Hoy en día, es el sitio de un extenso parque arqueológico, ubicado a medio camino entre Tel Aviv y Haifa.
Cesarea Marítima se menciona varias veces en el Libro de los Hechos. A principios del siglo I , Cesarea era la capital de la provincia romana de Judea y la ubicación de la residencia del gobernador. Según Hechos 10, la ciudad fue el lugar de la conversión del centurión romano Cornelio. La ciudad se menciona varias veces en asociación con los viajes misioneros de Pablo y es la ubicación de una iglesia primitiva.
La construcción de la enorme ciudad de Cesarea Marítima comenzó en el año 30 a. C., durante el reinado de Herodes el Grande, quien nombró a la ciudad en honor a César Augusto. Como muchos de los proyectos de construcción de Herodes, Cesarea fue construida para rivalizar con las ciudades más grandiosas del mundo romano.
Construida sobre el pequeño pueblo fenicio de Straton, la ciudad de Cesarea de Herodes se extendía a lo largo de más de 150 acres. Contaba con un palacio, salones civiles, un anfiteatro, un hipódromo, acueductos, un alto muro de defensa y un exquisito templo dedicado a Roma y Augusto.
Situada entre los antiguos puertos de Jaffa y Dor, Cesarea se extendió a lo largo de un tramo de 40 millas de la inhóspita costa mediterránea sin ningún puerto natural. Sin embargo, esto no detendría a Herodes.
“El puerto de Cesarea era una maravilla de la ingeniería. En un tramo de la costa del Mediterráneo oriental conocido por sus peligros para los navegantes y que carecía de un fondeadero protegido, Herodes construyó un puerto tan grande como el Pireo, el puerto de Atenas. Dos rompeolas, uno al norte y otro al sur, con una entrada de 60 pies entre ellos, encerraban un fondeadero protegido.
Los rompeolas se extendían hasta 1.500 pies desde la orilla. Dentro del puerto principal había un puerto interior protegido”. Lindley Vann en Biblical Archaeology
El teatro de Herodes el Grande en Cesarea Marítima. Cortesía de Nathan Steinmeyer.
El puerto, fue uno de los dos o tres puertos más grandes del mundo antiguo, y seguramente uno de los más avanzados.
Cuando Judea se convirtió en provincia romana en el año 6 , Cesarea Marítima reemplazó a Jerusalén como capital provincial. Asimismo, en 135, tras la Revuelta de Bar Kokhba , se convertiría en la capital de la provincia romana de Siria Palestina, y más tarde en la capital de Palaestina Prima.
La ciudad floreció durante los períodos romano y bizantino (siglos I-VII d. C.) y era más grande que Jerusalén. Durante este tiempo, la ciudad se expandió, agregando nuevas murallas, acueductos, un segundo hipódromo y más. La ciudad también fue un importante centro cristiano durante este tiempo.
Cesarea Marítima fue conquistada y parcialmente destruida por las fuerzas musulmanas en 640 . Durante el período relativamente temprano (634-1099 d. C.), se cree que la ciudad experimentó un declive económico y social, perdiendo su condición de capital provincial.
En 1101, los cruzados conquistaron Cesarea y construyeron un pequeño puerto en el área del antiguo puerto herodiano. Sin embargo, en 1291, la ciudad fue nuevamente conquistada, esta vez por el sultán mameluco Al-Malik Al-Ashraf. Posteriormente, la ciudad fue destruida en gran parte y eventualmente desierta hasta que finalmente fue reubicada como un pequeño pueblo de pescadores a fines del siglo XIX.
Como pensaba que el Papa no es un monarca, un año después del cónclave, renunció a la triple corona papal; la vendió y entregó el dinero a la Madre Teresa de Calcuta. Desde entonces, ningún Papa ha vuelto a usarla.
Un grupo de católicos americanos la compró por 1 millón de dólares. Hoy se custodia en el Santuario de la Inmaculada Concepción de Washington.
Pablo VI cambió la barca de Pedro por un avión. Visitó 19 países de los cinco continentes en 9 viajes. Estuvo en lugares como New York, Irán, Filipinas, Colombia y Portugal. Cuando regresó de Tierra Santa, Roma salió a las calles para recibirle con los brazos abiertos.
ROBERTO PAGLIALONGA
Autor, "La Chiesa in uscita di Paolo VI"
"En cada viaje pedía a los organizadores que le dejaran encontrar directamente a las personas, a las familias, ir a las periferias de las ciudades".
En 1970 visitó Hong Kong. Era geográficamente China, pero estaba bajo protectorado británico. Por eso, para no molestar a Mao, el gobernador David Trench se tomó vacaciones y no quiso ir a recibirlo.
ROBERTO PAGLIALONGA
Autor, "La Chiesa in uscita di Paolo VI"
"Es el primer Papa que ha estado geográficamente tan cerca de China. Así pudo, hablar directamente a este pueblo, con palabras sobre la paz y el amor".
En 1966, Pablo VI eliminó el índice de Libros Prohibidos para los católicos, que existía desde hacía cuatro siglos.
P. GIANFRANCO GRIECO
Autor, "Pablo VI. He visto, he creído"
"Era un intelectual y al mismo tiempo una persona comprometida en el diálogo entre la Iglesia y el mundo. Sabía que había terminado una época y comenzaba otra".
Consiguió triunfar en una misión casi imposible: poner de acuerdo a los 2500 obispos que participaron en el Concilio Vaticano II. Allí mostró su gran capacidad de mediación sin renunciar a la solidez doctrinal.
Decidió poner punto y final a mil años de recelos entre católicos y ortodoxos, y fue el primer Papa que se reunió con el más importante líder ortodoxo. Hizo todo lo posible para entablar una amistad directa y personal con él y abrió el camino para las buenas relaciones actuales.
Su encíclica Humanae vitae marcó el pontificado. La escribió en plena revolución sexual. Es un documento valiente porque en él afrontó la cuestión de los anticonceptivos y mostró el valor absoluto de la vida humana y del amor matrimonial. Y lo hizo a pesar de las fuertes presiones que recibió de varios cardenales, teólogos y consejeros.
ARZ. AGOSTINO MARCHETTO
Historiador del pontificado de Pablo VI
"Cuando inició su pontificado dijo: Estaré solo, debo estar solo, no puedo dejarme condicionar por otros. El carisma que me ha dado el Señor es personal"
Falleció el 6 de agosto de 1978. Fue sobre todo un Papa intelectual, un punto de referencia sólido, en años de confusión cultural. Algunos días antes de morir dijo que siempre había intentado custodiar la fe y defender la vida humana. Ese es su legado.
¡No está aquí, ha resucitado! incluye imágenes de dicha restauración –que concluyó el pasado mes de marzo– así como del resultado final
Uno de los lugares que puede ser muy interesante visitar de manera virtual es la iglesia de Santo Sepulcro de Jerusalén. Ahora tenemos un nuevo recurso para conocer este lugar tan especial para la fe cristiana, más en tiempo de Pascua.
Se trata de un documental realizado por el Christian Media Center, de la Custodia Franciscana de Tierra Santa, titulado “¡No está aquí, ha resucitado!”. Es un vídeo de 40 minutos en el que se relata la historia del Santo Sepulcro y que termina con la explicación de la última restauración que se ha hecho en este lugar santo para el cristianismo.
"Contemplando a este gran Papa, a este cristiano comprometido, a este apóstol incansable, ante Dios hoy no podemos más que decir una palabra tan sencilla como sincera e importante: Gracias. Gracias a nuestro querido y amado Papa Pablo VI. Gracias por tu humilde y profético testimonio de amor a Cristo y a su Iglesia”.
Los testimonios de la antigüedad (Prólogo antiguo, Prólogo monarquiano, Eusebio, San Jerónimo) lo consideran originario de Antioquía de Siria.
De San Lucas, autor del Tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles, habla San Pablo en la Carta a los Colosenses definiéndolo como “Lucas , el médico querido” (Col 4, 14). Según el historiador Eusebio, había nacido en Antioquía de Siria, y era un gentil. Pablo, siempre en la Carta a los Colosenses, habla de sus compañeros y nombra primero a “los de la circuncisión”, es decir, a los judíos, sin incluir entre ellos a Lucas (Col 4, 10-11).
Además, en su Evangelio, Lucas demuestra una sensibilidad particular en lo que se refiere a la evangelización de los gentiles. Es él quien narra la parábola del Buen Samaritano, es él quien cita las palabras de aprecio de Jesús por la fe de la viuda de Sarepta, de Naamán el Sirio y del Samaritano leproso, el único que vuelve para dar las gracias tras haber sido curado.
No sabemos nada de las circunstancias de la conversión de Lucas, pero podemos deducir a través de los Hechos de los Apóstoles cuándo Lucas se une a Pablo.
Hasta el capítulo 16 los Hechos están narrados en tercera persona, y de repente, inmediatamente después de la visión que tiene Pablo de un macedonio que le pide que pase a Macedonia y los ayude (Hch 16, 9) pasan a la primera persona del plural: “inmediatamente intentamos pasar a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para evangelizarles” (Hch 16,10).
Por lo tanto, Lucas acompaña a Pablo en el año 51 a Samotracia, Neápolis y Filipos. Después se repite otro pasaje en tercera persona, lo que nos hace pensar que Lucas no fue arrestado con Pablo e incluso que se quedara en Filipos después que el amigo se fue. Siete años más tarde, Pablo regresa a aquella región y Lucas, que en el capítulo 20 vuelve a narrar en primera persona, está junto a él en Mileto, Tiro, Cesarea y Jerusalén.
Cuando Pablo está en Roma cautivo, en el año 61, Lucas se queda a su lado, como demuestran las Cartas de Pablo a Filemón y a Timoteo. Después de que todos le abandonaran, en la fase final del cautiverio, Pablo escribe a Timoteo: “el único que está conmigo es Lucas” (2Tm 4,11) .
Es posible percibir la característica más original del Evangelio de Lucas gracias a los seis milagros y a las dieciocho parábolas que no se encuentran en los demás Evangelios.
Vemos una atención particular hacia los pobres, las víctimas de injusticias, los pecadores arrepentidos y acogidos dentro de la misericordia y el perdón de Dios:
Es él quien narra de Lázaro y el rico Epulón, es él quien habla del Hijo pródigo y el Padre misericordioso que lo recibe con los brazos abiertos, es él quien refiere de la pecadora perdonada que lava los pies de Jesús con sus lágrimas y los seca con sus cabellos, es él quien cita las palabras de María en el “Magnificat” cuando dice que Dios “derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada”. (Lc 1, 52-53).
La relación particular con María, es otra de las características principales del Evangelio de Lucas. Gracias a él, presuntamente por el testimonio directo que le hizo María, conocemos las palabras de la Anunciación, de la visita a Isabel y del “Magnificat”, gracias a él conocemos detalles de la Presentación en el Templo y el retrato preciso de la angustia de María y José, que no consiguen encontrar a su hijo de doce años.
Se debe probablemente a esta sensibilidad narrativa, descriptiva y también iconográfica, la idea de que Lucas era pintor. Las noticias sobre su muerte son inciertas, algunas fuentes hablan de su martirio, otras dicen que vivió hasta una edad avanzada.
La tradición más antigua narra que murió en Beocia, a los 84 años después de haberse establecido en Grecia para escribir su Evangelio.
ver en wikipedia
Era médico. San Pablo lo llama "Lucas, el médico muy amado", y probablemente cuidaba de la quebrantada salud del gran apóstol.
Era compañero de viajes de San Pablo. En los Hechos de los apóstoles, al narrar los grandes viajes del Apóstol, habla en plural diciendo "fuimos a... navegamos a..." Y va narrando con todo detalle los sucesos tan impresionantes que le sucedieron a San Pablo en sus 4 famosos viajes. Lucas acompañó a San Pablo cuando éste estuvo prisionero, primero dos años en Cesarea y después otros dos en Roma. Es el único escritor del Nuevo Testamento que no es israelita. Era griego.
El poeta Dante le dio a San Lucas este apelativo: "el que describe la amabilidad de Cristo". Y con razón el Cardenal Mercier cuando un alumno le dijo: "Por favor aconséjeme cuál es el mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo", le respondió: "El mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo se llama: El Evangelio de San Lucas". Un autor llamó a este escrito: "El libro más encantador del mundo".
Como era médico era muy comprensivo. San Lucas veía a las personas tal cual son (mitad debilidad y mitad buena voluntad) y las amaba y las comprendía.
En su evangelio demuestra una gran estimación por la mujer. Todas las mujeres que allí aparecen son amables y Jesús siempre les demuestra gran aprecio y verdadera comprensión.
San Lucas
Su evangelio es el más fácil de leer, de todos los cuatro. Son 1,200 renglones escritos en excelente estilo literario. Lo han llamado "el evangelio de los pobres", porque allí aparece Jesús prefiriendo siempre a los pequeños, a los enfermos, a los pobres y a los pecadores arrepentidos. Es un Jesús que corre al encuentro de aquellos para quienes la vida es más dura y angustiosa.
También se ha llamado: "el evangelio de la oración", porque presenta a Jesús orando en todos los grandes momentos de su vida e insistiendo continuamente en la necesidad de orar siempre y de no cansarse de orar.
Otro nombre que le han dado a su escrito es el "evangelio de los pecadores", porque presenta siempre a Jesús infinitamente comprensivo con los que han sido víctimas de las pasiones humanas. San Lucas quiere insistir en que el amor de Dios no tiene límites ni rechaza a quien desea arrepentirse y cambiar de vida. Por eso los pecadores leen con tanto agrado y consuelo el evangelio de San Lucas. Es que fue escrito pensando en ellos.
Su evangelio es el que narra los hechos de la infancia de Jesús, y en él se han inspirado los más famosos pintores para representar en imágenes tan amables escenas.
Dicen que murió soltero, a la edad de 84 años, después de haber gastado su vida en hacer conocer y amar a Nuestro Señor Jesucristo.
Nacido libre en Antioquia, hijo de un liberto del gobernador romano de la provincia, Lucano conocerá desde niño su doble vocación: la búsqueda del Dios Desconocido, tarea que le llevará a decidir una vida célibe, y su apasionado amor por la medicina.
Los griegos tomaron sus conocimientos de los egipcios, y éstos de los babilonios, y Lucano aprenderá una ciencia que combina saberes, misterios, magia y adivinación. El único apóstol no judío y que no conoció personalmente al Señor irá creciendo espiritualmente sin ahorrársele el dolor, en una lenta y sincera búsqueda de Dios.
La novela avanza con gran morosidad, con la exuberante minuciosidad característica de la escritorainglesa, completamente entregada al personaje. Se suceden detalladas descripciones de las intrigas palaciegas de la Roma imperial, de las fiestas de Tiberio, de la vida de los primeros cristianos en Jerusalén.
Caldwell demuestra gran pasión por el tema elegido y una buena capacidad de trabajo (afirma en el prólogo haber leído más de mil libros sobre el personaje y su tiempo), y la suma de todo esto da un libro interesante, pero no una gran novela, que por otra parte el autor del tercer Evangelio no necesita.
Hay mucha información pero poco interés real por el resto de los personajes, cuyos conflictos e interacciones sólo parecen una distracción de lo que realmente se quiere contar.
La narración termina, cuando Lucas conoce a San Pablo, con un “Continúa en el Evangelio de San Lucas y en los Hechos de los Apóstoles”, invitación que acogemos de nuevo de mil amores después de un prólogo que parece un poco largo.
Pasen y Lean El blog de Javier Cercas Rueda
Presentamos a continuación algunos textos de los primeros escritores cristianos que reflejan cómo vivían esta fraternidad.
Ya veis, queridos hermanos, cuán grande y admirable cosa es la caridad, y cómo no es posible describir su perfección. ¿Quién será capaz de estar en ella, sino aquellos a quienes Dios mismo hiciere dignos? Roguemos, pues, y supliquémosle que, por su misericordia, nos permita vivir en la caridad, sin humana parcialidad, irreprochables. (SAN CLEMENTE ROMANO, Carta a los Corintios, 50, 1)
El fuerte sea protector del débil, el débil respete al fuerte; el rico dé al pobre, el pobre dé gracias a Dios por haberle deparado quien remedie su necesidad. El sabio manifieste su sabiduría no con palabras, sino con buenas obras; el humildeno dé testimonio de si mismo, sino deje que sean los demás quienes lo hagan. El que es casto en su cuerpo no se gloríe de ello, sabiendo que es otro quien le otorga el don de la continencia. (SAN CLEMENTE ROMANO, Carta a los Corintios, 36)
Todo profeta que predica la verdad, si no cumple lo que enseña es un falso profeta. (DIDACHÉ o ENSEÑANZA DE LOS DOCE APÓSTOLES, 11, 1-12)
Preocúpate de que se conserve la concordia, que es lo mejor que puede existir. Llévalos a todos sobre ti, como a ti te lleva el Señor. Sopórtalos a todos con espíritu de caridad, como siempre lo haces. Dedícate continuamente a la oración. Pide mayor sabiduría de la que tienes. Mantén alerta tu espíritu, pues el espíritu desconoce el sueño. Háblales a todos al estilo de Dios. Carga sobre ti, como perfecto atleta, las enfermedades de todos. Donde mayor es el trabajo, allí hay rica ganancia. (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a san Policarpo de Esmirna, 1,1-4)
Permaneced, pues, en estos sentimientos y seguid el ejemplo del Señor, firmes e inquebrantables en la fe amando a los hermanos, queriéndoos unos a otros, unidos en la verdad, estando atentos unos al bien de los otros con la dulzura del Señor, no despreciando a nadie. Cuando podáis hacer bien a alguien, no os echéis atrás, (…). Someteos unos a otros y procurad que vuestra conducta entre los gentiles sea buena así verán con sus propios ojos que os portáis honradamente; entonces os podrán alabar y el nombre del Señor no será blasfemado a causa de vosotros. Porque ay de aquel por cuya causa ultrajan el nombre del Señor! (SAN POLICARPO DE ESMIRNA, Carta a los Filipenses, 9,1 -11, 4)
No nos basta ser justos—la justicia consiste en dar igual a los iguales—, sino que se nos propone ser buenos y pacientes. (ATENÁGORAS DE ATENAS, Legación a favor de los cristianos, 34)
Socorren a quienes los ofenden, haciendo que se vuelvan amigos suyos; hacen bien a los enemigos. No adoran dioses extranjeros; son dulces, buenos, pudorosos, sinceros y se aman entre sí; no desprecian a la viuda; salvan al huérfano; el que posee da, sin esperar nada a cambio, al que no posee. Cuando ven forasteros, los hacen entrar en casa y se gozan de ello, reconociendo en ellos verdaderos hermanos, ya que así llaman no a los que lo son según la carne, sino a los que lo son según el alma. (ARISTIDES DE ATENAS, La Apología, 15)
Pero es precisamente esta eficacia del amor entre nosotros lo que nos atrae el odio de algunos, pues dicen: «Mirad cómo se aman», mientras ellos sólo se odian entre sí. «Mirad cómo están dispuestos a morir el uno por el otro», mientras que ellos están más bien dispuestos a matarse unos a otros.
El hecho de que nos llamemos hermanos lo tienen por infamia, a mi entender, sólo porque entre ellos todo nombre de parentesco se usa sólo con falsedad afectada. Sin embargo, somos hermanos vuestros en virtud de nuestra única madre la naturaleza, aunque seáis bien poco hombres, pues sois tan malos hermanos. (TERTULIANO, Apologético, 39, 1-18)
Si todos poseen un mismo espíritu, que procede del mismo Dios y Padre, ¿por qué te crees diferente de ellos?, ¿por qué huyes de los que están sujetos, igual que tú, a las mismas caídas y errores, como si ellos fuesen espectadores de tus luchas, prontos sólo al aplauso, y no, en cambio, gente muy cercana a ti, compañeros de tus mismas fatigas? (TERTULIANO, Sobre la penitencia, 8, 4-10)
Sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos por mantener la unidad del Espíritu, con el vinculo de la paz. De esta manera demuestra que es imposible mantener la unión y la paz si los hermanos no se toleran mutuamente y si no conservan el vínculo de la unión fraterna mediante la virtud de la paciencia. (SAN CIPRIANO DE CARTAGO, Tratado sobre la paciencia, 13)
Le buscaban las turbas. Y por qué? Porque, imponiéndoles las manos, las curaba, y daba salud en cualquier tiempo y lugar que se lo pedían, enseñándonos así a prodigar la medicina al enfermo que la pide. (SAN AMBROSIO, Sobre la virginidad, 42)
No hay amistad verdadera sino entre aquellos que Tú aúnas entre si por medio de la caridad. (SAN AGUSTÍN, Confesiones, 4, 4)
Si todavía no te sientes en disposición de morir por tu hermano, disponte al menos a darle algo de lo que tienes. Que la caridad comience ya a conmover tus entrañas. (SAN AGUSTÍN, Sobre la 1ª Epístola de San Juan, 5, 12)
Os doy el mandato nuevo: que os améis mutuamente, no con un amor que degrada, ni con el amor con que se aman los seres humanos por ser humanos, sino con el amor con que se aman porque están deificados y son hijos del Altísimo, de manera que son hermanos de su Hijo único y se aman entre si con el mismo amor con que Cristo los ha amado. (SAN AGUSTÍN, Tratado sobre el Evangelio de San Juan, 65, 1-3)
Aunque subido al cielo, con su carne resucitada, sin embargo, como compartiendo las pruebas de su cuerpo que sufre todavía en la tierra, dice: Saulo, Saulo, ¿ por que me persigues? Nadie podía escucharlo, y sin embargo Él gritaba desde el cielo que estaba perseguido. Nosotros hemos de concluir con gran confianza que si por la caridad está con nosotros en la tierra, por la misma caridad nosotros estamos con Él en el cielo. (SAN AGUSTÍN, Comentario sobre el Salmo 122, 1).
Del libro: ORAR CON LOS PRIMEROS CRISTIANOS Gabriel Larrauri (Ed. Planeta) |
|||
|
Ignacio era el segundo o tercer sucesor del apóstol San Pedro en la sede de Antioquía, pues los testimonios no son unánimes. Según un documento del s. IV/V fue discípulo del apóstol Juan. Ante todo era un pastor de almas, enamorado de Cristo y preocupado tan sólo de custodiar el rebaño que le había sido confiado.
Su mejor retrato nos lo proporciona él mismo en las siete cartas que escribió a varias comunidades cristianas mientras era llevado a Roma. Cuatro fueron escritas desde Esmirna a las Iglesias de Éfeso, Magnesia, Tralles y Roma; las otras tres las escribió desde Tróade: a la Iglesia de Filadelfia, a la de Esmirna y al obispo de ésta, Policarpo, en la que le da unos consejos sobre la manera de desempeñar sus deberes de obispo.
Por su contenido, estas cartas tienen un gran interés doctrinal, por el que San Ignacio es uno de los Padres de la Iglesia. Es en ellas donde encontramos por vez primera la expresión “Iglesia católica” para referirse al conjunto de los cristianos.
Bastantes de los temas que tratan vienen determinados por la polémica contra las herejías más difundidas, especialmente el docetismo, que negaba la realidad de la encarnación del Verbo.
San Ignacio afirma con energía la verdadera divinidad y la verdadera humanidad del Hijode Dios. Otro punto importante es la doctrina sobre la Iglesia.
San Ignacio considera que el ser de la Iglesia está profundamente anclado en la Trinidad y, a la vez, expone la doctrina de la Iglesia como Cuerpo de Cristo. Su unidad se hace visible en la estructura jerárquica, sin la cual no hay Iglesia y sin la que tampoco es posible celebrar la Eucaristía.
La jerarquía aparece constituida por obispos, presbíteros y diáconos. Se trata de un testimonio precioso, por su claridad y su antigüedad.
Toda la comunidad debe obedecer al obispo, que representa a Dios, el obispo invisible. Al obispo deben someterse el presbiterio y los diáconos hasta el punto de que, si alguien obra algo a margen de lajerarquía, dice, “no es puro en su conciencia”.
Sobre este mismo punto, refiriéndose a su martirio, llega a afirmar en una de las cartas: “Yo me ofrezco como rescate por quienes se someten al obispo, a los presbíteros y a los diáconos. ¡Y ojalá que con ellos se me concediera entrar a la parte de Dios!”.
Ignacio muestra ser un hombre de gran corazón. Agradece emocionado la finura de la fraternidad de los primeros cristianos, que —apenas conocer su cautiverio— se prodigan con él, le proporcionan lo necesario para el viaje, se ofrecen a acompañarle y a compartir su suerte. Corren a confortarle desde las ciudades vecinas, pero son ellos quienes tornan removidos y contagiados del amor a Dios.
Gracias a su intensa vida interior, San Ignacio intenta hacer el mayor bien posible en los lugares por donde pasa, abriendo a los demás el tesoro de los dones que el Espíritu Santo le ha concedido.
Con una gran humildad afirma: “no os doy órdenes como si fuese alguien”, pero su caridad sabe usar tonos enérgicos cuando es necesario: no esquiva corregir aunque duela, ni denunciar la herejía o la desviación disciplinar.
Este es el propósito principal de las epístolas ignacianas. A lo largo de su viaje, observa y escucha lo que ocurre: rápidamente discierne los viejos errores ya repetidamente combatidos por los Apóstoles, cuya raíz maligna sigue brotando por doquier: el docetismo, que propugnaba un Cristo aparente, no realmente encarnado; el gnosticismo, que disuelve el cristianismo para reducirlo a una ciencia de autosalvación basada en el conocimiento de verdades pseudofilosóficas; las tendencias judaizantes, el rigorismo ético…
Y sobre todo, una doctrina que quiere dividir a la Iglesia en dos bloques contrapuestos, enfrentando a los fieles con el obispo y su presbiterio.
En el saludo inicial de la carta a los romanos, Ignacio se excede y trata a la Iglesia de Roma de forma distinta a como trata a las demás, con especiales alabanzas.
El tono general de la salutación se puede tomar como un testimonio del primado de Roma, aún de mayor interés por provenir del obispo de la sede de Antioquía: una sede antigua, que cuenta a San Pedro como su primer obispo, establecida en una de las ciudades mayores y más influyentes del Imperio, en la que además comenzaron a llamarse cristianos lo seguidores de Cristo.
Para San Ignacio, la vida del cristiano consiste en imitar a Cristo, como Él imitó al Padre. Esa imitación ha de ir más allá de seguir sus enseñanzas, ha de llegar a imitarle especialmente en su pasión y muerte; es de ahí de donde nace su ansia por el martirio:
“soy trigo de Dios, y he de ser molido por los dientes de las fieras, para poder ser presentado como pan limpio de Cristo”, dice a los romanos; y al obispo Policarpo le anima: “Mantente firme, como un yunque golpeado por el martillo. De grande atleta es ser desollado y, sin embargo, vencer”.
Por otra parte, esa imitación viene facilitada porque Cristo vive en nosotros como en un templo y nosotros llegamos a vivir en Él; por eso los cristianos estamos unidos entre nosotros, porque estamos unidos a Cristo.
En estas cartas se refleja la santidad del obispo de Antioquía, que dejaría una huella imborrable en los cristianos de su época y en la Iglesia para siempre: la de un santo que, como tantos otros en su época, va alegre al martirio, a encontrarse con su Dios.
“Pedid a Cristo por mí para que, por medio de estos instrumentos [las fieras], logre ser un sacrificio para Dios. No os doy órdenes como Pedro y Pablo. Aquéllos eran Apóstoles; yo soy un condenado; aquéllos, libres; yo, hasta ahora, un esclavo.
Pero si sufro el martirio, seré un liberto de Jesucristo y en Él resucitaré libre (…). Para mí es mejor morir para Jesucristo que reinar sobre los confines de la tierra. Busco a Aquél que murió por nosotros. Quiero a Aquél que resucitó por nosotros.”
Ver en Wikipedia
Fue Concha Velasco quien interpretó a la figura de Teresa de Jesús bajo la dirección de Josefina Molina, según los guiones escritos por Carmen Martín Gaite y Víctor García de la Concha. Ávila, Salamanca, Segovia, Toledo, Burgos, Úbeda, Baeza, Sevilla y Cáceres, fueron las principales ciudades en que se rodó la serie, muchas veces en monumentos del Patrimonio Artístico.
Serie de carácter biográfico religioso que, con gran rigor histórico, sigue la vida de teresa de Jesús. Monja carmelita, descendiente de judíos conversos, que emprendió, en pleno corazón de castilla, un movimiento en pro de la liberación del espíritu, dejando en sus escritos uno de los testimonios mas apasionantes de aquel tiempo, en que, entre enormes tensiones, se estaban sentando las bases de la modernidad europea.
La serie comienza retomando la vida de teresa a los 23 años, esbozando el marco familiar y social en que se desenvuelve. A lo largo de ocho episodios se sigue la aventura de aquella mujer que se mezclo con el pueblo y frecuento la nobleza y que, en medio de la más desbordante actividad experimento las más sublimes vivencias místicas. La que había sido procesada por la inquisición termino por ser la primera doctora de la iglesia.
La serie ambientada en el siglo XVI ha sido rodado en escenarios naturales, de ciudades españolas de castilla, Andalucía y Extremadura, utilizando monumentos de nuestro patrimonio artístico. La construcción de los interiores del convento de la encarnación y san José supuso 9600 metros cuadrados de decorado en estudio.
Para la reproducción de fachadas, calles, complejos urbanísticos, ya desaparecidos, se construyeron 5000 metros cuadrados de decorados. En el reparto artístico figuran cerca de 300 actores y 45 especialistas de acción. Se han construido carromatos y utilizado caballos de monta, mulas, burros, rebaños y piaras.
El costo global de la serie asciende a 400 millones de pesetas, aproximadamente.