.

LOS PRIMEROS CRISTIANOS Y EL PURGATORIO

La pregunta que se impone es: ¿Creían los primeros cristianos, sucesores y discípulos de los Apóstoles, los "Padres de la Iglesia", en el purgatorio?

 

La respuesta es sí, los Padres de la Iglesia Primitiva y los primeros cristianos sí creían en el Purgatorio y oraban por sus muertos.
He quí los testimonios de los Padres Apostólicos, discípulos y sucesores de los Apóstoles y su creencia en el purgatorio.

HECHOS DE PABLO Y TECLA (Año 160)

"Y después de la exhibición, Tryfaena nuevamente la recibe. Su hija Falconilla había muerto, y dijo a ella en sueños:  Madre, tú deberías tener esta extranjera Tecla en mi lugar, para que ore por mí, y yo pueda ser transferido a el lugar de los justos" Hechos de Pablo y Tecla.

ORÍGENES (Años 185-232)

"Si alguien parte de esta vida con faltas ligeras, es condenado al fuego que arrasa con todos los materiales combustibles y prepara el alma para el Reino de Dios donde nada impuro puede entrar. Porque si sobre el fundamento de Cristo haz edificado no solamente con oro, plata y piedras preciosas sino tambiém con madera, pasto y paja (I Cor 3,12-13)

.

¿Qué esperas cuando tu alma sea separada del cuerpo? ¿Entrarás al cielo con tu madera, tu pasto, tu paja y tus impurezas al Reino de Dios? o, a causa de estos estorbos, ¿Permanecerás sin recibir tu recompensa por tu oro, plata y piedras preciosas? Ninguna de las dos cosas sería justa. Queda entonces que serás pasado por el fuego que consumirá todo lo inutil e impuro porque nuestro Dios llama a sus elegidos al "Fuego Purificador".

.

Pero este fuego consume no a la criatura sino a lo que la criatura ha hecho su madera, su pasto y su paja. Está de manifiesto que el fuego destruye la madera de nuestras transgresiones y así luego recibamos la recompensa por nuestros buenos trabajos". (Patres Groeci. XIII, col. 445, 448 [A.D. 185-232]).
.
El purgatorio y los Padres de la Iglesia
.

ABERCIO (Año 190)

"El ciudadano de una prominente ciudad, la que erigí mientras vivía, para que pudiera tener un lugar de descanso para mi cuerpo. Abercio es mi nombre, un discípulo del pastor casto que alimenta sus ovejas en las montañas y los campos, cuyos grandes ojos los vigilan todo, que me enseñó los fieles escritos de la vida.

Estando listo, yo, Abercio, ordené que esto fuera escrito, en mi septuagésimo segundo año. Que cada uno que esté de acuerdo con esto y quien lo entienda ore por Abercio". (Epitafio de Abercio [A.D. 190]).

 

CLEMENTE DE ALEJANDRÍA (Años 150-215)

"El creyente por medio de la disciplina se despoja de sus pasiones y pasa a la mansión mejor que la anterior, pasa por el mayor de los tormentos tomando sobre sí el arrepentimiento de las faltas que pudiera haber cometido después de su bautismo. Es torturado entonces todavía más al ver que no ha logrado lo que otros ya han adquirido.

Los mayores tormentos son asignados al creuente porque la Justicia de Dios es buena y su bondad es justa y, estos castigos completan el curso de la expiación y purificación de cada uno". (Patres Groeci. IX, col. 332 [A.D. 150-215]).

 

PERPETUA, MÁRTIR CRISTIANA (Año 203)

"Sin ninguna demora, en esa misma noche, esto se me mostró en una visión.Yo vi a Dinocrate saliendo de un lugar sombrío, donde estaban también otras personas, y él estaba reseco y muy sediento, con una apariencia sucia y pálida, con la herida de su rostro que tenía cuando había muerto.

Dinocrate había sido mi hermano en la carne, hace siete años, quien murió de una terrible enfermedad… Pero yo confié que mi oración había ayudado a su sufrimiento, y oré por él cada día hasta que nosotros pasamos al campo de prisioneros…hice mi oración por mi hermano día y noche, gimiendo y lamentando para que me fuera concedido. Entonces, un día, estando todavía prisioneros esto se me mostró.

Vi que el lugar que había observado previamente sombrío estaba ahora iluminado, y Dinocrate, con un cuerpo limpio y bien vestido, estaba buscando algo para refrescarse. Y donde había estado la herida, yo vi una cicatriz; y esa piscina que había visto antes, vi sus niveles descendidos hasta el ombligo del muchacho.

Y uno extraía agua de la tina incesantemente, y cerca de la orilla había una copa llena de agua; y Dinocrate se acerco y empezó a beber de ella, y la copa no falló. Y cuando él estaba satisfecho, se fue del agua a jugar felizmente, como lo hacen los niños y entonces desperté. Entonces entendí que sido trasladado del lugar del castigo". La pasión de Perpetua y Felicidad, 2:3-4

 

TERTULIANO (Año 210)

"Que alegoría del Señor (Mt. 5,25-26)...es extremadamente clara y simple en su significado...[tengan cuidado no sea que como] un transgresor de su contrato, delante de Dios el Juez...

Y para que este juez no libere sobre ti su angel que ejecute la sentencia y te envíe a la "prisión del infierno", de lo que no hay salida hasta que incluso el más pequeño de tus delitos sean pagados en el periodo antes de la resurreción. ¿Puede haber más lógico que esto? ¿Qué mejor interpretación?" (The Soul 35 [A.D. 210]).

"La fiel viuda ora por el alma de su esposo y suplica por él en el reposo interino y en la participación de la primera resurreción y ofrece oraciones en el aniversario de su muerte". (Monogamy 10 [A.D. 213]).

 

CIPRIANO DE CARTAGO (Año 253)

"Una cosa es pedir perdón, otra cosa alcanzar la gloria. Una cosa es estar prisionero sin poder salir hasta que haya sido pagado el último centavo y otra recibir al mismo tiempo el salario de la fe y el coraje.

Una cosa es ser torturado con el largo sufrimiento por los pecados, para ser limpiado y completamente purgado por el fuego, otra es haber sido purgado de todos los pecados por el sufrimiento. Una cosa es estar en suspenso hasta la sentencia de Dios en el Día del Juicio, otra ser coronado por el Señor". (Letters 51[55]:20 [A.D. 253]).

 

CIRILO DE JERUSALÉN (Año 350)

"Entonces mencionamos también ha todos los que han entrado ya en el sueño: primero los patriarcas, profetas, apóstoles y mártires que con sus oraciones y súplicas a Dios reciben nuestras peticiones; luego mencionamos también a los Santos Padres y Obispos que han entrado ya en el sueño, y, para hacerlo simple, a todos los que de entre nosotros han entrado ya en el sueño.

Porque nosotros creemos que será de gran beneficio para las almas por quienes pedimos cuando el más santo y solemne sacrificio es ofrecido". (Catechetical Lectures 23:5:9 [A.D. 350]).

 

JUAN CRISÓSTOMO (Año 392)

"Ayudémoslos y conmemorémoslos. si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre (Jobe 1,5) ¿Porqué dudaríamos de que nuestros ofrecimientos por los muertos les brindan algo de consuelo? No dudemos en ayudar a quienes han muerto y en ofrecer oraciones por ellos". (A.D. 392)

"No en vano fue decretado por los Apóstoles que el Memorial de los Maravillosos Misterios debe ser hecho por los que han partido. Ellos sabían que aquí había muchos beneficios que se podrían obtener para ellos..." (Homilies on Philippians 3:9-10 [A.D. 402]).

 

AMBROSIO DE MILÁN (Año 395)

"Dale el perfecto descanso a tu siervo Teodosio, el descanso que has preparado para tus santos...Lo he amado y también lo seguiré a la tierra de los vivientes, y lo acompañaré con lágrimas y oraciones, lo conduciré por sus méritos hacia la Santa Montaña del Señor". (Funeral Sermon of Theodosius 36-37 [A.D. 395]).

 

AGUSTÍN DE HIPONA (Año 411)

"Hay una disciplina eclesiástica, como los fieles saben, cuando los nombres de los mártires son leído en voz alta en el altar de Dios, donde las oraciones no son ofrecidas por ellos. La oración sin embargo es ofrecida por los otros muertos que son recordados. Es un error orar por un mártir ya que nosotros debemos encomendarnos a sus oraciones". (Sermons 159:1 [A.D. 411]).

"Los castigos temporales son sufridos por algunos solamente en esta vida, por otros también después de la muerte, pero los dos aquí y allá son todos ellos contados en el último y más estricto juicio. Pero no todos quienes sufren castigos temporales después de la muerte sufrirán el castigo eterno que seguirá a aquel juicio". ("La Ciudad de Dios" 21:13 [A.D. 419]).

"Que debe haber algún fuego incluso después de esta vida no es increíble y que algo puede ser examinado y bien sacado a la luz o dejado oculto dependiendo del fiel que pueda ser salvado, algunos más lentamente y otros más pronto en mayor o menor grado según amaron las cosas que se pierden por medio de un certero fuego purificador ("purgatorial")" (Manual sobre la Fe, la esperanza y la caridad 18:69 [A.D. 421])

 

De modo que el consenso unánime de los Padres Apostólicos y primeros cristianos, es que sí existe una purificación de los pecados después de la muerte o purgatorio y también los primeros cristianos, como hemos visto, oraban por sus muertos.

 

+ info -

EL PURGATORIO

 

Ver en wikipedia

La «desgarradora» 5ª temporada de 'The Chosen' - «Nos estamos acercando a la cruz»

«Vamos a ver momentos icónicos de las Escrituras y a acercarnos a quién era Jesús debido a su sufrimiento», asegura Dallas Jenkins, creador y director de la serie de éxito mundial The Chosen

 

Dallas Jenkins, creador, director y escritor de la serie, compartió en una entrevista con la CNA (Catholic News Agency) que la quinta temporada es «triste a veces. De hecho, a veces es desgarrador porque sabemos que nos estamos acercando cada vez más a la cruz… Vamos a ver algunos momentos icónicos de las Escrituras, pero también vamos a acercarnos a quién era Jesús debido a su sufrimiento».

 

Ryan Swanson, uno de los escritores de la ficción, agregó que la temporada 5 «realmente se sentirá como un tipo diferente de serie. Después del terror, la fatalidad y los presagios de la cuarta temporada, ahora es cuando se enciende la mecha». La intención es capturar la gravedad de los eventos sin sacrificar la profundidad que los seguidores esperan de la narrativa.

 

 

 

La quinta temporada de 'The Chosen'

La quinta temporada de The Chosen se concentrará en la semana previa a la muerte de Cristo, mientras que la sexta temporada se centrará en la Crucifixión, y la séptima abarcará la Resurrección. «La quinta temporada cubre la semana más importante e influyente en la historia del mundo, la Semana Santa», declaró Jenkins.

«Comenzamos a meternos un poco en la cabeza de Jesús. Empezamos a ver lo que está pensando y sintiendo mientras se acerca a la cruz. Empezamos a comprender realmente el hecho de que los discípulos están confundidos.

¿Por qué Jesús está dividiendo a la gente aquí? Un millón de judíos están reunidos. ¿Por qué no estamos unificados para poder vencer a los romanos? Jesús está haciendo lo contrario», afirmó Dallas Jenkins a la CNA.

 

Elizabeth Tabish, quien interpreta a María Magdalena en The Chosen, compartió su experiencia en el evento ChosenCon 2024, un evento para fanáticos en Orlando (Estados Unidos) donde se reunió con más de 5.000 asistentes y habló sobre lo que los fans pueden esperar de la temporada 5:

«Va a ser desgarrador. Va a ser desafiante de experimentar, pero también, no sé, algunas de mis historias favoritas. Así que estoy emocionada».

 

La quinta temporada de The Chosen se estrenará en 2025

 

 

Durante este evento, Jenkins también reveló cinco nuevos proyectos bajo el paraguas de 5&2 Studios:

«Estoy muy emocionado de llevar nuestro 'Camino Elegido' a más grandes historias de la Biblia, y es increíble que podamos anunciarlo primero a los fanáticos que nos ayudaron a llegar hasta aquí mucho antes de que fuéramos populares».

 

La primera serie nueva de 5&2 Studios será The Chosen Adventures, que ofrece una versión juvenil de la historia de Jesús. La serie seguirá a Abby, una niña inquisitiva de 9 años, y su mejor amigo Joshua en la ciudad galilea de Capernaum, alrededor del año 30 d.C.

Otro proyecto que se ha anunciado fue The Chosen in the Wild con Bear Grylls, una serie de aventuras de seis episodios en la que varios miembros del elenco de The Chosen se unirán a Grylls para desafíos al aire libre.

 

Tras concluir The Chosen, el director también anunció sus planes para dirigir una serie de tres temporadas sobre la vida de Moisés, señalando que «no es solo una historia que la gente de todo el mundo conoce, aprecia y ama, independientemente de si son seguidores de Jesús o no, sino que Moisés es el antepasado de Jesús».

 

Para llegar a más personas con el Evangelio, la popular serie ha sido traducida a más de 50 idiomas y ahora se ha anunciado que The Chosen será traducida a 600 idiomas en todo el mundo.

 

 

 

 

 

 

FUENTE: www.eldebate.com

Los Fieles Difuntos

Muchos cristianos fallecidos esperan el momento de encontrarse con el Padre celestial, purificando durante un tiempo sus pecados. Además de los numerosos sufragios que podemos ofrecer por ellos a lo largo del año, la Iglesia nos invita en este día a rezar especialmente por nuestros hermanos difuntos, para acortar su tiempo de estancia en el Purgatorio y que el Señor se digne abrirles cuanto antes las puertas del Cielo.

 

"Estos que visten estolas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido…? Éstos son los que vienen de la gran tribulación y han lavado sus estolas y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, y le adoran día y noche en su templo."
(Apocalipsis 7,13-15)

Honor y respeto a los difuntos

La Iglesia Católica, ya desde la época de los primeros cristianos, siempre ha rodeado a los muertos de una atmósfera de respeto sagrado. Esto y las honras fúnebres que siempre les ha tributado permiten hablar de un cierto culto a los difuntos: culto no en el sentido teológico estricto, sino entendido como un amplio honor y respeto sagrados hacia los difuntos por parte de quienes tienen fe en la resurrección de la carne y en la vida futura.

El cristianismo en sus primeros siglos no rechazó el culto para con los difuntos de las antiguas civilizaciones, sino que lo consolidó, previa purificación, dándole su verdadero sentido trascendente, a la luz del conocimiento de la inmortalidad del alma y del dogma de la resurrección; puesto que el cuerpo —que durante la vida es “templo del Espíritu Santo” y “miembro de Cristo” (1 Cor 6,15-9) y cuyo destino definitivo es la transformación espiritual en la resurrección— siempre ha sido, a los ojos de los cristianos, tan digno de respeto y veneración como las cosas más santas.

Este respeto  se ha manifestado, en primer lugar, en el modo mismo de enterrar los cadáveres.

 

Vemos, en efecto, que a imitación de lo que hicieron con el Señor José de Arimatea, Nicodemo y las piadosas mujeres, los cadáveres eran con frecuencia lavados, ungidos, envueltos en vendas impregnadas en aromas, y así colocados cuidadosamente en el sepulcro.

En las actas del martirio de San Pancracio se dice que el santo mártir fue enterrado “después de ser ungido con perfumes y envuelto en riquísimos lienzos”; y el cuerpo de Santa Cecilia apareció en 1599, al ser abierta el arca de ciprés que lo encerraba, vestido con riquísimas ropas.

Pero no sólo esta esmerada preparación del cadáver es un signo de la piedad y culto profesados por los cristianos a los difuntos, también la sepultura material es una expresión elocuente de estos mismos sentimientos. Esto se ve claro especialmente en la veneración que desde la época de los primeros cristianos se profesó hacia los sepulcros: se esparcían flores sobre ellos y se hacían libaciones de perfumes sobre las tumbas de los seres queridos.

Las catacumbas

En la primera mitad del siglo segundo, después de tener algunas concesiones y donaciones,los cristianos empezaron a enterrar a sus muertos bajo tierra. Y así comenzaron las catacumbas. Muchas de ellas se excavaron y se ampliaron alrededor de los sepulcros de familias cuyos propietarios, recién convertidos, no los reservaron sólo para los suyos, sino que los abrieron a sus hermanos en la fe.

Andando el tiempo, las áreas funerarias se ensancharon, a veces por iniciativa de la misma Iglesia. Es típico el caso de las catacumbas de San Calixto: la Iglesia asumió directamente su administración y organización, con carácter comunitario.

 

Con el edicto de Milán, promulgado por los emperadores Constantino y Licinio en febrero del año 313, los cristianos dejaron de sufrir persecución.

Podían profesar su fe libremente, construir lugares de culto e iglesias dentro y fuera de las murallas de la ciudad y comprar lotes de tierra sin peligro de que se les confiscasen.

Sin embargo, las catacumbas siguieron funcionando como cementerios regulares hasta el principio del siglo V, cuando la Iglesia volvió a enterrar exclusivamente en la superficie y en las basílicas dedicadas a mártires importantes.

Pero la veneración de los fieles se centró de modo particular en las tumbas de los mártires; en realidad fue en torno a ellas donde nació el culto a los santos. Sin embargo, este culto especialísimo a los mártires no suprimió la veneración profesada a los muertos en general. Más bien podría decirse que, de alguna manera, quedó realzada.

En efecto: en la mente de los primeros cristianos, el mártir, víctima de su fidelidad inquebrantable a Cristo, formaba parte de las filas de los amigos de Dios, de cuya visión beatifica gozaba desde el momento mismo de su muerte: ¿qué mejores protectores que estos amigos de Dios?

Los fieles así lo entendieron y tuvieron siempre como un altísimo honor el reposar después de su muerte cerca del cuerpo de algunos de estos mártires, hecho que recibió el nombre de sepultura ad sanctos.

Por su parte, los vivos estaban también convencidos de que ningún homenaje hacia sus difuntos podía equipararse al de enterrarlos al abrigo de la protección de los mártires.

Consideraban que con ello quedaba asegurada no sólo la inviolabilidad del sepulcro y la garantía del reposo del difunto, sino también una mayor y más eficaz intercesión y ayuda del santo.

Así fue como las basílicas e iglesias, en general, llegaron a constituirse en verdaderos cementerios, lo que pronto obligó a las autoridades eclesiásticas a poner un límite a las sepulturas en las mismas.

Funerales y sepultura

Pero esto en nada afectó al sentimiento de profundo respeto y veneración que la Iglesia profesaba y siguió profesando a sus hijos difuntos.

De ahí que a pesar de las prohibiciones a que se vio obligada para evitar abusos, permaneció firme en su voluntad de honrarlos.

 

Y así se estableció que, antes de ser enterrado, el cadáver fuese llevado a la Iglesia y, colocado delante del altar, fuese celebrada la Santa Misa en sufragio suyo.

Esta práctica, ya casi comúnhacia finales del s. IV y de la que San Agustín nos da un testimonio claro al relatar los funerales de su madre Santa Mónica en sus Confesiones, se ha mantenido hasta nuestros días.

San Agustín también explicaba a los cristianos de sus días cómo los honores externos no reportarían ningún beneficio ni honra a los muertos si no iban acompañados de los honores espirituales de la oración: “Sin estas oraciones, inspiradas en la fe y la piedad hacia los difuntos, creo que de nada serviría a sus almas el que sus cuerpos privados de vida fuesen depositados en un lugar santo. Siendo así, convenzámonos de que sólo podemos favorecer a los difuntos si ofrecemos por ellos el sacrificio del altar, de la plegaria o de la limosna” (De cura pro mortuis gerenda, 3 y 4).

Comprendiéndolo así, la Iglesia, que siempre tuvo la preocupación de dar digna sepultura a los cadáveres de sus hijos, brindó para honrarlos lo mejor de sus depósitos espirituales. Depositaria de los méritos redentores de Cristo, quiso aplicárselos a sus difuntos, tomando por práctica ofrecer en determinados días sobre sus tumbas lo que tan hermosamente llamó San Agustín sacrificium pretii nostri, el sacrifico de nuestro rescate.

Ya en tiempos de San Ignacio de Antioquia y de San Policarpo se habla de esto como de algo fundado en la tradición. Pero también aquí el uso degeneró en abuso, y la autoridad eclesiástica hubo de intervenir para atajarlo y reducirlo. Así se determinó que la Misa sólo se celebrase sobre los sepulcros de los mártires.

 

Los difuntos en la liturgia

Por otra parte, ya desde el s. III es cosa común a todas las liturgias la memoria de los difuntos.

Es decir, que además de algunas Misas especiales que se ofrecían por ellos junto a las tumbas, en todas las demás sinaxis eucarísticas se hacía, como se sigue haciendo todavía, memoria —mementode los difuntos.

 

Este mismo espíritu de afecto y ternura alienta a todas las oraciones y ceremonias del maravilloso rito de las exequias.

La Iglesia hoy en día recuerda de manera especial a sus hijos difuntos durante el mes de noviembre, en el que destacan la “Conmemoración de todos los Fieles Difuntos”, el día 2 de noviembre, especialmente dedicada a su recuerdo y el sufragio por sus almas; y la “Festividad de todos los Santos”, el día 1 de ese mes, en que se celebra la llegada al cielo de todos aquellos santos que, sin haber adquirido fama por su santidad en esta vida, alcanzaron el premio eterno, entre los que se encuentran la inmensa mayoría de los primeros cristianos.
by primeroscristianos.com

+ info -  IR A CATACUMBAS

Ver en Wikipedia

5 de noviembre

Santos Zacarías e Isabel

Fueron los padres de san Juan Bautista. San Lucas cuenta su historia en el primer capítulo de su Evangelio, y hace a estos esposos un formidable elogio:

“Los dos llevaban una vida santa, eran justos ante Dios, y observaban con exactitud todos los mandamientos y preceptos del Señor”.

 

Se sabe que él era sacerdote del templo de Jerusalén y que su esposa Isabel era pariente —puede ser que prima— de la Virgen María. Se sabe, también por el testimonio evangélico y por sus propias palabras, que eran ya mayores y que no habían logrado tener descendencia por más deseada que fuera.

Un día, cumple Zacarías el oficio sacerdotal y, mientras ofrece el incienso, ve un ángel —se llama Gabriel— que le dice: "Tu oración ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo al que pondrás por nombre Juan".

Aunque Zacarías es un hombre piadoso y de fe, no da crédito a lo que está pasando.

Cierto que los milagros son posibles y que Dios es el Todopoderoso, cierto que se cuenta en la historia un repertorio extenso de intervenciones divinas, cierto que conoce obras portentosas del Dios de Israel, pero que "esto" de tener el hijo tan deseado le pueda pasar a él y que su buena esposa "ahora" que es anciana pueda concebir un hijo... en estas circunstancias... vamos que no se lo cree del todo por más que a un ángel no se le vea todos los días.

El castigo por la debilidad de su fe será la mudez hasta que lo prometido de parte de Dios se cumpla. Cuando nace Juan —el futuro Bautista— Zacarías recupera el habla, bendice a Dios y entona un canto de júbilo, profetizando.

Tuvo Isabel la dicha de recibir la visita de su prima, la Virgen María, quien se quedó con ella tres meses, ayudándola en los últimos tiempos de su embarazo, pues Isabel era ya una mujer mayor.

Ella reconoció, por gracia de Dios, inmediatamente a la Madre del Salvador y pronunció las palabras que se repiten millones de veces como parte del Ave María en todo el mundo: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”. La Virgen Santísima contestó a Isabel, con unas palabras que ahora llamamos el himno Magnificat.

Por su parte, Zacarías, después de ser perdonado por su falta de fe, entonó un himno de alabanza, llamado el Benedictus.

 

+ info  -   La Visitación de la Virgen María a Santa Isabel

31 de octubre

¿El origen de Halloween?

La ví­spera del Dí­a de Todos los Santos y tenía un sentido religioso

En España y en tantos países de América Latina, la noche de Halloween se ha convertido en una fecha destacada dentro del calendario nacional, pero la gente no sabe casi nada de su origen.


Halloween significa “All hallow’s eve”, palabra que proviene del inglés antiguo, y que significa “víspera de todos los santos”. La festividad tenía su origen en la tradición celta, y con el paso de los siglos y la expansión del cristianismo en Europa, la vigilia del 1 de noviembre adquirió un sentido religioso. 

Entre los celtas, antiguos pobladores de Europa Oriental, Occidental y parte de Asia Menor, habitaban los druidas, sacerdotes paganos adoradores de los árboles, especialmente del roble.

Ellos creían en la inmortalidad del alma, la cual decían se introducía en otro individuo al abandonar el cuerpo; pero el 31 de octubre volvía a su antiguo hogar a pedir comida a sus moradores, quienes estaban obligados a hacer provisión para ella.

El año céltico concluía en esta fecha que coincide con el otoño, cuya característica principal es la caída de las hojas. Para ellos significaba el fin de la muerte o el comienzo de una nueva vida.

Esta enseñanza se propagó a través de los años junto con la adoración a su dios, el “señor de la muerte” o “Samagin”, a quien en este mismo día invocaban para consultarle sobre el futuro, la salud, la prosperidad, la muerte...

Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las costumbres paganas. Es decir, la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, al día siguiente, hizo que se mezclaran las celebraciones.

En lugar de recordar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, estos días se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.

 

Comunion-Santos- Halloween

 

Algunos inmigrantes irlandeses introdujeron la fiesta de Halloween en los Estados Unidos, donde forma parte destacada del folclore popular.

En este país se le añadieron diversos elementos paganos, tomados de los diferentes grupos de inmigrantes, hasta llegar a incluir las brujas, fantasmas, duendes, vampiros, calabazas y monstruos de toda especie.

En nuestros días, el trasfondo espiritual se ha perdido por completo y la fiesta se ha secularizando.

Apoyándose en la magia de los dólares y la necesidad de vender, Halloween se ha transformando en una noche de fiesta pagana, en la que imperan los sustos, el terror y los disfraces y adornos por encima del sentido primigenio de la festividad.

Desde el Nuevo Continente, esta celebración mundana se ha propagado por todo el mundo, transformando la alegría cristiana en el miedo a la muerte.

Así pues, un año más, en la víspera del Día de Todos los Santos, en muchos pueblos y ciudades del mundo la noche se poblará de monstruos, momias y fantasmas, de inquietantes espectros con ganas de juerga hasta que el esqueleto aguante.

También de pandillas de chicos, que al amparo de la oscuridad y de un disfraz más o menos original, aporrearán las puertas de sus vecinos para llenar sus bolsillos de golosinas y de alguna que otra moneda.

Pero quien es cristiano, no se debe olvidar lo que realmente se conmemora en la solemnidad de Todos los Santos y, al día siguiente, en la celebración de los Fieles Difuntos.

Por ello, la Iglesia invita a visitar los cementerios, arreglar las tumbas con flores, recordar a los familiares difuntos y rezar por ellos.

Y en los hogares es una oportunidad para hablar del don de la vida y del verdadero sentido de la muerte. Si le gustan los postres, también podrá disfrutar de los buñuelos de viento, los huesos de santo y otros tipos de dulces tradicionales.

 

+ info -

La devoción a los difuntos en el cristianismo primitivo

 

ver en wikipedia

¿Cómo surge así la fiesta de Todos los Santos?

"Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos"

Los primeros cristianos quisieron reservar un día para la celebración de tantos mártires anónimos, que habían sido acogidos en el cielo por Aquel por quien dieron su vida. Surge así la fiesta de Todos los santos. Hoy recordamos no sólo aquellos primeros mártires, sino tantos y tantas hijos e hijas de Dios a lo largo de la historia Dios les ha premiado con el cielo. Es la fiesta de la Iglesia triunfante.

 

La fiesta de Todos los Santos

Parece que en el siglo VIII, en algunas zonas de las islas británicas, no en todas, se celebraba esta fiesta de Todos los Santos el día 1 de noviembre. En otras zonas, como en Irlanda, se celebraba el día 20 de abril.

Será el papa Gregorio III en el siglo VIII quien movió la fiesta desde el día 13 de mayo al día 1 de noviembre, ligada ahora a todos los Apóstoles, todos los Mártires y Confesores, y todos los Santos o Justos de la Iglesia, al dedicarles un oratorio en el actual emplazamiento de la Basílica de San Pedro, según algunos autores el día 1 de noviembre.

Fue el papa Gregorio IV en el año 835 cuando pidió al rey-emperador Luis el Piadoso, hijo de Carlomagno, que marcara la fiesta en el día 1 de noviembre para todo el Imperio Sacro, posiblemente por influjo de las zonas británicas que ya lo celebraban ese día. El día 1 de noviembre es una fiesta cristiana desde sus orígenes.

El Papa Francisco explica qué es la comunión de los santos

30 de octubre, 2013.

Durante la Audiencia General del miércoles, Francisco describió la comunión de los santos como fraternidad espiritual. Francisco añadió que esta unidad también se extiende a los católicos de hoy, unidos entre sí por el Cuerpo de Cristo. El resultado de esta comunión, concluyó el Papa, es que los católicos se apoyan espiritualmente unos a otros.

 

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL DE LA CATEQUESIS DEL PAPA

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy quiero hablar sobre una realidad muy bella de nuestra fe: “la comunión de los santos”. Esta expresión tiene dos significados relacionados: comunión en las cosas santas y comunión entre las personas santas. El segundosignificado recuerda que existe una comunión de vida entre los que creemos en Cristo y nos hemos incorporado a Él en la Iglesia por el Bautismo.

La relación entre Jesús y el Padre es la “matriz” del vínculo entre los cristianos: si estamos radicados en esta “matriz”, en este fuego ardiente de amor que es la Trinidad, podemos llegar a poseer un único corazón y una única alma, porque el amor de Dios abrasa nuestros egoísmos, juicios y divisiones. La “comunión de los santos” es una gran familia, donde todos los miembros se ayudan y se sostienen entre sí.

Preguntémonos: ¿Sabemos compartir las incertezas de nuestro itinerario de fe buscando la fraterna ayuda de la oración y del consuelo espiritual? ¿Estamos disponibles a escuchar y ayudar a cuantos nos lo piden? La “comunión de los santos”, gracias a la Resurrección de Cristo, establece un vínculo profundo e indisoluble entre los que peregrinan en la tierra, las ánimas del Purgatorio y los que gozan de la bienaventuranza celeste, en la que nos unimos como Iglesia, que encuentra en la oración de intercesión la más alta forma de solidaridad.

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, El Salvador, México y los demás países latinoamericanos. Invito a todos a redescubrir la belleza de la fe en la comunión de los santos. Una realidad que nos concierne mientras somos peregrinos en el tiempo, y en la cual, con la gracia de Dios, viviremos para siempre. Muchas gracias.

 

 

+ info -

Día de Todos los Santos - 1 de noviembre

 

ver en Wikipedia

 

Texto  del Papa Benedicto XVI como preparación para el día de Todos los Santos

"La infelicidad es vivir lejos de Dios: felicidad y santidad coinciden"

 

Reproducimos a continuación un texto de Benedicto XVI  que nos parece paradigmático de la fiesta de Todos los Santos. Introdujo la celebración y el acto penitencial con estas palabras:

"Queridos hermanos y hermanas, hoy contemplamos el misterio de la comunión de los santos del cielo y de la tierra. No estamos solos; estamos rodeados por una gran nube de testigos: con ellos formamos el Cuerpo de Cristo, con ellos somos hijos de Dios, con ellos hemos sido santificados por el Espíritu Santo".

 

En la solemnidad de todos los santos, Benedicto XVI constató que la infelicidad consiste en vivir lejos de Dios. Por eso, felicidad y santidad se convierten en sinónimos, constató.

Así lo explicó en la homilía de la misa que celebró este miércoles a las diez de la mañana en la Basílica de san Pedro, en la que recordó que «los santos no son una exigua casta de elegidos, sino una multitud sin número, hacia la cual la liturgia de hoy nos exhorta a levantar la mirada».

«En esta multitud no sólo están representados los santos oficialmente reconocidos, sino los bautizados de todas las épocas y naciones, que han intentado cumplir con amor y fidelidad la voluntad divina», recordó.

«El luminoso ejemplo de los santos despierta en nosotros el gran deseo de ser como ellos, felices de vivir junto a Dios, en su Luz, en la gran familia de los amigos de Dios. Ser santo significa vivir en la cercanía de Dios, vivir en su familia, y esta es la vocación de todos nosotros, confirmada con vigor por el Concilio Vaticano II», reconoció.

 

«Pero, ¿cómo podemos convertirnos en santos, amigos de Dios?», preguntó el obispo de Roma. «A esta pregunta se puede responder, ante todo, con un enunciado negativo: para ser santos no es necesario realizar acciones y obras extraordinarias, ni poseer carismas excepcionales. Luego viene la respuesta positiva: es necesario ante todo escuchar a Jesús y después seguirle, sin desalentarse ante las dificultades».

todos los santos

 

«La experiencia de la Iglesia demuestra que toda forma de santidad, si bien sigue caminos diferentes, siempre pasa por el camino de la cruz, el camino de la renuncia a sí mismo. Las biografías de los santos describen a hombres y mujeres que, siendo dóciles a los designios divinos, afrontaron en ocasiones pruebas y sufrimientos inenarrables, persecuciones y martirios».

«El ejemplo de los santos es para nosotros un aliento a seguir los mismos pasos y a experimentar la alegría de quien se fía de Dios, pues la única causa de tristeza y de infelicidad para el hombre se debe al hecho de vivir lejos de Él», aseguró Benedicto XVI.

El camino que conduce a la santidad es presentado por el camino de las Bienaventuranzas, indicó por último.

«En la medida en que acogemos la propuesta [de Cristo] y le seguimos --cada uno en sus circunstancias-- también nosotros podemos participar en la bienaventuranza. Con Él lo imposible se hace posible», concluyó.

 

La fiesta de Todos los Santos

Parece que en el siglo VIII, en algunas zonas de las islas británicas, no en todas, se celebraba esta fiesta de Todos los Santos el día 1 de noviembre. En otras zonas, como en Irlanda, se celebraba el día 20 de abril.

Será el papa Gregorio III en el siglo VIII quien movió la fiesta desde el día 13 de mayo al día 1 de noviembre, ligada ahora a todos los Apóstoles, todos los Mártires y Confesores, y todos los Santos o Justos de la Iglesia, al dedicarles un oratorio en el actual emplazamiento de la Basílica de San Pedro, según algunos autores el día 1 de noviembre.

 

+ info -

FIESTA DE TODOS LOS SANTOS 

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 2 noviembre 2006

ver en Wikipedia

Mes de noviembre

"Estos que visten estolas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido…? Éstos son los que vienen de la gran tribulación y han lavado sus estolas y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, y le adoran día y noche en su templo."
(Apocalipsis 7,13-15)

Honor y respeto a los difuntos

La Iglesia Católica, ya desde la época de los primeros cristianos, siempre ha rodeado a los muertos de una atmósfera de respeto sagrado. Esto y las honras fúnebres que siempre les ha tributado permiten hablar de un cierto culto a los difuntos: culto no en el sentido teológico estricto, sino entendido como un amplio honor y respeto sagrados hacia los difuntos por parte de quienes tienen fe en la resurrección de la carne y en la vida futura.

El cristianismo en sus primeros siglos no rechazó el culto para con los difuntos de las antiguas civilizaciones, sino que lo consolidó, previa purificación, dándole su verdadero sentido trascendente, a la luz del conocimiento de la inmortalidad del alma y del dogma de la resurrección; puesto que el cuerpo —que durante la vida es “templo del Espíritu Santo” y “miembro de Cristo” (1 Cor 6,15-9) y cuyo destino definitivo es la transformación espiritual en la resurrección— siempre ha sido, a los ojos de los cristianos, tan digno de respeto y veneración como las cosas más santas.

Este respeto  se ha manifestado, en primer lugar, en el modo mismo de enterrar los cadáveres.

 

 

Vemos, en efecto, que a imitación de lo que hicieron con el Señor José de Arimatea, Nicodemo y las piadosas mujeres, los cadáveres eran con frecuencia lavados, ungidos, envueltos en vendas impregnadas en aromas, y así colocados cuidadosamente en el sepulcro.

En las actas del martirio de San Pancracio se dice que el santo mártir fue enterrado “después de ser ungido con perfumes y envuelto en riquísimos lienzos”; y el cuerpo de Santa Cecilia apareció en 1599, al ser abierta el arca de ciprés que lo encerraba, vestido con riquísimas ropas.

Pero no sólo esta esmerada preparación del cadáver es un signo de la piedad y culto profesados por los cristianos a los difuntos, también la sepultura material es una expresión elocuente de estos mismos sentimientos.

Esto se ve claro especialmente en la veneración que desde la época de los primeros cristianos se profesó hacia los sepulcros: se esparcían flores sobre ellos y se hacían libaciones de perfumes sobre las tumbas de los seres queridos.

 

Las catacumbas

En la primera mitad del siglo segundo, después de tener algunas concesiones y donaciones,los cristianos empezaron a enterrar a sus muertos bajo tierra. Y así comenzaron las catacumbas. Muchas de ellas se excavaron y se ampliaron alrededor de los sepulcros de familias cuyos propietarios, recién convertidos, no los reservaron sólo para los suyos, sino que los abrieron a sus hermanos en la fe.

Andando el tiempo, las áreas funerarias se ensancharon, a veces por iniciativa de la misma Iglesia. Es típico el caso de las catacumbas de San Calixto: la Iglesia asumió directamente su administración y organización, con carácter comunitario.

 

 

Con el edicto de Milán, promulgado por los emperadores Constantino y Licinio en febrero del año 313, los cristianos dejaron de sufrir persecución.

Podían profesar su fe libremente, construir lugares de culto e iglesias dentro y fuera de las murallas de la ciudad y comprar lotes de tierra sin peligro de que se les confiscasen.

Sin embargo, las catacumbas siguieron funcionando como cementerios regulares hasta el principio del siglo V, cuando la Iglesia volvió a enterrar exclusivamente en la superficie y en las basílicas dedicadas a mártires importantes.

Pero la veneración de los fieles se centró de modo particular en las tumbas de los mártires; en realidad fue en torno a ellas donde nació el culto a los santos. Sin embargo, este culto especialísimo a los mártires no suprimió la veneración profesada a los muertos en general. Más bien podría decirse que, de alguna manera, quedó realzada.

En efecto: en la mente de los primeros cristianos, el mártir, víctima de su fidelidad inquebrantable a Cristo, formaba parte de las filas de los amigos de Dios, de cuya visión beatifica gozaba desde el momento mismo de su muerte: ¿qué mejores protectores que estos amigos de Dios?

Los fieles así lo entendieron y tuvieron siempre como un altísimo honor el reposar después de su muerte cerca del cuerpo de algunos de estos mártires, hecho que recibió el nombre de sepultura ad sanctos.Por su parte, los vivos estaban también convencidos de que ningún homenaje hacia sus difuntos podía equipararse al de enterrarlos al abrigo de la protección de los mártires.

Consideraban que con ello quedaba asegurada no sólo la inviolabilidad del sepulcro y la garantía del reposo del difunto, sino también una mayor y más eficaz intercesión y ayuda del santo.Así fue como las basílicas e iglesias, en general, llegaron a constituirse en verdaderos cementerios, lo que pronto obligó a las autoridades eclesiásticas a poner un límite a las sepulturas en las mismas.

Funerales y sepultura

Pero esto en nada afectó al sentimiento de profundo respeto y veneración que la Iglesia profesaba y siguió profesando a sus hijos difuntos. De ahí que a pesar de las prohibiciones a que se vio obligada para evitar abusos, permaneció firme en su voluntad de honrarlos.

 

 

Y así se estableció que, antes de ser enterrado, el cadáver fuese llevado a la Iglesia y, colocado delante del altar, fuese celebrada la Santa Misa en sufragio suyo. Esta práctica, ya casi común hacia finales del s. IV y de la que San Agustín nos da un testimonio claro al relatar los funerales de su madre Santa Mónica en sus Confesiones, se ha mantenido hasta nuestros días.

San Agustín también explicaba a los cristianos de sus días cómo los honores externos no reportarían ningún beneficio ni honra a los muertos si no iban acompañados de los honores espirituales de la oración: “Sin estas oraciones, inspiradas en la fe y la piedad hacia los difuntos, creo que de nada serviría a sus almas el que sus cuerpos privados de vida fuesen depositados en un lugar santo. Siendo así, convenzámonos de que sólo podemos favorecer a los difuntos si ofrecemos por ellos el sacrificio del altar, de la plegaria o de la limosna” (De cura pro mortuis gerenda, 3 y 4).

Comprendiéndolo así, la Iglesia, que siempre tuvo la preocupación de dar digna sepultura a los cadáveres de sus hijos, brindó para honrarlos lo mejor de sus depósitos espirituales. Depositaria de los méritos redentores de Cristo, quiso aplicárselos a sus difuntos, tomando por práctica ofrecer en determinados días sobre sus tumbas lo que tan hermosamente llamó San Agustín sacrificium pretii nostri, el sacrifico de nuestro rescate.

Ya en tiempos de San Ignacio de Antioquia y de San Policarpo se habla de esto como de algo fundado en la tradición. Pero también aquí el uso degeneró en abuso, y la autoridad eclesiástica hubo de intervenir para atajarlo y reducirlo. Así se determinó que la Misa sólo se celebrase sobre los sepulcros de los mártires.

Los difuntos en la liturgia

Por otra parte, ya desde el s. III es cosa común a todas las liturgias la memoria de los difuntos. Es decir, que además de algunas Misas especiales que se ofrecían por ellos junto a las tumbas, en todas las demás sinaxis eucarísticas se hacía, como se sigue haciendo todavía, memoria —mementode los difuntos.

 

 

Este mismo espíritu de afecto y ternura alienta a todas las oraciones y ceremonias del maravilloso rito de las exequias. La Iglesia hoyen día recuerda de manera especial a sus hijos difuntos durante el mes de noviembre, en el que destacan la “Conmemoración de todos los Fieles Difuntos”, el día 2 de noviembre, especialmente dedicada a su recuerdo y el sufragio por sus almas; y la “Festividad de todos los Santos”, el día 1 de ese mes, en que se celebra la llegada al cielo de todos aquellos santos que, sin haber adquirido fama por su santidad en esta vida, alcanzaron el premio eterno, entre los que se encuentran la inmensa mayoría de los primeros cristianos.

+ info -  Las CATACUMBAS

 

Ver en wikipedia

LA BUSQUEDA DE LA SANTIDAD EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO

Estar bautizado suponía, para los primeros cristianos,  buscar decididamente la santidad. No cabía el cristiano tibio. Se vivía la vocación cristiana con radicalidad. Todos,  -hombres  y mujeres,  niños y ancianos, sanos y enfermos, ricos y pobres…-   se esforzaban a diario por imitar la vida de Cristo en su vida ordinaria. Gastándose en el anonimato de su trabajo y ofreciendo  el sacrificio de su vida en las dificultades cotidianas, o a través de la enfermedad, etc. , vivían hasta el final su compromiso cristiano.

Tenían muy claro que ser santos consiste en cumplir la misión divina recibida por cada uno; que todos estamos llamados a la santidad.  Por eso procuraban dar a conocer a sus familiares y amigos ese descubrimiento que llenaba de sentido su vida,  contagiando  su felicidad a los demás,  haciendo eco  de la llamada que habían recibido.

“Por cierto, esta gente ha encontrado la verdad
(ARÍSTIDES DE ATENAS, Siglo II)

 

Presentamos 20 textos de distintos autores sobre la busqueda de la santidad en los primeros cristianos

 

(Desde los principios del cristianismo está muy clara la llamada y elección divina para que seamos santos. En los años 90 del siglo I nos dice San Clemente de Roma…)

Acerquémonos al Señor en santidad de alma, con las manos puras y limpias levantadas hacia Él, amando al que es nuestro Padre clemente y misericordioso, que nos escogió como porción de su heredad.  (SAN CLEMENTE ROMANO, Epístola a los Corintios, 30-34)  

 

Procuremos hacernos dignos de la bendición divina y veamos cuales son los caminos que nos conducen a ella. (SAN CLEMENTE ROMANO, Epístola a los Corintios, 31-33)

 

(Estos dos textos de San Ignacio, camino de su martirio, nos hacen ver la disposición radical de entregar la propia vida que debe tener todo cristiano…)
Si no estamos dispuestos para correr, con la ayuda de Jesucristo, hasta a la misma muerte para imitar su pasión, tampoco su vida está en nosotros. (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Epístola a los Magnesios, 2)

 

Un cristiano no es dueño de si mismo, sino que esta entregado al servicio de Dios. (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Epístola a San Policarpo, 1-6)

 

(El cristiano sigue el camino de su Maestro: amar la cruz y el sacrificio, donde se encuentra la verdadera felicidad.  Sabe devolver siempre bien por mal…)
Aman a todos y son perseguidos por todos. No son conocidos, pero todos los condenan. Son matados, pero siguen viviendo. Son pobres, pero hacen ricos a muchos. No tienen nada, pero abundan en todo. Son despreciados, peroen el desprecio encuentran gloria ante Dios. Se ultraja su honor, pero se da testimonio de su justicia. Están cubiertos de injurias y ellos bendicen. Son maltratados y ellos tratan a todos con amor. Hacen el bien y son castigados como malhechores. Aunque se les castigue, están serenos, como si, en vez de la muerte, recibieran la vida. Son atacados por los judíos como una raza extranjera. Los persiguen los paganos, y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad. (CARTA A DIOGNETO, 5-7)

 

Observan exactamente los mandamientos de Dios, viviendo santa y justamente, así como el Señor Dios les ha mandado; le rinden gracias cada mañana y cada tarde, por cada comida o bebida y todo otro bien… (ARISTIDES DE ATENAS, La Apología, 6)

 

(Arístides de Atenas advierte el Emperador Adriano de que los cristianos han encontrado la auténtica verdad…)
Estas son, oh Emperador, sus leyes. Los bienes que deben recibir de Dios, se los piden, y así atraviesan por este mundo hasta el fin de los tiempos, puesto que Dios lo ha sujetado todo a ellos. Le están, pues, agradecidos, porque para ellos ha sido hecho el universo entero y la creación. Por cierto, esta gente ha hallado la verdad. (ARISTIDES DE ATENAS, Apología, 6)

 

(La búsqueda de la santidad requiere esfuerzo estable y continuado, y confiar en la gracia de Dios. El cristiano se crece ente las dificultades y se afianza en la virtud…)
Esta es la diferencia entre nosotros y los que no conocen a Dios: estos en la adversidad se quejan y murmuran; a nosotros las cosas adversas no nos apartan de la virtud, sino que nos afianzan en ella. (SAN CIPRIANO DE CARTAGO, Sobre la muerte, 13)

 

(La santidad está en llevar con perseverancia las dificultades de la vida…)
De la misma manera que la victoria atestigua el valor del soldado en la batalla, de la misma manera se pone de manifiesto la santidad de quien sufre los trabajosy las tentaciones con paciencia inquebrantable. (SAN CIRILO DE JERUSALEN,
Catequesis sobre los misterios, 4)

 

(La santidad no tiene límite, siempre podremos crecer en ella y acercarnos más  a Dios…)
En cuanto a la virtud hemos aprendido del Apóstol (San Pablo) que hay un solo límite de la perfección: el no tener ningún límite. Porque este hombre de mente abierta y elevada, el divino Apóstol, corriendo siempre por la virtud, nunca cesó de tender hacia adelante, ya que no consideraba seguro hacer un alto en la carrera. ¿Por qué? Porque todo bien, por su propia naturaleza, no tiene límite. (SAN GREGORIO DE NISA, Vida de Moisés, 5-6)

 

(San Agustín pone de manifiesto la importancia de las dificultades y de las tentaciones en el camino de la santidad…)

Nuestra vida en este viaje de aquí abajo no puede estar sin pruebas, nuestro progreso no se realiza más que entre pruebas y nadie se conoce a si mismo si no ha sido tentado. Sólo hay recompensa para el que ha vencido, sólo hay victoria para el que ha combatido, sólo hay combate frente al enemigo o la tentación.    (SAN AGUSTÍN, Comentario sobre el Salmo 60, 3)

 

Los mismos sufrimientos que soportamos nosotros tuvieron que soportarlos también nuestros padres; en esto no hay diferencia. Y, con todo, la gente murmura de su tiempo, como si hubieran sido mejores los tiempos de nuestros padres. Y si pudieran retornar al tiempo de sus padres, murmurarían igualmente. El tiempo pasado lo juzgamos mejor, sencillamente porque no es elnuestro. (SAN AGUSTÍN, Sermón 2, 2)

 

Prototipo: los primeros cristianos.  Hemos de ser tan santos como ellos, tan abnegados, tan desasidos, tan celosos por la gloria de Dios, tan proselitistas, tan de la Iglesia.  (SAN PEDRO POVEDA, Vivir como los primeros cristianos, Narcea, 2003, pag. 33)

 

(San Josemaría nos hace considerar el modo que tienen de llamarse entre sí los primeros cristianos: santos…)
La santidad: ¡cuántas veces pronunciamos esa palabra como si fuera un sonido vacío! Para muchos es incluso un ideal inasequible, un tópico de la ascética, pero no un fin concreto, una realidad viva. No pensaban de este modo los primeros cristianos, que usaban el nombre de santos para llamarse entre sí, con toda naturalidad y con gran frecuencia: os saludan todos los santos, salud a todo santo en Cristo Jesús. (SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ, Es Cristo que pasa, 96).

 

Pero no me perdáis de vista que el santo no nace: se forja en el continuo juego de la gracia divina y de la correspondencia humana. Todo lo que se desarrolla —advierte uno de los escritores cristianos de los primeros siglos, refiriéndose a la unión con Dios—, comienza por ser pequeño. Es al alimentarse gradualmente como, con constantes progresos, llega a hacerse grande. Por eso te digo que, si deseas portarte como un cristiano consecuente —sé que estás dispuesto, aunque tantas veces te cueste vencer o tirar hacia arriba con este pobre cuerpo—, has de poner un cuidado extremo en los detalles más nimios, porque la santidad que Nuestro Señor te exige se alcanza cumpliendo con amor de Dios el trabajo, las obligaciones de cada día, que casi siempre se componen de realidades menudas.(SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ, Amigos de Dios, 7)

 

Los primeros cristianos, provenientes tanto del pueblo judío como de la gentilidad, se diferenciaban de los paganos no sólo por su fe y su liturgia, sino también por el testimonio de su conducta moral, inspirada en la Ley nueva.   (JUAN PABLO II, Veritatis Splendor, 26)

 

(En los siguientes números Benedicto XVI nos habla, con palabras de los Padres de la Iglesia, de que Dios quiere que nos asemejemos a Él, nos da su gracia y nos hace capaces de la santidad que es identificación con la vida de Cristo…)
Dado que Él os ha ordenado que, cuando oréis, llaméis a Dios Padre, os dice que os asemejéis a vuestro Padre celestial, con una vida digna de Dios, como el Señor nos ordena con más claridad en otra ocasión, cuando dice: “Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial(Mt 5, 48) (De oratione dominica 2: PG 44, 1145 ac).   (BENEDICTO XVI,  presenta a  San Gregorio de Nisa, 5 septiembre 2007)

 

Al hacerse hombre, Cristo nos dio la posibilidad de llegar a ser como Él. El nacianceno (San Gregorio) exhorta: «Tratemos de ser como Cristo, pues también Cristo se hizo como nosotros: ser como dioses por medio de Él, pues Él mismo se hizo hombre por nosotros. Cargó con lo peor para darnos lo mejor» («Oratio 1,5»: SC 247,78). (BENEDICTO XVI, presenta a  San Gregorio Nacianceno, 22 agosto 2007)

 

La perfección que queremos encontrar no es algo que se conquista para siempre; perfección es seguir en camino, es una continua disponibilidad para seguir adelante, pues nunca se alcanza la plena semejanza con Dios; siempre estamos en camino (Cf. «Homilía in Canticum 12»). La historia de cada alma es la de un amor que es colmado en cada ocasión, y que al mismo tiempo está abierto a nuevos horizontes, pues Dios dilata continuamente las posibilidades del alma para hacerla capaz de bienes siempre mayores. Dios mismo ha sembrado en nosotros semillas de bien y de Él surge toda iniciativa de santidad, «modela el bloque… Limando y puliendo nuestro espíritu forma en nosotros a Cristo» («In Psalmos 2»,11). Gregorio aclara: «No es obra nuestra, y no es tampoco el éxito de una potencia humana el llegar a ser semejantes a la Divinidad, sino el resultado de la generosidad de Dios, que desde su origen ofreció a nuestra naturaleza la gracia de la semejanza con Él» («De virginitate 12»,2: SC 119,408-410).  (BENEDICTO XVI presenta a  San Gregorio de Nisa, 5 septiembre 2007)

 

Recuerda que un valiente compromiso por la perfección requiere una constante vigilancia, frecuentes mortificaciones, aunque con moderación y prudencia, un asiduo trabajo intelectual o manual para evitar el ocio (Cf, Epístolas 125, 11 y 130, 15), y sobre todo la obediencia a Dios: «No hay nada que le agrade tanto a Dios como la obediencia…, que es la más excelsa de las virtudes» («Hom. de oboedientia»: CCL 78,552).   (BENEDICTO XVI presenta a  San Jerónimo, 14 noviembre 2007)

 

Del libro:
ORAR CON LOS PRIMEROS CRISTIANOS
Gabriel Larrauri  (Ed. Planeta)

 

El año 2025 será un Año de Jubileo en la Iglesia

 

Se esperan grandes celebraciones en Roma durante los próximos meses. El Jubileo comenzará cuando el Papa Francisco realice la ceremonia de apertura de puertas en la Basílica de San Pedro, un evento que tendrá lugar el día de Nochebuena de 2024.

A partir de aquí, se abrirán otras tres puertas vaticanas los días 29 de diciembre, 1 de enero y 5 de enero.

jubileo

El significado del Jubileo

Para la Iglesia católica, el Jubileo es el año del perdón de los pecados, de la reconciliación, de la conversión y de la penitencia sacramental.

También se conoce como Año Santo y es el período durante el cual el papa concede indulgencia plenaria a los fieles que viajan a Roma y realizan determinadas prácticas religiosas: pasar por la Puerta Santa, confesarse, comulgar, rezar y realizar una obra de piedad, misericordia o penitencia. Cada Jubileo ha sido una ocasión para embellecer Roma y, sobre todo, para hacerla mejor y acogedora para los numerosos peregrinos que la visitan.

La historia del Jubileo

El primer Jubileo de la historia católica fue proclamado en 1300 por el papa Bonifacio VIII: por primera vez (que se sepa) se concedió la indulgencia plenaria a todos los que visitaran 30 veces (15 para los no romanos) las basílicas de San Pedro y San Pablo extramuros, probablemente a raíz del Perdón Celestino de 1294 e impulsado por las multitudes poco frecuentes de peregrinos que llegaban a Roma desde finales de 1299.

 

jubileo

 

 

 

Este Jubileo es recordado por Dante en la Divina Comedia, que describe el enorme flujo de peregrinos que se producía con un doble sentido de marcha en el puente frente al Castillo de Sant’Angelo.

El Jubileo tiene sus orígenes en la tradición judía. Cada 50 años, los judíos decretaban un año de descanso de los campos, con el fin de dejar reposar la tierra y hacerla más fértil para la siguiente temporada. Al mismo tiempo, se liberaba a los esclavos y se devolvían las tierras confiscadas, para que se suavizaran las desigualdades.

También el propio nombre del Jubileo tiene una etimología hebrea: la palabra hebrea «jobel» (yobel) se refiere, de hecho, al macho cabrío, cuyo cuerno se tocaba para indicar el inicio del Jubileo.

Se esperan 15 millones de peregrinos

Las previsiones del Vaticano sitúan en más de 15 millones los peregrinos que previsiblemente viajarán a Roma durante el Año de Jubileo, aunque las mejoras en conectividad aérea y ferroviaria podrían aumentar estas cifras todavía más.

Para organizar el flujo de visitantes se ha habilitado una página web oficial donde podemos registrarnos para obtener nuestra tarjeta de peregrino gratuita, que nos dará acceso a los templos durante las ceremonias.

 

Trabajos para el Jubileo 2025

De cara al Jubileo de 2025, se prevén numerosas intervenciones y se han puesto en marcha más de 1000 obras.

Para dar más brillo a la capital, entre los más de 200 proyectos, se encuentra la remodelación de Tor Vergata, que, junto con Centocelle, albergará algunos de los eventos más importantes del Jubileo, en los que también participará el papa junto con cientos de miles de fieles.

También la céntrica e importante Piazza S. Giovanni in Laterano, sobre la que se asoma la basílica, se renovará y embellecerá, como lugar de fe y de encuentro: contará con una nueva pavimentación, parterres verdes y fuentes a ras con juegos de agua.

Entre los proyectos destinados a mejorar la viabilidad, se encuentra la realización del paso subterráneo de la Piazza Pia: un túnel que debería aliviar el tráfico y definir una zona peatonal entre el castillo de Sant’Angelo y la via della Conciliazione, hasta la plaza de San Pedro.

 

+ info -

jubileoPÁGINA WEB DEL JUBILEO 2025

 

TE INTERESA PARA VIAJAR A ROMA -

 

magnifiercrosschevron-down