontrados en Galilea, Siria y Jordania en yacimientos que datan del siglo V-VII, frente a dos únicas menciones de baptisterio . La fotisteria más cercana se encuentra en Kursi, en las ruinas de otra iglesia bizantina, al norte del territorio de Hippos.
“Las palanganas de estas habitaciones no eran lo suficientemente grandes para que una persona, excepto niños pequeños, pudiera sumergirse en el agua”, explica Michael Peppard, doctor en historia del cristianismo en la Universidad de Fordham en Nueva York y autor en 2020 de un artículo dedicado a el fosterium –. Es muy probable que los fieles que se encontraban en estas salas fueran "bautizados" no por inmersión, sino por afusión, es decir, echándose agua sobre la cabeza y el cuerpo. Quizá por eso estas salas no se llamaban baptisterios». Una teoría que no se aplica a Hippos, donde las pilas bautismales son bastante grandes.
«Hippos-Sussita fue la principal ciudad cristiana de la provincia de Palestina Secunda y la más importante en torno al mar de Galilea. Controlaba un gran territorio y, en consecuencia, su obispo debió ser una persona influyente. Se cree que tenía el monopolio del rito bautismal en su iglesia”, explica Michael Eisenberg. Esta hipótesis se basa en la ausencia de pilas bautismales en las otras cinco iglesias excavadas de la ciudad (de las siete conocidas por Hippos).
La construcción de esta catedral, que se llevó a cabo en tiempos acelerados en comparación con la historia del cristianismo (y probablemente antes del 590, según las últimas excavaciones), y la importancia que asumió Hippos para los primeros cristianos, no dejan de cuestionar a los arqueólogos.
Si bien muchas ciudades alrededor del Mar de Galilea están asociadas con el ministerio de Cristo, nunca se menciona a los hippos en los textos bíblicos. Ciudad floreciente de la Decápolis, estaba, en tiempos de Jesús, dotada de todos los elementos de la ciudad grecorromana: termas, basílica, foro, necrópolis, odeón, santuario dedicado al dios Pan... Hippos es, pues, profundamente «pagano», según el término empleado en los Evangelios.
Sin embargo, estos reportan que durante su ministerio alrededor del lago Tiberíades, Jesús viajó varias veces a sus orillas orientales, precisamente a tierras paganas, para predicar allí en público. Michael Eisenberg defiende los vínculos probables con episodios del Nuevo Testamento: el milagro de los cerdos (Evangelios de Mateo 8, Marcos 5, Lucas 8) se asocia tradicionalmente con las ciudades de Kursi o Ghadara, o esta "ciudad en lo alto de una colina", mencionado en el "sermón de la montaña" (Mt 5,14).
El sitio y la carretera que conduce a él se están remodelando actualmente para abrirse al público en unos meses. Michael Einsenberg está convencido de ello: «Hippos tiene potencial para convertirse en un importante lugar turístico y de peregrinaje alrededor de Tiberíades».
Vuelve a los árboles la savia por entonces, inician su regreso las aves y a Roma vuelven —ut viderent Petrum—, en romería, los romeros. Entraban por la puerta Flaminia, que se llamó puerta de San Valentín, porque allí, en recuerdo de su martirio, el papa Julio I —siglo IV— construyó en su honor una basílica...
Fue allí, en el umbral de Roma —cuando a Roma se llega desde la Umbría—, donde San Valentín —sacerdote y mártir— sería degollado por orden del emperador Claudio II. Por haber socorrido a los cristianos encarcelados, Valentín hubo de soportar, ante el tribunal del emperador, un largo, severo y minucioso interrogatorio.
¡Con qué amorosa firmeza declaró, profesó y defendió la verdad San Valentín! Por ello, el prefecto Calpurnius le condena. Su lugarteniente Asterius recibe y acepta la misión de custodiarle. Pero él —Asterius— tiene adoptada una niña en casa, cuyos menudos ojos nada ven hace tiempo ya.
¿Qué movió a Asterius a la súplica? ¿Acaso aquella sensación de frialdad triste que se remansa en el rostro ciego, en la belleza inútil de las adolescentes esculturas grecolatinas? ¿Por qué condicionó Asterius su súplica a la promesa de creer en Cristo si Valentín encendía los ojos de la niña? Porque Valentín aceptó sacerdotalmente, y en nombre del Señor obró el prodigio, y con él se hizo la luz no sólo en Asterius, sino en su casa toda, y toda la familia recibe el agua bautismal, para recibir, con ella, el martirio...
Los peregrinos que de Roma vuelven, por la vía Flaminia, regresarán con reliquias de San Valentín —sacerdote y mártir— y el recuerdo de aquellos ojos muertos a los que dio videncia. Se referirá la historia fervorosamente y la fe, con el júbilo de creer y poseer la verdad, coloreará la anécdota hasta hacerse precisos varios San Valentín para completarla, y para mantenerla varias serán las ciudades de la cristiandad que reclamen después —y aún hoy— su oriundez.
Un escritor —de confesionalidad protestante— francés cuenta en un libro de viajes publicado en 1698 cómo la vigilia de San Valentín, en Inglaterra, siguiendo una —según él— antiquísima costumbre, celebran una fiesta en la que cada Valentín elige su Valentina precisamente al llegar la conmemoración del santo romano —sacerdote y mártir—, que es cuando la naturaleza va a iniciar un nuevo ciclo de pujanza y desarrollo.
Y lo curioso es que no faltan severos sermonarios protestantes en los que se denunciaba ya esta efemérides como festividad de cuño "papista" y pagano al mismo tiempo.
San Francisco de Sales, en cambio —que ve también un indudable poso de paganía en la vieja tradición de los valentinos—, aconseja a los jóvenes que imiten las virtudes del Santo. Nosotros pensamos que muchas de las costumbres y celebraciones paganas que Roma extendió por su vasto imperio coincidieron, en las épocas de las persecuciones, con testimonios y martirios que, cual el de San Valentín, supusieron después, en la Edad Media, una motivación providencial para enjugar de sentido cristiano viejas tradiciones paganas.
De aquí, tal vez, el que San Valentín fuera incorporado por la misma Iglesia discente, de un modo popular, colectivo y espontáneo, al patronazgo del amor humano, porque donde está el amor, y con él su proyección y su gesto, que es la caridad, allí está Dios. Ubi charitas et amor Deus ibi est, canta la Iglesia el Jueves Santo. Y amar —Santo Tomás de Aquino así lo afirma— es querer el bien para aquel a quien se ama.
Nuestra vocación cristiana es —hic et nunc— el amor. Precisamente porque hay muchas moradas en la casa, en el hogar del Padre, son muchos los llamados... Es, por ello, necesario conocer nuestra vocación específica, personal e intransferible, y darnos, entregarnos —esto es amor— a ella sin reservas, por amor de Dios Nuestro Señor... Porque el cristiano —viator, peregrino siempre— regresa constantemente, un día y otro, hacia Dios. Y es Cristo —verbum Dei, palabra, verdad, pujanza y vida— el camino.
San Pablo insiste en que "cada uno ande según Dios le dio y según le pidió", y si a unos pide Dios que regresen hasta Él negándose a sí mismos, gallardamente, todo el apoyo que las criaturas de Dios prestan para posibilitar este plebiscitario, eclesial, regreso hacia Él, a otros —los más— llama Dios pidiéndoles que utilicen distintos vasos donde consagrar su vida y ofrecerla para la gloria de su nombre y la piadosa, amorosa edificación de los hermanos.
Todo amor verdadero es fecundo. Todo amor verdadero es un don de Dios. Unicamente se impone la renuncia al amor propio —el odio propio, que así le llamó Santa Teresa—, porque el don del amor exige dar, entregarse, totalizar ese sacerdocio menor para el que el amor nos prepara, desde nuestra propia e íntima vigilia de San Valentín hasta el borde mismo del sacramento en que Dios —¡aquella oración sacerdotal de Cristo: ...ut sint unum!— hace, de dos, una sola carne, para que alcancen —conforme a la impresionante expresión paulina— "la medida de la edad en Cristo"...
Señor San Valentín: tú que diste videncia a aquellos ojos ciegos, niños, en casa del lugarteniente Asterius, cura esta torpe, maciza ceguedad en nuestros ojos, por que logremos ver y otear la impresionante hondura, la jubilosa perspectiva de ese misterio estremecedor del amor humano, para que, como tú, sepamos dar testimonio de la verdad, en la presencia del Dios que nos une... Congregavit nos in unum Christi amor.
ALFONSO ALBALÁ
Ver san Valentín en Wikipedia
Tierra Santa es un lugar increíble para la arqueología pues en cualquier punto se puede hallar algún objeto relacionado con nuestra fe. En este caso, en Israel cerca de la frontera con Egipto se ha encontrado una piedra con una oración completa inscrita en ella hace 1.400 años y de contenido mariano.
La oración completa estaba escrita en griego antiguo y decía lo siguiente: “Bendita María, que llevó una vida inmaculada”. Una nueva evidencia de la creencia de los cristianos del carácter inmaculado de María.
El diario Haaretz ha informado que esta piedra fue hallada por el personal de mantenimiento en el Parque Nacional Nitzana, en el desierto de Néguev.
Esta piedra tiene 25 centímetros de diámetro y fue parte de la lápida de una mujer que vivió en esa región unos 1.400 años antes.
Según la Autoridad de Antigüedades de Israel, el Parque Nitzana es un lugar de gran relevancia para la investigación sobre la transición del período bizantino al islámico. Sin embargo, existen registros más antiguos relacionados con la actividad humana en esta área. En el siglo III a.C., el lugar ya era un punto de paso en una importante ruta comercial del pueblo nabateo.
En los siglos V y VI d.C., Nitzana poseía una fortaleza militar, iglesias, un monasterio y era lugar de paso para los peregrinos cristianos en su camino hacia el Monte Sinaí.
La piedra funeraria recientemente descubierta es una de las muchas manifestaciones históricas de veneración cristiana a la Virgen, destacando especialmente su inmaculada, es decir, sin la mancha del pecado.
Como objeto arqueológico, la piedra puede ayudar a los investigadores a identificar mejor los límites de los cementerios cristianos de la región, lo que contribuye a la delimitación de asentamientos aún poco conocidos.
En septiembre de 2022, la Autoridad de Antigüedades de Israel dio a conocer el descubrimiento de fragmentos de marfil que “fueron aparentemente incrustados en un sofá-trono colocado en una estructura palaciega” en la Ciudad de David de Jerusalén.
Los arqueólogos afirman que se trata de un descubrimiento “extraordinario” ya que se trata de “un conjunto de placas de marfil del periodo del Primer Templo, entre las pocas encontradas en el mundo, y las primeras de su clase halladas en Jerusalén”.
Los expertos destacaron que el marfil “se consideraba una de las materias primas más caras del mundo antiguo, incluso más que el oro”.
Este descubrimiento confirmaría el pasaje bíblico en el que el Rey Salomón construyó un gran trono de marfil cubierto de oro (1 Reyes 10, 18).
En noviembre de 2022, un grupo de arqueólogos israelíes encontró en el desierto de Judea un cofre de madera con 15 monedas de plata escondido en una cueva desde hace 2200 años.
Los especialistas afirman que esta sería la primera prueba de que los judíos huyeron de los romanos un par de siglos antes del nacimiento de Jesús, tal y como es relatado en el libro de los Macabeos.
Eitan Klein, el director adjunto de la Autoridad de Antigüedades de Israel, destacó que la persona que escondió el cofre con el desierto escapó con la intención de volver a recogerlos. Sin embargo, esto último nunca ocurrió.
Este detalle recuerda a lo contado en I de Macabeos, cuando mil judíos huyeron al desierto, escondieron sus propiedades y fueron asesinados tras negarse a profanar el sábado (I Macabeos 2, 29-37).
En octubre de este año, Gershon Galil y Eli Shukron, dos expertos en arqueología, descifraron una inscripción incompleta grabada en un trozo de piedra caliza que dice “Ezequías hizo el estanque en Jerusalén”.
Según los expertos, esta inscripción tiene un paralelo en 2 de Reyes 20, 20:
“El resto de los hechos de Ezequías, toda su bravura, cómo hizo el estanque y la traída de aguas a la ciudad ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá?”.
Está inscrito el nombre del bíblico rey Ezequías, rey de Judá que gobernó alrededor del año 700 antes de Cristo
El profesor Galil asegura que “este descubrimiento fortalece el enfoque de los investigadores que enfatizan la confiabilidad de la Biblia”.
Este 2022 se descubrió un mosaico en el yacimiento de el-Araj, cerca a la orilla del Mar de Galilea, con la inscripción “jefe y comandante de los apóstoles”.
El mosaico data de hace 1.500 años, época en la que esa expresión era utilizada por los cristianos bizantinos para referirse a San Pedro, asegura Mordechai Aviam, el director académico de la excavación.
El experto también afirma que esta sería una evidencia más de que en ese lugar se habría ubicado Betsaida, un pueblo perdido que fue el lugar de origen de San Pedro y San Andrés.
Hace 40 años los arqueólogos encontraron una pequeña tableta de plomo en el Monte Ebal. Sin embargo, gracias a una tomografía computarizada, en 2022 se descubrió que esta tableta contenía una maldición de la cual se habla en un libro del Antiguo Testamento.
El jefe del Associates for Biblical Research, Scott Stripling, afirmó que la tableta contiene una maldición en nombre de Dios que data del 1200 al 1400 a.C.
Esta datación vincula este escrito al pasaje bíblico en que Josué construyó un altar en el monte Ebal y pronunció una maldición sobre los que se alejan de Dios y adoran ídolos.
"Josué leyó todas las palabras de la Ley - la bendición y la maldición - a tenor de cuanto está escrito en el libro de la Ley. No hubo ni una palabra de cuanto Moisés había mandado que no la leyera Josué en presencia de toda la asamblea de Israel, incluidas las mujeres, los niños y los forasteros que vivían en medio de ellos" (Josué 8, 24-35).
FUENTE: www.aciprensa.com