Desde los orígenes de la Iglesia, hubo cristianos que abrazaron una vida de plena imitación de Jesucristo. Más tarde, el ascetismo cristiano revistió formas características de huida del mundo y vida en común: así nació el monacato, que floreció desde el siglo IV, tanto en el Oriente cristiano como en el mundo latino occidental.
La vida ascética cristiana es tan antigua como la Iglesia de Jesucristo.
![]() |
|||
| San Jerónimo | |||
Desde los mismos orígenes, hubo fieles de uno y otro sexo que abrazaban una vida de plena imitación del Maestro: permanecían vírgenes o guardaban continencia, practicaban la oración y la mortificación cristiana y se ejercitaban en las obras de misericordia.
Durante los tres primeros siglos, ascetas y vírgenes no abandonaban el mundo ni se reunían, de ordinario, a vivir en común.
Sin solemnidades públicas, como las que luego se introdujeron, se comprometían a guardar la castidad «por el Reino de los Cielos» (Mt XIX, 12) y permanecían entre los demás miembros de su comunidad cristiana, habitando en sus casas y administrando sus bienes.
.
En la sociedad romano-cristiana de los siglos IV y V, el fenómeno ascético tuvo resonantes manifestaciones en los propios círculos de la aristocracia.

San Paulino de Nola
Matrimonios de la nobleza senatorial, como Paulino de Nola y Terasia o Piniano y Melania, se desprendieron de inmensos patrimonios y asumieron una existencia de fieles discípulos de Jesucristo, según las enseñanzas del Evangelio.
San Jerónimo dirigió espíritualmente a los círculos ascéticos de nobles señoras romanas, primero en la propia Urbe y luego en Palestina: les explicaba los Libros Sagrados y les alentaba en el ejercicio de la ascesis cristiana.
La práctica de la castidad entre las mujeres se incrementó a lo largo del siglo IV y, a veces, viudas y doncellas vírgenes comenzaron a vivir en común, como sucedió en Roma, en torno a las nobles damas Paula y Marcela.
Volver a -
Los cristianos en el Credo profesamos la fe en el Espíritu Santo, que es Dios, «Señor y dador de vida». Él es la fuente inagotable de la vida divina en nosotros. Él es «el agua viva» que Jesús prometió a la Samaritana para saciar para siempre la sed, para colmar los anhelos más profundos y más altos del corazón humano. Porque Jesús ha «venido para que tengan vida y la tengan abundante» (Jn 10,10)
El Espíritu Santo que es una de las tres personas de la Santísima Trinidad. Procede del Padre y del Hijo. Cristo lo ha derramado en nuestro corazón, para hacernos hijos de Dios y para que nuestra vida sea guiada, animada y alimentada por él.
Esto es precisamente lo que entendemos al decir que el cristiano es un hombre espiritual: una persona que piensa y actúa siguiendo al Espíritu Santo que es su inspiración.
Pero al adorar a la Santísima Trinidad vivificante, consubstancial e indivisible, la fe de la Iglesia profesa también la distinción de las Personas. Cuando el Padre envía su Verbo, envía también su Aliento: misión conjunta en la que las personas de la Santisima Trinidad son distintas pero inseparables. Sin ninguna duda, Cristo es quien se manifiesta, imagen visible de Dios invisible, pero es el Espíritu Santo quien lo revela. Catecismo de la Iglesia Católica 687-689
Lo narra san Lucas en los Hechos de los Apóstoles, en los capítulos 1 y 2. Antes de la Ascensión, Jesús había mandado a los discípulos “que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, -les dijo- pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Cuando haya venido sobre vosotros, seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta los confines de la tierra”.
Unos días después, sigue narrando san Lucas, «cuando estaban todos juntos, de repente, vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y se llenaron todos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas”.
En este día se revela plenamente la Santísima Trinidad y a partir de ese momento el Reino anunciado por Cristo está abierto a todos los que creen en Él.
Jesús no revela plenamente el Espíritu Santo hasta después de su Resurrección. Sin embargo, lo sugiere poco a poco, incluso en su enseñanza a la muchedumbre, cuando revela que su Carne será alimento para la vida del mundo. Lo sugiere también a Nicodemo, a la Samaritana y a los que participan en la fiesta de los Tabernáculos.
A sus discípulos les habla de él abiertamente apropósito de la oración: lo recoge san Lucas en el versículo 11 de su Evangelio: «Si vosotros que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan”.
Y cuando les explica el testimonio que tendrán que dar dice: «Cuando seáis arrestados, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni cómo habéis de hablar. Llegado ese momento, se os comunicará lo que tengáis que decir. Pues no series vosotros los que hablareis, sino el Espíritu del Padre el que hablará por vosotros”. Catecismo de la Iglesia Católica 689-690
El Paráclito que es Dios mismo que se entrega a nosotros para hacernos partícipes de su naturaleza divina. Actúa en nosotros dándonos consolación interior, que podemos experimentar como aumento de fe, esperanza, caridad, paz o alegría que nos atrae hacia Él.
«Nadie puede decir: ‘¡Jesús es Señor!’ sino por influjo del Espíritu Santo», dice san Pablo en la Epístola a los Corintios. Y en la Epístola a los Gálatas: «Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá, Padre!».
Él preparó a María con su gracia. María, «llena de gracia» la Madre de Aquel en quien «reside toda la plenitud de la divinidad corporalmente».
En María la Divina Gracias realiza el designio benevolente del Padre. La Virgen concibe y da a luz al Hijo de Dios por obra del Espíritu Santo. Su virginidad se convierte en fecundidad única por medio del poder del Espíritu y de la fe.
En fin, por medio de María, el Espíritu Santo comienza a poner en comunión con Cristo a los hombres «objeto del amor benevolente de Dios». Catecismo de la Iglesia Católica 721-726

El conocimiento de fe no es posible sino en la Divina Gracia. Para entrar en contacto con Cristo, es necesario primeramente haber sido atraído por la Divina Gracia. Él, con la Trinidad Beatísima viene a inhabitar en el alma por el sacramento del Bautismo. El Espíritu Santo con su gracia es el «primero» que nos despierta en la fe y nos inicia en la vida nueva que supone conocer al único Dios verdadero, y a su enviado, Jesucristo. Catecismo de la Iglesia Católica 737-742
No se puede vivir una vida cristiana sin la Divina Gracia, pues es nuestro compañero y protagonista de nuestras vidas, aseguró el Papa Francisco durante la homilía en la capilla de la Casa de Santa Marta.
“No se puede caminar en una vida cristiana sin el Espíritu Santo”, ha señalado el Papa Francisco, y ha añadido que pidamos al Señor la gracia de entender dicho mensaje, porque “Él es nuestro compañero en el camino”.
El Santo Padre explica que sin el Espíritu Santo que es la fuerza no podemos hacer nada: el Espíritu “nos hace resucitar de nuestros límites, de nuestros muertos, porque tenemos tantas, tantas necrosis en nuestra vida, en nuestra alma”. Por tanto es necesario que los cristianos le hagamos un sitio en nuestra existencia.
Además, el Papa subrayó que una vida cristiana que no reserva espacio para el Espíritu Santo ni se deja guiar por Él “es una vida pagana, disfrazada de cristiana. Él es el protagonista de la vida cristiana, el Espíritu que está con nosotros, nos acompaña, nos transforma, nos vence”.
Francisco ha hecho un llamo en Santa Marta para que todos los católicos seamos conscientes “de que no podemos ser cristianos sin caminar con el Espíritu Santo, sin actuar con Él, sin dejar que Él sea el protagonista de nuestras vidas”.
El agua del Bautismo significa la acción del la Divina Gracias en el alma.
El fuego porque en forma de lenguas «como de fuego» se posó el Espíritu sobre los discípulos la mañana de Pentecostés y los llenó de El.
La Paloma porque cuando Cristo sale del agua de su bautismo, el Espíritu Santo, en forma de paloma, baja y se posa sobre Él.
El término «Espíritu» traduce el término hebreo Ruah, que en su primera acepción significa soplo, aire, viento.
Jesús, cuando anuncia y promete la Venida del Espíritu Santo, le llama el «Paráclito» que se traduce habitualmente por «Consolador». También lo llama «Espíritu de Verdad».
San Pablo se refiere a Él como el Espíritu de la promesa, el Espíritu de adopción, el Espíritu de Cristo, el Espíritu del Señor, el Espíritu de Dios, y en San Pedro, el Espíritu de gloria.
Por otra parte, la iglesia considera Espíritu y Santo como atributos divinos comunes a las Tres Personas divinas. Pero, uniendo ambos términos, la Escritura, la liturgia y el lenguaje teológico designan la persona inefable del Paráclito, sin equívoco posible con los demás. El misterio de la cruz de Cristo y con ello el sentido cristiano del sufrimiento, se iluminan al considerar que es el Espíritu Santo el que nos une en el Cuerpo místico (la Iglesia)
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.Envía tu Espíritu Creador
y renueva la faz de la tierra.Oh Dios,
que has iluminado los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo;
haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien
y gozar de su consuelo.Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

«Frecuenta el trato del Espíritu Santo…No olvides que eres templo de Dios. El Paráclito está en el centro de tu alma: óyele y atiende dócilmente sus inspiraciones.» Camino, 57. san Josemaría
Los dones del Espíritu Santo infundidos en el alma del cristiano llevan a la perfección las virtudes y hacen a los fieles dóciles para seguir con prontitud y amor, en su actuar diario, las inspiraciones divinas. Catecismo de la Iglesia Católica 1830-1831. Sus dones vienen dados con el Sacramento del Bautismo y se refuerzan en la Confirmación, pero debemos desarrollarlos durante toda nuestra vida cristiana.
De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, los sus dones son siete: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Estos sostienen la vida moral del cristiano y lo hacen dócil y sensible a la voluntad de Dios.
San Pablo dice que la existencia del cristiano es animada por la Divina Gracia y rica de sus frutos, que son: «Amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí» (Ga 5,22-23).
El don precioso del Espíritu Santo es la vida misma de Dios, en cuanto verdaderos hijos suyos por su adopción.
En el momento en el que lo acogemos y lo albergamos en nuestro corazón, el Espíritu Santo comienza a hacernos sensibles a su voz y a orientar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras intenciones según el corazón de Dios.
Nos conduce a dirigir nuestra mirada interior hacia Jesús, como modelo de nuestro modo de actuar y de relacionarnos con Dios Padre y con nuestros hermanos.
Este don del Espíritu Santo está relacionado con la fe.
Cuando el Espíritu Divino habita en nuestro corazón e ilumina nuestra mente, nos hace crecer día a día en la comprensión de lo que el Señor ha dicho y ha realizado.
Comprender las enseñanzas de Jesús, comprender el Evangelio, comprender la Palabra de Dios.
La sabiduría como la gracia de poder ver cada cosa con los ojos de Dios: ver el mundo, ver las situaciones, las ocasiones, los problemas, todo, con los ojos de Dios.
Son muchos los hombres y mujeres que honran a nuestra Iglesia, porque son fuertes al llevar adelante su vida, su familia, su trabajo y su fe. Demos gracias al Señor por estos cristianos que viven una santidad oculta: es el Espíritu Santo quien les conduce.
En el Génesis se pone de relieve que Dios se complace de su Creación, subrayando repetidamente la belleza y la bondad de cada cosa. Al término de cada jornada, está escrito: Y vio Dios que era bueno.
Si Dios ve que la Creación es una cosa buena, es algo hermoso, también nosotros debemos asumir esta actitud. He aquí el don de ciencia que nos hace ver esta belleza; alabemos a Dios, démosle gracias por habernos dado tanta belleza.
Este don indica nuestra pertenencia a Dios y nuestro vínculo profundo con Él, un vínculo que da sentido a toda nuestra vida y que nos mantiene firmes, en comunión con Él, incluso en los momentos más difíciles y tormentosos.
Se trata de una relación vivida con el corazón: es nuestra amistad con Dios, que nos dona Jesús, una amistad que cambia nuestra vida y nos llena de entusiasmo, de alegría.
Es el don del Espíritu que nos recuerda cuán pequeños somos ante Dios y su amor, y que nuestro bien está en abandonarnos con humildad, con respeto y confianza en sus manos. Esto es el temor de Dios: el abandono en la bondad de nuestro Padre que nos quiere mucho.
Es el guía que nos conduce por la senda del bien en la vida cotidiana es el Espíritu Santo. Dependemos de su obra para vivir según la Palabra, para comprenderla, para orientar nuestro caminar en la senda de la santidad, para actuar con justicia. Él nos llena de amor, de paciencia, de paz, de alegría, de bondad, de mansedumbre, de benignidad, nos da la fe.
Allí Jesús curó al hombre poseído e hizo que los espíritus inmundos entrasen en la piara de los cerdos y cayeran al lago, que en aquella época llegaba hasta esta localidad. Siguiendo un poco más llegamos a nuestro destino.
Fr FRÉDÉRIC MANNS, ofm Studium Biblicum Franciscanum
"La ciudad de Hipos se encuentra en los altos de Golán frente a Tiberíades. Tenemos el kibbutz de Ein Gev, a 2 km hacia allí, hay una montaña muy alta donde se encuentra Hipos-Susita."
Nada más entrar en el Parque Nacional es posible ver algunas ruinas. La subida hasta la cima actualmente se hace a pie. El camino es estrecho y está lleno de piedras. Hipos es conocida también como Susita.

Fr FRÉDÉRIC MANNS, ofm Studium Biblicum Franciscanum
“Hipos” en griego, como “Sus” en hebreo significa caballo. Desde lo alto tiene la forma de un caballo y además en las monedas de la ciudad se acuñaba un caballo."
Quienes vienen a Hipos se encuentran ante un hermoso paisaje: por un lado el Mar de Galilea y la ciudad de Tiberíades, y por otro las ruinas históricas del lugar.

En 1880 Schumacher ya había comenzado las excavaciones, retomadas en 1950 por Segal y actualmente las continúa el profesor Einsenberg, de la Universidad de Haifa. Es una ciudad helenística, fundada probablemente en el siglo III aC por los seléucidas y además sabemos que en el año 63 aC la ciudad formaba parte de la Decápolis, es decir, de diez ciudades confederadas con un estatus especial, también a nivel económico. Hasta aquí llegó el cristianismo.
Fr FRÉDÉRIC MANNS, ofm Studium Biblicum Franciscanum
"Después llegaron los bizantinos que edificaron ocho iglesias. El Evangelio narra que Jesús predicaba en las ciudades de la Decápolis y alló curó a un poseído por el demonio. Este hombre explicó por toda la Decápolis lo que Jesús había hecho por él. Por ello en esta zona tenemos una presencia cristiana muy fuerte.
Por el Evangelio de San Marcos sabemos también que Jesús en la zona de la Decápolis curó a un sordomudo diciendo: “Effetá”. Y además en las excavaciones se ha encontrado en una iglesia un hermoso mosaico con representaciones de los panes y los peces: Se piensa que podría ser un recuerdo de la multiplicación de los panes."
Hipos, un lugar lleno de belleza, historia y presencia cristiana.
Dado al pueblo de Dios el día de Pentecostés, entró en el interior de las personas para guiar sus vidas y transformar su ser interior.
Que juzgue el lector mismo. Entre la Resurrección de Jesús y Pentecostés no hubo conversiones. En el día de Pentecostés, en cambio, hubo 3.000 conversos de golpe.
Este episodio subraya el poder de la acción del Espíritu en el creyente, el poder de su efusión, descrito por los Apóstoles como lenguas de fuego:
“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse”. (Hechos 2,1-4).
Pedro asumió el papel de jefe de la Iglesia que Jesús le había dado. De pie junto a los once Apóstoles, expresó en voz fuerte y segura:
“Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido”. Y más adelante: “Hermanos, permítanme decirles con toda franqueza…”.
Pedro estaba dando su primer sermón. Un sermón que sonó como un trueno, ¡la Iglesia ha nacido! La multitud estaba conmocionada.
Una conmoción debida probablemente a los mismos discípulos de Jesús, todos repletos de ese Espíritu, como “ebrios” de alegría, procedentes de todas las naciones, que empezaron a “hablar en distintas lenguas” sobre “las maravillas de Dios”.

Los Apóstoles les aseguraron cosas extraordinarias: que quien recibiera a Cristo se “llenará de gozo” por su presencia; que “todos los hombres” pueden recibir el Espíritu; que al derramar su Espíritu, Dios hará “prodigios arriba, en el cielo, y signos abajo, en la tierra”, y que “todo el que invoque el nombre del Señor se salvará”.
Las promesas y el testimonio de Pedro maravillaron a quienes le escucharon. Los oyentes se “conmovieron profundamente”, describen los Apóstoles.
Solo quedaba un paso más para su conversión. Preguntaron a Pedro y a los otros Apóstoles: “Hermanos, ¿qué debemos hacer?”.
Y Pedro les respondió con claridad:
“Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo. (…) Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar; y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil”, relata el libro de los Hechos de los Apóstoles.
Y así empezaron a reunirse “asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones”.
Lo hace con este congreso presencial y on line.
Para clausurarlo, el Papa ha enviado un largo video mensaje de casi trece minutos.
Francisco propone recordar la actitud de Santa Teresa, pues su tiempo coincidió con un cambio de época como el actual.
“La gran tentación es ceder a la desilusión, a la resignación, al funesto e infundado presagio de que todo va a salir mal. Ese pesimismo infecundo. Ese pesimismo de personas incapaces de dar vida”.“En cambio, la oración nos abre, nos permite gustar que Dios es grande, que está más allá del horizonte, que Dios es bueno, que nos ama. Y que la historia no se le ha escapado de las manos”.
El Papa recordó que “la audacia, la creatividad y la excelencia de Santa Teresa como reformadora” eran fruto de su amistad con el Señor.
En diciembre viajó a Roma el obispo de Ávila con una delegación de la ciudad, para invitar al Papa a viajar a España en 2022, por el cuarto centenario de la canonización de Santa Teresa.
Francisco no respondió, pero por este mensaje se ve que aprecia a la veterana santa.
JMB
Junto con él murieron sus compañeros de armas: Caio, Gálatas, Hermógenes, Aristónico y Rufo. Muchos otros mártires dieron gloria a Dios en su época, entre ellos Santa Filomena y San Jorge.

Según la tradición, en el momento de la conversión, se le acercó el demonio, en forma de un cuervo que le gritaba "cras, cras cras" (En latín significa "Mañana, Mañana, Mañana"). Así trataba de persuadirlo a que dejase su decisión para después ya que el demonio sabe que lo que se deja para mañana hay mucha posibilidad de que se quede sin hacer.
Pero Expedito aplastó al cuervo tentador con prontitud diciendo "¡HODIE, HODIE, HODIE!" (HOY, HOY, HOY). No dejaré nada para mañana, a partir de HOY seré cristiano". Así se convirtió en soldado de Cristo, utilizando desde ese momento su valor y disciplina para el Reino de Dios.
Aunque se desconoce el origen su nombre, aparece en la Martiriología Romana junto a Hermógenes y compañeros. Su nombre es sinónimo con prontitud y se le tiene por gran y pronto intercesor.
A san Expedito se le invoca en problemas urgentes. Debemos saber que lo mas importante es renunciar a la vida de pecado y decidirnos cabalmente por Cristo. Seamos pues inspirados por su prontitud y valor al seguir a Cristo en tan difíciles circunstancias cuando los cristianos eran perseguidos a muerte. Que nosotros también digamos "HOY" a Jesús y aplastemos los engaños del tentador.
También se le venera como protector de jóvenes, estudiantes, enfermos, problemas laborales y de familia, y juicios.
Se alega que el santo aparece como un error de escribano cuando, en el siglo XIX, una caja de reliquias fue enviada a monjas francesas con la anotación: "expedir". Sheppard (1969). Pero esta hipótesis no puede ser cierta ya que Expedito era conocido en el siglo XVIII en Alemania y Sicilia y se le invocaba en casos de urgencia.
En la iconografía, Expedito es representado como un soldado con una cruz en la que esta escrito "Hodie" (Hoy) y la hoja de palma (martirio). A sus pies hay un cuervo y la palabra "cras" (mañana).
Aunque no aparece en el actual calendario litúrgico no deja de ser un santo reconocido por la Iglesia.
Ver en Wikipedia
En un ambiente de alegría y serenidad la Custodia de Tierra Santa consagró, tras un año de restauración, la Iglesia del Al-Mujaydel, junto a Nazaret, despoblada desde 1948. El custodio de Tierra Santa, Fr. Francesco Patton, presidió la misa solemne concelebrada por sacerdotes, con la presencia de fieles, en su mayoría pertenecientes a las familias de los exiliados del pueblo.
Fr. FADI SHALLUFI, ofm Guardián del Convento del Arcángel Gabriel
"Hemos restaurado las piedras tanto del interior del conjunto del antiguo monasterio como de la histórica iglesia. Hemos dispuesto el nuevo altar del Arcángel Gabriel y también el sagrario para el Santísimo Sacramento."
La rehabilitación ha incluido el alicatado de la iglesia, la renovación de la fachada y la reconstrucción de la red eléctrica. El guardián del convento, Fr. Shallufi, está preparando este lugar en medio de la naturaleza para acoger retiros espirituales.
Fr. Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, se refirió al agradable ambiente que acompañó la celebración, recordando que Gabriel es el arcángel de las buenas noticias; es él quien anunció a la Virgen María que daría a luz a Jesús, añadiendo cómo la celebración coincide con otras buenas noticias que los ángeles han transmitido con ocasión de la Santa Pascua.

Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodia de Tierra Santa
"Los ángeles nos han traído en este periodo de pandemia otra buena noticia que nos da esperanza. Como cristianos sabemos que podemos encontrar esperanza cuando acogemos a Jesús, desde la Anunciación a la Resurrección. La jornada de hoy marca también una festividad importante, la de la Divina Misericordia."
Al término de la misa, Fr. Patton entregó a Sami Nassar, exiliado de la aldea, una medalla y un certificado por su generosidad y la de su familia hacia la Iglesia.
SAMI NASSAR Exiliado de la aldea de Al-Mujaydel
"Somos originarios de Al- Mujaydel. Los habitantes fueron exiliados y se trasladaron a Nazaret. Tenemos un vínculo especial con esta iglesia porque se trata del único lugar cristiano que queda en Al-Mujaydel. Hay también una iglesia greco-ortodoxa, pero también ha sido abandonada."

Fr. FADI SHALLUFI, ofm Guardián del Convento del Arcángel Gabriel
"En los diferentes lugares abandonados que no son habitados por cristianos, como Séforis o Ein Karem, los frailes franciscanos estamos presentes y seguimos siendo guardianes y custodios de los santos lugares y de las iglesias, incluido Al-Mujaydel.
Nuestra misión es informar a la comunidad cristiana local de que aquí pueden volver a orar de nuevo, comenzando por los habitantes originarios de Al-Mujaydel. De esta manera la Iglesia, que es la casa de Dios, y este monasterio se pueden repoblar y dar momentos de alegría a todos."
Después de la misa se ofreció un refresco. Los sacerdotes acogieron las felicitaciones y saludaron a los fieles en un clima de fiesta.
Su veneración estaba ya muy viva en el siglo V y su historia se transmite por varias fuentes: las más completas son el Passio de Santa Cecilia y el Martirologio Jeronimiano, traducido más tarde al Martirologio Romano, que se sigue utilizando hoy en día.
La historia comienza con Valeriano, un noble romano nacido en 177, que está casado con Cecilia, también hija de padres patricios de alto rango. Aunque provenía de una familia pagana, Cecilia se hizo discípula de Jesús desde muy joven y, sin darlo a saber, vivió en comunión con Jesús en continua oración y en el ejercicio de las virtudes.
También se consagró a Él, en el secreto de su habitación. Así, el día de su matrimonio con Valeriano, le confió su voto: "Ninguna mano profana puede tocarme porque un ángel me protege", le dijo, "si me respetarás, Él te amará como me ama a mí". Valeriano es un buen hombre y la gracia ya ha lo ha transformado interiormente: acepta a su esposa y su casto matrimonio.
En ese momento un ángel sonriente se le aparece, llevando dos coronas: una de lirios para él, una de rosas para su esposa.
Valeriano fue bautizado por el Papa Urbano I, se convirtió en un celoso cristiano y con su fe y palabras inspiradas también logró convertir a su hermano Tiburcio. Los dos, junto con Cecilia y eludiendo las prohibiciones, salían todas las noches a enterrar a los cristianos mártires y a llevar comida y consuelo a los fieles ocultos.
Una noche, sin embargo, los dos hermanos fueron descubiertos, encarcelados y sentenciados a muerte por el prefecto Almaquio, quien fue particularmente feroz contra los cristianos. Antes de la ejecución, Cecilia fue a visitarlos a la prisión y los animó a enfrentar con fe y tenacidad esa difícil prueba, incluso la extrema del martirio.
Al día siguiente, Máximo, el carcelero que los había detenido, los llevó a un templo y los obligó a hacer sacrificios a los dioses paganos, pero cuando se negaron a obedecer a la ley, los mató. En este punto, sin embargo, Máximo vio los cielos abiertos y los ángeles bajaron para tomar las almas de esos dos cristianos.
El oficial sintió la llamada del Señor a la fe y se convirtió, pero unos días después su destino sería el mismo: el martirio.
En la Roma pagana y fuertemente anticristiana, el entierro de los condenados a muerte, sobre todo si era por motivos religiosos, era muy peligroso: se corría el riesgo de ser considerado cómplice y ser condenado a su vez a la pena capital. Pero Cecilia, cada noche, desafiaba tal peligro.
Lo hace incluso después de la ejecución de su marido y cuñado, que lleva a un lugar llamado Pagus, a cuatro millas de Roma. Hará lo mismo por Máximo, quien será enterrado por separado en el cementerio Pretestato de la Via Appia. Fue el Papa Pascual I quien trasladó a Roma las reliquias de los tres mártires en la basílica dedicada a Santa Cecilia en el Trastevere.
https://www.primeroscristianos.com/santa-cecilia-22-de-noviembre/
Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa
"Hemos venido a Emaús Al-Qubeibeh, que es una de las posibles ubicaciones del lugar narrado por San Lucas en el capítulo 24. Emaús Al Qubeibeh está a 11 km de Jerusalén, y cuando nuestros arqueólogos del Studium Biblicum Franciscanum fueron confinados aquí como prisioneros, durante la Segunda Guerra Mundial, llevaron a cabo las excavaciones, y las ruinas que encontraron sacaron a la luz una aldea de la época de Jesús."

En el santuario Fr. Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, presidió la celebración en la que participaron muchos franciscanos, religiosos y los pocos cristianos locales de Emaús Al Qubeibeh, cuya población es en su mayoría musulmana.
Fr. ARTURO VASATURO, ofm Administrador del Santuario de Emaús
"Nuestra relación con los musulmanes ha sido siempre tranquila, porque los frailes hemos venido para servir. La comunidad musulmana que vive aquí está muy ligada al convento porque en el concento del convento está el término “der”. “Der” es “donde se vive”, por lo que la gente local ve con buenos ojos a aquellos que se consagran al Señor, y todos nuestros trabajadores son habitantes del pueblo. En estos 100 años ha trabajado aquí siempre gente del lugar, por lo que nuestra relación con ellos ha sido siempre buena."
En su homilía Fr. Francesco Patton comentó que “Jesús enseña a los discípulos por medio del Evangelio el misterio de la Pascua”. Y en la celebración bendijo dos nuevas esculturas del santuario.

Basilica de la Manifestacion de Jesus (retablo) Emaus Al Qubeibeh
Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa
"En el transcurso de la celebración hemos bendecido estos dos bajorrelieves procedente de Ortisei en Val Gardena, al norte de Italia. Son obra del escultor Willy Messner y han sido donadas por una benefactora para recordar dos pasajes fundamentales del Evangelio de Emaús: Jesús que camina con sus discípulos explicándoles las Escrituras —en el bajorrelieve Jesús explica un pasaje de Isaías— y además Jesús que es invitado a cenar y que es reconocido en el gesto de bendecir y partir el pan.
Estas dos esculturas, estos dos bajorrelieves, ayudarán a los peregrinos (en cuanto puedan regresar) a meditar el Evangelio de Emaús y el misterio que recordamos y vivimos en este lugar tan bello y especial."
Según la narración del Evangelio de San Lucas Jesús se sentó a la mes, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo sirvió a sus discípulos, quienes en ese gesto lo reconocieron. Este gesto de Jesús fue repetido por Fr. Francesco Patton, que distribuyó panes en memoria de la manifestación de Cristo a Simeón y Cleofás.
¿Qué tipo de piedra selló la tumba de Jesús? ¿Era una piedra redonda (en forma de disco) o una piedra cuadrada (en forma de corcho)?Aunque ambos tipos de piedras de bloqueo están atestiguados en las tumbas de Jerusalén de la época de Jesús, las piedras cuadradas (en forma de corcho) son mucho, mucho más comunes que las redondas (en forma de disco).

¿Cómo se selló la tumba de Jesús? Aunque algunas tumbas de Jerusalén de finales del Segundo Templo tenían piedras redondas (en forma de disco), era más común sellar las tumbas con piedras en forma de corcho, como la que se muestra aquí. Las pruebas arqueológicas sugieren que la tumba de Jesús -la tumba de José de Arimatea, que no se utilizó- se selló con una piedra en forma de corcho.
De hecho, de las más de 900 cuevas funerarias del periodo del Segundo Templo en los alrededores de Jerusalén examinadas por el arqueólogo Amos Kloner, sólo se han descubierto cuatro con piedras de bloqueo en forma de disco. Estas cuatro elegantes tumbas de Jerusalén pertenecían a las familias más ricas -incluso reales-, como la tumba de la reina Helena de Adiabene.
¿Fue la tumba de Jesús una de las "cuatro principales" tumbas de Jerusalén del período del Segundo Templo?
Dado que las piedras de bloqueo en forma de disco eran tan raras y que la tumba de Jesús se construyó para una persona corriente -porque en realidad era la tumba prestada, pero no utilizada, de José de Arimatea (Mateo 27:60)-, parece muy poco probable que estuviera equipada con una piedra de bloqueo en forma de disco.

Por lo tanto, la arqueología sugiere que la tumba de Jesús habría tenido una piedra de bloqueo en forma de corcho. ¿Está esto confirmado o impugnado por el texto bíblico? ¿Cómo se selló la tumba de Jesús según el Nuevo Testamento?
En su columna de Biblical Views "A Rolling Stone That Was Hard to Roll" del número de marzo/abril de 2015 de BAR, Urban C. von Wahlde examina los relatos evangélicos para ver cómo se retrata la piedra que selló la tumba de Jesús. Su cuidadoso análisis de la gramática griega revela un detalle del Evangelio de Juan que apoya la idea de que la tumba de Jesús fue efectivamente sellada con una piedra en forma de corcho.
La piedra en forma de disco de la llamada Tumba de la Familia de Herodes, que medía 1,5 metros de altura, podía ser rodada para cubrir la entrada de la tumba o bien para abrirla en un nicho, lo que permitía añadir nuevos enterramientos a la tumba familiar. Esta es una de las cuatro tumbas de Jerusalén del periodo del Segundo Templo con una piedra rodante redonda.
En Marcos 15:46 se lee: "Entonces José compró una tela de lino, y bajando el cuerpo, lo envolvió en la tela de lino y lo puso en un sepulcro que había sido excavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra contra la puerta del sepulcro" . El verbo griego utilizado en la última frase de este pasaje es proskulisas. Von Wahlde dice: "Es una combinación de pros (que significa 'hacia') y el participio pasado de kulio (que significa 'rodar o rodar a lo largo')".
Marcos 16:3 describe la escena del domingo de Pascua cuando María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé visitan la tumba de Jesús:
"Se decían unas a otras: "¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?". La palabra griega para "rodar" es apekulisen, que von Wahlde explica que es "una combinación de ap' (que significa 'lejos') y ... sí, kulio (que significa 'rodar')".
Los evangelios de Mateo y Lucas utilizan compuestos similares del verbo kulio. Así, todos estos relatos implican que la piedra que sellaba la tumba de Jesús fue rodada.
¿Pueden rodar las piedras de bloqueo cuadradas (en forma de corcho)?
En su artículo "¿Cerró una piedra rodada la tumba de Jesús?" del número de septiembre/octubre de 1999 de BAR, Amos Kloner añadió "desalojar" o "mover" a la definición del verbo griego kulio. Una piedra de bloqueo cuadrada (con forma de corcho) podría describirse más fácilmente como "desalojada" o "movida" que "rodada". Así, esta definición resuelve cualquier incongruencia entre el texto bíblico y el registro arqueológico. Sin embargo, von Wahlde no está de acuerdo con la definición de Kloner.
En su artículo sobre el tipo de cierre del sepulcro utilizado para la tumba de Jesús, Amos Kloner afirma que el verbo griego kulio significa "rodar", pero también puede significar "desalojar" o "mover". No estoy de acuerdo con esto por dos razones: En primer lugar, al menos yo no encuentro ningún artículo de diccionario (incluyendo el más grande, el Liddle-Scott-Jones) que dé este otro significado. En segundo lugar, como señalé anteriormente, casi todos los casos del verbo en los textos evangélicos son compuestos de kulio, ya sea pros-kulio ("rodar hacia") o apo-kulio ("rodar lejos"). Son verbos de movimiento "hacia" o "lejos de".
No es necesario cambiar la definición de kulio para dar sentido a los relatos evangélicos. Von Wahlde señala:
"Es muy posible que la gente hiciera rodar las piedras 'en forma de corcho' lejos de la tumba. Una vez que se ve el tamaño de una piedra 'tapón', es fácil ver que, sea como sea que se saque la piedra de la entrada, lo más probable es que se ruede el resto del camino".
Aunque ciertamente no habrían rodado con tanta facilidad como las piedras redondas (en forma de disco), las piedras en forma de corcho aún podrían haber sido rodadas.

El Evangelio de Juan presenta una imagen ligeramente diferente a la de los otros relatos evangélicos, con un verbo griego diferente utilizado para describir la piedra que sella la tumba de Jesús. En Juan 20:1 se lee:
"Temprano, el primer día de la semana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena vino al sepulcro y vio que la piedra había sido removida de la tumba".
La palabra griega para "removido" o "quitado" es hairo, que Von Wahlde define como "quitar". En el Evangelio de Juan no se menciona el hecho de "hacer rodar" la piedra. Von Wahlde sostiene que esta descripción refleja "la práctica funeraria judía con mucha más precisión que cualquiera de los otros evangelios. Él [Juan] nos ha dado un detalle que ninguno de los otros evangelios tiene".
Así, tanto el Evangelio de Juan como la arqueología apoyan la interpretación de que la tumba de Jesús habría sido sellada con una piedra de bloqueo en forma de corcho. Para el análisis completo de Urban C. von Wahlde sobre el tipo de piedra que selló la tumba de Jesús según los Evangelios, lea su columna de Biblical Views "A Rolling Stone That Was Hard to Roll" en el número de marzo/abril de 2015 de BAR.
Más tarde, durante los períodos romano tardío y bizantino, las piedras de bloqueo redondas (en forma de disco) se hicieron menos raras. Se han encontrado docenas de tumbas de Jerusalén que datan de estos periodos con piedras en forma de disco, pero a menor escala. Mientras que las cuatro piedras de bloqueo en forma de disco del periodo del Segundo Templo tenían al menos 1,2 m de diámetro, las de periodos posteriores solían tener un diámetro de 1,2 m.
Sin embargo, la fecha y el estilo de estas tumbas las descalifica como candidatas a la tumba de Jesús, ya que la tumba de Jesús pertenecía a un período anterior, el del Segundo Templo, que terminó en el año 70 d.C. con la destrucción romana de Jerusalén.