Recorrido completo y detallado por la basílica del Santo Sepulcro

Pocos vídeos  hay que muestren la basílica del Santo Sepulcro con tanta calidad y detalle. Una buena forma de conocerla, a la expectativa de peregrinar a ella por primera vez… o una vez más.

 

 

 

 

+ info -

Excelente documental sobre la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén

 

fundaciontierrasanta.es

San Urbano I, papa

 

Hay una colina que separa la ciudad de Los Abruzos “Chieti” de la aldea de “Bucchianico”. En torno a mediados del 1300 las dos localidades estaban involucradas en una de las tantas guerras fronterizas. Chieti decide que es hora de atacar y hacer que se rinda la gente de la pequeña aldea, tercamente arraigada en y alrededor del castillo que domina el valle.

 

Un día - cuenta la historia que mucho le debe a la leyenda - un ejército quizás de mercenarios se mueve hacia Bucchianico con intenciones fácilmente entendibles por los vigías del pueblo.

Los habitantes son pocos, pero su comandante militar, el "Sargento", tiene un golpe de genio: ordena a los pocos hombres, y también les dice a las mujeres, que se pongan corazas y cualquier tipo de armadura y comiencen a moverse dentro del castillo y al lado de la colina sin interrupción.

Los atacantes observan desde lejos ese va y viene, que parece un ejército gigantesco en maniobra y desisten los propósitos beligerantes.

 

Un Papado tranquilo

De hecho, según la tradición, la maniobra fue inspirada al Sargento - por lo que parece en un sueño - por el Papa San Urbano e incluso hoy en la pequeña aldea el episodio se conmemora cada año con una gran manifestación popular.

Al igual que en ese evento, la historia certifica poco de la vida de San Urbano I. Eusebio de Caesarea escribe en su famosa "Historia Eclesiástica" que Urbano asciende al Trono después de la muerte del Papa Calixto. Estamos en torno al 223 y hasta mayo del 230 el Pontificado de ese Papa, probablemente originario de Teano, fluye sin sacudidas bajo el imperio de Septimio Severo.

En realidad hace estragos aún el anti-papa Hipólito, que le había dado problemas a Calixto, pero se dice que Urbano actúa con él con la misma firmeza que su predecesor.

Firmeza y caridad

Los asuntos de los que se ocupó el Papa Urbano ofrecen una visión de los problemas de la Iglesia desde el primer momento. Intenta un complejo pleito civil contra los productores de acogida, revocando el decreto del Papa Ceferino que imponía vasos de vidrio para los sacrificios y obligaba al uso de cálices de plata, es tenaz en reclamar las propiedades eclesiales.

Los biógrafos del período muestran el perfil de un hombre caritativo y resuelto, capaz de traer a muchos paganos al bautismo, incluida la familia romana de Valerio.

 

Historias inciertas

Muchas brumas se espesan también con la muerte del Papa Urbano – muerte natural para algunas fuentes, violenta para otros que hacen referencia a un asesinato por parte del prefecto Almenio - .

Un tardía “Pasión” quiere que sea un mártir y que sea vinculado a la historia de Santa Cecilia, pero los documentos no son claros en este punto. Según el "Liber Pontificalis", la biografía más autorizada de los Papas de la Alta Edad Media, los restos del Papa Urbano descansan en el cementerio de Calixto en la Via Appia de Roma.

 

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Historia del papado en la iglesia primitiva - Los papas del Siglo III (del año 200 al 260)

 

Ver en Wikipedia

 

El mosaico fue hallado en la ciudad de Yavne, en pleno centro de Israel

Policromado, casi intacto, un mosaico de 1.600 años de antigüedad ha sido descubierto en un rico edificio de la época bizantina en Yavne, en el centro de Israel. Una primicia para la ciudad, que tiene previsto exponerla al público.

 

El exquisito mosaico desenterrado recientemente en Yavne, en la región central de Israel, podría haber adornado una rica villa en un barrio acomodado. Está muy bien conservado y, según los expertos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (La Haya), se habría realizado entre los siglos IV y V d.C. "Sabemos que se remonta sin duda al periodo bizantino", declaró Elie Haddad, uno de los directores de las excavaciones, al periódico Haaretz. Bajo la superficie del artefacto se encontraron varias monedas de esa época.

 

mosaico

 

Los arqueólogos desenterraron el suelo de mosaico antes de la construcción de un nuevo barrio en la ciudad, situada a unos treinta kilómetros al sur de Tel Aviv. Según la normativa vigente, antes de llevar a cabo cualquier proyecto de construcción debe realizarse una exploración del subsuelo y, si es necesario, una excavación de rescate.

En los últimos años, la Autoridad de Antigüedades, que ha estado realizando excavaciones a gran escala al sureste de los restos arqueológicos de Yavne (Tell Yavne), ha descubierto un vasto distrito artesanal -que incluye un gran número de hornos de cerámica- que parece haber funcionado durante varios siglos desde la era cristiana temprana.

 

Bajo una pátina blanquecina una alfombra de colores

También se encontraron enormes cubas de vino en la zona. El lugar habría producido mucha más bebida de la que la población local podría consumir. Por lo tanto, también debían vender vino a las ciudades costeras y probablemente lo exportaban a Europa. Los arqueólogos creen que el suelo recién descubierto puede formar parte de una espléndida residencia, en un barrio acomodado adyacente a la zona industrial.

El suelo, como una alfombra, está decorado con motivos geométricos, cuadrados, rombos, coloreados en rojo, amarillo y negro. El conjunto está rodeado por una triple cinta rectangular negra, típica de la época bizantina. El doble marco está lleno de teselas blancas y rojas.

 

mosaico

"Pensamos que era un simple suelo de mosaico blanco, perteneciente a una de las muchas plantas industriales. Pero las manchas negras alrededor del mosaico sugerían que había más de un color y nos impulsaron a eliminar la pátina blanquecina que lo había cubierto durante años"

Dijeron los arqueólogos, sorprendidos con su descubrimiento. Para ello, el agente de conservación utilizó un ácido especial y, para su asombro, se descubrió una colorida alfombra de mosaico decorada con motivos geométricos.

 

Expuesto al público

Yavne está orgulloso de este descubrimiento. Según los arqueólogos de La Haya, es la primera vez que se desentierra un pavimento de este tipo en esta ciudad. El ayuntamiento está preparando una infraestructura adecuada para albergar el mosaico en el centro cultural de la ciudad y exponerlo a partir de la segunda quincena de mayo.

 

mosaico

 

Después de la destrucción por los romanos del Segundo Templo de Jerusalén en el año 70 d.C., Rabí Johanan ben Zakkai obtuvo de ellos el permiso para que que el Sanedrín se trasladara a Yavne. Aquí comenzó la labor de conservación de la Torá oral, que transformó el judaísmo en una nueva realidad: al conservar las leyes, el calendario y la liturgia, surgió el judaísmo moderno tal como lo conocemos hoy.

También en Yavne, los cruzados construyeron un castillo en 1141. Desde el periodo otomano hasta el final del Mandato Británico, hubo un pueblo árabe, Yibna, cuyos habitantes tuvieron que huir durante la primera guerra árabe-israelí. La moderna ciudad israelí de Yavne se construyó en las cercanías.

terrasanta.net

Francisco ha pedido que durante este mes de mayo se rece con insistencia por el fin de la pandemia.Por eso lanzará lo que el Vaticano llama un “maratón de oración”.

 

Cada día lo protagonizará un santuario diferente de lugares representativos de todo el mundo.

El centro del maratón es el rosario que desde esos santuarios se rezará en conexión por streaming con todo el mundo a las 6 de la tarde hora de Roma.

El Papa lo inaugurará ante un antiguo mosaico de la basílica de San Pedro el sábado 1 de mayo.

 

 

Luego cada día el rosario se rezará desde lugares como Guadalupe, Fátima o Lourdes. Pero también Medjugorje, en Bosnia, la Caridad del Cobre, en Cuba, o Nagasaki en Japón.

El Papa también lo clausurará el 31 de mayo, en una capilla de los Jardines Vaticanos.

El Vaticano quiere implicar al mayor número de cristianos, y por eso invita a conectarse desde casa o desde la parroquia, para rezar por el fin de la pandemia.

No es casualidad que la oración escogida sea el rosario, puesto que mayo es tradicionalmente el mes que la Iglesia católica dedica a la Virgen María.

De hecho, el 30 de mayo de 2020, en plena primera oleada de coronavirus, Francisco invitó a médicos, enfermeros, capellanes de hospital y familiares de víctimas de la pandemia a rezar juntos el rosario en los Jardines del Vaticano por esta misma intención.

 

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https://www.primeroscristianos.com/rosario-diario-papa/

 

Romereports.com

En las ruinas de la pequeña ciudad aún resuenan las palabras de Jesús y de los Apóstoles

Las excavaciones arqueológicas en Cafarnaum han demostrado que la localidad existía desde finales de la época helenística y cómo se desarrolló durante el primer periodo romano. Los primeros arqueólogos franciscanos la definieron como “una pequeña ciudad del Nuevo Testamento que en la memoria de los Evangelios tiene su historia más hermosa”.

 

Cafarnaúm, Cafarnaún o Capernaúm (hebreo כְּפַר נָחוּם [Kəfar Nāḥūm], «pueblo de Nahum») era un antiguo poblado pesquero ubicado en la antigua Galilea, en Israel, a orillas del mar de Galilea, también llamado lago Tiberíades o Kineret. Es conocida por los cristianos como "la ciudad de Jesús"; nombrada en el Nuevo Testamento. Fue uno de los lugares elegidos por Jesús de Nazareth para transmitir su mensaje y realizar algunos de sus milagros.

Desde hace más de 100 años Cafarnaum vive una nueva historia, cuando en 1894 la Custodia Franciscana tomó posesión de los terrenos sobre las ruinas de la ciudad. Una obra largamente documentada: Desde 1968 hasta 2003 se redactaron una serie de informes sobre las 23 campañas de excavaciones efectuadas en la propiedad franciscana.

De esta ciudad en la orilla noroccidental del lago de Tiberíades han salido a la luz pequeños barrios con las características viviendas en piedra basáltica, las tiendas y todo lo que formaba el mobiliario de una población compuesta por comerciantes, artesanos, pescadores y campesinos.

En una de estas campañas se descubrió la sorprendente iglesia octogonal bizantina. En esa ocasión salió a la luz la Casa de Simón Pedro, que se convirtió en la casa de Jesús y la “domus ecclesia” de la primitiva comunidad cristiana.

 

 

 

Fr. EUGENIO ALLIATA, ofm Arqueólogo - Studium Biblicum Franciscanum

"Los peregrinos nos transmiten esta tradición, que es muy antigua y muy fuerte, y que la arqueología puede seguir paso a paso hasta sus orígenes. Lo consideramos una tradición sólida e importante. Lo primero que se descubrió gracias al trabajo del Padre Gaudenzio Orfali fue una basílica octogonal. Un descubrimiento que tuvo lugar entre 1910 y 1920, en un periodo difícil para el mundo.

cafarnaum

Ahora esta forma de casa, transformada en iglesia, es muy típica del cristianismo antiguo pero en este lugar tenía un significado especial como testimonian las palabras atribuidas a la peregrina Egeria, la cual decía “sobre la casa del Príncipe de los Apóstoles se construyó una iglesia, aunque las paredes quedaron las mismas".

Uno de los testimonios de este importante descubrimiento fue Fr. Stanislao Loffreda.

 

Fr. STANISLAO LOFFREDA, ofm Arqueólogo - Studium Biblicum Franciscanum

"Allí sentí que como arqueólogo debía confesarme, me emocioné. Vi que lo que decían las fuentes literarias correspondía exactamente. Los escritos dicen que la casa de Pedro se transformó en iglesia, aunque las paredes quedaron las mismas."

El 29 de junio de 1990 se inauguró en Cafarnaum el Memorial construido sobre la Casa de San Pedro. En el centro del pueblo se construyeron dos edificios públicos: la sinagoga y la iglesia. En el subsuelo de la monumental sinagoga han salido a la luz algunos vestigios de la que fue la sinagoga visitada por Jesús, vinculada a la promesa eucarística.

 

sinagoga cafarnaum

 

Precisamente en Cafarnaum, Fr. Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, celebró la misa en la semana en la que los textos bíblicos recuerdan el discurso de Jesús pronunciado en la sinagoga sobre “el pan de vida”.

“Estamos en la casa de Pedro y desde los ventanales de este santuario podemos vislumbrar el lugar donde Jesús pronunció su discurso eucarístico, relatado en el capítulo sexto del Evangelio según San Juan. Es un discurso —subrayó el custodio en su homilía— que sigue al gran signo de la multiplicación de los panes y de los peces”.

 

Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa

"En la casa de Pedro, Jesús obró muchos prodigios y enseñanzas. Igualmente significativa es la sinagoga porque es el lugar en el que según el capítulo 6 del Evangelio según San Juan, Jesús hace ese hermoso discurso del pan de vida, donde se presenta a sí mismo como pan de vida, el pan que el Padre da y que él acoge, la vida que a través de él el Padre da, y por ello se convierte en el discurso de la promesa eucarística que es lo que hemos celebrado hoy.

Y se convierte en una invitación a acoger a Jesús como persona, a acoger su palabra y a acogerlo en la eucaristía para poder recibir de él el don del Espíritu, porque el Espíritu —dice Jesús en el capítulo 6 de San Juan—es Señor y da la vida."

Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa

"Y hay otro lugar muy significativo aquí a dos pasos, y es el lago porque el mismo lago es un gran santuario: Toda esta zona tiene un significado extraordinario. Cuando leemos las páginas de los evangelios y podemos visitar estos lugares, casi podemos oír a Jesús y a los apóstoles que, de alguna manera, hablan y están vivos."

 

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Cafarnaún , la ciudad de San Pedro - Tierra de Jesús

 

terrasanta.com

 

 

La transmisión del cristianismo ha ido unida a la elaboración de las copias de las Sagradas Escrituras

Con el paso de los siglos, las formas y las técnicas de recoger los textos bíblicos fue cambiando progresivamente, y fue la religión el motor de estas innovaciones.

 

Desde los primeros años, los primeros cristianos dieron mucha importancia a recopilar las enseñanzas del Evangelio en textos que aún se conservan.

La aparición del magnífico libro de Juan Chapa, ‘La transmisión textual del Nuevo Testamento. Manuscritos, variantes y autoridad (Sígueme, 2021), un libro que se interesaba por la “carne” de la Escritura. En él se verifica que los más importantes papiros del Nuevo Testamento pertenecen en una mayoría aplastante a códices, no a rollos, que era la forma habitual para la escritura tanto en el mundo grecorromano como en el judío.

Así, se puede decir que el cristianismo de los orígenes empleó para sus textos el códice, que es el antepasado de nuestros libros (una serie de hojas de papiro dobladas por la mitad y cosidas o pegadas por el lomo y con una cubierta de cuero). El códice permitía escribir por las dos caras –o páginas– de la hoja, con lo cual se aprovechaba mucho más el material.

(También han llegado hasta nosotros algunos testigos de lo que los especialistas llaman “opistógrafos”, que son rollos en los que se ha aprovechado también la parte exterior para escribir otra obra).

 

textos códice

 

En estos códices, los expertos –los papirólogos– estudian diversos aspectos: desde la letra, cosa que sirve, por ejemplo, para aventurar la fecha de escritura del texto (porque cada época suele presentar formas distintas de escribir), hasta los márgenes, el espacio entre líneas, etc.

Con correcciones

En cuanto a la letra, estos códices cristianos se sitúan a mitad de camino entre una letra elegante, propia de obras literarias, y otra más “comercial” o “notarial”, propia de documentos administrativos, con una caligrafía mucho menos cuidada.

Asimismo, otra característica de estos textos es que en muchas ocasiones presentan correcciones y signos que servían para ayudar a la lectura (conviene recordar que, en la antigüedad, los textos se escribían todo seguido, sin espacio entre palabras, lo cual dificultaba notablemente la lectura, que, por cierto, se solía hacer en voz alta).

 

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Todo esto, junto con el espaciado entre líneas –normalmente algo más generoso que en las obras literarias–, nos indica que muy probablemente se trata de códices que estaban destinados sobre todo a la lectura pública –seguramente, litúrgica–, ya que la lectura “privada”, en casa, era algo bastante excepcional.

No se puede negar que interesarse por la “carne” de la Escritura proporciona de ella una perspectiva tan interesante como necesaria.

 

 

vidanuevadigital.com

La inteligencia artificial identifica a dos escribas responsables del Isaiah Scroll

 

Un reciente análisis informático de la escritura del Gran Rollo de Isaías -uno de los más largos y mejor conservados de los rollos del Mar Muerto- ha revelado que el texto de 54 columnas fue elaborado por dos escribas diferentes que, al parecer, trabajaron por turnos para completar la tarea.

 

Los investigadores de la Universidad de Groningen utilizaron tecnología de inteligencia artificial (IA) para entrenar a sus ordenadores en la detección de diferencias mínimas en la forma, el estilo y la curvatura de las miles de letras escritas en el pergamino.

Aunque los estilos de las letras parezcan casi idénticos a simple vista, el análisis de la IA reveló el trabajo de dos manos distintas de escribas, con el segundo escriba tomando el relevo del primero hacia la mitad del manuscrito. Dada la gran similitud de la caligrafía, los investigadores creen que los dos escribas probablemente recibieran la misma formación o incluso fueran compañeros de la misma escuela.

 

pergamino

 

Además de informarnos sobre los escribas que escribieron los pergaminos, los investigadores creen que estos análisis pueden ayudar a responder a una serie de preguntas sin resolver sobre los manuscritos.

Por ejemplo, dado que el Gran Rollo de Isaías está fechado por radiocarbono en el siglo II a.C., el análisis de la escritura basado en la IA podría identificar otros pergaminos escritos en un estilo similar y, por tanto, probablemente producidos en la misma época.

Del mismo modo, el análisis de la escritura encontrada en los más de 40.000 fragmentos de pergaminos podría ayudar a los estudiosos a reconstruir al menos algunos de los 900 manuscritos de los que proceden los fragmentos.

Escondidos hace casi 2.000 años en las cuevas del desierto adyacentes a las ruinas de Qumrán, a orillas del Mar Muerto, los Rollos del Mar Muerto, descubiertos por primera vez por beduinos locales en 1947, incluyen manuscritos bíblicos como el Gran Rollo de Isaías, pero también escritos sectarios hasta ahora desconocidos, probablemente relacionados con la primera comunidad judía que vivió en Qumrán.

Los rollos han revolucionado la comprensión académica del judaísmo primitivo durante el periodo del Segundo Templo y han proporcionado nueva información sobre las variedades de pensamiento judío que florecieron en aquella época.

 

pergamino

 

¿Quién escribió los Pergaminos del Mar Muerto?

La mayoría de los estudiosos creen que los Pergaminos del Mar Muerto (más de 900) fueron escritos o recopilados por una secta de judíos llamada esenios, descrita por el historiador judío Flavio Josefo y el filósofo judío alejandrino Filón. Sin embargo, los propios Pergaminos no hacen referencia explícita a los esenios.

Los estudiosos deducen la conexión por la congruencia de la filosofía y la doctrina esenias reflejadas en los Pergaminos y descritas por Josefo y Filón.

 

 

biblicalarcheology.org

 

 

UNA VIRGEN DESPOSADA

Entre los judíos, el matrimonio constaba de dos actos esenciales, separados por un período de tiempo: los esponsales y las nupcias. Los primeros no eran simplemente la promesa de una unión matrimonial futura, sino que constituían ya un verdadero matrimonio. El novio depositaba las arras en manos de la mujer, y se seguía una fórmula de bendición.

 

Desde este momento la novia recibía el nombre de esposa de... El enlace era válido desde los esponsales, y su fruto legítimo. Si el desposado moría, ella pasaba a ser su viuda, y en caso de infidelidad era castigada como adúltera, conforme a la Ley.

La costumbre fijaba el plazo de un año como intermedio entre los esponsales y las nupcias. Este tiempo se empleaba en terminar los preparativos de la nueva casa, completar el ajuar, etc.

 

Los esponsales

De ordinario, los esponsales de una virgen tenían lugar entre los doce y los trece años, y las nupcias entre los trece y los catorce. Tal era probablemente la edad de la Virgen. El hombre solía desposarse entre los dieciocho y los veinticuatro. Ésta debía de ser, en consecuencia, la edad de José.

La segunda parte, las nupcias, constituía la perfección del contrato matrimonial, que ya se había realizado. La esposa era llevada a la casa del esposo en medio de grandes festejos y de singular regocijo. Al contrato privado (privado, pero conocido por todos) se le daba ahora toda su publicidad.

La visita del ángel a María tuvo lugar, entendemos, en el tiempo que mediaba entre los esponsales y las nupcias. Sabemos por San Lucas que María era una virgen ya desposada y, como es lógico pensar, con la intención de convivir con su marido después de realizadas las nupcias, unos meses más tarde.

 

Virgen María

 

José no aparece en el misterio de la redención para cubrir las apariencias: era el esposo de María (Mt). Nadie –excepto Jesús– quiso tanto a Nuestra Señora; y la amó con amor de esposo. Y así quiso María a José. No como hermanos, sino como marido y mujer.
¿Cómo se entiende entonces la respuesta de la Virgen al ángel: ¿De qué modo se hará esto, pues yo no conozco varón? (Lc).

Las palabras de María no conozco no sólo se refieren al presente, sino que se extienden también al futuro: expresan un propósito de mantener su virginidad. Si no fuera así, María no habría preguntado nada al ángel, pues hubiera entendido que el hijo que le anuncia sería también hijo de José, con el que estaba desposada. La Virgen, sin embargo, da a entender su virginidad presente y el propósito de virginidad en el porvenir.

En casi todas las lenguas, en hebreo también, existe este presente con indicación de futuro: «no me hago religioso», «no me caso», etc. Si María no hubiera estado desposada, quizá se podrían entender sus palabras –no conozco varón– como un deseo implícito de tener en el futuro un marido que en ese momento no tiene, en el sentido de «no conozco aún pero sí más tarde».

Sin embargo, en su vida existía ya ese compañero con el que podría traer al mundo, de un modo natural y lógico, al hijo anunciado. María, sin embargo, declara al ángel su virginidad, presente y futura, incluso cuando éste le habla de un hijo. Así lo ha entendido la Iglesia desde sus comienzos.

Entonces –nos preguntamos–, si María tenía el propósito firme de permanecer virgen, ¿por qué consintió en contraer matrimonio? ¿Cómo se explica el matrimonio de una persona virgen que desea mantenerse en este estado? ¿Puede existir como tal un matrimonio así?

Los evangelios no nos dan explicaciones sobre esta cuestión. Hemos de intentar hallarlas en los usos de la época. En primer lugar, en el mundo judío de entonces no era apreciado el estado célibe. San Pablo nos habla en cierta ocasión de los padres que se avergonzaban de tener en casa hijas núbiles. El matrimonio de las hijas apenas cumplían los once o doce años era una de las primeras preocupaciones de sus progenitores, que intervenían directamente en los arreglos y convenios necesarios con otras familias. Esto era lo normal

Por otra parte, el objeto de la unión matrimonial son los derechos que recíprocamente se otorgan los cónyuges sobre sus cuerpos en orden a la generación. Hemos de pensar que la Virgen se desposó en verdadero matrimonio con San José porque eso era lo establecido. Sus padres actuaron como los demás padres: buscaron al muchacho más adecuado para su hija.

 

Custodio de María y de su virginidad

Y Dios también lo había previsto así. Era necesario que alguien cuidara de María y del Niño. Como escribe San Agustín, José, «virgen por la Virgen», sería el mejor custodio de María y de su virginidad. Dios también intervino en ese matrimonio de una manera discreta, eficaz y divina. ¿Cómo no iba a tomar parte ahora, cuando desde generaciones venía preparándolo todo? Intervino sin duda escogiendo a Joaquín y a Ana como padres de María y guiándolos hasta José.

Y también influyó en el corazón de María, dándole luces y gracias para que siguiera ese camino difícil de comprender por los hombres: ser madre sin perder la virginidad.

 

 

Santo Tomás señala las razones por las cuales convenía que la Virgen estuviera casada con José en matrimonio verdadero [10]: para evitar la infamia de cara a los vecinos y parientes cuando vieran que iba a tener un hijo; para que Jesús naciera en el seno de una familia y fuera tomado como legítimo por quienes no conocían el misterio de su concepción sobrenatural; para que ambos encontraran apoyo y ayuda en José; para que fuera oculta al diablo la llegada del Mesías; para que en la Virgen fueran honrados a la vez el matrimonio y la virginidad....

Debemos considerar también que los derechos propios del matrimonio en orden a la generación existían en la unión de María y de José. Si no hubieran existido, no habría un verdadero matrimonio. Y eran un verdadero matrimonio, y se querían con amor de marido y mujer.

Por eso hemos de pensar que María y José, de mutuo acuerdo, habrían renunciado al uso de estos derechos; y esto, por una inspiración y con gracias muy particulares de Dios, que, como decimos, estuvo siempre muy presente –¡cómo no lo iba a estar!– en todo lo que concernía a la que iba a ser Madre de su Hijo.

La exclusión de los derechos habría anulado el matrimonio, pero no lo invalidaba el propósito de no usar de ellos. Todo se llevó a cabo en un ambiente delicadísimo, que nosotros entendemos bien cuando lo miramos con un corazón puro.

Hemos de suponer que José y María se dejaron guiar en todo por las mociones divinas. A ellos, como a nadie, se les puede aplicar aquella verdad que exponen los teólogos: es frecuente y normal que los justos sean inducidos a obrar por inspiración del Espíritu Santo. Dios siguió muy de cerca aquel amor humano entre los dos, y lo alentó con la ayuda de la gracia para dar lugar a los esponsales entre ambos. Fue el principal artífice de esta unión. En el Cielo hubo una particular fiesta y alegría por aquella boda.

Cuando María se desposó con José en Nazaret recibió una dote integrada, según la costumbre, por alguna joya de no mucho valor, vestidos y muebles. Recibió un pequeño patrimonio, en el que quizá habría un poco de terreno... Tal vez todo ello no sumara mucho, pero cuando se es pobre se aprecia más. Siendo José carpintero, le prepararía los mejores muebles que había fabricado hasta entonces.

Como ocurre en los pueblos pequeños, la noticia correría de boca en boca: «María se ha desposado con José, el carpintero»... Algo parecido debió de suceder entre los ángeles.

 

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Los orígenes de la devoción a la Virgen

 

Fco. Fdz. Carvajal

 

Ver Virgen María en Wikipedia

 

SANTA CATALINA DE SIENA

Virgen dominica, doctora de la Iglesia,
patrona de Italia, copatrona de Europa

Siena (Italia), 25-marzo-1347
+ Roma, 29-abril-1380

Catalina nace en Siena, Italia, el 25 de marzo de 1347. Gemela de Giovanna —que murió al poco tiempo de nacer— era la penúltima de los veinticinco hijos e hijas del matrimonio Jacobo Benincasa y Lapa Piacenti.

Su vida irrumpe en una ciudad llena de arte y colorido, en el populoso y alegre barrio de los tintoreros, Fontebranda. Y lo hace en un contexto sociológico y eclesial conflictivo. El mismo año en que nace Catalina irrumpe también la pavorosa peste negra (1347-1352) que sembró de muerte muchas poblaciones de Europa.

Y a ese trágico acontecimiento hay que sumar otros, como la Guerra de los Cien Años, las luchas internas entre ciudades italianas y con el papa, el traslado de la corte pontificia a Aviñón (1305-1378) y el cisma de Occidente (1378-1417).

Sobre el encanto de Catalina en su infancia, su confesor habitual y primer biógrafo, el Beato Raimundo de Capua (-5 de octubre), escribió así: «Desde que fue destetada y anduvo por sus pies, era encanto de cuantos la veían, y su conversación era tan discreta, que su madre apenas podía tener a la niña en casa, pues sus vecinos y parientes la llevaban a la suya para oír sus pequeños razonamientos y gozar de su presencia» (Vida, 8).

Su padre, tintorero de pieles, era un hombre bondadoso, comprensivo y pacífico. Cultivaba la vida espiritual y el respeto a los demás, no consintiendo en su presencia ni la murmuración ni actitudes violentas. Políticamente, era miembro del partido popular. Su madre, por otra parte, era mujer trabajadora, enérgica y tenaz, y estuvo siempre muy cercana a Catalina por ser una de las benjaminas de su numerosa prole.

Algunos de esos atributos del padre y de la madre, por ejemplo, el cultivo de lo espiritual, el anhelo de paz y la tenacidad en las cosas que se proponían, fueron más tarde rasgos muy significativos de Catalina.

 

VOLVIENDO A CASA UNA TARDE

Una tarde, volviendo a su casa, acompañada de su hermano Esteban, la niña Catalina tiene una visión que la va a marcar para el resto de su vida. Al pasar por delante de la iglesia de Santo Domingo, ve, en el horizonte, un grupo de figuras luminosas. Sin salir de su asombro, fija la mirada en ellas y logra identificar a los personajes: en el centro, Cristo vestido de pontífice, y, a ambos lados, los apóstoles Pedro, Pablo y Juan.

En el transcurrir del tiempo, esta visión acompañará a Catalina en su amor apasionado a la Iglesia y en concebirla como una institución apostólica.

Catalina Siena

Por estas fechas, Catalina sólo cuenta seis años. Pero esa visión, llena de simbolismo, la irá conduciendo, poco a poco, a vivir y a sentir profundamente el misterio del Cuerpo Místico de Cristo. Misterio de fe, de amor y de santidad. Por de pronto, siendo todavía niña, Catalina hace voto de virginidad y se consagra totalmente al Señor.

Está enamorada de Cristo y se siente muy motivada por la salvación de los hombres y de las mujeres. Estado de ánimo que le incita a buscar, por una parte, la soledad de la oración, del coloquio con aquél al que ama y de las plegarias por los pecadores; y, por otra, ingeniosas maneras de servir a los pobres.

En ese clima espiritual y de caridad es donde brota su deseo de ingreso en la Orden de la Penitencia de Santo Domingo, al mismo tiempo que, con creciente amor, va asumiendo la cotidianidad de la vida y el servicio a los demás, concibiendo ideales de entrega total de sí misma. Quiere transformarse día a día, y ese proceso de transformación personal se irradia a la familia, a la sociedad, a la Iglesia, con fuerza renovadora.

CATALINA «PIENSA EN MÍ... YO PENSARÉ EN TI»

A los doce años, Catalina es una hermosa joven, con excelentes atributos físicos y espirituales. Gozaba, dice el Beato Raimundo y confirman otros biógrafos, de «un temperamento animoso y alegre; inspiraba natural simpatía, gracias, sobre todo, a su constante y grata sonrisa, (y era) recordada por cuantos la trataron» (Vida, 328).

A esa edad, sus padres sueñan con un buen partido para ella. Como tiene encantos suficientes para enamorar a cualquier joven, la persuaden a que abandone su reclusión de la casa y a que disfrute de una vida social alegre, igual que lo hacen las jóvenes de su edad. Su hermana mayor, Buenaventura, refuerza esa idea de los padres, y Catalina accede.

Ella, para resaltar aún más su belleza, se tiñe el pelo, se viste con las galas que su hermana le proporciona y comienza a alternar. Pero en el mes de agosto de 1362, Buenaventura muere de parto, y Catalina ve en esta desgracia una llamada a transitar por otros caminos diferentes.

Pero ¿cómo hacerlo? Se le ocurre realizar un gesto simbólico, que contraría el proyecto de sus padres sobre ella: se corta el pelo al rape. ¡Locura!, dicen. Y como no pueden comprenderlo, tratan de persuadir a la joven con estrategias nuevas; pero en vano.

Así van transcurriendo en Catalina años de intensa vida interior, dedicando mucho tiempo a la oración y al trato íntimo con el Señor. En esos espacios de gratuidad espiritual y amorosa es donde Catalina, en algunas ocasiones, se siente estremecida por la voz del Padre que le dice: «Catalina, piensa en mí; si lo haces, yo pensaré en ti» (Vida, 64-65).

Es éste un reclamo tan fuerte, una presencia tan viva, que centra a Catalina en un horizonte infinito de amor al Absoluto. Se siente invadida por la presencia del Ser amado, hasta tal punto que, hablando con su confesor, le dice que «muchas veces rezaba Nuestro Señor los salmos con ella, paseándose ambos por la habitación, como dos religiosos que rezan su oficio divino».

Mientras todo eso acontece, Catalina, atraída fuertemente por la espiritualidad dominicana —contemplativa y apostólica—, encuentra su camino y logra ser admitida entre las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, cosa que no le fue fácil alcanzar, por su corta edad, pues estamos hablando de una joven de dieciséis años.

Santa Catalina de Siena

Ahora quiere consagrarse más intensamente a Dios, pero no como religiosa, sino como laica, «mantellatau, nombre que reciben las mujeres que visten el manto negro sobre el hábito dominicano. Su lema será: fraternidad de oración, ayuda mutua, penitencia y proyección apostólica.

Esta etapa de la vida oculta de Catalina, entrelazada de visiones y tentaciones, culmina con algunas experiencias espirituales que sellarán, para siempre, su propio ser y hacer. Momento excepcional fue aquel en que, cumplidos los 23 años, corriendo el 1370, pidió amorosamente a Cristo que le cambiara el corazón. Tanta era su búsqueda de identificación con Jesús.

Y Jesús, que es magnánimo, le otorgó ese don de cambio de corazones, rasgo espiritual que tendrá suma trascendencia en varios acontecimientos sociales y eclesiales, también en el seno de la Orden de Predicadores.

Fue también en ese mismo año de plenitud, 1370, en la víspera de la fiesta de Santo Domingo, cuando Catalina dijo a fray Bartolomé Dominici, según refiere Carlos J. Pinto de Oliveira: Padre, ¿no está viendo a Santo Domingo? Yo lo estoy viendo, como estoy viendo al Señor. Se parece a Jesús. Su rostro ovalado es grande y delicado».

Y añadió: Él fundó la orden (dominicana) para librar a los hombres de la esclavitud del error y del pecado, para conducirlos a la verdad y a la práctica de una vida divinamente cristiana» (Santas Doctoras, 3).

En esta misma etapa, finalmente, Catalina experimentó una «muerte mística», en la que contempló la felicidad del cielo y el sufrimiento del infierno. No es extraño que tal visión suscitara en Catalina el recuerdo de aquel grito de Domingo: ¿Qué será de los pobres pecadores? Es el momento en que la joven, superadas múltiples adversidades, se dispone a abrazarse con el amor al Señor y la búsqueda de conversión de sus criaturas.

GRITOS QUE LLAMAN A LA ACCIÓN

Catalina vive en su «celda interior. Pero su vocación no es de clausura o cierre a los gritos de la humanidad doliente que golpean puertas y ventanas. Son los gritos de los pobres, enfermos, nuevos Cristos sufrientes. No los puede resistir. El «amor de Cristo apremia». Agitada por el Espíritu, sin poner trabas al Amor que la convoca a la acción, Catalina se pone en camino con diligencia y solicitud.

Ha llegado el momento de salir a la calle y de ocuparse de los enfermos, de aquellos que, por sus enfermedades contagiosas, nadie quiere atender; de aquellos que sufren continuada soledad.

La irrupción de Catalina en ese mundo produce sorpresa, por su celo de amor e intensa dedicación. Observándola en la acción, muchos pecadores recapacitan y se convierten. La fuerza de su palabra cautiva. La que habla ¿no es una mujer de escasa cultura e instrucción?

Habla con tal «sabiduría» y «fuego de amor» que los habitantes de Siena se sienten interpelados por ella, y su fama se propaga por la ciudad. Ha comenzado su vida pública, su excepcional apostolado, que se prolongará hasta la muerte.

El pueblo comienza a descubrir en Catalina una maestra espiritual con gran energía transformadora, y su fuerza de atracción es tanta que pronto se va congregando en torno a ella un grupo de personas que comparte sus inquietudes, su pasión apostólica y de caridad.

Así surge la familia espiritual cataliniana, con el nombre de «caterinati», que es formada por frailes dominicos, mantellatas, nobles y gente del pueblo. Ellos, además de seguir sus enseñanzas, la acompañan en su vida itinerante, como ,santa brigada».

Cuanto más avanza Catalina en la vida del espíritu, tanto más se compromete con el mundo, siendo fiel a la voz de Jesús que le dice:

Catalina, «tu pequeña habitación ya no será tu morada. Para la salvación de las almas debes dejar incluso tu ciudad. Voy a conducirte delante de los papas, de los obispos y de los gobernantes del pueblo cristiano para que, por medio de los débiles, como corresponde a mi estilo, humille la soberbia de los poderosos» (Santas Doctoras, 38).

Catalina, identificada con los sentimientos de Cristo Jesús, se convierte en una predicadora itinerante que tiene por púlpito la calle. Sin esperar a la gente en la iglesia de Santo Domingo, tan querida para ella, se hace presente allí donde hay sufrimiento, donde el pecado sienta cátedra.

Tiene muy claro que es un ser-para-los-demás, un instrumento del Señor, al servicio del Reino. Como Domingo de Guzmán, si el día es para los hombres, para Dios será la noche. Si en el día siente a Dios en los «otros Cristos», en la noche llevará a éstos a su encuentro con el Señor. Ora y actúa, ama y sirve. Todo junto.

AUDACIA FEMENINA

El año 1372, impulsada Catalina por el anhelo de una historia diferente, incursiona en el escenario político y eclesial. Tiene sólo veinticinco años. Es audaz en el hablar, y al actuar despierta sospechas. No era habitual en el siglo XIV que una mujer se dirigiera a políticos y eclesiásticos urgiéndoles cambiar de actitudes.

Lo suyo realmente era una osadía. Pero lo hace con humildad y con profundo amor, y se atreve a hacerlo, a pesar de su juventud, escasa preparación y ser mujer. Es la fuerza del Espíritu, presente en ella, la que hace posible esa audacia femenina.

En 1374, Catalina es convocada por la Orden de Predicadores a su capítulo general de Florencia, y allí se le asigna a fray Raimundo de Capua como su director espiritual. Ella lo recibe como un don «de la dulce Madre, María». Con el tiempo, más que director y dirigida, ambos serán compañeros de camino, pues entre ellos se da gran reciprocidad y complementariedad de dones.

Raimundo de Capua se asociará incluso a la comunidad itinerante de Catalina que, poco a poco, dará origen a un nuevo estilo de fraternidad. La orden reconocerá y apoyará a esta comunidad, a pesar de que no falten contradictores.

Por este tiempo, Catalina se multiplica en la acción: es sembradora de paz entre familias de Siena que viven enfrentadas; toma parte en los grandes conflictos que sacuden a las ciudades italianas, y emprende un largo itinerario por Pisa, Luca, Isla Gorgona, Florencia y Génova..., llamando a la conversión, caridad, paz, cruzada; vive la tensión entre los Estados pontificios y los Estados italianos, y le duele la consiguiente divisón interna, con rebeldía contra el papado.

Así lo acreditan las cartas que va redactando día a día con mensajes a responsables eclesiásticos y civiles.

Mas eso no pareció suficiente: las ciudades italianas se quejaban de la interminable ausencia del papa; el desprestigio de la Iglesia iba en aumento; y sobre la ciudad de Florencia había recaído el entredicho pontificio, por su rebeldía. Informada Catalina, en 1376 se dirige a Aviñón, como embajadora de los florentinos, para hablar con Gregorio XI.

Es su misión política más importante. ¿De qué hablaron Catalina y Gregorio XI? Hablaron, sobre todo, de la paz entre el papa y Florencia, misión para la que había sido enviada. Pero la conversación no se quedó ahí. Catalina instó al pontífice a que reformara la Iglesia, regresara con urgencia a Roma, y promoviera la cruzada a Tierra Santa.

Son ideas y persuasiones que Catalina lleva muy dentro, como acredita su carta 185, escrita al pontífice en ese mismo año:

«Seguid adelante y llevad a cabo con verdadera y santa solicitud lo que con santo propósito habéis iniciado, o sea, vuestra venida y la santa expedición. No tardéis más, pues por vuestra demora han venido muchos inconvenientes...

Levantad el estandarte de la cruz, porque con su fragancia adquiriréis la paz..., animaos, animaos y venid. Venid a consolar a los pobres servidores de Dios e hijos vuestros».

A Catalina le afecta muy mucho que el papa y los gobernantes cristianos, en vez de luchar contra los enemigos de la fe en Cristo, luchen entre sí. No entiende por qué los hombres, máxime los cristianos, quieren vivir en un escenario permanente de guerra. Lo que el hombre necesita es justicia, amor y paz.

Persiguiendo esos nobles objetivos, Catalina, que ha descubierto en el papa buena disposición para la reforma y el retorno a Roma, pero, al mismo tiempo, falta de voluntad y decisión, permanece en Aviñón, conectando desde allí con Italia por medio de sus numerosas cartas. No quiere salir de Aviñón hasta que Gregorio XI emprenda el camino hacia Roma.

Este propósito se cumple el día 13 de septiembre de 1376, fecha en que el pontífice, sobreponiéndose a todas las dificultades, sale de Aviñón hacia Marsella.

En Marsella recibe noticias de la rebeldía de Roma y de la guerra con los florentinos, pero, aunque con gran sufrimiento, embarca en la galera Ancona, que pilotaba Fernando Juan de Heredia, camino de Génova. Allí, al saber que Catalina se encontraba en el palacio Scotti, Gregorio XI va personalmente en su busca y le abre su corazón, exponiendo las preocupaciones y dudas que le asaltan.

Catalina, en tono cálido y con palabras penetrantes, le anima a que, con decisión y serenidad, prosiga su camino hacia Roma. Y, por fin, tras varias escalas, el papa desembarca en el puerto de Ostia el día 16 de enero de 1377, dirigiéndose luego a la Ciudad Eterna que le recibe triunfalmente. Un objetivo fundamental para el buen gobierno de la Iglesia está logrado.

Ahora hay que emprender nuevas empresas por la paz. A finales de enero de 1377, Catalina escribe al papa una preciosa carta (n. 285), motivándole a que reciba a los embajadores de Siena con el fin de establecer la paz. Comienza así:

En el nombre de Cristo crucificado y de la dulce María:

Santísimo y reverendísimo padre, Catalina, indigna hija vuestra, sierva y esclava de los siervos de Jesucristo, os escribo en su preciosa sangre con el deseo de veros recibir verdaderamente la paz por la vuelta al yugo de la obediencia, de modo que podáis vivir con quietud y sosiego en el alma y en el cuerpo, y Dios, por su inestimable bondad e infinita caridad, me otorgue la gracia de ver el modo que determináis para poner en paz al alma con Dios en la guerra en que por culpa suya se hallan (los florentinos) contra la inefable bondad de Dios y contra vuestra Santidad.

No dudo que, haciendo esta paz, quedará tranquila toda Italia y unos con otros. ¡Qué feliz será mi alma si veo que, por medio de vuestra Santidad y benignidad, se hallan todos unidos y ligados unos a otros! Sabed, Padre santo, que Dios no se unió con el hombre de otro modo que con lazos de amor...»

La carta prosigue en una tónica que invita a la comunión, a dar pasos a favor de la paz y a considerar la misericordia infinita de Dios. Piensa y escribe Catalina que las armas del amor son las que hacen verdaderas conquistas.

Para encarecer ese amor, las muchísimas cartas, que dirige Catalina a personas de diverso ámbito social y eclesiástico, son como fuego, y nos indican cuál fue el espacio relacional, vasto y rico, en que se movió.

Recordemos quiénes son destinatarios de las 381 cartas suyas que se conservan: 23 van dirigidas a papas, 19 a cardenales, obispos y prelados, 13 a reyes y reinas, 6 a jefes militares, 38 a gobernantes, 29 a señoras de la aristocracia, 15 a artistas, 12 a abogados y médicos, 16 a miembros de su familia, 32 a discípulos, 16 a miembros de la Orden de Penitencia de Santo Domingo, 17 a monjas, 81 a monjes, frailes y ermitaños, 9 a sacerdotes, 11 a miembros de asociaciones laicas, 23 a comerciantes y artesanos, 20 a destinatarios diversos.

¿Cómo es posible que una mujer de su tiempo, siglo XIV, con escasa formación, sea capaz de mantener un abanico de relaciones tan amplio? Una audacia femenina tan singular es un regalo de la gracia, pero contando con su fidelidad y con la riqueza de atributos que la honran.

Así es como Catalina sueña con una sociedad unida donde florezcan la justicia y la paz, y con una Iglesia testimonial cuyos pastores sean modelos del rebaño. Y a estas causas dedica, con intensidad, movida por el Espíritu, los años de su corta, pero fecunda, vida.

«LÁVALE LA CARA»

Estamos en el año 1378. Catalina cuenta 31 años. En Roma, el papa Gregorio XI busca un buen embajador ante la ciudad de Florencia, y la envía a ella en nueva misión de paz. Como Jesús, en la mañana de su resurrección, envió a las mujeres con un mensaje de paz y alegría, así la cabeza visible de Cristo en la tierra envía a Catalina como mensajera de la buena nueva.

Con el concurso de Raimundo de Capua, prior del convento de la Minerva, en Roma, la gestión llega a feliz término, consiguiéndose la paz y reconciliación entre el papa y los florentinos.

Hermoso trabajo el de ser mensajera de paz. Pero la paz supone lucha por la justicia, compromisos nada fáciles. Algunos ciudadanos, al ver a Catalina inmersa en ese mundo de la política, no la libran de sus criticas aceradas, pues sospechan de ella como si fuera una tejedora de intrigas.

Por eso, en algunas cartas, como la número 123, alza la voz para decir verdad: Ni yo ni los que están conmigo queremos otras alianzas que vencer al demonio y quitarle el dominio que ha adquirido sobre los hombres por el pecado mortal, arrancar del corazón del hombre el odio y ponerlo en paz con Cristo crucificado y con el prójimo».

Como se va viendo, Catalina es una mujer con espiritualidad de ojos y oídos abiertos. No pasa por su momento histórico con indiferencia. Se siente llamada por el Señor a construir y a transformar. Y, ya se sabe, cuando en la vida se ama con la fuerza con que ella amó, el sufrimiento es proporcional.

Ella amó a la Iglesia con un amor que raya en la desmesura, si así se puede decir, y lógicamente sufrió también por ella y con ella; y en vez de criticarla se sintió llamada por Jesús a purificarla, a lavar su rostro. Veamos cómo se lo comunicaba en la carta 272, a Raimundo de Capua:

"... Entonces Dios, dejándose apremiar por las lágrimas y atar con el lazo del deseo, decía: "Hija mía dulcísima: considera lo manchada que se halla la cara (de la Iglesia) por la inmundicia y amor propio, y lo inflada que se encuentra por la soberbia y avaricia de los que se alimentan a sus pechos.

Deja tus lágrimas y tu sudor y sácalos de la fuente de la divina caridad (Cristo) y lávale la cara. Te aseguro que no le será devuelta su belleza con el cuchillo o la crueldad de la guerra, sino con la paz y las continuadas oraciones, sudores y lágrimas vertidos con el anhelante deseo de mis servidores"...».

El amor apasionado de Catalina por la Iglesia, la lleva a denunciar la corrupción que hay en ella, y a promover una vida apostólica y evangélica. Una vida de santidad hecha visible, en primer lugar, en ella misma.

En la noche del veintisiete al veintiocho de marzo de 1378, fallece el papa Gregorio XI. Catalina se encuentra en ese momento en Florencia. Ora por él, y presiente que con esta muerte comienza una nueva y dolorosa historia para la Iglesia. También para su corazón.

El día ocho de abril, los cardenales eligen como pontífice al arzobispo de Bari, Bartolomé Prignano, que toma el nombre de Urbano VI. Hombre de carácter fuerte, no era del agrado de un grupo de cardenales; y éstos, poco a poco, van fraguando la elección de un antipapa. Lo encuentran en el cardenal Roberto de Ginebra, que toma el nombre de Clemente VII.

Elección que supondrá para Catalina una gran cruz. Para ella el verdadero y único papa es Urbano VI, al que trata de sostener con sus palabras y oraciones. Y lo hace manteniendo activo su radio de acción en diferentes instancias sociales y eclesiales. Se diría, incluso, que ese radio se amplía, pues Catalina accede a gentes de Iglesia, políticos, artistas, enfermos, condenados a muerte... Un ejemplo es Nicolás de Tuldo, un condenado a muerte, del que vamos a hablar.

PERMANECE CONMIGO

La conversión de Nicolás de Tulco fue un acontecimiento sorprendente entre los mismos discípulos de Catalina, el año 1378. Había sido condenado a muerte en Siena y Catalina vino en su auxilio. No tenía poder para librarlo de la pena impuesta por la justicia, pero sí la tenía para librarlo de la desesperación.

También para él puede haber, se decía, «un cielo nuevo y una tierra nueva» si renace a la fe. Se acercó, pues, a la cárcel y dio un abrazo a Tulco. Era el comienzo de un camino. Luego, poco a poco, le fue llevando de la mano y transmitiendo serenidad, fortaleza, esperanza en una vida plenificante en Cristo Jesús; así, hasta devolverlo, arrepentido, al encuentro con el Señor.

Esa cálida experiencia de conversión se la cuenta Catalina a fray Raimundo de Capua en la carta 273, con fragmentos como éstos:

Fui a visitar a quien sabéis y me recibió con tal ánimo y consuelo que se confesó y preparó muy bien. Me hizo prometer, por el amor de Dios, que, cuando llegase el momento de la justicia, fuese yo con él. Después, a la mañana siguiente, antes de la campana (de alba) fui a él y recibió gran consuelo.

Lo llevé a oír misa y recibió la sagrada comunión, que nunca había recibido. Aquella voluntad estaba de acuerdo y sumisa a la de Dios y sólo le había quedado el temor de no ser fuerte en aquel momento. Pero la inconmensurable y ardiente bondad de Dios hizo que él se equivocara, creando en él tal afecto y amor en el deseo de Dios y de mí, que no sabía estar sino diciendo: `Permanece conmigo y no me abandones"».

Esos gestos de Catalina son admirables. Transparentan amor y transmiten amor; comunican certezas y contagian esperanzas, por ejemplo, cuando dice a Nicolás de Tulco: Ánimo, dulce hermano mío, porque pronto llegaremos a las bodas. Tú irás bañado en la dulce sangre del Hijo de Dios, el dulce nombre de Jesús que no quiero que se te borre nunca de la memoria. Te espero en el patíbulo...»

Espléndida imagen. Catalina, como las mujeres en el Calvario, acompaña a Nicolás hasta ver su alma en paz. Si la sangre del joven salpica su hábito blanco, no importa; evoca la sangre redentora derramada por Cristo. Una visión celestial invade el alma de Catalina.

EL LIBRO DEL DIÁLOGO: SÚPLICAS DEL CORAZÓN

Mujer, santa y doctora. Catalina es la gran obra del Espíritu. Si, como las mujeres de su tiempo, tuvo escaso acceso a la escuela y ninguno a la universidad, y no acudió a cátedras de ciencias y humanidades, otras cátedras hubo a las que se acercó con avidez: la cátedra de la cruz y la cátedra del saber y amor divino, en las que se aprende la más alta sabiduría, dedicando largas horas a la contemplación y al servicio.

Ahí es donde Catalina se graduó de teóloga y maestra. Vehículo de ese noble aprendizaje fue la Palabra de Dios escuchada, rumiada, en la iglesia de Santo Domingo de Siena, cercana a su casa nativa. A la escucha de la Palabra y en la celebración de los misterios, en ese templo-cátedra, fue donde Catalina se empapó inicialmente de una seria espiritualidad cristiana y dominicana que iría perfeccionando en la itinerancia y boda apostólica.

Como expresión de esa teología y vida hemos de leer y entender su libro Diálogo, páginas que ponen de manifiesto la intensidad de su apertura a la Palabra, su odio al pecado, su vivencia intensa del amor a Cristo y su expansión mística-apostólica. Se trata de un libro que, dictado a sus amanuenses, se convirtió en luz teológica para la mente y en camino abierto para alcanzar la purificación espiritual y acceder al misterio de la vida en Cristo, que es puente y fuente de salvación.

Hilo conductor del Diálogo es la misericordia divina que se expande por todas partes; y método de exposición es la comunicación dialogada del alma, Catalina, que pide al Padre claridad en la verdad y fuego en el amor, y que espera de él,

fuente de misericordia, respuesta a sus demandas, para conducirse en fidelidad hacia la cumbre de la santidad.

 

LA CÁTEDRA DE LA CRUZ

El amor divino arrastra a Catalina. Lo vive. Unas veces lo hace en la soledad de «la celda interior»; otras, en el escenario del mundo: en la diplomacia, embajadas, mensajerías de la divina voluntad; siempre, inspirándose en el libro de la caridad.

Por eso, entre los temas recurrentes de la espiritualidad de Catalina, sobre todo cuando se expresa en forma oracional, se repite esta imploración: ya que los hombres hemos sido creados como árboles libres, con ramas de potencias espirituales (memoria, entendimiento y voluntad), seamos árboles de vida, por el amor, no árboles de muerte, por el pecado.

Para enseñarnos y ayudarnos a hacerlo, dice Catalina, Cristo-Amor se injertó en el árbol de nuestra naturaleza: siendo Verbo de Dios, se fundió con la condición humana, y, por amor, con su vida vivificó nuestro árbol de muerte. ¡Oh Amor, que sales a nuestro camino y lo conviertes todo en «árbol de vida»! Tú, haciéndote hombre, haces que el ser humano se injerte, a su vez, en Dios.

«Tú, alta y eterna Trinidad, como ebrio y loco de amor por tu criatura, viendo que el hombre no podía sino dar frutos de muerte, por hallarse separado de ti, que eres Vida, le diste el remedio con el mismo amor con que lo habías creado, injertando tu divinidad en el árbol muerto de nuestra humanidad. ¡Oh dulce y suave injerto!

Tú, suma dulzura, te has dignado unirte a nuestra amargura; Tú, esplendor, te has dignado unirte con las tinieblas; Tú, sabiduría, con la necedad; Tú, vida, con la muerte... Por este injerto desaparece la muerte» (Sol. 10).

Ése fue el primer injerto: hacerse hombre el Hijo de Dios. ¡Maravilloso consorcio de lo divino y lo humano! Pero Catalina prosigue en su meditación teologal buscando un segundo: el injerto del cuerpo de Cristo en el árbol de la santísima cruz. Es que Catalina, al contemplar el madero santo, experimenta la mayor intensidad de amor que jamás haya existido, y descubre en él la mayor fuente de sabiduría.

En efecto, Cristo-Árbol-Cruz es la cátedra en que aprende la lección de cómo Cristo nos reconcilia con el Padre y de cómo nos señala el camino a seguir en pos de él: camino de sufrimiento y amor. Él ha subido a la cátedra de la cruz y nos ha enseñado la doctrina..., cuando, al escribirla en su cuerpo hizo de sí mismo un libro con letras gruesas de sangre» (Orac. 18).

A los pies del Maestro, ante tan singular cátedra, Catalina escucha, ama, llora y se recrea; vive una profunda experiencia en la que le resuenan todas la palabras y doctrinas del Padre a la hija:

Yo soy el que soy; tú eres la que no eres. «El que es' se ocupa de ti «que no eres» y envía a su Hijo para que se entregue hasta la muerte en cruz.

Cuida tu celda interior. Porque ése es el ámbito en el que se desciende a la profundidad de vuestro pobre ser, y donde se experimentan las propias limitaciones, dando cabida a la acción misericordiosa de Dios.

Escribe y habla en la Sangre. Mira que Cristo crucificado es la mejor expresión del amor de Dios a la humanidad. Mira que desde este Dios que asume el sufrimiento humano, cobra sentido toda vuestra existencia, colmada, frecuentemente, de trabajos y sufrimientos.

Ama a la Iglesia. Es cuerpo místico, es misterio de la fuerza salvadora de Dios y fuente de santidad. Mira que es urgida a la conversión, comenzando por sus ministros...

EN TUS MANOS...

Está avanzado en su carrera el año 1379. Catalina sufre de amor, al ver a la Iglesia dividida. El día 28 de noviembre, invitada por el papa Urbano VI, abandona Siena y emprende el camino de Roma. Allí se convierte en la «consejera carismática del papa, al que anima, inspira y da fortaleza.

Predica también a los miembros del colegio cardenalicio que se mantienen fieles a Urbano VI, y reúne a una numerosa comunidad cristiana, con el fin de lograr la adhesión de los Estados italianos y de las potencias extranjeras a la obediencia de Urbano VI. Sus poderosas armas son la oración y la penitencia.

Parecería que la misma pasión por la Iglesia, que hasta ahora le había estimulado a vivir, le lleva ahora a morir. Cuando cada día emprende el camino que la conduce de la calle del Papa (hoy de Santa Clara) a la basílica de San Pedro, Catalina hace una peregrinación simbólica hacia el papa, representante del «dulce Cristo en la tierra», hacia la unidad y la paz. Por la Iglesia da cuanto es y tiene.

El día 29 de abril de 1380, después de ofrecer una vez más su vida por el cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia, Catalina fallece. En sus labios tenía estas palabras de amor y confianza: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!

Fue canonizada por el papa Pío II, el día 29 de junio de 1461. Posteriormente, Pío IX (-7 de febrero) la declaró Copatrona de Italia. Pío XII (-- 9 de octubre), la declaró Patrona primera de Italia, el 15 de mayo de 1940. Pablo VI (-6 de agosto), la proclamó Doctora de la Iglesia, el 4 de octubre de 1970. Y Juan Pablo II, Copatrona de Europa. Sus restos se veneran en un hermoso sepulcro bajo el altar mayor de la basílica dominicana de Santa María sopra Minerva en Roma.

+ info-

https://www.primeroscristianos.com/santa-catalina-de-siena-29-de-abril/

MARÍA TERESA SANCHO

ver en Wikipedia

Espectacular visita virtual a frescos pintados por Giotto hace 700 años

 

Desde hace unas semanas, gracias a la tecnología gigapixel, es posible visitar al detalle desde cualquier ordenador, uno de los lugares más bellos del mundo, la Capilla de los Scrovegni en Padua, pintada por Giotto.

 

...Una oportunidad de observar detalles como las lágrimas de las madres durante la matanza de inocentes.

...La agresión de Pedro al Siervo Malco durante el prendimiento de Jesús.

...o el rostro de Jesús en el Juicio Final, un fresco que está a más de 20 metros de altura.

 

 

 

Este ciclo de frescos realizado hace más de 700 años es una de las cumbres del arte occidental.

Giotto necesitó casi tres años para completarlos, entre 1303 y 1306. Le ayudaron unas 40 personas.

Para digitalizarlos la compañía italiana Haltadefinizione ha tomado 14 mil fotografías y ha necesitado 1 año para elaborarlas.

El resultado es impresionante.

Ahora es posible ver de cerca el beso de Judas...

La escena de los insultos a Jesús...

O a Dios Padre que explica al arcángel San Gabriel qué mensaje debe transmitir a María.

Una obra de arte conmovedora, para comprender mejor la fe, y disfrutar la maestría del genio florentino Giotto.

JMB

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