Se está reconstruyendo el palacio en lo alto de un acantilado con vista al Mar Muerto
La sala del trono donde se dice que Salomé bailó ante el rey Herodes Antipas ha sido descubierta en la fortaleza del Mar Muerto en Machaerus, Maqueronte, Jordania. Los arqueólogos están en el proceso de reconstruir parcialmente el sitio monárquico en el palacio construido por el padre de Antipas, Herodes el Grande, aparentemente como una mejora de una fortaleza originalmente erigida por el rey hasmoneo Alejandro Janneo alrededor del 90 a. C.
La fortaleza de Machaerus se erigió a 32 kilómetros al suroeste de Madaba hace más de 2.000 años en un acantilado con vista al Mar Muerto y, en días despejados, al templo de Jerusalén. Los escritos rabínicos informan que el humo de las ofrendas de sacrificio se podía ver elevándose desde los altares del templo en Jerusalén hasta Machaerus (Mishnah 3, Tamid 3.8).
Salomé, que bailó ante el rey, le agradó y como recompensa, a instancias de su madre, le pidió la cabeza del profeta Juan el Bautista. Como se registra en Mateo 14, "El rey se entristeció, pero por causa de sus juramentos y de los que estaban sentados con él, mandó que se diera, y envió y decapitó a Juan en la cárcel. Y le trajeron la cabeza en una bandeja y se lo dio a la doncella, y ella se lo llevó a su madre ".
Josefo Flavio informa que estos eventos tuvieron lugar en Maheron, en una fiesta en honor a Herodes Antipas, el padrastro de Salomé ("Antigüedades judías", 18.116-119). A Herodes le gustó tanto el baile de la hijastra que prometió darle todo lo que pidiera.incluso la mitad de un reino. Y en la misma fortaleza fue ejecutado San Juan Bautista.
Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande, convirtió la fortaleza de Maheron en un magnífico palacio. Había un salón para las fiestas, un baño romano, un patio delantero con un peristilo que también servía como jardín real. Dentro de este patio de 650 metros de largo los arqueólogos encontraron un nicho semicircular en el que creían que se encontraba el trono de Herodes Antipas y desde el cual habría visto bailar a Salomé.
Excavaciones arqueológicas en el palacio del rey Herodes en Maheron
Curiosamente, aunque las excavaciones del patio de Maheron comenzaron ya en 1980, el área donde se encontraba el trono de Herodes permaneció intacta hasta hace poco. Solo en el curso de las últimas investigaciones, los arqueólogos húngaros dirigidos por el profesor Gyöz Vörös han descubierto el montículo en el que alguna vez estuvo el enorme trono real. Los investigadores están trabajando actualmente para restaurar el nicho del trono absidal.
Una de las escaleras del palacio real de la Ciudadela de Maheron
"Durante la excavación, corregimos muchas de las reconstrucciones arqueológicas erróneas realizadas en excavaciones anteriores", dice Wörösch. - "Confiamos en que podremos descubrir este drama bíblico hasta el más mínimo detalle. Los arqueólogos ya reconstruyeron las dos columnas que sostenían el techo del patio, bajo el cual probablemente bailaba Salomé.
La fortaleza de Maheron estaba ubicada en un acantilado con vista al Mar Muerto. En tiempos descritos en los Santos Evangelios, desde aquí con buen tiempo se podía ver el humo que se elevaba sobre los altares del Templo de Jerusalén de los holocaustos hechos al Señor. En el año 71, durante el Revuelta de Judea, la ciudadela fue destruida por los soldados de la X legión romana
En la fiesta de la Sagrada Familia, el Papa anuncia un Año dedicado a la Familia que inicia el 19 de marzo de 2021, Solemnidad de San José
En la fiesta de la Sagrada Familia que representa el ideal del amor conyugal y familiar, el Papa Francisco ha convocado un Año especial dedicado a la familia. Comenzará el 19 de marzo de 2021, coincidiendo con el quinto aniversario de la publicación de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia.
«Para continuar el camino sinodal que condujo a su publicación, he decidido convocar un Año especial dedicado a la Familia Amoris Laetitia, que será inaugurado en la próxima Solemnidad de San José y finalizará con la celebración del X Encuentro Mundial de las Familias programado aquí en Roma en junio de 2022«, expresó el Papa al introducir la oración mariana.
A las 12 del mediodía del domingo 27 de diciembre, Francisco dirigió la recitación del rezo del Ángelus desde la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano. Todo ello debido a las restricciones decretadas por el gobierno de Italia a causa de la pandemia por la covid-19.
«Este Año especial será una oportunidad para profundizar en los contenidos del documento Amoris laetitia, a través de propuestas e instrumentos pastorales, que se pondrán a disposición de las comunidades y familias eclesiales, para acompañarlos en su camino», explicó el Papa.
«La de Nazaret es la familia-modelo, en la que todas las familias del mundo pueden hallar su sólido punto de referencia y una firme inspiración».
Año de San José
Las iniciativas – añadió – serán coordinadas por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. «Encomendamos este camino con familias de todo el mundo a la Sagrada Familia de Nazaret, en particular a San José, esposo y padre solícito».
De hecho, el pasado 8 de diciembre, el papa Francisco ha llamado a la Iglesia también a celebrar un «Año» especial dedicado a San José. Año que terminará el próximo 8 diciembre de 2021, así establece la Carta apostólica Patris corde (Con corazón de padre) en cuyo contenido se recuerda el 150 aniversario de la declaración de san José como Patrono de la Iglesia Universal.
Imitar la Sagrada Familia
Mientras miles y miles de familias se encuentran confinadas en sus hogares en estas fiestas navideñas, el Papa subrayó hoy la urgencia de imitar a la Sagrada Familia. «Estamos llamados a redescubrir el valor educativo del núcleo familiar, que debe fundamentarse en el amor que siempre regenera las relaciones abriendo horizontes de esperanza«.
«En la familia se podrá experimentar una comunión sincera cuando sea una casa de oración, cuando los afectos sean profundos y puros, cuando el perdón prevalezca sobre las discordias, cuando la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios».
La familia evangeliza con el ejemplo de vida
De esta manera, indicó, «la familia se abre a la alegría que Dios da a todos aquellos que saben dar con alegría. Al mismo tiempo, halla la energía espiritual para abrirse al exterior, a los demás, al servicio de sus hermanos, a la colaboración para la construcción de un mundo siempre nuevo y mejor; capaz, por tanto, de ser portadora de estímulos positivos; evangelizadora con el ejemplo de vida».
En familia se pelea, pero se hace la paz enseguida
Francisco que en su mensaje de Navidad recordó a las mujeres que sufren violencia domestica recriminando toda forma de violencia, hoy, por otro lado, insistió que en las familias se discute, pero se hace enseguida la paz. «Si peleamos en familia que no termine el día sin hacer las paces». Y advirtió del «peligro de la guerra fría» al día siguiente.
En familia: permiso, gracias y disculpas
El Papa remarcó que la familia debe custodiar tres palabras claves para que todo marche bien: permiso, gracias y disculpa. «Permiso para no ser entrometido»; decir, gracias, cuando se sirve en familia, pues, «la gratitud es sangre del alma noble»; y, por último, la palabra – dijo- más difícil de decir: disculpa. «Porque nosotros siempre hacemos cosas feas, tantas veces alguien se siente ofendido», entonces decirle: «disculpa».
El Obispo de Roma rogó:
«Que la Virgen María, a la que ahora nos dirigimos con la oración del Ángelus, obtenga a las familias de todo el mundo sentirse cada vez más fascinadas por el ideal evangélico de la Sagrada Familia, de modo que se conviertan en levadura de nueva humanidad y de una solidaridad concreta y universal».
Las familias y la pandemia
Después del ángelus, el Papa saludó a las familias y a los fieles que siguieron la oración mariana a través de los medios de comunicación.
En especial, el Papa recordó a las familias que en estos meses han perdido a un ser querido o sufren las consecuencias de la pandemia.
En especial, rememoró a las familias de los médicos, enfermeros y de todos los operadores sanitarios comprometidos en contener las consecuencias del virus y que han sufrido asimismo efectos negativas en sus vidas familiares.
Familias que sufren las dificultades de la crisis sanitaria y que solo en Italia ha dejado 2 millones de contagiados desde febrero de 2020 y alrededor de 72.000 muertos.
El Papa confió a Dios a las familias
El Papa confió a Dios a todas las familias, sobre todo aquellas más golpeadas por la dificultad de la vida, de las plagas de la incomprensión y la división.
“Que el Señor nacido en Belén done a todos la serenidad y la fuerza de caminar unidos en la senda del bien” y recordó las tres palabras claves: perdón, gracias y disculpa.Por último, invitó a las familias a seguir rezando por él y les deseó un buen almuerzo dominical.
Iniciativas del Papa para el año Santo de la Familia
Asimismo, entre las actividades que se van a programar, además de la titulada “En camino con las familias”, en la que se ofrecerán 12 propuestas pastorales para acompañar a las familias inspirándose en la exhortación apostólica, se presenta el proyecto “10 vídeos Amoris Laetitia”.
En estos vídeos, el Papa Francisco explicará los capítulos de la exhortación. Junto con familias que explicarán aspectos de su vida cotidiana. Cada mes, se compartirá un vídeo para generar un interés pastoral por la familia en las diócesis y parroquias de todo el mundo.
Respecto al X Encuentro Mundial de las Familias en Roma 2022, la Iglesia anima a las diócesis y a las familias a promover y adentrarse en las catequesis que se distribuirán por la diócesis de Roma. También a unirse a las iniciativas pastorales que se organicen.
Amoris laetitia es la segunda exhortación apostólica postsinodal del papa Francisco, firmada el día 19 de marzo de 2016 y hecha pública el 8 de abril del mismo año.
Calabrés de nacimiento, fue llamado a ocupar la cátedra de San Pedro en 259.
Su primer cuidado fue proceder a una nueva circunscripción eclesiástica de Roma y a la reorganización de la Iglesia después de los desastres de la octava persecución general. Condenó el sabelianismo y refutó las blasfemias de Pablo de Samosata. San Atanasio y San Basilio citan sus escritos para probar la divinidad del Verbo y la del Espíritu Santo.
El primero dice que, al defender la doctrina católica, los Padres de Nicea no hicieron más que repetir las expresiones de San Dionisio de Romay de San Dionisio de Alejandría.
La fecha de su nacimiento nos es desconocida. Murió el 26 ó 27 de diciembre del año 268. Durante el pontificado del Papa San Esteban I (254-57) Dionisio aparece como presbítero de la Iglesia de Roma, y como tal tomó parte en la controversia en torno a la validez del bautismo administrado por los herejes (ver Bautismo, bajo el subtítulo Reiteración del Bautismo). Esto llevó al obispo Dionisio de Alejandría a escribirle una carta sobre el bautismo, en la cual él es descrito como un hombre muy distinguido y de gran erudición (Eusebio, Hist. eccl. VII, VII).
Más tarde, en los tiempos del Papa San Sixto II (257-58), el mismo obispo de Alejandría le escribió a Dionisio otra carta respecto a un tal Luciano (ibíd., VII, IX), cuya identidad desconocemos. Después del martirio de Sixto II (6 de agosto de 258) la Sede Romana quedó vacante por casi un año, pues la violencia de la persecución hacía imposible elegir una nueva cabeza. S
ólo cuando la persecución amainó Dionisio fue elevado (22 de julio de 259) para el oficio de Obispo de Roma. Algunos meses más tarde el emperador Galieno emitió su edicto de tolerancia, con el cual se dio fin a la persecución y a la Iglesia se le concedió una existencia legal (Eusebio, Hist. eccl. VII, XIII). De este modo la Iglesia de Roma reobtuvo la posesión de sus edificios para el culto, sus cementerios y otras propiedades, y Dionisio pudo una vez más poner en orden su administración.
Alrededor del 260 el Obispo Dionisio de Alejandría escribió su carta a Amonio y Eufranor contra el sabelianismo, en la cual él se expresaba con inexactitud en lo que toca al Logos y su relación con Dios Padre (v. Dionisio de Alejandría). Por este motivo fue presentada al Papa Dionisio una acusación contra él; el Papa convocó un sínodo en Roma cerca del año 260 para solucionar la cuestión.
En nombre propio y en el del sínodo, el Papa escribió una importante carta doctrinal en la cual, en primer lugar, condenaba de nuevo la doctrina errónea de Sabelio y, además, se condenaban las falsas opiniones de los que, como los marcionistas, separaban la monarquía divina en tres hipóstasis totalmente distintas, o a quienes representaban al Hijo de Dios como una criatura, siendo que las Santas Escrituras declaran que Él ha sido engendrado; pasajes bíblicos como Deut. 32,6 ó Prov. 8,22 no pueden citarse a favor de falsas doctrinas como éstas.
Junto con dicha carta doctrinal el Papa Dionisio envió una carta separada al obispo de Alejandría en la cual se le llamaba a explicar sus opiniones. Dionisio de Alejandría así lo hizo en su “Apología” (Athanasius, De sententia Dionysii, V, XIII, De decretis Nicaenae synody, XXVI). Según la antigua práctica de la Iglesia romana, el Papa Dionisio extendió su preocupación por los fieles de tierras lejanas.
Cuando los cristianos de Capadocia estaban pasando por una gran angustia debido al pillaje de las incursiones de los godos, el Papa envió una consoladora carta a la Iglesia de Cesarea juntamente con una gran suma de dinero, mediante mensajeros, para la redención de cristianos que habían sido tomados como esclavos (Basilius, Epist. LXX, ed. Garnier).
El gran sínodo de Antioquía que depuso a Pablo de Samosata le envió una carta circular al Papa Dionisio y al obispo Máximo de Alejandría informándoles sobre sus trabajos (Eusebio, Hist. eccl., VII, XXX). Después de su muerte el cuerpo de Dionisio fue enterrado en la cripta papal de la catacumba de Calixto.
Fuente: Kirsch, Johann Peter. "Pope St. Dionysius." The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York
"Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba entre el pueblo grandes prodigios y señales. Se levantaron unos… y se pusieron a disputar con Esteban; pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba", cuentan los Hechos de los Apóstoles (6, 8-15). Así que instigaron testigos falsos contra él, le prendieron y le condujeron ante el Sanedrín. Allí "vieron su rostro como el rostro de un ángel", y ante los jefes de los judíos pronunció su abrumador discurso sobre la condición mesiánica de Jesús (7, 1-53).
Al oírlo sus enemigos, "sus corazones se consumían de rabia y rechinaba sus dientes contra él", y cuando proclamó "Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios", se echaron contra él, lo sacaron de Jerusalén y lo apedrearon hasta matarle. Dejaron sus vestiduras a los pies de Saulo, que aún no era el Pablo posterior a la conversión camino de Damasco.
La lapidación de San Esteban, de Annibale Carracci, pintado entre 1604 y 1605 y conservado en el Louvre de París.
Sorpresa en Ramala
Éste es el relato bíblico sobre el primer mártir cristiano, pero a partir de ese momento desaparecen las certezas sobre la suerte que corrieron sus restos. En noviembre de 2014, sin embargo, se produjo un hallazgo muy relevante en unas excavaciones arqueológicas en Ramala. Dos kilómetros al oeste de la ciudad cisjordana, investigadores israelíes y palestinos dirigidos por el doctor Salah al Hudeliyya trabajaban en un proyecto de restauración de antigüedades de la Universidad de Jerusalén cuando encontraron las ruinas de un templo y de un monasterio bizantinos.
Una de las piezas descubiertas, posiblemente un baptisterio.
"Dentro de una de las iglesias hallamos una inscripción que indica que esta iglesia se construyó en honor de San Esteban, enterrado aquí el año 35", declaró el doctor Hudeliyya, quien añadió que el trabajo de restauración y acondicionamiento del lugar puede durar aún cinco años y que después podrá convertirse en un lugar de peregrinación.
De hecho, las excavaciones conducidas desde 2013 por la Universidad de Jerusalén y la Iglesia Ortodoxa podrían desembocar en la creación de un gran parque arqueológico, previsto para 2020, como foco de atracción turística para esa región palestina.
El papel de Gamaliel
Tras el descubrimiento, el profesor Hudeliyya, del Instituto de Arqueología de la Universidad Al-Quds, ofreció algunos detalles adicionales sobre la inscripción:
"Tiene 88 cm de ancho y un metro de alto, y son ocho líneas en griego que dicen que el cuerpo de San Esteban está enterrado ahí. El lugar es conocido como Khirbet al Tireh, o también Kafr Ghamla, siendo Ghamla el guía espiritual de San Esteban. La otra parte de la inscripción habla de una mujer llamada Dina, quien habría invertido dinero en esta iglesia en honor a la visita que hizo Jesús al lugar cuando José y María, su madre, no podían encontrarlo, durante su viaje de Jerusalén a Nazaret, que duró tres días. Probablemente Él pasó por este lugar en uno de esos días".
El lugar del nuevo hallazgo, en Ramala.
El doctor Houdalieh hace referencia al episodio que refiere San Lucas (2, 41-50), prácticamente el único que conocemos de su infancia, cuando, tras haberle perdido, sus padres le hallaron en el templo predicando y Él les explicó: "¿No sabíais que yo debo ocuparme de las cosas de mi Padre?".
Pero lo sorprendente es su alusión a ese Ghamla que habría sido maestro espiritual de San Esteban, y de quien no existe referencia ni en las Sagradas Escrituras ni en la Tradición. Probablemente Houdalieh se refiere a Gamaliel, sostiene otro experto comentando el hallazgo. Algo mucho más verosímil, por cuanto Gamaliel fue un miembro justo del Sanedrín, que defendió a San Pedro y a los apóstoles (Hech 5, 34-39) y de quien San Pablo se confesaba discípulo (Hech 22, 3). Una tradición dice que se convirtió al cristianismo y fue bautizado por San Pedro y San Juan.
Gamaliel: un hombre justo, miembro del Sanedrín, que tomó la palabra para defender a San Pedro y a los Apóstoles en los inicios de su misión. Tenía tanto prestigio que consiguió parar los primeros golpes contra el cristianismo naciente.
Precisamente en torno a Gamaliel se tejen otras hipótesis sobre el lugar donde reposan los restos de San Esteban. Según contaba en 1876 el padre Francis Xavier Weninger, ese sabio doctor de la Ley, quizá ya secretamente cristiano y que habría permanecido en el Sanedrín para proteger a sus hermanos, fue uno de los que enterraron al protomártir: "Lo dispuso todo para que el cuerpo de San Esteban fuese conducido durante la noche por algunos cristianos desde el lugar donde se hallaba hasta su lugar de nacimiento, a unas pocas millas de Jerusalén".
En sueños…
Pero… ¡no a Ramala! En efecto, este lugar, Cafargamala, a unos 36 kilómetros de Jerusalén, no sería descubierto hasta el 3 de diciembre de 415. Allí había una iglesia de la que se ocupaba un venerable sacerdote, Luciano, que una noche estaba durmiendo en el baptisterio -lo hacía así para mantener bajo vigilancia los vasos sagrados- cuando fue despertado en sueños por un anciano alto y venerable, a quien identificó después como Gamaliel. "Ve a Jerusalén", le ordenó, "y dile al obispo Juan que venga y abra las tumbas, en las que hallará restos de algunos siervos de Cristo, para que por su intercesión Dios abra a muchos las puertas de su misericordia".
Tras una segunda visión, Luciano obedeció y convenció al obispo. Realizada la búsqueda, hallaron tres cajas, que abrieron en presencia de otros dos obispos, Eutonio de Sebaste y Eleuterio de Jericó. Cuando abrieron el ataúd de San Esteban, la tierra tembló y salió de él un olor agradable como ninguno de los presentes había sentido nunca. Al mismo tiempo, 73 fieles de los muchos que se habían congregado para ese momento fueron curados de sus enfermedades.
Periplo accidentado
El obispo Juan ordenó que parte de las reliquias quedaran en Cafargamala y el resto fueran trasladadas a la iglesia de Sión en Jerusalén, lo que se hizo el 26 de diciembre. Por esa razón la festividad de San Esteban se celebra en tal fecha.
Pero aún tendría lugar otro traslado, esta vez a Constantinopla, durante el reinado de Teodosio II el Joven, fallecido en el año 450. Las reliquias se llevaron a la iglesia del santo diácono Lorenzo, y luego a una iglesia construida especificamente en honor de San Esteban.
Además, la mano derecha del protomártir se conservaría en la cámara de Serapión de lo que es hoy el principal monasterio y centro espiritual de la Iglesia Ortodoxa Rusa, la Laura de San Sergio, a setenta kilómetros de Moscú.
La Laura de San Sergio, cerca de Moscú, donde ser conservaría la reliquia de la mano derecha de San Esteban.
El itinerario de los restos de San Esteban no está pues completamente aclarado tras el hallazgo de Ramala, adonde tal vez las llevaron para ponerlas a resguardo tras los saqueos de Jerusalén de finales del siglo X y principios del siglo XI. Continúa siendo un misterio, que quizá se resuelva en los próximos cinco años que dure la restauración de las ruinas donde se halló la inscripción.
Al entrar en la Basílica de la Natividad desde la Plaza del Pesebre, uno siente que ha entrado en un mundo diferente. Esta basílica es la misma que mandó construir Justiniano en el 529. Tiene forma de cruz latina con el transepto rematado en ábsides. La nave central se halla flanqueada por 44 columnas rosadas de piedra caliza, distribuidas en cuatro filas.
Exterior de la Basílica
Primero hablaremos del exterior de la Basílica. Desde la plaza que hay delante de la basílica, el visitante tiene la impresión de hallarse frente a una fortaleza medieval: gruesos muros y contrafuertes, con escasas y pequeñas ventanas. Se entra por una puerta tan diminuta que obliga a pasar de uno en uno, y aun así con dificultad: es preciso inclinarse bastante.
En su homilía durante la Santa Misa de la Nochebuena de 2012, Benedicto XVI se refirió a este acceso al templo:
«Quien quiere entrar hoy en la iglesia de la Natividad de Jesús, en Belén, descubre que el portal, que un tiempo tenía cinco metros y medio de altura, y por el que los emperadores y califas entraban al edificio, ha sido en gran parte tapiado.
Ha quedado solamente una pequeña abertura de un metro y medio. La intención fue probablemente proteger mejor la iglesia contra eventuales asaltos pero, sobre todo, evitar que se entrara a caballo en lacasa de Dios. Quien desea entrar en el lugar del nacimiento de Jesús, tiene que inclinarse.
Me parece que en eso se manifiesta una cercanía en esta Noche santa: si queremos encontrar al Dios que ha aparecido como niño, hemos de apearnos del caballo de nuestra razón “ilustrada”. Debemos deponer nuestras falsas certezas, nuestra soberbia intelectual, que nos impide percibir la proximidad de Dios” (Benedicto XVI, Homilía, 24-XII-2011).
Interior de la Basílica
En cuanto al interior, la basílica –con planta de cruz latina y cinco naves– tiene una longitud de 54 metros. Las cuatro filas de columnas, de color rosáceo, le dan un aspecto armonioso.
En algunos lugares, es posible contemplar los mosaicos que adornaban el pavimento de la primitiva iglesia constantiniana; en las paredes, también se han conservado fragmentos de otros mosaicos que datan de los tiempos de las Cruzadas.
Gruta de la Natividad
Pero el centro de esta gran iglesia es la Gruta de la Natividad, que se encuentra bajo el presbiterio: tiene la forma de una capilla de reducidas dimensiones, con un pequeño ábside en el lado oriental.
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El humo de los cirios, que la piedad popular ha puesto durante generaciones y generaciones, ha ennegrecido las paredes y el techo. Allí hay un altar y, debajo, una estrella de plata que señala el lugar donde Cristo nació de la Virgen María. La acompaña una inscripción, que reza: Hic de Virgine Maria Iesus Christus natus est.
El pesebre donde María acostó el Niño, tras envolverlo en pañales, se encuentra en una capillita aneja. En realidad es un hueco en la roca, aunque hoy está recubierto de mármol y anteriormente lo estuvo de plata. Enfrente, hay un altar llamado de los Reyes Magos, porque tiene un retablo con la escena de la Epifanía.
Un baño ritual judío de la época de Jesús a los pies del Monte de los Olivos
Unas excavaciones cerca de la basílica de Getsemaní, en Jerusalén, arrojan también el hallazgo de una iglesia bizantina
Las excavaciones arqueológicas en Getsemaní han sacado a la luz un baño ritual de dos mil años en la basílica de la Agonía. Es el primer registro arqueológico del período del Segundo Templo en este lugar de Jerusalén.
Una de las primeras evidencias arqueológicas del período del Segundo Templo enGetsemanífue desenterrada cerca de la moderna basílica de la Agonía, durante las excavaciones realizadas por la Autoridad Israelí de Antigüedades (Aia) en colaboración con el Studium Biblicum Franciscanum (Sbf). Es un baño ritual de hace unos dos mil años, que por tanto se remonta a la época de la presencia de Jesús en Jerusalén. Además, se han descubierto importantes restos de una iglesia bizantina en el valle de Kidron, al pie de la basílica, también conocida como la Iglesia de las Naciones.
Excavaciones del baño ritual presentadas el 21 de diciembre 2020 (foto Nadim Asfour / CTS)
Estos emocionantes descubrimientos fueron presentados el lunes 21 de diciembre de 2020, en una conferencia de prensa en el lugar de las excavaciones, a la que asistieron el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, arqueólogos israelíes y profesores del Studium Biblicum Franciscanum .
En los últimos años, la Custodia de Tierra Santa ha invertido en el desarrollo del turismo en la Iglesia de Getsemaní y en el Valle Kidron que se encuentra a sus pies, en beneficio de turistas y peregrinos. Estos proyectos incluyen un centro de visitantes y un túnel subterráneo que conectará la iglesia con Kidron Valley. Cuando los trabajadores que estaban realizando las obras se encontraron con los restos antiguos, la Autoridad de Antigüedades de Israel emprendió una excavación de rescate en el sitio, dirigida por Amit Re'em y David Yeger y con la asistencia del Studium Biblicum Franciscanum .
Un baño de purificación
A pocos metros de la basílica de la Agonía, los trabajadores descubrieron una cavidad subterránea, que ha sido identificada como un baño ritual del período del Segundo Templo, la época de la historia judía desde el exilio babilónico (siglo VI a.C.) hasta la destrucción. del Tempio, 70 d.C. Estos lugares, llamados mikveh , respondían a la necesidad de una purificación ritual.
Según el arqueólogo Amit Re'em, el descubrimiento del baño ritual confirmaría el origen del nombre Getsemaní:
"La mayoría de los baños de esa época -explicó- se encontraban en domicilios particulares o edificios públicos, pero algunos eran encontrado en tumbas o estructuras agrícolas, por lo tanto al aire libre. Este baño, que no está próximo a otras construcciones, podría dar fe de la existencia en este hace dos mil años de actividades agrícolas como la producción de aceite o vino. Las leyes judías obligaban a los trabajadores involucrados en la producción de aceite y vino a purificarse. El descubrimiento del baño ritual puede, por tanto, sugerir que, en el origen del antiguo nombre Getsemaní, se encuentra Gat Shemanim (molino de aceite), un lugar donde se producía el aceite ».
El Padre Custodio recordó que Getsemaní es uno de los santuarios más importantes de Tierra Santa, un lugar de oración, porque Jesús solía venir aquí a orar y orar incluso después de su última cena con los discípulos antes de ser arrestado. Por eso, millones de peregrinos visitan estos lugares cada año y se detienen en oración.
Incluso las últimas excavaciones realizadas en el sitio confirman la antigüedad de la memoria y la tradición cristiana relacionada con este lugar. "Es muy importante para nosotros - agregó Patton - y por el significado espiritual relacionado con los descubrimientos arqueológicos".
La gran iglesia de Getsemaní, ubicada al pie del Monte de los Olivos y diseñada por Antonio Barluzzi en la década de 1920, fue construida en el lugar donde la tradición cristiana sostiene que Jesús fue traicionado y entregado a los soldados. La iglesia fue construida sobre los restos de iglesias anteriores de los períodos bizantino y cruzado. Sin embargo, no se han encontrado restos de la era del Segundo Templo hasta el día en que Jesús visitó el sitio.
Los restos de una iglesia previamente desconocida
Las excavaciones también han sacado a la luz una iglesia aún desconocida, fundada a finales del período bizantino (siglo VI) y que continuó siendo frecuentada durante el período omeya (siglo VIII). La iglesia fue decorada con elementos de piedra finamente labrada que muestran su importancia.
Las inscripciones griegas encontradas en el suelo y descifradas por la profesora Leah Di Segni, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, y por Fra Rosario Pierri, decano del Studium Biblicum Franciscanum , dicen:
"Para la memoria y el descanso de los amantes de Cristo (cruz) Dios que recibió el sacrificio de Abraham, acepta la oferta de tus siervos y concédeles la remisión de los pecados. (cruz) Amén ».
El arqueólogo David Yeger observó que la Iglesia pudo haber sido utilizada, y quizás incluso fundada, en la era musulmana. Esto muestra que las peregrinaciones a Jerusalén continuaron incluso después de la conquista musulmana.
Con la posterior conquista ayubí a finales del siglo XII, el sultán Salah-a-Din, según fuentes históricas, ordenó la destrucción de las iglesias y edificios del Monte de los Olivos y utilizó las piedras para restaurar las murallas de la ciudad.
Según Amit Re'em, «las excavaciones en Getsemaní son uno de los mejores ejemplos de arqueología en Jerusalén, en el que diferentes tradiciones y creencias se entrelazan con evidencias arqueológicas e históricas. Los nuevos descubrimientos se incorporarán al nuevo centro de visitantes, aún en construcción, y se mostrarán a los peregrinos y turistas cuando regresen pronto a visitar Jerusalén.
Fructífera colaboración
Fray Eugenio Alliata, que hoy es el director del Museo Terra Sancta , recordó durante la rueda de prensa cómo "no pocos franciscanos se han distinguido en el pasado en la investigación arqueológica de este importante sitio evangélico de Getsemaní". Desde las investigaciones de fray Gaudenzio Orfali, fallecido prematuramente en 1926, que había estudiado la iglesia bizantina sobre la que se erigió la nueva basílica, hasta fray Virgilio Corbo, que ilustró el descubrimiento de numerosos entierros romano-bizantinos, durante el ensanche de la carretera de Jerusalén. -Gerico en los 50.
En tiempos más recientes, el trabajo arqueológico fue realizado en la propiedad franciscana por arqueólogos israelíes, como Fanny Vitto y Jon Seligman en la década de 1990, y la colaboración continúa hoy.
«No debemos olvidar - observó fray Alliata - que tanto para los cristianos como para los judíos, este es el valle de Josafat, el valle del Juicio Final de Dios el día de la Resurrección final. Esperamos que las obras actuales, con sus relevantes descubrimientos, puedan jugar un papel importante en la reapertura del recinto religioso a los peregrinos cristianos, así como al público en general ”.
Elogiando la fructífera cooperación entre la Sbf y La Haya y esperando futuras colaboraciones científicas, el Padre Custode dijo:
"No tenemos miedo de excavar y no debemos tener miedo de excavar, porque la búsqueda de la verdad en sí, ya sea arqueológica, científica o la religión, requiere necesariamente el coraje y la constancia para excavar: en un terreno, dentro de las leyes de la naturaleza, en las bibliotecas, dentro de la propia alma ”.
En la gruta de Belénno faltaba un elemento característico de la cuevas utilizadas para que los animales se resguardasen: el pesebre.
Tallado generalmente en la roca viva, que en Belén es particularmente fácil de trabajar. Es de de forma rectangular, aunque los hay también de madera, y forma un hueco donde se metía lo que en Palestina se da a las bestias: no heno, que no hay, sino paja con un poco de cebada.
Esta es la tradicional Cuna del Niño Jesús. Éste es el Pesebre (griego fátne, latín praesepium,) en cuya concavidad, en forma de cuna, María colocó al Niño, envuelto en pañales (Lc 2,7).
Acerca del pesebre conviene señalar que en la Basílica de Santa María la Mayor de Romase conservan unas tablas que tradicionalmente se asocian al pesebre de Jesús. ¿Qué decir de esto?
De entrada, cabe observar que estando cavado el pesebre en la piedra rocosa ninguno podía llevárselo, por lo que permanece en su sitio, más o menos como era. En el hueco de la roca podía haber o la simple paja adaptada para jergón, o también maderos adaptados como cuna por el carpintero de Nazaret; alrededor, o en la parte superior, podía haber también una rastrillera formada por toscas tablas de madera para tener el forraje cuando comían los animales.
En Santa María Mayor de Roma ¿qué hay concretamente?... Hay algunas tablillas, cinco para precisar, de 70 a 80 cms. de largas por 10 cms. de anchas:
1) una de ellas seguramente no es de Palestina;
2) las otras cuatro son de plantas existentes en Palestina, familia de los ácer duro, o acacia;
3) auténticas, o no, ¿pueden ser el pesebre original? No es posible que el Pesebre de Cristo consistiese en cuatro tablillas desarregladas, con un maestro carpintero como José...;
4) Posible, en cambio que se tratase o de las toscas tablas de la rastrillera, o también las tablillas que hacían de orilla, o borde al hueco para que resultase como "cuna" el cómodo pesebre.
Alguno dice también probable como apoyo en forma de X del pesebre - cuna de arcilla y paja, en que el Niño podía estar seguro y descansar, atado a la cintura con cintas, mientras la Madre trabajaba. Pero esto no en el nacimiento, sino más tarde.
Es Navidad. Todos disfrutamos en estas fechas poniendo el Belén, siempre viejo y siempre nuevo. Allí están los pastores guardando los rebaños en la noche, cuando se les presenta el ángel que anuncia la buena noticia: «Hoy os ha nacido, en la ciudad de David, el Salvador, que es el Cristo, el Señor». A la vez, escuchan el canto de los cielos: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres».
Navidad es la fiesta de toda la familia: de los niños, de los padres, de los abuelos, de los tíos y los primos, de los amigos. La Navidad y los Reyes Magos, como en otros momentos del año también la Semana Santa o la Pascua, forman parte de nuestras raíces, de nuestras costumbres, del patrimonio cultural de nuestra tierra. Un tesoro que merece ser reconocido y conservado. El portal, las casas y las figuras del Belén invitan a mirar al pasado, pero también a reflexionar sobre el presente. La contemplación del Hijo de Dios hecho hombre abre caminos de convivencia, respeto y humanidad.
¿Cómo era el Belén de verdad, aquel donde nació Jesús? Pues una población pequeña, constituida por un puñado de casas salpicadas en la ladera de una colina, unos ocho kilómetros al sur de Jerusalén. Al pie de la loma comienza un extenso llano donde se cultiva trigo y cebada. Tal vez debido a su riqueza en la producción de cereales la ciudad recibió el nombre de Bet-Léjem, palabra hebrea que significa «Casa del pan». Según una vieja tradición, en esos campos había conocido Booz a Rut, la moabita, hacía muchos siglos. Su bisnieto, el rey David, nació en aquella aldea. Dice el evangelio de San Lucas que María y José se dirigieron a Belén, la ciudad de David, para empadronarse.
A comienzos del siglo I Belén era, pues, poco más de cuatro casas rodeadas por una muralla que estaría mal conservada, o incluso desmoronada en gran parte, ya que había sido edificada casi mil años antes. Sus habitantes vivían de la agricultura y la ganadería. Tenía buenos campos de cereales. Además, en las regiones limítrofes con el desierto, pastaban rebaños de ovejas.
En el horizonte todavía hoy se divisa la inconfundible silueta del Herodium, un palacio-fortaleza que Herodes había construido no lejos de allí.
La vida de la gente corriente no era fácil, cómoda ni segura en aquellos años. Herodes era un personaje siniestro y sin escrúpulos que se encontró con el poder sin contar con méritos para gobernar. No era judío sino idumeo, pero con sus intrigas en Roma logró los apoyos suficientes para conseguir que los romanos lo reconocieran como rey y hacer efectivo su mando a partir del año 37 a.C. Sin embargo, ha pasado a la historia como el rey cruel que no dudó en erigirse en señor de la vida y de la muerte de sus súbditos, fueran niños o ancianos.
El pueblo llano de Belén pudo experimentar hasta qué extremo puede cegar el afán de poder: con tal de eliminar a Cristo -¡un niño indefenso, recién nacido!- al que veía como posible competidor de su realeza, ordenó el exterminio de los más inocentes, los niños nacidos en ese pueblo durante los últimos años.
Pero, por encima de esa maldad, el nacimiento de Jesús fue y es una fiesta de paz para todos los hombres de buena voluntad. La venida al mundo del Hijo de Dios hecho hombre, manifiesta el amor que Dios tiene a todo ser humano. Quiso venir al mundo pobre, pero en el ambiente natural y más oportuno para el desarrollo integral de su persona, en el calor de una familia normal, un varón y una mujer a quienes llamar con gozo desde sus primeros balbuceos «abba» (papá) e «imma» (mamá).
Al cabo de dos milenios hay cosas que han cambiado poco. No faltan quienes como Herodes, al margen de sus opciones políticas con aciertos y con fallos, desprecian el valor inviolable de la vida humana especialmente en los momentos de mayor debilidad: cuando acaba de ser concebida o cuando declina; o están empeñados en apartar de la escena a quienes contemplan como competidores ideológicos. Sólo quien está cegado por el apasionamiento puede sentirse acosado por el aire libre y el agua clara de la verdad objetiva, por la inocencia de quien no tiene otra fuerza que el amor. Sin embargo, desde el más rancio fundamentalismo laicista hay poderosos que miran hoy con recelo a quien sólo busca con transparencia el bien para todo ser humano sin excepción y en todas las circunstancias.
Pero Jesús, ese niño débil e indefenso, es Dios. No nació para buscar conflictos con el poder romano ni con la tiranía de quienes se creían intérpretes infalibles de la Ley, pero no se achantó ante el error, la fuerza del mal ni la injusticia. Traía la verdad, el bien, la luz y la paz que el mundo necesita. Él vino a liberar a todos los hombres y mujeres de las tiranías que lleva consigo el pecado. Ofreció su vida también por sus perseguidores y por quienes lo odiaban, para que también ellos pudieran alcanzar la salvación. Para que pudieran tener una vida feliz y perdurable.
Por eso hoy la Navidad es fiesta de amor y libertad, de hablar con soltura y confianza de las cosas buenas que bullen en el corazón, sin acobardarse ante ambientes adversos. Un buen momento para reconocer qué buena y qué gozosa es la realidad del matrimonio y de la familia, qué hermosa la sonrisa de un niño, qué tierna la mirada afectuosa del abuelo enfermo que apenas balbucea. Una oportunidad para contemplar a la sociedad en que vivimos con realismo y alegría: aunque no falten dificultades es mucho lo que se puede hacer para construir, con el esfuerzo de todos, un mundo en el que valga la pena vivir.
La Navidad trae una invitación a todos los hombres de buena voluntad para que recapacitemos, para que, respetando las diferencias, opiniones y modos de ser de cada uno, busquemos decididamente lo importante: el auténtico bien de todo ser humano, por encima de egoísmos personales. Es fiesta de optimismo, de luz, de reconciliación, de alegría y de paz.
Descubra sin salir de casa los detalles ocultos de las basílicas romanas
No hay nada que pueda sustituir una visita a Roma para admirar la Capilla Sixtina o la Basílica de San Pedro; sin embargo, Internet permite ahora realizar visitas virtuales a algunos de los lugares más sagrados de la Ciudad Eterna, ofreciendo detalles que ni siquiera en vivo pueden apreciarse.
La visita a la Capilla Sixtina puede realizarse desde su casa y tan sólo es necesario contar con un ordenador y una conexión a Internet, gracias a este nuevo servicio ofrecido por la página web de la Santa Sede.
El proyecto ha involucrado durante dos años a estudiantes de la Universidad de Villanova en Pennsylvania (Estados Unidos), a quienes se les ha permitido fotografiar estas joyas del arte de todos los tiempos. Miles de fotografías fueron tomadas en la Basílica de San Pedro y en la Capilla Sixtina, con una avanzada cámara motorizada sobre raíl, y posteriormente compuestas y unidas digitalmente para crear un panorama virtual en una proyección tridimensional.
Los peregrinos y turistas virtuales pueden utilizar el zoom y acercarse a los detalles de las obras de arte gracias a la elevada resolución.
EXPECTAClÓN DEL PARTO
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
NUESTRA SEÑORA DE LA O
Esperar al Señor que ha de venir es el tema principal del santo tiempo de Adviento que precede a la gran fiesta de Navidad. La liturgia de este período está llena de deseos de la venida del Salvador y recoge los sentimientos de expectación, que empezaron en el momento mismo de la caída de nuestros primeros padres.
En aquella ocasión Dios anunció la venida de un Salvador. La humanidad estuvo desde entonces pendiente de esta promesa y adquiere este tema tal importancia que la concreción religiosa del pueblo de Israel se reduce en uno de sus puntos principales a esta espera del Señor. Esperaban los patriarcas, los profetas, los reyes y los justos, todas las almas buenas del Antiguo Testamento. De este ambiente de expectación toma la Iglesia las expresiones anhelantes, vivas y adecuadas para la preparación del misterio de la "nueva Natividad" del salvador Jesús.
En el punto culminante de esta expectación se halla la Santísima Virgen María. Todas aquellas esperanzas culminan en Ella, la que fue elegida entre todas las mujeres para formar en su seno el verdadero Hijo de Dios.
Sobre Ella se ciernen los vaticinios antiguos, en concreto los de Isaías; Ella es la que, como nadie, prepara los caminos del Señor.
Invócala sin cesar la Iglesia en el devotísimo tiempo de Adviento, auténtico mes de María, ya que por Ella hamos de recibir a Cristo.
Con una profunda y delicada visión de estas verdades y del ambiente del susodicho período litúrgico, los padres del décimo concilio de Toledo (656) instituyeron la fiesta que se llamó muy pronto de la Expectación del Parto, y que debía celebrarse ocho días antes de la solemnidad natalicia de nuestro Redentor, o sea el 18 de diciembre.
La razón de su institución la dan los padres del concilio: no todos los años se puede celebrar con el esplendor conveniente la Anunciación de la Santísima Virgen, al coincidir con el tiempo de Cuaresma o la solemnidad pascual, en cuyos días no siempre tienen cabida las fiestas de santos ni es conveniente celebrar un misterio que dice relación con el comienzo de nuestra salvación. Por esto, speciali constitutione sancitur, ut ante octavum diem, quo natus est Dominus, Genitricis quoque eius dies habeatur celeberrimus, et praeclarus "Se establece por especial decreto que el día octavo antes de la Natividad del Señor se tenga dicho día como celebérrimo y preclaro en honor de su santísima Madre".
En este decreto se alude a la celebración de tal fiesta en "muchas otras Iglesias lejanas" y se ordena que se retenga esta costumbre; aunque, para conformarse con la Iglesia romana, se celebrará también la fiesta del 25 de marzo. De hecho, fue en España una de las fiestas más solemnes, y consta que de Toledo pasó a muchas otras iglesias, tanto de la Península como de fuera de ella. Fue llamada también "día de Santa María", y, como hoy, de Nuestra Señora de la O, por empezar en la víspera de esta fiesta las grandes antífonas de la O en las Vísperas.
Además de los padres que estuvieron presentes en el décimo concilio de Toledo, en especial del entonces obispo de aquella sede, San Eugenio III, intervino en su expansión—y también a él se debe el título concreto de Expectación del Parto—aquel otro gran prelado de la misma sede San Ildefonso, que tanto se distinguió por su amor a la Señora.
La fiesta de hoy tenía en los antiguos breviarios y misales su rezo y misa propios. Los textos del oficio, de rito doble mayor, tienen, además de su sabor mariano, el carácter peculiar del tiempo de Adviento, a base de las profecías de Isaías y de otros textos apropiados como los himnos. Nuestro Misal conserva todavía para la presente fecha una misa, toda a base de textos del Adviento. Es un resumen del ardiente suspiro de María, del pueblo de Israel, de la Iglesia y del alma por el Mesías que ha de venir. Sus textos—casi coinciden con la misa del miércoles de las témporas de Adviento, y todavía más con la misa votiva de la Virgen, propia de este período—son de Isaías (introito, epístola y comunión ) y del evangelio de la Anunciación. Las oraciones son las propias de la Virgen en el tiempo de Adviento.
Precisamente en la víspera de este día dan comienzo las antífonas mayores de la O, por empezar todas ellas con esta exclamación de esperanza. Y así continúa la Iglesia por espacio de siete días, del 17 al 23, en este ambiente de santa expectación y demanda de la venida del Salvador.
Nada, pues, más a propósito que la contemplación de María en los sentimientos que Ella tendría en los días inmediatos a la natividad de su divino Hijo. "Si todos los santos del Antiguo Testamento—escribe el padre Giry (Les petits Bollandistes t. 14 p.373 )—desearon con ardor la aparición del Salvador del mundo, ¿cuáles no serían los deseos de Aquella que había sido elegida para ser su Madre, que conocía mejor que ninguna otra criatura la necesidad que tenia la humanidad, la excelencia de su persona y los frutos incomparables que debía producir en la tierra, y la fe y la caridad, que sobrepasan la de todos los patriarcas y profetas? Fue tan grande el deseo de la Santísima Virgen, que nosotros no tenemos palabras para expresar su mérito. Y tampoco podemos concebir cuál fue su gozo cuando Ella vió que sus deseos y los de todos los siglos y de todos los hombres iban a realizarse en Ella y por Ella, ya que iba a dar a luz la esperanza de todas las naciones, Aquel sobre quien se fijaban los ojos de todos en el cielo y en la tierra y miraban como a su libertador."
María, repetimos, está en la cumbre de esta esperanza o, con otras palabras: con María la esperanza es completa, se hace firme. Unidos a Ella, ya que nuestro adviento, el que nosotros esperamos, tuvo principio en la celestial Señora, por haber llevado en su seno virginal a Jesús durante nueve meses, nuestra expectación será más digna del gran Señor que va a venir.
María presenta para el cristiano de hoy la posición que éste debe mantener, máxime en estos días: esperar al Señor. Que Él se incorpore más y más en nosotros, donec formetur Christus in nobis, y que un día, lejano o próximo ya, venga a buscarnos para unirnos definitivamente con Él. El cristiano debe esperar al Señor, donec veniat, hasta que venga para aquel abrazo de unión indisoluble y eterna. Toda la vida del cristiano es una expectación. El modelo de ésta lo ofrece María.
La presente fiesta mariana, como todas las de la Virgen, además de ser un ejemplo, es una intercesión. Debe servir para afianzar y hacer más intensa esta espera y ayudarnos a cantar con Ella, con la Iglesia-Virgen las antífonas mayores del Magniticat: O Sapientia, O Adonai, O Emmanuel..., veni!