Onésimo evangelizó el Asia

Esclavo en Colosas, después de haber robado a su patrón Filemón, discípulo de San Pablo, huyó a Roma. Allí conoció a Pablo, prisionero, que lo convirtió y lo envió de vuelta a Filemón, pidiéndole que lo acogiera no ya como un esclavo sino como un hermano. (cf. Fil 1,16).

 

Onésimo, cuando huía de la justicia por haberle robado a su amo, se encontró con Pablo, quien se hallaba entonces prisionero en Roma. El apóstol lo convirtió al Cristianismo, lo bautizó y lo envió a la casa de Filemón con una carta de recomendación, que decía lo siguiente:

Te suplico en favor de mi hijo Onésimo, al que engendré en la prisión. Antes, él no te prestó ninguna utilidad, pero ahora te será muy útil, como lo es para mí. Te lo envío como si fuera yo mismo. Con gusto lo hubiera retenido a mi lado, para que me sirviera en tu nombre mientras estoy prisionero a causa del Evangelio. Pero no he querido realizar nada sin tu consentimiento, para que el beneficio que me haces no sea forzado, sino voluntario. Tal vez, él se apartó de ti por un instante, a fin de que lo recuperes para siempre, no ya como un esclavo, sino como algo mucho mejor, como un hermano querido. Si es tan querido para mí, cuánto más lo será para ti, que estás unido a él por lazos humanos y en el Señor.
San Pablo, Carta a Filemón.

 

Según parece, Filemón perdonó y concedió la libertad a Onésimo por haberse arrepentido, y lo mandó a reunirse de nuevo con San Pablo. Según cuenta Jerónimo de Estridón, Onésimo se volvió un predicador cristiano y luego Obispo de Éfeso por orden del Apóstol Pablo.

A toda vuestra comunidad recibí, en el nombre de Dios, en Onésimo, varón de calidad inenarrable y obispo vuestro según la carne. Votos le hago a Dios por que le améis según Jesucristo ¡Y ojalá que todos os asemejéis a él! Porque bendecido sea Aquél que os hizo gracia de que merecierais poseer obispo como ese...
Onésimo levanta al cielo, con sus alabanzas, vuestra disciplina en Dios.
San Ignacio de Antioquía, en su Carta a los Efesios.

 

Posteriormente, Onésimo fue apresado y llevado a Roma, donde murió lapidado. Venerado como Santo, su fiesta es el 16 de febrero.

De Onésimo no sabemos mucho más que esto, pero fue precisamente gracias a él que la Providencia nos prodigó en Pablo una reflexión tan profunda sobre tema tan delicado y necesario en todo tiempo. Se lo ha identificado también con el Onésimo que menciona la Carta a los Colosenses 4,9. Una tradición posterior hace de Onésimo el obispo de Éfeso, e incluso el compilador de los escritos paulinos. Como bien observa Butler: «El nombre de Onésimo era muy común, especialmente entre los esclavos, y existía una tendencia muy clara a identificar a cualquier Onésimo que se distinguía un poco, con el esclavo convertido por san Pablo».

San Jerónimo y otros autores, dicen que Onésimo y Tiquio, el portador de la epístola a los colosenses, llegaron bajo la dirección del Apóstol, a ser predicadores del Evangelio y obispos. Baronio y algunos otros confunden a este Onésimo con el que fue obispo de Efeso, poco después de San Timoteo, a quien San Ignacio alabó mucho por la caridad que le había mostrado a su paso para Roma el año 107.

El Martirologio Romano identifica a Onésimo con dicho obispo de Efeso, consagrado por San Pablo. Después del episcopado de Timoteo, y afirma que el antiguo esclavo fue llevado prisionero a Roma, donde murió lapidado, y que sus reliquias fueron más tarde trasladadas a Efeso. Las llamadas "Constituciones Apostólicas," documento apócrifo de fines del siglo IV (lib. VII, c. 46), dicen que Onésimo era obispo de Beroea en Macedonia, y que su antiguo amo, Filemón, era obispo de Colosos.

Todo esto es tan poco digno de fe, como la fantástica leyenda donde se afirma que Onésimo acompañó a España a los mártires Xantipas y Polixena y que fue el autor de las "actas" de su martirio.

 

Además de la breve y preciosa Carta a Filemón, puede ser útil leer algún comentario crítico, como el de Fitzmayer en el Comentario Bíblico San Jerónimo, vol. 4, o la introducción a la epístola en cualquier edición actual de la Biblia.

 

+ info -

Yo soy Onésimo

El esclavo convertido por San Pablo

(Ángel Guerra Sierra)

 

 

 

 

 

 

https://www.primeroscristianos.com/santos-filemon-y-apia-discipulos-de-san-pablo/

 

Ver en Wikipedia

San Valentín, ¿obispo o mártir?

La fiesta conserva el sentido en su origen: entregar la vida por amor

Esta puerta esconde la historia de uno de los santos más conocidos, al menos de nombre. San Valentín. Es una catacumba del siglo 3 que se abre sólo el día de San Valentín, un sacerdote mártir. Pero según los historiadores, cuando hoy por hoy se habla del patrón de los enamorados, no se habla de uno sino de dos santos.

Fabrizio Visconti

Pontificia Comisión de Arqueología Sacra

“En realidad, existen dos San Valentín. Dos santos mártires que murieron durante las persecuciones del tercer siglo, o en la persecución de Diocleciano, del año 250, o en la de Valerio, en el 256, antes de las grandes persecuciones del cuarto siglo”.
Visconti es el principal responsable de las catacumbas de Roma. Dice que estos pies pertenecen a mártires, probablemente uno de ellos es San Valentín.
Había dos pisos de catacumbas y una basílica. Se enterraba a los mártires en la basílica. Se sabe quiénes eran gracias a fuentes históricas. Hay un famoso pasaje del siglo V o VI que habla de un mártir llamado Valentín, que fue enterrado aquí, en la Vía Flaminia, una vía llena de cementerios. El otro San Valentín fue obispo de Terni, una ciudad del centro de Italia. Murió también mártir en el siglo III, pero su fama de patrón de los enamorados es mucho más reciente.

Mario Ottaviani

Basílica de San Valentín, Terni, Italia

La devoción a San Valentín como patrón de los enamorados ha empezado en los últimos 50 o 60 años.
Los tiempos han cambiado. Ahora, los enamorados romanos no van a la catacumba sino a Puente Milvio. Como símbolo de su amor eterno, escriben sus nombres en un candado, lo cierran y tiran la llave al ríoTíber.

El mundo se ha hecho su propia idea de San Valentín, y lo ha convertido en un día muy especial. Aunque al final, la fiesta conserva la filosofía que vivieron estos dos santos: entregar su vida por amor.

 

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¿Sabes quién era San Valentín, patrono de los enamorados? - 14 de febrero

 

Ver san Valentín en Wikipedia

romereports

 

"Quisiera renovar la invitación a rezar más con los Salmos" Benedicto XVI

Hace unos años Benedicto XVI recomendaba a los católicos que hagamos oración con los Salmos de la Biblia. De hecho dedicó un ciclo de sus catequesis a los Salmos.


Su fuerza está en que son verdaderos diálogos con Dios 

Se centró en el 110, "un salmo que citó Jesús mismo, y que los autores del Nuevo Testamento retoman y leen ampliamente refiriéndolo al Mesías. (...) Es un salmo muy amado en la Iglesia antigua y por los creyentes de todos los tiempos", que celebra "al Mesías victorioso, glorificado a la derecha de Dios".

  El salmo comienza con una solemne declaración: "Oráculo del Señor a mi señor: 'Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies'". Benedicto XVI explicó que "es Cristo el Señor entronizado, el Hijo del hombre sentado a la derecha de Dios (...) Es Él el verdadero rey que con la resurrección ha entrado en la gloria (...), superior a los ángeles, sentado en los cielos por encima de toda potencia y potestad, y con todos los adversarios a sus pies hasta que derrote definitivamente a la última enemiga, la muerte".

Entre el rey celebrado en el salmo y Dios existe una relación inseparable: "Los dos gobiernan juntos, hasta el punto de que el salmista afirma que Dios mismo entrega el cetro al soberano, diciéndole que domine a sus adversarios. (...) El ejercicio del poder es un encargo que el rey recibe directamente del Señor, una responsabilidad que debe vivir en la dependencia y en la obediencia, siendo así signo de la presencia potente y providente de Dios en medio del pueblo. El dominio sobre los enemigos, la gloria y la victoria son dones recibidos que hacen del soberano un mediador del triunfo divino sobre el mal".
 
En el versículo 4 aparece la dimensión sacerdotal ligada a la realeza: "El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: 'Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec'". Este sacerdote, rey de Salem, bendijo a Abraham y ofreció pan y vino después de la victoriosa campaña militar dirigida por el patriarca para salvar a Lot de los enemigos que lo habían capturado. El rey del salmo "será sacerdote para siempre, mediador de la presencia divina en medio de su pueblo, de la bendición que viene de Dios". Jesucristo "es el verdadero y definitivo sacerdote que cumple los rasgos sacerdotales de Melquisedec haciéndolos perfectos". En efecto, en el pan y el vino de la Eucaristía, Cristo "se ofrece a sí mismo y, tras vencer la muerte, trae vida a todos los creyentes".

Los versículos finales muestran "la visión del soberano triunfante que, apoyado en el Señor y habiendo recibido de Él poder y gloria, se opone a los enemigos derrotando a los adversarios y juzgando a las naciones" en una victoria definitiva.

La tradición de la Iglesia considera este salmo como uno de los textos mesiánicos más significativos: "El rey cantado por el salmista es Cristo, el Mesías que instaura el reino de Dios y vence las potencias del mundo, es el Verbo generado por el Padre antes de toda criatura; el Hijo encarnado, muerto y resucitado que ascendió a los cielos, el sacerdote eterno que, en el misterio del pan y del vino, perdona los pecados y reconcilia con Dios, el rey que levanta la cabeza triunfando sobre la muerte con su resurrección".

El Salmo nos invita a "contemplar a Cristo para comprender el sentido de la verdadera realeza, que hay que vivir en el servicio y la entrega, en un camino de obediencia y de amor llevado 'hasta el fin'. Rezando este salmo, pidamos al Señor que podamos avanzar nosotros también por sus caminos siguiendo a Cristo, el rey Mesías, dispuestos a subir con Él al monte de la cruz para llegar con Él a la gloria y contemplarlo sentado a la derecha del Padre, reyvictorioso y sacerdote misericordioso que perdona y salva a todos los hombres".

 El Salmo nos invita a "contemplar a Cristo para comprender el sentido de la verdadera realeza, que hay que vivir en el servicio y la entrega, en un camino de obediencia y de amor llevado 'hasta el fin'. Rezando este salmo, pidamos al Señor que podamos avanzar nosotros también por sus caminos siguiendo a Cristo, el rey Mesías, dispuestos a subir con Él al monte de la cruz para llegar con Él a la gloria y contemplarlo sentado a la derecha del Padre, rey victorioso y sacerdote misericordioso que perdona y salva a todos los hombres".

Por último, el Papa señaló que, en la serie de catequesis dedicadas a los salmos, ha elegido algunos "que reflejan las diversas situaciones de la vida y estados de ánimo que podemos sentir respecto a Dios. Quisiera renovar la invitación a rezar más con los salmos, quizá usando la Liturgia de las Horas, Laudes por la mañana, Vísperas por la tarde y Completas antes de dormir. Nuestra relación con Dios se enriquecerá en el camino diario hacia Él".

CIUDAD DEL VATICANO, 16 NOV 2011 (VIS).-

 

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¿Qué son los salmos y para qué sirven?

 

Ver Salmos en Wikipedia

 

(Sarriá, c. 290 - Barcelona, c. 304)

Mártir y santa hispana, copatrona de la ciudad de Barcelona

 

Hacia el año 635 el prelado barcelonés Quirico, para promover la devoción a Santa Eulalia y cumpliendo las resoluciones del IV Concilio de Toledo (633), construyó un monasterio en el que posteriormente se conservarían sus reliquias; recopiló además los sucesos de su martirio y probablemente compuso el himno litúrgico Fulget hic honor y los textos de una misa propia.

Santa Eulalia de Barcelona

Según este himno, el martirio de Santa Eulalia tuvo lugar durante el reinado del emperador Diocleciano (285-305). Educada cristianamente, la jovencísima Eulalia tenía solamente 13 años cuando se presentó ante el gobernador Daciano y, pese a las furiosas persecuciones que padecían entonces los cristianos, proclamó abiertamente su fe.

Eulalia ensalzó las virtudes del cristianismo y la gloria de la cruz en su comparecencia ante el juez; el magistrado ordenó que fuese azotada y que recibiera los tormentos de la laceración de sus miembros con garfios y con fuego; tras ser así martirizada en el potro, fue crucificada. A su muerte, según la narración, se vio salir de su boca su alma en forma de paloma.

Una tradición posterior, del siglo VII, añade nuevos detalles al relato, como el de la nieve que cubrió repentinamente el cuerpo de la mártir expuesto en la cruz. A consecuencia de la invasión musulmana (711), el culto a Santa Eulalia no se reemprendió hasta 877, fecha en que el obispo Frodoino halló las reliquias de la santa en la iglesia de Santa María de las Arenas (actual Basílica de Santa María del Mar); éstas fueron trasladadas a la catedral de Barcelona, donde desde entonces son veneradas. En 1327 sus restos se trasladaron a la catedral nueva, dentro de un sepulcro de mármol obra de un artista originario de Pisa.

El culto a Santa Eulalia de Barcelona se extendió a toda la Península Ibérica, al sur de Francia y luego al resto de los países mediterráneos. La similitud del martirio de esta santa con el de Santa Eulalia de Mérida ha motivado la identificación, por parte de algunos eruditos como Moretus y Delehaye, de ambas santas en una sola; sin embargo, otros como Flórez, Caresmar, García Villada y Fábrega afirman la existencia de las dos.

Hasta el siglo XVII, Santa Eulalia fue la única patrona de la ciudad de Barcelona; pero desde 1687, por decisión del Consejo de Ciento, comparte el patronazgo con Nuestra Señora de la Merced. Su fiesta se celebra el 12 de febrero.

 

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Las persecuciones en el siglo IV

Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Santa Eulalia de Barcelona.

Ver Santa Eulalia de Barcelona en Wikipedia

 

“Sine dominico non possumus”

En Abitina, pequeña localidad de la actual Túnez,49 cristianos fueron sorprendidos un domingo mientras, reunidos en la casa de Octavio Félix, celebraban la Eucaristía desafiando así las prohibiciones imperiales.

 

Tras ser arrestados fueron llevados a Cartago para ser interrogados por el procónsul Anulino. Fue significativa, entre otras, la respuesta que un cierto Emérito dio al procónsul que le preguntaba por qué habían transgredido la severa orden del emperador?

Respondió: “Sine dominico non possumus”; es decir, sin reunirnos en asamblea el domingo para celebrar la Eucaristía no podemos vivir. Nos faltarían las fuerzas para afrontar las dificultades diarias y no sucumbir.

Después de atroces torturas, estos 49 mártires de Abitina fueron asesinados. Así, con la efusión de la sangre, confirmaron su fe. Murieron, pero vencieron; ahora los recordamos en la gloria de Cristo resucitado.

(Benedicto XVI Homilía, Bari, 29-V-05)

 

También recoge este pasaje histórico en:

A principios del s. IV, el culto cristiano estaba todavía prohibido por las autoridades imperiales. Algunos cristianos del Norte de África, que se sentían en la obligación de celebrar el día del Señor, desafiaron la prohibición.

Fueron martirizados mientras declaraban que no les era posible vivir sin la Eucaristía, alimento del Señor: sine dominico non possumus (Acta SS. Saturnini, Dativi el aliorum plurimorum martyrum in Africa. 7.9.10) Que estos mártires de Abitinia, junto con muchos santos y beatos que han hecho de la Eucaristía el centro de su vida, intercedan por nosotros y nos enseñen la fidelidad al encuentro con Cristo resucitado.

Nosotros tampoco podemos vivir sin participar en el Sacramento de nuestra salvación y deseamos ser iuxta dominicam viventes, es decir, llevar a la vida lo que celebramos en el día del Señor. En efecto, este es el día de nuestra liberación definitiva. ¿Qué tiene de extraño que deseemos vivir cada día según la novedad introducida por Cristo con el misterio de la Eucaristía?    

(BENEDICTO XVI, Sacramentum Caritatis, 95)

 

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Santos mártires de Abitinia (año 304). Mártires de la Eucaristía - 12 de febrero

Ver Eucaristía en Wikipedia

Su origen, sus autores, y cómo han evolucionado hasta convertirse en oraciones universales de la Iglesia Católica.

Israel como sus vecinos de Egipto, Mesopotamia y Canaán, cultivó desde sus orígenes la poesía lírica en todas sus formas. Y el tesoro de la lírica religiosa de Israel nos ha sido conservado por el salterio.

El salterio (del griego psalterion, propiamente es el nombre del instrumento de cuerda que acompañaba a los cantos, los salmos) es la colección de los 150 salmos.

La palabra salmo, etimológicamente hablando, viene de la palabra latina psalmus, que a su vez viene de la palabra griega psalmoi, que significa alabanza.

Son, pues, al mismo tiempo poemas religiosos y plegarias de alabanza.

¿Para qué sirven los salmos?

Son unas composiciones que, principalmente y en la gran mayoría de casos, tienen como finalidad alabar a la divinidad; aunque también tienen otras finalidades (súplicas y lamentos).

Los salmos nos recuerdan la necesidad de alabanza y adoración, simplemente por la alegría de estar en la presencia de Dios que crea y sostiene el universo.

Orando con los salmos no tenemos que preocuparnos por pedir algo o por pedir explicaciones sino que más bien nos ayudan a admirarnos de la bondad de Dios y de su grandeza, y esta es la mejor oración; es una oración desinteresada, generosa y más grata a sus ojos.

Los salmos son unos himnos que ayudan a orar, como mejor lo dice san Atanasio, obispo de Alejandría (siglo IV):

La mayor parte de la Biblia nos habla, pero los salmos hablan por nosotros

¿Quién los escribió?

El conjunto de los salmos o el salterio son los cánticos del Templo de Jerusalén. Todos ellos son, como toda la Sagrada Escritura, inspirados por el Espíritu Santo.

Y en la composición de estos himnos o cantos juegan un rol importante los levitas a quienes se les atribuye, aunque sea de manera anónima, unos 50 salmos.

Del resto, según la tradición, algunos salmos tienen como autores a personas concretas como es el caso, entre otros, del Rey David (a quien se le atribuyen 73 salmos) y del Rey Salomón.

Un libro de 5 colecciones

Los salmos están agrupados en cinco libros o cinco colecciones:

Libro primero, del 1-41.
Libro segundo, del 42-72.
Libro tercero, del 73-89.
Libro cuarto, del 90-106.
Y libro quinto,  del 107-150.

Cada uno de estos grupos está separado por una doxología.

Diversos géneros literarios

En cuanto a los géneros literarios los salmos se dividen en:

– Himnos: los cánticos de Sión y los salmos del reino de Dios.
– Súplicas o salmos de sufrimientos o salmos de lamentaciones.
– Acción de gracias.
– Algunos escrituristas sacan ciertos salmos para conformar otros géneros como son: salmos mesiánicos, salmos didácticos y salmos de sabiduría.

¿Cómo nació el salterio?

El pueblo de Israel tenía una tradición o una práctica de rezar comunitariamente en horas establecidas, en tres momentos del día: mañana, tarde y noche.

Esta tradición se desarrolló hasta tal punto que se organizó un plan de oraciones teniendo como base los salmos, ya que expresaban los múltiples anhelos y deseos del corazón humano.

Son tan importantes, que nos hablan de Jesús, lo preanuncian. Él mismo lo dice:

“Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí” (Lc 24, 46).

Las oraciones que Jesús rezaba

Jesús mismo, como judío piadoso, oraba con los salmos, rezaba en dichas horas. Los salmos lo acompañaron a lo largo de su vida. “Desde pequeño”, Jesús se los aprendió de memoria, como también lo hizo Timoteo (2 Tm 3, 15).

Y Él los usaba no sólo para orar (para dirigirse al Padre) sino también para refutar las críticas de sus adversarios y para transmitir su mensaje al pueblo. Por ejemplo, Jesús utiliza un salmo para expresar el sentido de su misión al venir al mundo:

“Aquí estoy, he venido como está escrito en la ley: para hacer tu voluntad” (Sal 39, 8-9).

En la última cena Jesús entonó los salmos que recitaban los judíos al celebrar la cena pascual. El evangelista san Mateo dice que Jesús y sus discípulos, después del canto de los salmos (himnos), salieron hacia el monte de los Olivos (Mt 26, 30).

Y a la hora nona, estando crucificado Jesús rezó las primeras palabras del salmo 22:

«Dios mío, por qué me has abandonado».

Los salmos en la Iglesia católica

Si los salmos eran y son importantes para Israel, el antiguo pueblo de Dios, lo son también para el nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, comenzando por los apóstoles como ya hemos visto.

También fueron importantes para la Iglesia primitiva debido, principalmente, a que la mayor parte de los primeros cristianos eran conversos del judaísmo.

Sabemos que los fieles rezaban en ciertos momentos, principalmente cuando la noche desaparece con la salida del sol (las laudes) y al hacerse de noche cuando se encienden las luces (las vísperas).

Avanzando en los tiempos el transcurrir de las horas fue santificado con la oración comunitaria de las otras horas como vemos en los Hechos de los Apóstoles.

Allí encontramos reunidos a los Apóstoles en la hora de tercia (Hch 2, 15). Pedro “sube al tejado a orar hacia la hora de sexta” (Hch 10, 9). “Pedro y Juan subían al templo a orar hacia la hora de nona” (Hch 3, 1). “A medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios (Hch 16, 25)”.

La importancia de los salmos hoy

Este tipo de oración fue importante pues ayudó a la consolidación de la fe cristiana a medida que se expandía la Iglesia. Por donde se iba extendiendo la Iglesia los cristianos se reunían en las iglesias para rezar los salmos.

En este sentido, para la Iglesia, tienen tanta importancia que forman parte fundamental del Oficio Divino. El Oficio Divino es el conjunto de oraciones que la Iglesia ha querido que sean rezadas en diferentes horas del día, de aquí el otro nombre ‘Liturgia de las Horas’.

El objetivo de la Liturgia de las Horas es consagrar los diferentes momentos del día al Señor extendiendo la comunión con Cristo concretada en el sacrificio de la Misa.

Quien reza el oficio hace un alto en su cotidianidad para rezar con la Iglesia aunque se encuentre solo.

«Se invita encarecidamente también a los demás fieles a que, según las circunstancias, participen en la Liturgia de las Horas, puesto que es acción de la Iglesia” (Canon 1174, 2).

La Liturgia de las Horas o el Oficio Divino es parte fundamental que, junto con la Sagrada Eucaristía, forma parte de la oración pública y oficial de la Iglesia.

 

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Rezar los salmos enriquece el diálogo con Dios

aleteia.org

 

Muchas horas en las tareas domésticas

La mayor parte de los días de María fueron, sin duda, totalmente normales. Gastaba muchas horas en las tareas domésticas: preparación de la comida, limpieza de la casa y de la ropa, e incluso ir tejiendo la lana o el lino y confeccionando la ropa necesaria para su familia.

Un día en la vida de la Virgen

Dice San Lucas en su Evangelio que el ángel Gabriel fue enviado por Dios a Nazaret (cfr. Lc 1, 26), a una virgen llamada María, para anunciarle que iba a ser la madre del Mesías que todos los judíos esperaban, el Salvador.
Hace unos dos mil años Nazaret era una aldea desconocida para casi todos los habitantes de la tierra. En ese momento la Roma imperial brillaba llena de esplendor. Había muchas ciudades prósperas en las orillas del Mediterráneo. El bullicio de mercaderes y marineros inundaba muchas calles y plazas de ciudades portuarias o emporios comerciales. Nazaret, en cambio, era un puñado de pobres casas clavadas en unos promontorios de roca en la Baja Galilea.
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Ni siquiera en su región tenía una gran importancia. A algo más de dos horas de camino a pie se podía llegar a la ciudad de Séforis, donde se concentraba la mayor parte de la actividad comercial de la zona. Era una ciudad próspera, con ricas construcciones y un cierto nivel cultural. Sus habitantes hablaban griego y tenían buenas relaciones con el mundo intelectual greco-latino.
En cambio, en Nazaret vivían unas pocas familias judías, que hablaban en arameo. La mayor parte de sus habitantes se dedicaban a la agricultura y la ganadería, pero no faltaba algún artesano como José, que con su ingenio y esfuerzo prestaba un buen servicio a sus conciudadanos haciendo trabajos de carpintería o herrería.
 

La casa de María

La casa de María era modesta, como la de sus vecinos. Tenía dos habitaciones. La interior, era una cueva que servía como granero y despensa. Tres paredes de adobe o mampostería adosadas a la roca delante de esa habitación interior sostenían un entramado de ramas, maderas y hojas que servía de techo, y formaban la habitación exterior de la casa. La luz entraba por la puerta.

Allí tenían algunos útiles de trabajo y pocos muebles. Gran parte de la vida de familia se hacía fuera, a la puerta de la casa, tal vez a la sombra de una parra que ayudaría a templar el calor del verano.

 

Aspecto que podría tener Nazaret en tiempos de María

 

Casi todos sus vecinos tenían una casa similar. Las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz parte del antiguo Nazaret. En las casas se aprovechaban las numerosas cuevas que presenta el terreno para acondicionar en ellas sin realizar muchas modificaciones alguna bodega, silo o cisterna.

El suelo se aplanaba un poco delante de la cueva, y ese recinto se cerraba con unas paredes elementales. Posiblemente las familias utilizarían el suelo de esa habitación para dormir.

 

Oraciones de la mañana

La jornada comenzaba con la salida del sol. Alguna oración sencilla, como el Shemá, y enseguida se iniciaba la dura faena. El Shemá es una oración, tomada de la Biblia, que comienza en hebreo por esa palabra, y dice así:

“Shemá Israel (Escucha Israel), el Señor nuestro Dios es uno solo Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma  y con todas tus fuerzas."

Guarda en tu corazón estas palabras que hoy te digo. Incúlcaselas a tus hijos y háblales de ellas estando en casa o yendo de viaje, acostado o levantado. Atalas a tu mano como signo, ponlas en tu frente como señal. Escríbelas en las jambas de tu casa y en tus puertas” (Dt 6, 4-9).

Preparación de la comida

Una de las primeras tareas a realizar cada jornada, después de la oración, era la preparación del pan, alimento básico de cada día. Para eso, María, como solían hacer las mujeres, comenzaría por moler el grano de trigo o cebada para hacer la harina. Se han encontrado algunos molinos domésticos, de piedra, de la época de nuestro Señor, que se utilizaban para esta tarea.

Después la harina se mezclaba con agua y un poco de sal para formar la masa, a la que se añadía —excepto durante la fiesta de la Pascua— una pizca de levadura. Con la masa fermentada se hacían unas tortas muy delgadas, o unos panecillos, que se cocían en el horno o enterrados en unas brasas, y se comían recién hechos.
La comida de cada día sería bastante parecida a la que conocemos actualmente en las regiones mediterráneas.

 

 

El pan se partía con la mano, sin utilizar cuchillo, y se tomaba solo o con aceite, y acompañado por vino, leche, fruta, y cuando era posible por algo de carne o pescado. La leche se solía guardar en odres hechos con pieles de cabra cosidas, y se bebía directamente de los mismos. Lo más probable es que casi siempre al tomarla estuviese ácida. De la leche también se obtenían la mantequilla y el queso, que eran alimentos básicos allí donde había ganados, como en Galilea. Otro elemento importante en la alimentación de aquellas gentes era el aceite.

Y también se tomaban las aceitunas conservadas en salmuera. El aceite se llevaba incluso cuando se iba de viaje, en unas botellitas planas de arcilla de forma parecida a una cantimplora. También era frecuente beber vino, que solía ser fuerte, y por eso se tomaba habitualmente rebajado con agua, y a veces mezclado con algunas especias, o endulzado con miel.

Entre los guisos más habituales estaban los de garbanzos o lentejas. Las verduras más conocidas eran las habas, los guisantes, los puerros, las cebollas, los ajos, y los pepinos. La carne que más se solía comer era la de cordero o cabra, y algo la de gallina. Las frutas más habituales eran los higos, los dátiles, las sandías y las granadas. Las naranjas, hoy tan abundantes en aquella zona, todavía no eran conocidas en la Galilea en la que vivió Santa María.

Antes de comer cada día, se solían recitar unas oraciones para dar gracias a Dios por los alimentos recibidos de su bondad. La bendición de la mesa se hacía más o menos en estos términos: “Benditos seas, Señor, Dios nuestro, rey del Universo, que nos has dado hoy para comer el pan, fruto de la tierra”. Y se respondía: “Amén”.

Transporte del agua y lavado de la ropa

Para la preparación de la comida, un trabajo duro que era necesario realizar cada día era el transporte del agua. La fuente de Nazaret estaba a cierta distancia, algo más de quince minutos andando desde las casas de la aldea.

Posiblemente María iría allí cada mañana a llenar su cántaro, y regresaría a su hogar cargándolo sobre la cabeza, como es costumbre en la zona, para seguir su trabajo. Y algunos días tal vez tuviera que volver a sus inmediaciones en otros momentos del día, para lavar la ropa.

 

Pozo de Nazaret - Fuente de la Virgen

 

La ropa que tendría que lavar María sería la que utilizaban ella, José y Jesús.  La vestimenta habitual estaba compuesta por un vestido o túnica interior, amplia, que solía ser de lino. Caía hasta las rodillas o pantorrillas. Podía ser sin mangas o con mangas hasta la mitad del brazo.

La túnica se ceñía al cuerpo con una especia de faja, hecha con una franja larga y ancha de lino, que se enrollaba varias veces alrededor del cuerpo, pero no siempre ajustada de modo liso, sino que en algunas de esas vueltas se formaban pliegues, que podían utilizarse para llevar el dinero. Sobre la túnica se llevaba el vestido exterior, o manto, de forma cuadrada o redondeada, que habitualmente era de lana.

La mayor parte de los días de María fueron, sin duda, totalmente normales. Gastaba muchas horas en las tareas domésticas: preparación de la comida, limpieza de la casa y de la ropa, e incluso ir tejiendo la lana o el lino y confeccionando la ropa necesaria para su familia. Llegaría agotada al final del día, pero con el gozo de quien sabe que esas tareas aparentemente sencillas tienen una eficacia sobrenatural maravillosa, y que haciendo bien su trabajo estaba realizando una tarea de primera magnitud en la obra de la Redención.

by Francisco Varo www.primeroscristianos.com

 

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¿Es esta la casa de Nazaret donde vivió Jesús?

Ver Virgen María en Wikipedia 

Esta película va a ser un revulsivo para los cristianos

¿Se quedará sin cristianos Tierra Santa?, eso es lo que esta película de 85 minutos pretende evitar. Para ello reúne diez testimonios impactantes de personas no creyentes, o no practicantes, que viajaron a los lugares santos de Israel y esa vivencia provocó un vuelco en sus vidas.

Goya Producciones rodará a mediados de febrero la parte de ficción de su nuevo largometraje Tierra Santa, El Último Peregrino, tras terminar la parte documental del filme, grabada en gran parte en Israel. Simultáneamente la productora lanza un crowdfunding recurriendo a la solidaridad popular para completar la financiación del proyecto.

Esta película va a ser un revulsivo para los cristianos que han olvidado sus orígenes bíblicos, y a la vez una ayuda a los cristianos de Tierra Santa que, en estos tiempos duros, está vacía y sin peregrinos”, ha declarado el director de Goya Producciones, Andrés Garrigó.

“La Tierra Santa -añadió- ya se iba vaciando de peregrinos antes del Covid-19 a causa de otros virus: la indiferencia y la increencia. Pero ahora las piedras vivas que son los cristianos nativos tienen que emigrar en busca de trabajo”.

 

 

¿Se quedará sin cristianos la Tierra de Cristo?, eso es lo que esta película de 85 minutos pretende evitar. Para ello reúne diez testimonios impactantes de personas no creyentes, o no practicantes, que viajaron a los lugares santos de Israel y esa vivencia provocó un vuelco en sus vidas.

Con un formato similar al de Corazón Ardiente y Fátima el último Misterio, la cinta entrelaza esos testimonios con una trama de ficción en torno a los apuros una madre de familia que pugna con la hostilidad de sus hijos a sus planes de peregrinar a la tumba de Jesús.

Para el director, “esta película no va de ruinas, no es un documental turístico… Va de misterios, de cambios milagrosos, de salvación… Inyecta optimismo. Invita a contribuir a cambiar las cosas. A elevarte por encima de pandemias y contrariedades, viendo en pantalla la luz deslumbrante de la Resurrección”.

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FICHA TÉCNICA

Título original: Tierra Santa, El Último Peregrino

Género: Drama

Duración: 85 minutos

País: España

Año: 2021

Director: Andrés Garrigó y Pablo Moreno

Guión: Andrés Garrigó, Pedro Delgado, Benjamín Lorenzo

Casting: Alex Larumbe, Rafa Jiménez, Susi Lillo, Carlos Cañas, Wendy Gara, Alex Tormo

Producida por: Narrow Gate 2020 AIE y Goya Producciones

 

 

 

Santa Dorotea, virgen y mártir

Dorotea era una joven que a finales del siglo III vivía en Cesarea, en Capadocia, una región de Asia Menor donde estaba floreciendo una de las primeras comunidades cristianas.

Desde temprana edad abrazó la fe en el Señor y se distinguió por el largo tiempo que pasaba en la oración, por el sacrificio, por el ayuno y por las obras de caridad hacia el prójimo.

La persecución de Sapricio

En aquel entonces, el perseguidor de los cristianos Sapricio se enteró de la fama de Dorotea y la encarceló para obligarla a ofrecer sacrificios a los dioses. Como la joven, a pesar de la amenaza de la hoguera, se mantuvo firme en no abjurar de su fe, Sapricio la confió a otras dos jóvenes que, antes que ella, sí habían abjurado para salvar sus vidas: Crista y Calixta. La idea del perseguidor, sin embargo, se volvió en su contra y el resultado fue que Dorotea hizo que estas jovenes se convertieran de nuevo a la fe en Jesús. Las dos jóvenes acompañaron y precedieron en el martirio a Dorotea.

Otra conversión debida a ... una cesta de manzanas y rosas

Mientras era llevada a la horca, la tradición dice que Dorotea cumplió la promesa que había hecho antes al juez Teófilo quien, al condenarla a muerte por decapitación, la desafió diciendo: "Envíame manzanas y rosas desde el cielo". Así que, poco antes de ser asesinada, se dice que el juez vio que un un ángel le entregaba una cesta con tres rosas y tres manzanas en pleno invierno, con el resultado de que el sarcástico juez inmediatamente también se convirtió y aceptó la fe cristiana.

El resultado de la conversión

Como ya había sucedido con Crista y Calista, la gran fe de Dorotea sostenida por aquel prodigioso acontecimiento, obtuvo la nueva y sorprendente conversión de Teófilo. El resultado fue que debido a su sorpresiva profesión de fe, Teófilo también fue condenado a muerte. Por eso, su memoria litúrgica está asociada con la de Santa Dorotea en el mismo día.

 

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Siglo III

 

Fiesta de la purificación de María

 

Este martes la Iglesia celebra la conocida como “La Candelaria”, la fiesta de las luces, aunque en realidad va mucho más allá pues este día es profundamente cristológico, con la Presentación de Jesús en el Templo, y a la vez marcadamente mariano, porque también se celebra la Purificación de la Virgen María. Ambas, en cumplimiento de las leyes judías que observaban en aquel momento.

 

Esta es una fiesta con mucha historia y tradición. En una homilía en 2002 San Juan Pablo afirmaba que “celebramos el misterio de la consagración: consagración de Cristo, consagración de María, y consagración de todos lo que siguen a Jesús por amor al Reino”.

La Candelaria recibe este nombre porque en esta fiesta se bendecían tradicionalmente las candelas que se iban a necesitar durante todo el año para que así no faltase luz en los hogares. De este modo, los fieles acudían al templo con sus velas, que eran solemnemente bendecidas por el sacerdote para a continuación realizar una pequeña procesión con estas luces encendidas.

Concretamente, esta fiesta se celebra exactamente 40 días después de la Navidad, es decir, del nacimiento de Cristo. De acuerdo a la ley de Moisés, una mujer que había dado a luz a un hijo varón era considerada impura durante siete días. Además, debía permanecer otros treinta y tres días en “purificación de su sangre”.

Por ello, al cumplirse el tiempo de su purificación María cumplió con este precepto de la ley donde además de quedar limpia la madre ofrecía a su hijo en el Templo.

Dice la tradición que los mismos ángeles quedaron extasiados al observar a María ofrecer en aquellos virginales brazos al mismo Hijo de Dios.

De este modo, una vez cumplida la ceremonia de la purificación, la Sagrada Familia estaba dispuesta para salir del templo cuando se produjo el encuentro con el anciano Simeón primero y Ana después que relata Lucas en su Evangelio. “Ahora, Señor, ya puedes dejar irse en paz a tu siervo, porque han visto mis ojos al Salvador… al que viene a ser luz para las gentes y gloria de tu pueblo Israel…”, afirmó el anciano, que además dijo a la Virgen: “Mira, que este Niño está puesto para caída y levantamiento para muchos en Israel… Y tu propia alma la traspasará una espada…”.

Es una fiesta que los cristianos celebraron desde muy antiguo. Hasta el Concilio Vaticano II se celebraba como principalmente mariana, pero desde entonces ha pasado a ser en primer lugar cristológica, ya que el principal misterio que se conmemora es la Presentación de Jesús en el Templo y su manifestación o encuentro con Simeón. El centro, pues, de esta fiesta no sería María, sino Jesús. María entra a formar parte de la fiesta en cuanto lleva en sus brazos a Jesús y está asociada a esta manifestación de Jesús a Simeón y a la anciana Ana.

Hasta el siglo VII no se introdujo esta fiesta en la liturgia de Occidente. Al final de este siglo ya estaba extendida en toda Roma y en casi todo Occidente. En un principio, al igual que en Oriente, se celebraba la Presentación de Jesús más que la Purificación de María.

No se sabe con certeza cuándo empezó a celebrarse la Procesión en este día. Parece ser que en el siglo X ya se celebraba con solemnidad esta Procesión y ya empezó a llamarse a la fiesta como Purificación de la Virgen María. Durante mucho tiempo se dio gran importancia a los cirios encendidos y después de usados en la procesión eran llevados a las casas y allí se encendían ante alguna necesidad.

María, Salud de los enfermos, ruega por nosotros

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https://www.primeroscristianos.com/presentacion-senor-y-purificacion-virgen-maria/

 

Carifilii

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