La lucha de los primeros cristianos contra la práctica del aborto

La tradición de la Iglesia ha sostenido siempre que la vida humana debe ser protegida y favorecida desde su comienzo como en las diversas etapas de su desarrollo. Oponiéndose a las costumbres del mundo grecorromano, la Iglesia de los primeros siglos ha insistido sobre la distancia que separa en este punto tales costumbres de las costumbres cristianas. 

 

A lo largo de toda la historia, los Padres de la Iglesia, sus pastores, sus doctores, han enseñado la misma doctrina sobre la ilegitimidad del aborto.

LA DIDACHE siglo I

“El segundo mandamiento de la enseñanza: No asesinarás. No cometerás adulterio. No seducirás a los niños. No cometerás fornicación. No robarás. No practicarás magia. No usarás pociones. No provocarás [un] aborto, ni destruirás a un niño recién nacido” (Didajé 2:1–2 [70 d.C.]).

 

EPÍSTOLA DE BERNABÉ siglo I o II

“El camino de la luz, entonces, es el siguiente. Si alguno desea viajar al lugar señalado, debe ser celoso en sus obras. El conocimiento, por tanto, que se nos da con el fin de caminar de esta manera, es el siguiente. . . . No matarás al niño procurándole el aborto; ni tampoco lo destruirás después de que haya nacido” (Carta de Bernabé 19 [74 d.C.]).

 

ATENÁGORAS

“¿Qué hombre en su sano juicio, por tanto, afirmará, siendo tal nuestro carácter, que somos asesinos? . . . Cuando decimos que aquellas mujeres que usan drogas para provocar el aborto cometen un asesinato y tendrán que dar cuenta a Dios por el aborto, ¿bajo qué principio deberíamos cometer un asesinato?

Porque no corresponde a la misma persona considerar al mismo feto en el vientre como un ser creado, y por tanto objeto del cuidado de Dios, y cuando ha pasado a la vida, matarlo; y no exponer a un niño, porque quienes lo exponen son acusados de asesinato de niños, y por otra parte, cuando ha sido criado para destruirlo” (Súplica a favor de los cristianos 35 [177 d.C.]).

 

TERTULIANO  Siglo II-III

“En nuestro caso, al estar prohibido para siempre el asesinato, no podemos destruir ni siquiera al feto en el útero, mientras que el ser humano todavía obtiene sangre de las otras partes del cuerpo para su sustento. Impedir un nacimiento no es más que matar a un hombre más rápidamente; ni importa si se quita la vida que nace, o se destruye la que está por nacer. Ése es un hombre que va a serlo; ya tienes el fruto en su semilla” (Apología 9:8 [197 d.C.]).

“Entre las herramientas de los cirujanos hay un instrumento determinado, que está formado por un marco flexible bien ajustado para, en primer lugar, abrir el útero y mantenerlo abierto; está además provisto de una cuchilla anular, por medio de la cual se disecan los miembros [del niño] dentro del útero con cuidado ansioso pero inquebrantable; siendo su último apéndice un gancho romo o cubierto, con el que se extrae todo el feto mediante un parto violento.

“Existe también [otro instrumento en forma de] una aguja o púa de cobre, mediante la cual se gestiona la muerte misma en este robo furtivo de la vida: Le dan, por su función infanticida, el nombre de embruosphaktes, [es decir]” el asesino del niño”, que por supuesto estaba vivo. . . “[Los médicos que practicaban abortos] sabían muy bien que se había concebido un ser vivo, y [ellos] se compadecieron de este desdichado estado infantil, que primero tuvo que ser ejecutado para escapar de ser torturado vivo” (El Alma 25 [210 d.C.]).

“Ahora admitimos que la vida comienza con la concepción porque sostenemos que el alma también comienza desde la concepción; la vida comienza en el mismo momento y lugar que el alma” (ibid., 27). “La ley de Moisés, en verdad, castiga con las penas debidas al hombre que causare el aborto [Éx. 21:22–24]” (ibid., 37).

 

MINUCIO FELIX

“Hay algunas mujeres [paganas] que, al beber preparados médicos, extinguen en sus entrañas la fuente del futuro varón y cometen así un parricidio antes de dar a luz. Y estas cosas ciertamente proceden de la enseñanza de vuestros [falsos] dioses. . . . A nosotros [los cristianos] no nos es lícito ni ver ni oír hablar de homicidio” (Octavio 30 [226 d.C.]).

 

SAN HIPÓLITO siglo III

“Las mujeres que tenían fama de creyentes comenzaron a tomar drogas para volverse estériles y a atarse fuertemente para expulsar lo que estaba engendrando, ya que, a causa de los parientes y el exceso de riqueza, no querían tener un hijo de un esclavo o por cualquier persona insignificante. ¡Mira, pues, hasta qué gran impiedad ha procedido ese inicuo, al enseñar el adulterio y el asesinato al mismo tiempo! (Refutación de todas las herejías [228 d.C.]).

 

CONCILIO DE ANCIRA

“En cuanto a las mujeres que fornican y destruyen lo que han concebido, o que se emplean en fabricar drogas para abortar, un decreto anterior las excluía hasta la hora de la muerte, y algunos han consentido. Sin embargo, deseando utilizar una lenidad algo mayor, hemos ordenado que cumplan diez años [de penitencia], según los grados prescritos” (canon 21 [314 d.C.]).

 

SAN BASILIO EL GRANDE siglo IV

“La que provoque el aborto, pase diez años de penitencia, ya sea que el embrión esté perfectamente formado o no” (Primera Carta Canónica, canon 2 [374 d.C.]).

“Es homicida... ; también lo son los que toman medicinas para provocar el aborto” (ibid., canon 8).

 

SAN JUAN CRISÓSTOMO siglo IV

“Por tanto os ruego que huyáis de la fornicación. . . . ¿Por qué sembrar donde la tierra se encarga de destruir el fruto? ¿Dónde hay muchos esfuerzos por abortar? ¿Dónde hay asesinato antes del nacimiento? Porque ni siquiera a la ramera dejarás que siga siendo una simple ramera, sino hazla también asesina. Ves cómo la embriaguez lleva a la prostitución, la prostitución al adulterio, el adulterio al asesinato; o más bien a algo incluso peor que el asesinato. Porque no tengo nombre que darle, ya que no quita lo que nace, sino que impide que nazca.

¿Por qué entonces abusas del don de Dios, y luchas con sus leyes, y sigues lo que es una maldición como si fuera una bendición, y haces de la cámara de la procreación una cámara para el asesinato, y armas a la mujer que fue dada para tener hijos para el matadero? ? Porque para sacar más dinero siendo agradable y objeto de deseo para sus amantes, ni siquiera esto se resiste a hacerlo, amontonando así sobre tu cabeza un gran montón de fuego. Porque incluso si la acción atrevida es de ella, la causa de la misma es tuya” (Homilías sobre Romanos 24 [391 d.C.]).

 

SAN JERÓNIMO siglo IV

“Algunos llegan incluso a tomar pociones para asegurar la esterilidad y asesinar así a seres humanos casi antes de su concepción. Algunas, cuando se encuentran encintas a causa de su pecado, utilizan drogas para procurar el aborto, y cuando, como sucede a menudo, mueren con su descendencia, entran al mundo inferior cargadas con la culpa no sólo de adulterio contra Cristo sino también de suicidio y asesinato de niños” (Cartas 22:13 [396 d.C.]).

 

 

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La lucha de los primeros cristianos contra la práctica del aborto

 

 

Este fue el momento en el que un terrorista atacó una iglesia en Colombo, Sri Lanka, el Domingo de Pascua de 2019.

Desde el ataque se abrió un proceso de investigación para encontrar a los responsables del atentado. Muchos líderes mundiales pidieron al gobierno de Sri Lanka que haga justicia. El papa aprovechó el tercer aniversario de los atentados para hacer este llamamiento público.

 

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FRANCISCO
No quisiera terminar sin hacer un llamamiento a las autoridades de su país. Por favor y por el bien por la justicia, por el bien de tu pueblo, que se aclare de una vez por todas quiénes fueron responsable de estos hechos [los atentados de Semana Santa de 2019]. Esto traerá paz a su conciencia y a la Patria.

Casi 5 años después, la comunidad católica no ha olvidado a las más de 200 personas asesinadas ese día.

CARD. MALCOLM RANJITH
Arzobispo de Colombo, Sri Lanka

Hemos construido un cementerio especial en Kotahena o Nigambo. Tuvimos que comprar un terreno porque el cementerio católico estaba repleto, lleno de cadáveres y no podíamos enterrarlos a todos allí.

También hay un memorial en una de las iglesias que fueron destruidas aquel Domingo de Pascua.

CARD. MALCOLM RANJITH
Arzobispo de Colombo, Sri Lanka

Hay un memorial dentro de la iglesia. Reservamos una zona y escribimos todos los nombres en una lápida de piedra que construimos en la iglesia de San Sebastián.

Muchas personas han acudido a los memoriales para pedir la intercesión de estos hombres y mujeres. El cardenal Ranjith dijo que son ejemplos de los mártires modernos de los que el papa habla a menudo.

CARD. MALCOLM RANJITH
Arzobispo de Colombo, Sri Lanka

Dieron sus vidas por la fe, porque los atacantes lo hicieron por odio a la fe. Odium fidei, así lo llaman. Odiaban a los cristianos y atacaron a estos inocentes. Los mataron. Para nosotros son mártires porque murieron yendo a la Iglesia, por eso promovemos su causa.

El 21 de abril se cumplen 5 años del atentado. Es el tiempo mínimo que exige el Vaticano para iniciar el proceso de beatificación. Y en Sri Lanka lo tienen claro. En cuanto se cumpla ese aniversario, se pondrán manos a la obra.

FUENTE: www.romereports.com

 

EL PRIMADO DE SAN PEDRO EN LA IGLESIA PRIMITIVA

Consideramos el papado en el cristianismo primitivo fue un período de la historia de la Iglesia entre el año 30 d.C., en el que San Pedro asumió efectivamente su papel pastoral como cabeza visible de la Iglesia, hasta el pontificado del Papa San Melquíades en 313, cuando terminó la persecución del Imperio Romano.

 

Hablaremos sobre el Primado Petrino, el liderazgo de San Pedro y cómo la Iglesia de Roma se convirtió en la sede del cristianismo. La promesa y entrega del primado a Pedro no es un hecho aislado en el Evangelio.

Se diría que los evangelistas, tan sobrios en la información sobre los demás Apóstoles, no pierden la oportunidad de hablar de Pedro, de referirse a sus palabras, de dejar constancia de los signos de predilección con que lo distinguió el Salvador.

Primado de san Pedro

Durante su predicación, Cristo subió a la barca de Pedro para adoctrinar a las turbas (Lucas 5,1-4); en Cafarnaum se hospeda en la casa de Pedro donde (Mateo 8.14, Marcos 1.29, Lucas 4,38); es Pedro quien, casi siempre, habla en nombre de los Apóstoles; es Pedro, como jefe del grupo, a quien acuden los recaudadores de impuestos para ver si el Maestro pagaba el tributo del Templo; y Jesús pagó los honorarios legales para si mismo y para Pedro (Mateo 17, 24-27).

El Nuevo Testamento nos ofrece cuatro enumeraciones de los Apóstoles (Mateo 10: 2-4, Marcos 3: 16-19, Lucas 6: 14-16, Hechos: 1.13). El orden en que se suceden los demás nombres varía de unos a otros, pero en todos ellos, como Judas, el traidor siempre cierra la lista, también Pedro, invariablemente, ocupa el primer lugar: el lugar de honor.

San Mateo observa expresamente: "Primero, Simón, que se llama Pedro".

¿Primero en qué? ¿En la edad? Ninguna evidencia positiva lo sugiere, ni la vejez fue el criterio adoptado por los historiadores sagrados, que alteran el orden de otros nombres y mencionan a Juan antes que a otros Apóstoles más antiguos. ¿Prioridad vocacional? No parece. La elección para el apostolado fue simultánea para los Doce (Mateo 10,1; Marcos 3: 13-15).

La vocación inicial de Pedro como discípulo, si bien fue anterior a la de muchos Apóstoles, no fue en absoluto la primera. Andrés y otro discípulo siguieron los pasos del Mesías (Juan 1: 35-42). Una segunda llamada de Cristo hecha a orillas del lago Tiberíades y narrada por los evangelios presenta a los cuatro apóstoles Simón, Andrés,Juan y Santiago una simultaneidad moral que no permite establecer ninguna prioridad cronológica.

Sin embargo, Jesús cambia el nombre del pescador de Galilea: “Tú eres Simón”, dice Jesús, “te llamarán Cefas, es decir, Piedra” (Juan 1,42). El hecho de que nuestro Señor cambia el nombre de Simón a Cefas (del griego, Piedra) muestra su intención de hacer de Pedro su representante (es decir, el único quien actúa como su representante en el gobierno de la Iglesia).

Porque la imposición de un nuevo nombre, según la costumbre de Dios, era rica en significados y promesas (como lo fue con Abraham, Sara y Jacob).

 

Las llaves del reino

Se narra en el famoso pasaje de Mateo 16, donde Cristo le da a San Pedro las llaves del Reino de los Cielos. Al entregarle a Pedro las llaves individualmente, Jesús estaba cumpliendo una profecía que aparece en el Libro de Isaías (Isaías 22: 15-23) en la que el Primer Ministro Sobna, quien servía a Ezequías (rey de Israel y descendiente de David), es considerado indigno de su puesto y expulsado por Dios, y Eliacim, hijo de Hilcías, ocupa su puesto:

“Contra Sobna, jefe de palacio. Esto es lo que dice el Señor, Dios de los ejércitos: Ve a ese ministro, te acostaré y te sacaré de tu puesto. Ese día llamaré a mi siervo Eliacim, hijo de Helcías. Te vestiré con tu túnica, te ceñiré el cinturón y le cederé tus poderes; será padre de los habitantes de Jerusalén y de la casa de Judá: pondré sobre sus hombros la llave de la casa de David; si se abre, nadie cerrará, si se cierra, nadie abrirá ”.

 

Vocación de Pedro

Vocación de Pedro y Andrés, de Michel Corneille el Joven.

 

 

En Isaías 22, Dios revela que instituirá un administrador o guardián del palacio, entregándole las llaves, y Jesús lo hace con San Pedro y las llaves del cielo.

En la Biblia, el término "llaves" se ha utilizado como símbolo de la autoridad de la enseñanza (Lucas 11.52), Jesús, hijo de David y por lo tanto, el rey del nuevo reino davídico: la Iglesia, nombra a San Pedro como el maestro principal de la Iglesia, posición que continuará con sus sucesores, así como la posición de Eliacim en el reino davídico del Antiguo Testamento.

Con estas llaves, como Eliacim, San Pedro el primer Papa (así como sus sucesores) tiene la autoridad y el gobierno dado por Cristo, sobre la nueva Casa de David, que es la Iglesia en la tierra (Apocalipsis 1.18, Apocalipsis 3.7).

 

Apacienta mis ovejas

Cuando Cristo resucita, le pregunta a Pedro si lo ama, Jesús lo preguntó tres veces. Pedro dijo que sí tres veces. Fue una manera de que Jesús sanara el remordimiento en el corazón de Pedro por las tres negaciones que le había hecho a su Maestro. Jesús lo perdonó y luego le dijo: "Apacienta mis ovejas".

Evidentemente, todos los Apóstoles fueron pastores de las ovejas de Dios, así como sus obispos sucesores. Pero Cristo hace una declaración individual a Pedro, refiriéndose a todas las ovejas universalmente.

 

san pedro

 

 

 

 

Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo

Después de Pentecostés, los apóstoles y los fieles serán un solo corazón y una sola alma bajo el cuidado de Pedro. Desde el principio, los demás Apóstoles comprendieron la misión especial de Pedro, que le había encomendado Jesús, y lo respetaron. El día de Pentecostés es Pedro quien se levanta y habla al pueblo:

"Pero Pedro, de pie con los once, alzó la voz y les dijo:" Hombres judíos, y todos ustedes que moran en Jerusalén, sepan esto y escuchen mis palabras ".
Hechos 2,14

 

Y cuando los Apóstoles fueron arrestados y juzgados por el Sanedrín, es Pedro quien habla por ellos:

“Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les respondió:“ Jefes del pueblo y ancianos, escúchenme ”:
Hechos 4,8

 

Bautismo de Cornelio en Jope

Otro hecho muy importante en la primacía apostólica de Pedro fue la admisión del primer gentil (Cornelio) a la Iglesia, en Jope, aceptado por él. Esto era inaceptable para los judíos, pero Jesús le mostró a Pedro que había venido a salvar a todos. Fue precisamente Pedro quien tuvo la visión del mantel con animales impuros, ahora purificados por Dios, lo que significó la entrada de los gentiles a la Iglesia. Pedro entendió esto, bautizó a Cornelio y su familia, Pedro reafirmó esto:

“Y cuando Pedro subió a Jerusalén, los que estaban circuncidados discutían con él, diciendo: Entraste en casa de los incircuncisos y comiste con ellos.
Pero Pedro comenzó a darles una exposición en orden, diciendo: 'Mientras estaba orando en la ciudad de Jope, tuve una visión; Vi como un gran mantel que bajó del cielo y vino hacia mí. Y cuando puse mis ojos en él,  vi animales de la tierra, cuadrúpedos y bestias, reptiles y aves del cielo. ' Y oí una voz que me decía: 'Levántate, Pedro; mata y come '. Pero dije: 'De ninguna manera, Señor; porque nada manchado o inmundo entró jamás en mi boca ”.
Pero la voz me respondió desde el cielo por segunda vez: "No te llames manchado a lo que Dios ha purificado". Esto sucedió tres veces; y todo volvió al cielo ".
Hechos 11: 2-10

 

Concilio de Jerusalén

Y Pedro volvió a señalar ese punto en el Concilio de Jerusalén. Este Concilio giró en torno a la necesidad de la circuncisión antes de que el gentil fuera bautizado. San Pablo y San Bernabé enseñaron en la Iglesia de Antioquía que la circuncisión no era necesaria, pero algunos cristianos, que venían de Jerusalén a Antioquía, enseñaron lo contrario, por lo que se hizo necesario consultarlo en la Iglesia.

Este concilio, que tuvo lugar en la Iglesia de Jerusalén (de Santiago), la Iglesia hasta entonces principal, pero siendo incluso la Iglesia principal la de Santiago, Pedro todavía expresaba su Primacía

“Y cuando hubo una gran disputa, Pedro se puso de pie y les dijo: 'Varones, hermanos, ustedes saben que Dios me escogió de entre ustedes hace mucho tiempo, para que los gentiles oigan la palabra del evangelio de mi boca y crean.' "
Hechos 15.7

 

primado  Pedro

 

 

Es muy relevante notar lo que Pedro recuerda a todos: “Dios me eligió de entre vosotros hace mucho tiempo”, ya que la misión de Pedro sobre los demás Apóstoles de evangelizar a los gentiles y hacer así la Iglesia Universal, le fue conferida hace tiempo. Es a través de Pedro que la Iglesia de Cristo se hizo católica.

En Hechos 15:12 se dice que después de que Pedro habló, todos guardaron silencio. Sólo "después de terminar" (Hch. 15,13) toma la palabra Santiago para corroborar y completar lo decidido por Pedro.

 

La primacía de Pedro como cabeza de los Apóstoles fue afirmada desde los primeros siglos por Clemente de Alejandría, Tertuliano, Orígenes, San Cipriano de Cartago, San Cirilo de Jerusalén, San Efrén de Siria, Papa Dámaso I, San Jerónimo , Inocencio I, San Agustín.

El libro de los Hechos termina cuando la Iglesia encuentra su destino, y termina afirmando que Pablo vivió más tiempo en Roma, y ​​durante todo este tiempo predicó allí. Es un hecho  que fue martirizado con Pedro en Roma a instancias del emperador Nerón. Así lo afirman San Clemente, San Ignacio, San Ireneo y los demás Padres de los primeros siglos.

San Pedro murió en el año 67, en la ciudad de Roma, y fue sucedido por San Lino, luego por San Anacleto (como lo documenta San Irineo en el siglo II), y luego por San Clemente I, en el siglo primero.

 

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¿Sabes quién era Simón Pedro el primer Papa de la Iglesia Católica?

 

 

 

Ver San Pedro en Wikipedia

“Jorge da Capadocia” es el primer largometraje centrado en la historia del guerrero San Jorge

“ Jorge de Capadocia” no es una superproducción, aunque lo parezca, llega a las pantallas brasileñas en 400 salas repartidas por todo Brasil. Distribuida por Paris Filmes, la producción brasileña “Jorge da Capadocia”, dirigida, producida y protagonizada por Alexandre Machafer, La fecha de estreno es el día de San Jorge, celebrado siempre el 23 de abril.

Este es el primer largometraje centrado en la historia del guerrero San Jorge, uno de los santos más populares del cristianismo. La película se proyecta en Cinépolis do Manaíra de 15:30 a 18:00 y 20:40 horas, y en Cinépolis do Mangabeira Shopping a las 17:00 horas.

Símbolo de diferentes culturas alrededor del mundo, San Jorge ha sido tema de leyendas populares, música, danza, telenovelas, libros y hasta documentales. Ahora llega a la pantalla grande con una trama que sigue al héroe del pueblo, luego de haber ganado aún. otra batalla. Condecorado como el nuevo capitán del ejército, Jorge ahora se encuentra enfrentando su mayor desafío; ser fiel a su fe o sucumbir a las órdenes del emperador Diocleciano.

La producción también se convirtió en libro: “Jorge de Capadocia: detrás de escena de la primera película sobre el santo guerrero”. Con una edición portuguesa ya disponible, el libro ahora se publicará en turco.

La obra fue escrita por Alexandre Machafer y Crib Tanaka. Además de Machafer, el elenco también incluye a Roberto Bomtempo, Ricardo Soares, Cyria Coentro, Miriam Freeland, Augusto García, Antônio González, Roney Villela, Adriano Garib, Charles Paraventi, Milton Lacerda, Silvio Matos, Robson Maia, Miguel Mareli Lesqueves y Louise Cierre. La película está distribuida por Paris Filmes, con producción de Fundação Cesgranrio y producción asociada de Machafer Films, NFilmes y Ziya Dasdeler. La persona que escribió el guión es Matheus Souza.

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En el año 303 d.C., tras haber ganado otra gran batalla, Jorge es condecorado como nuevo capitán del ejército, cuando el emperador Diocleciano inicia su última gran persecución de los cristianos en el imperio romano. Ante las crueles órdenes impuestas al pueblo y la presión para rendirse a los dioses venerados en el imperio, Jorge, hombre ante todo, se encuentra ahora ante su mayor desafío: ser fiel a su fe y a sus convicciones o sucumbir a las órdenes del emperador Diocleciano.

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Acerca de la Fundación Cesgranrio La Fundación Cesgranrio es una institución reconocida a nivel estatal y federal en Brasil. Especializada en la organización de pruebas de acceso, concursos públicos y evaluaciones educativas de gran envergadura, Cegranrio destaca por su capacidad para desarrollar, gestionar y evaluar procesos de selección de alta complejidad.

A través de su Centro Audiovisual viene desarrollando proyectos con el objetivo de fomentar la realización y el disfrute del cine en nuestra sociedad.

El contenido producido tiene su calidad reconocida por importantes premios nacionales e internacionales y por algunos canales de streaming y abiertos donde se transmite.

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Se produjeron tres series: “Brasil Imperial”; “Años Radicales” y “Benditos” y la película “El Hijo del Hombre”. Las producciones fueron exhibidas en más de 130 países de América Latina, América del Norte, África y Europa, a través de importantes actores del mercado.

En cuanto a Paris Filmes, es la mayor distribuidora brasileña independiente y actúa en el mercado de distribución cinematográfica en Brasil y América Latina, destacándose por su alta calidad cinematográfica.

¿Cómo vivían los Primeros Cristianos la Pascua?

"La celebración de la Pascua se continúa durante el tiempo pascual. Los cincuenta días que van del domingo de Resurrección al domingo de Pentecostés se celebran con inmensa alegría, como un solo día festivo, más aún, como “un gran domingo”.

Los cincuenta días que transcurren entre el domingo de Resurrección y el domingo de Pentecostés

Concluida la celebración de la Vigilia de la Pascua de Resurrección, comienza el Tiempo de Pascua, que conmemora la Resurrección y glorificación de nuestro Señor Jesucristo, la donación del Espíritu Santo y el comienzo de la actividad de la Iglesia, al tiempo que anticipa en nuestros días la gloria eterna que alcanzará su plenitud en la consumación de los siglos.

El tiempo pascual está formado por la “cincuentena pascual” o cincuenta días que transcurren entre el domingo de Resurrección y el domingo de Pentecostés, y en cierto modo constituyen “un solo y único día festivo”: el gran domingo (SAN ATANASIO, Epist. Fest. 1).

 

resurreccion - tiempo pascual

 

El origen de la cincuentena pascual se confunde con la celebración anual de la Pascua: al principio, la Pascua apareció como una fiesta que se prolongaba durante cincuenta días. A partir del siglo IV d. C. la unidad pascual se fragmentó, cuando comenzaron a celebrarse de modo histórico las acciones salvíficas divinas.

Octava de Pascua

Los ocho primeros días de la cincuentena forman la octava de Pascua, que se celebra como solemnidad del Señor. Esta semana -in albis, como se denomina en el rito romano- surgió en el siglo IV por el deseo de asegurar a los neófitos una catequesis acerca de los divinos misterios que habían experimentado.

El domingo que cierra la semana, el octavo día, constituye el día más solemne del año litúrgico después del domingo de Resurrección. Como explica Benedicto XVI “Hoy domingo concluye la Octava de Pascua, como un único día “hecho por el Señor”, marcado con el distintivo de la Resurrección y por la alegría de los discípulos al ver a Jesús.

Desde la antigüedad este domingo se llama in albis, del nombre latino alba, dado por la vestidura blanca que los neófitos llevaban en el Bautismo la noche de Pascua, y que se quitaban después de ocho días” (Homilía 21 Domingo de Pascua, 11.IV.2010)

Pentecostés

La celebración del día conclusivo del Tiempo Pascual, Pentecostés, nació a finales del siglo III. Esta fiesta, que en su día conmemoraba la semana de semanas pascual, surgió por influencia de la fiesta judía homónima. En el siglo IV, la fiesta poseía un doble contenido celebrativo: Ascensión del Señor y descenso del Espíritu Santo, como se advierte en los testimonios de la Iglesia de Jerusalén.

Sin embrago, poco a poco, el proceso de historificación litúrgica de los hechos salvíficos de Cristo, llevó a algunas iglesias a dividir la fiesta, celebrando la Ascensión el día cuarenta después de Resurrección.

Por último, en los siglos VII-VIII, la Iglesia romana añadió a la fiesta de Pentecostés una octava, como réplica a la octava de Pascua. El origen de esta institución, que rompe la cincuentena pascual, se encuentra en la necesidad de una catequesis para aquellos que habían sido bautizados en el día de Pentecostés. Esta octava fue suprimida por la reforma del Calendario actualmente en vigor, ya que oscurecía el simbolismo del tiempo de Pascua.

 

tiempo pascual - resurreccion

 

Los textos de la fiesta de la Ascensión recuerdan el hecho histórico de la subida de Cristo a los cielos, a la vez que fundamenta la esperanza en la segunda venida del Señor y la exaltación gloriosa del hombre. La fiesta de Pentecostés, por su parte, muestra la íntima relación entre la Resurrección de Cristo y la venida del Espíritu Santo: todo el tiempo de Pascua es considerado como tiempo del Espíritu.

Queda así remarcado el carácter unitario de toda la celebración pascual (muerte, resurrección, ascensión de Cristo y venida del Paráclito, momentos de un único misterio salvífico divino).

 

Renovación Bautismal

Los tres primeros domingos se leen los Evangelios de las apariciones del Señor resucitado; mientras el cuarto se reserva a la parábola del Buen Pastor y los restantes al discurso sacerdotal de Cristo después de la Última Cena, tal y como vienen recogidos en el texto de San Juan. Las lecturas no evangélicas dominicales están tomadas del Nuevo Testamento: así, la primera lectura recoge los Hechos de los Apóstoles, mientras la segunda se dedica a la I Epístola de San Pedro, a la I Epístola de San Juan y al Apocalipsis.

De este modo, el Tiempo de Pascua subraya la renovación bautismal de la vida cristiana, en continuidad con la novedad del acontecimientode la Resurrección. La Iglesia se ve a sí misma como presencia ininterrumpida de Cristo, movida por el dinamismo del Espíritu, en camino hacia su verdadera patria, con la segunda y definitiva venida de Cristo.

Durante el tiempo de Pascua, los cristianos recordarán que la vida nueva iniciada con la celebración de los misterios pascuales debe perpetuarse durante toda su existencia. En medio de las circunstancias ordinarias, los fieles descubrirán la presencia del Señor resucitado que les llama a ser testigos y dar testimonio de su paso entre los hombres.

El Tiempo pascual comienza el domingo de Pascua y termina el domingo de Pentecostés. La primera semana constituye la octava de Pascua y se celebra como solemnidad del Señor. En los lugares donde no pueda celebrase en jueves, la Ascensión del Señor se traslada al domingo VII de Pascua. Los domingos de Pascua tienen precedencia sobre todas las fiestas del Señor y solemnidades, que serán trasladadas al lunes siguiente. Durante el tiempo de Pascua se utiliza el color blanco.

1- SAN ATANASIO, Epist. Fest. 1. Cfr. Calendario Romano, Normas universales sobre el año litúrgico y sobre el calendario 22; Carta circular sobre las fiestas pascuales (16-1-1988) 100.
2- Cfr. Calendario Romano, Normas universals sobre el año litúrgico y sobre el calendario 24.
3- Cfr. Calendario Romano, Normas universals sobre el año litúrgico y sobre el calendario 25.

by primeroscristianos.com

 

 

 

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Resurrección de Jesús

 

Ver en Wikipedia

 

Durante el tiempo pascual, la Iglesia Universal se une en la oración del Regina Coeli o Reina del Cielo

La Iglesia se une con alegría, junto a la Madre de Dios, por la resurrección de su Hijo Jesucristo, hecho que marca el misterio más grande de la fe católica.

 

El rezo de la antífona de Regina Coeli fue establecida por el Papa Benedicto XIV en 1742 y reemplaza durante el tiempo pascual, desde la celebración de la resurrección hasta el día de Pentecostés, al rezo del Ángelus cuya meditación se centra en el misterio de la Encarnación.

Dela misma manera que el Ángelus, el Regina Coeli se reza tres veces al día, al amanecer, al mediodía y al atardecer como una manera de consagrar su día a Dios y la Virgen María.

No se conoce el autor de esta composición litúrgica que se remonta al siglo XII y era repetido por los Frailes menores Franciscanos después de las completas en la primera mitad del siguiente siglo popularizándola y extendiéndose por todo el mundo cristiano.

La oración:

G: Reina del cielo, alégrate, aleluya.

T: Porque el Señor, a quien has llevado en tu vientre, aleluya.

G: Ha resucitado según su palabra, aleluya.

T: Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

G: Goza y alégrate Virgen María, aleluya.

T: Porque en verdad ha resucitado el Señor, aleluya.

 

Oremos:

Oh Dios, que por la resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a los gozos eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen. (tres veces)

 

Reina del Cielo

Las palabras de apertura del himno pascual de la Santísima Virgen, es la recitación prescrita en el Breviario romano de las Completas del sábado Santo hasta la hora nona del sábado después del Pentecostés inclusive. Este himno es para ser cantado en coro y de pie. En la ilustración de esta vista el himno forma una estrofa sintónica, es decir una según el acento de la palabra y no según la cantidad de la sílaba, Esto va como sigue.

 

regina coeli pascua

 

 

Regina coeli laetare, Alleluia, Quia quem meruisti portare. Alleluia, Resurrexit, Sicut dixit, Alleluia. Ora pro nobis Deum. Alleluia.

En los dos primeros versos (Regina y Quia) el acento cae en la segunda, cuarta y séptima sílabas. (La palabra Quia se cuenta como un sola sílaba); en los dos segundos versos ("Resurrexit", "Sicut dixit) el acento cae en la primera y tercer sílabas. El aleluya sirve como un estribillo.

De autor desconocido el himno se remonta desde al siglo 12. Era repetido por los Franciscanos después de las completas en la primera mitad del siguiente siglo.

Fue incorporado a la oficina de curia Romana-Minorista junto a otros himnos marianos. El cual por la actividad de los Franciscanos fué popularizado muy pronto en todas partes. Y por orden de Nicolas III (1277-1280) reemplazó los libros mas viejos de oficina en todas las iglesias de Roma.

El Regina Coeli toma el lugar del Angelus durante el tiempo Pascual.El autor de Regina Coeli es desconocido pero la leyenda dice que San Gregorio el Grande (d.604) escuchó las tres primeras líneas cantadas  por Ángeles cierta mañana pascual en Roma mientras el caminaba descalzo en una gran procesión religiosa y que el Santo agregó con eso la cuarta línea: favorables nobis Deum del "Ora. Alleluia".

La autoría también se le ha atribuido a Gregorio V, pero sin buena razón. Las melodías hermosas del canto llano (una forma simple y adornada) son variablemente dadas en el Antifonario de Ratisbona y en las Solesmes “Liber Usualis” de 1908, el ornato dado en el último trabajo, con signos rítmicos agregados, son muy atractivos.  La melodía típica oficial se encontrará en el Antifonario del Vaticano (1911).

Solamente se da una de la melodía.  Las diferentes longitudes silábicas de las líneas, hace el himno difícil de traducir con fidelidad en un verso inglés.  El himno ha sido frecuentemente tratado musicalmente por dos compositores polifónicos y modernos.

 

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Orígenes del Tiempo Pascual

 

 

 

¿Cómo se explica? ¿Pudo ser robado el cuerpo de Cristo?

La Pascua es la fiesta central de la cristiandad. No hay otra celebración más importante dentro del calendario litúrgico. La palabra «Pascua» viene del idioma hebreo (pesáh) y del griego (pascha) y significa justamente «paso»; el «paso» de Jesús de la muerte a la vida.

 

Ese hecho «sucedido en la historia y al mismo tiempo un misterio de fe» es el centro de la vida cristiana. Así lo explica el profesor César Izquierdo, vicedecano de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, en una entrevista concedida a ABC para aclarar que hay de mito y realidad en la resurrección de Jesús.

-La resurrección de Jesús, ¿es un hecho o un mito?

-La resurrección de Jesús es un hecho acaecido en la historia y en nuestro mundo. No es, por tanto, un mito que solo tiene una relación simbólica con la existencia humana, como afirmó Bultmann el siglo pasado, y siguen afirmando, con matices distintos, autores contemporáneos.

 

Tiempo Pascual semana santa

La Resurrección de Cristo (Piero della Francesca)

 

 

Pero la resurrección de Jesús no fue una vuelta a su anterior existencia humana, como había sucedido con Lázaro que, resucitado por Jesucristo, volvió a la vida y posteriormente moriría definitivamente. Jesús resucitó con su cuerpo pero a una vida no ya de este mundo, sino en Dios. Así realizó en él lo que sucederá al final del tiempo a todos los hombres.

-¿Qué pruebas hay de que Jesús realmente resucitó?

-La resurrección es un hecho sucedido en la historia y al mismo tiempo es un misterio de fe. Las «pruebas» de la resurrecciónson, en primer lugar, el valiente testimonio de los testigos, avalado por el sepulcro vacío en el que ya no estaba el cadáver de Jesús, y por las apariciones del Resucitado. Los testigos que afirmaban haberse encontrado verdaderamente con Jesús resucitado eran los mismos que lo habían abandonado por miedo durante la pasión.

Como dice Benedicto XVI en su obra Jesús de Nazaret, «algo debió pasar» para que los apóstoles, que habían huido cobardemente de Jerusalén durante la pasión de Jesús, volvieran a los pocos días llenos de ardor a predicar que Cristo había resucitado; lo que pasó fue que el que había muerto en la cruz, resucitó.

El testimonio de los apóstoles y de las mujeres que permanecieron fieles durante la pasión es coherente con el sepulcro vacío, sin el cual la resurrección carecería de objeto. A su vez las apariciones dan a conocer lo que había sucedido con el cuerpo de Jesús. El sepulcro vacío y las apariciones se implican mutuamente, y muestran que el testimonio apostólico, que afirma que Jesucristo resucitó verdaderamente, cuenta con un fundamento sólido.

 

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«Jesús resucitó con su cuerpo pero a una vida no ya de este mundo, sino en Dios. Así realizó en él lo que sucederá al final del tiempo a todos los hombres»

-¿Qué ocurre después de que Jesús dejase la sepultura?

-Después de resucitado, Jesús no está sometido a las leyes del espacio y tiempo como durante su vida mortal. Está cercano a los hombres, como lo muestran las apariciones a los discípulos (en una ocasión «a más de quinientos hermanos» afirma san Pablo), pero no está disponible en un «aquí» determinado. Hasta la Ascensión, el Señor hace notar que está cerca de los discípulos, pero se muestra cuando y donde lo desea para fortalecer su fe.

-La resurrección de Jesús coincide cronológicamente con la celebración de la Pascua. Es decir, ¿era domingo cuando se produjo la resurrección?

-Jesús resucitó al tercer día, como afirma las Escrituras. Es decir, murió el día anterior al sábado de la Pascua judía, estuvo en el sepulcro ese sábado y resucitó al día siguiente. Entonces ese día no se llamaba domingo, sino el primer día después del sábado.

Precisamente la palabra «domingo» viene del modo en que los primeros cristianos lo llamaron: el dies Domini, es decir, el día del Señor, el día de la resurrección de Jesús. La Pascua judía generalmente coincide con el plenilunio de primavera, que puede caer cualquier día de la semana. Los cristianos, en cambio, siempre celebran la Pascua el domingo siguiente al plenilunio después de primavera (por tanto, después del 21 de marzo).

«La resurrección de Jesús no tiene una explicación natural, sino que es un puro don, una gracia radica»

-¿Creen los cristianos realmente que Jesús resucitó de entre los muertos?

-La fe en la resurrección de Cristo es el centro de la fe cristiana. Subraya además un aspecto clave de esa fe que consiste en tomar en serio la encarnación. Cristo no es una idea o prototipo espiritual que sirve de inspiración para las diversas experiencias humanas; también es eso, pero sobre todo es el Hijo de Dios hecho hombre, el Mediador entre Dios y los hombres. Del mismo modo, la resurrección de Jesús no es una simple imagen aceptable para un espiritualismo desencarnado, sino un hecho que afecta esencialmente al cuerpo de Jesús que vence a la muerte y vive en la

unidad personal de Jesucristo, muerto y resucitado. Porque Cristo ha resucitado, nuestra fe es firme y aparece atestiguada por el mismo Dios. La resurrección del Señor es lo que garantiza que su enseñanza, su vida, su infinito amor a los hombres, su entrega amorosa en la Pasión no era algo simplemente humano, por muy ejemplar y heroico que se pudiera considerar, sino que respondía a la presencia misma de Dios entre los hombres.

Con su resurrección, Jesucristo manifiesta de modo pleno y confirma que es el Hijo de Dios hecho hombre. San Pablo dejó escrito algo que los cristianos comprendemos muy bien: si Cristo no ha resucitado, somos los más desgraciados de los hombres.

«Las 'pruebas' de la resurrección son el valiente testimonio de los testigos, avalado por el sepulcro vacío en el que ya no estaba el cadáver de Jesús, y por las apariciones del Resucitado»

 

 -¿Cómo se explica la resurrección de Jesús?

-La resurrección de Jesús no tiene una explicación natural, sino que es un puro don, una gracia radical. Así como los acontecimientos humanos se preparan con lo que ocurre antes, y se puede saber más o menos lo que va a suceder, no pasa lo mismo con la resurrección del Señor. Humanamente, todo terminó con la muerte de Jesús en la Cruz. La resurrección es un hecho completamente nuevo, impredecible para los hombres aunque Cristo lo había anunciado,

junto con su pasión. Mirando las cosas con atención, se ve sin embargo que, aunque nosotros no podemos explicar la resurrección porque es como una nueva creación, en cambio la resurrección lo explica todo: la vida, la muerte, el dolor, el perdón y la misericordia de Dios, la libertad y la responsabilidad humanas, lafidelidad a Dios y la entrega a los hermanos… Por la resurrección de Cristo, el cristiano solo puede mirar a la vida y a la muerte con optimismo y esperanza. Todos estamos llamados a unirnos a la victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado.

«Su resurrección «subraya un aspecto clave de la fe cristiana que consiste en tomar en serio la encarnación. Cristo no es una idea o prototipo espiritual que sirve de inspiración para las diversas experiencias humanas»

 

-¿Pudieron haber robado el cuerpo de Jesús?

-Del robo del cuerpo de Jesús ya se habla en el evangelio de san Mateo, cuando los jefes del pueblo aconsejaron a los soldados que habían sido testigos de los signos de la resurrección que dijeran que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús. Así que esa posibilidad es vieja, aunque algunos la han seguido renovando en relatos fantasiosos sobre la vida de Cristo. Nadie puede pensar seriamente que un engaño de ese tipo hubiera podido perdurar.

En todo caso, las apariciones del Señor muestran que el cuerpo de Jesús no podía estar en ningún otro lugar que donde estaba él mismo. Finalmente, no es pensable que los discípulos de Cristo estuvieran dispuestos a dar su vida, y la dieran de hecho, por un engaño fabricado por ellos mismos. Si la dieron es porque sabían que verdaderamente Jesús de Nazaret, que había entregado su vida voluntariamente por amor a los hombres, había resucitado y seguía siendo el Señor.

 

 

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César Izquierdo

 

¿ Cómo se explica la resurrección de Jesús?

 

La resurreción de Cristo es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas. Los Apóstoles dieron testimonio de lo que habían visto y oído.

Hacia el año 57 San Pablo escribe a los Corintios:

«Porque os transmití en primer lugar lo mismo que yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas, y después a los doce» (1 Co 15,3-5).

Sólo es posible buscar una solución razonable investigando cuáles podían ser las creencias de aquellos hombres sobre la vida después de la muerte, para valorar si la idea de una resurrección como la que narraban es una ocurrencia lógica en sus esquemas mentales.

De entrada, en el mundo griego hay referencias a una vida tras la muerte, pero con unas características singulares. Aunque se hablaba a veces de vida tras la muerte, nunca venía a la mente la idea de resurrección, es decir, de un regreso a la vida corporal en el mundo presente por parte de individuo alguno.

En el judaísmo la situación es en parte distinta y en parte común. El sheol del que habla el Antiguo Testamento y otros textos judíos antiguos no es muy distinto del Hades homérico. Allí la gente está como dormida, pero es posible un triunfo sobre la muerte.

Por eso, las afirmaciones de los Apóstoles explican un hecho que jamás habrían imaginado: Pedro afirma que «Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte».

Francisco Varo

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La resurrección de Jesús - ¿Qué pruebas existen de que Jesús realmente resucitó?

 

 

Ver en Wikipedia 

Un plano detallado de las capillas y las características de la Iglesia

La Iglesia del Santo Sepulcro conmemora el lugar tradicional de la muerte y resurrección de Jesús

Lo que empezó siendo un lugar de ejecución y enterramiento se ha transformado en una magnífica y compleja iglesia a lo largo de los siglos: primero, en el siglo IV d.C., como Iglesia Constantiniana de la Resurrección; después, en el siglo XI, tras una reconstrucción; y luego, en el siglo XII, como Iglesia del Santo Sepulcro tras los cambios realizados durante el reinado de los reyes cruzados.

 

Esta última renovación ha resistido la prueba del tiempo y, en su mayor parte, es lo que los visitantes de la iglesia ven hoy.

Características de la Iglesia del Santo Sepulcro

 

Santo Sepulcro

Plano de la Roca del Calvario - Basílica del Santo Sepulcro.

 

 

 

Este plano muestra las principales partes de la Iglesia del Santo Sepulcro:

 

santo sepulcro

Plano de las capillas del Santo Sepulcro.

 

 

 

El complejo de la iglesia actual reúne numerosas capillas, estaciones del Vía Crucis y otros elementos. En este plano, están marcados los elementos principales de la iglesia con los números correspondientes a la lista que figura a continuación:

 

(1) parvis (patio)

(2) entrada principal

(3) Katholikon griego (capilla ortodoxa griega principal)

Santo Sepulcro

(4) transepto norte

(5) galería bizantina

(6) ábside del Katholikon

(7) deambulatorio

(8) Capilla de Longinos

(9) Capilla de la Separación de las Vestiduras

(10) Capilla de la Corona de Espinas

(11) Capilla de Adán

(12) Capilla del Ángel

(13) Capilla del Santo Sepulcro (14ª estación del Vía Crucis)

(14) Capilla copta del Santo Sepulcro

(15) RotondaBasílica del Santo Sepulcro

(16) Capilla de la Aparición

(17) Capilla siria

(18) Sacristía latina

(19) Tumba de José de Arimatea

(20) Capilla de los Bonos

(21) Prisión de Cristo

(22) Patio

(23) refectorio latino

(24) Patriarcado de los cruzados (sede del patriarca católico romano)

(25) Sacristía armenia

(26) Sala copta

(27) Sacristía griega

(28) Refectorio griego

(29) Capilla de Santa Elena (capilla armenia de San Krikor)

(30) Capilla de la Invención de la Cruz

(31) Capilla de San Vartán

(32) ábside dedicado a San Dimas

(33) ábside dedicado a Santa Elena

(34) Capilla de los Cuarenta Mártires

(35) Capilla de San Juan

(36) Capilla de Santiago el Menor

(37) Capilla de Santa Tecla

(38) Capilla de Santa María de Egipto

(39) Capilla de San Miguel

(40) Capilla de Santiago

(41) Capilla de los Ángeles

(42) Refectorio de los cruzados

(43) ruinas de la arcada de los cruzados

(44) Calvario griego (Vía Crucis 12-13)

(45) Roca del Gólgota

(46) Capilla de la Crucifixión - Calvario latino (11ª estación del Vía Crucis)

(47) Capilla de los Francos (10ª estación del Vía Crucis)

(48) Campanario de los cruzados

 

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BASÍLICA DEL SANTO SEPULCRO JERUSALÉN

 

Justin L. Kelley enseña en la Universidad Life Pacific de San Dimas, California. Es autor de The Church of the Holy Sepulchre in Text and Archaeology: A Survey and Analysis of Past Excavations and Recent Archaeological Research with a Collection of Principal Historical Sources (Oxford: Archaeopress, 2019).

biblicalarchaeology.org

 

Al borde de la muerte

Después de la oración en el Getsemaní, Jesús estaba muy débil

Por la mañana del viernes, Jesús es presentado ante Pilatos, quien no ve en él culpa alguna. Ante la insistencia del pueblo judío, instigado por los sumos sacerdotes, manda azotarlo antes de ser crucificado. La condena de Pilatos se corresponde con un crimen judicial, pues sabiendo que Jesús es inocente, lo condena a muerte.

La flagelación

Los soldados del gobernador atan a Jesús a una columna para ejecutar la condena: la flagelación romana se aplicaba a la espalda y caras posteriores de muslos y piernas.

Los flagelum –instrumentos con los que se flagelaba- solían tener tres correas en el extremo del mango. En cada una de ellas se anudaban tres bolas metálicas o trozos de hueso, de manera que cada golpe se multiplicaba por tres y desgarraba la zona golpeada. Solían ser dos los verdugos, uno a cada lado.

 

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Se nos hace difícil imaginar el dolor extremadamente agudo generado en una piel debilitada por insuficiente perfusión después de la vasoconstricción cutánea por la tensión emocional en la agonía del huerto.

El tronco, tanto en el pecho como en la espalda, presenta numerosas lesiones: contusiones en forma de equimosis (manchas rojas cutáneas producidas por extravasación de sangre) y hematomas, algunasde ellas de carácter longitudinal, representando la impronta de los flagelos.

Por la violencia y reiteración de los golpes, se pudieran haber producido en algunas zonas cutáneas, soluciones de continuidad, apareciendo heridas contusas longitudinales, erosiones (arañazos superficiales) y escoriaciones (arañazos profundos).

En algunas partes del cuerpo, las heridas contusas son especialmente profundas, produciéndose un gran desgarramiento cutáneo, subcutáneo y de músculos torácicos que pudieron dejar las costillas al descubierto. También son desagarrados músculos abdominales, de extremidades superiores e inferiores e incluso de la región posterior del cuello.

Teniendo en cuenta la postura del reo atado a la columna, es casi seguro que todas estas heridas predominen en la parte posterior del tronco. La gran cantidad de golpes que impactan en los mismos lugares produce la serie de lesiones mencionadas que son similares a las que se conocen como síndrome de aplastamiento.

 

El dolor es incalificable. El organismo intenta atenuar este dolor con estos procesos fisiológicos:

a) Liberación de opiáceos endógenos encefalinas que contribuyen a aliviar algo el sufrimiento, en los primeros latigazos. Después,el control endógeno del dolor se hace mucho más ineficaz.

b) Se pone en marcha otro mecanismo automático e inconsciente de defensa frente al dolor, que consiste en el llamado reflejo masivo corporal flexor,que incluye reducir la movilidad al mínimo. La reducción de movilidad en el tórax implica disminución de la actividad respiratoria: se producen muchas respiraciones superficiales, ventilación pulmonar insuficiente; falta aporte de oxígeno en el organismo (hipoxia hipoxémica), se acumula dióxido de carbono en los tejidos (hipercapnia) con la consecuente acidosis respiratoria. A este reflejo se suma una dificultad y restricción respiratoria por la lesión traumática de músculos respiratorios en cuello y tórax.

 

Al borde de la muerte

Las grandes lesiones traumáticas producidas en tórax y abdomen podrían perfectamente haber causado irritación de las dos membranas que recubren los pulmones -pleuras- y contusiones renales. Aparte de un posible comienzo de insuficiencia renal, podría haber comienzo de pleuritis con edema pleural: es decir, acumulación patológica de líquido en el espacio interpleural, que dificultaría físicamente el movimiento del corazón en el ciclo cardiaco, y la expansión y retracción de los pulmones en el ciclo respiratorio.

 

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Las hemorragias de la flagelación no tienen porqué ser muy profusas, pues las lesiones no son todas muy profundas, y por lo tanto, no afectan a grandes arterias o venas. Sin embargo, al ser una extensión muy amplia de la piel comprometida en la flagelación, la pérdida sanguínea se va acumulando y puede llegar a ser de uno o dos litros. Esta pérdida de sangre aumenta el riesgo de un shock. Para compensar las pérdidas se ponen en marcha sistemas reguladores renales, cardíacos, y hormonales.

Sin embargo, la pérdida de dos litros (40% del volumen sanguíneo normal) es ya muy severa, pues supone una pérdida significativa de sangre: la presión arterial puede caer a niveles tan bajos que conduzcan irremisiblemente a la muerte. Los mecanismos de compensación pueden ser incapaces de mantener durante mucho tiempo su función, y el sujeto fallece por la hemorragia masiva, cosa que efectivamente no sucedió en Jesús al final de la flagelación.

La intensa hemorragia origina fiebre. Además, seguramente comenzó un proceso de infección, por lo que puede instaurarse un shock séptico.Lo que es seguro, es que Jesús estaba en estado de shock al cargar con la cruz, que se acentuó después con la crucifixión.

Conviene tener en cuenta múltiples y graves consecuencias de este shockinsuficiencia cardiaca, reflejos nerviosos compensadores de la función cardiovascular y respiratoria resentidos, alta concentración de dióxido de carbono en sangre, microcoágulos por la propia acidez y la sangre “estancada”, aumento de la presión capilar acompañada de edemas -tanto periféricos como pulmonares-, liberación de toxinas por parte de tejidos isquémicos o mal oxigenados, absorción de bacterias por el bajo aflujo sanguíneo intestinal y deterioro celular generalizado, especialmente relevante en músculo, corazón, riñones, sistema nervioso central e hígado.

 

Una gran entereza

Como se ha dicho, la flagelación se realizó sobre una piel muy isquémica, y por tanto, muy debilitada; los azotes produjeron, casi con certeza, la ruptura masiva de células: citólisis. El potasio celular se vierte en grandes cantidades a la sangre, alterando el equilibrio de los iones en el organismo. El aumento de potasio en sangre, aparte de producir acidosis metabólica -que se suma a la acidosis respiratoria-, compromete gravemente la función cardíaca, dado que el aumento excesivo de potasio en sangre afecta seriamente a los procesos de estimulación eléctrica del corazón.

Es posible que se instaurara una hiperbilirrubinemia, que consiste en un aumento de bilirrubina en sangre. La bilirrubina es un pigmento orgánico de color amarillo-anaranjado que resulta de la degradación de hemoglobina. Como ya se ha mencionado, la flagelación debió de provocar la ruptura de gran multitud de células, entre ellas, los glóbulos rojos, portadores de hemoglobina. El resultado de la flagelación es un vertido masivo de hemoglobina que, posteriormente, es degradada a bilirrubina.

Por otra parte,la elevación de los niveles de cortisol en plasma como consecuencia del fortísimo stress psíquico y físico que venía sufriendo desde la última cena, impiden la eliminación biliar de bilirrubina yde múltiples sustancias. Estas dos causas incrementan la bilirrubina en sangre, que en gran cantidad es extremadamente tóxica para las neuronas, y puede producir episodios de descoordinación motora, confusión mental y cierta descoordinación intelectual.

El Evangelio no describe en ningún momento ningún dato de alteraciones neurológicas ni psíquicas en Jesús. Todo lo contrario: la capacidad de sufrir, perdonar y aceptar la Pasión revelan una integridad espiritual, psíquica y neurológica.  El cuerpo humano de Cristo resistió con especial fortaleza esa condición fisiopatológica.

Por las graves lesiones traumáticas de la flagelación se empiezan a formar coágulos con posibilidad de taponar arterias coronarias, vasos pulmonares y cerebrales, pudiéndose provocar pequeños infartos en algunas regiones. Posible angina de pecho, que provoca un fuerte dolor estrangulante y opresivo.

Los latigazos podían ser varios cientos, dependía de la voluntad del lictor y de la saña de los sayones. La mayor parte de los reos fallecían en el suplicio, por shock hipovolémicoséptico y fallo cardiorespiratorio. Es difícil describir el dolor inefable, paroxístico, en la perfecta naturaleza humana de Jesús.

 

by Santiago Santidrián
Catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra


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Oración y Agonía en Getsemaní

Jesús se retira a orar al Huerto de los Olivos, y se prepara para la Pasión

En la mañana del Jueves Santo, Jesús realizó un largo desplazamiento a pie hasta Jerusalén. Era el mes de Nisán, que coincide con los meses de Marzo o Abril de nuestro calendario. En la noche de ese día celebró su Última Cena -la cena pascual- con los doce discípulos.

La Última Cena

La cena pascual de los judíoses una comida muy completa: consistía en verduras amargas, cordero asado y pan ácimo, seguramente acompañado de un poco de vino y, desde luego, agua. Excelente aporte de azúcares, aminoácidos, grasas, fibra, minerales y vitaminas, muy adecuada para cubrir las demandas de nutrientes que su organismo iba a necesitar en las siguientes doce horas de agonía y dolor.

 

 

 

 

 

Es muy posible que la absorción de glucosa, grasas, aminoácidos y otros nutrientes estuviera seriamente comprometida por la fuerte descarga nerviosa de stress que soportaría poco después, provocando vasoconstricción sobre los vasos del tracto gastrointestinal, de manera que la digestión y la absorción de nutrientes no pudiera realizarse con normalidad.

El alimento en el estómago pudo haber causado una cierta sensación grata de llenado gástrico. Pero no es menos cierto que también, como consecuencia de los múltiples acciones extremadamente dolorosas y violentas que experimentaría después, se produjeran mareos y naúseas -causados por la pérdida abundante de sangre, sensación de desorientación por empujones, golpes en la cabeza, permanecer de pie durante mucho tiempo- y vómitos, que pudieran haber impregnado la ropa, con el olor consiguiente, aumentando más la penuria y postración del Hijo de Dios.

En la cena pascual, Jesús instituye el sacramento de la Eucaristía, momento de gran tensión emocional para Jesús. Judas consuma su traición. Y Jesús conoce, y anuncia, la cercana triple negación de Pedro y la huida, por miedo, de los demás discípulos. Las palabras de Jesús son fuertes y vehementes:“Ardientemente he deseado celebrar esta pascua” (Lc 22, 14). El estado psíquico de Jesús es de gran emoción, angustia, tristeza y, al mismo tiempo, gozo de quien sabe que está a punto de consumar la Redención.

En el Huerto de los Olivos 

Acabada la cena, partió con sus discípulos al Getsemaní, el Huerto de los Olivos. Dice el Evangelio, que estando allí, “Jesús entró en agonía” (Lc 22, 44): Es la única ocasión en los evangelios en que aparece la palabra agonía, palabra griega que significa “estar dispuesto para el combate, para la lucha”. Jesús agoniza en el sentido de estar dispuesto o preparado para sufrir todo el cúmulo de tormentos –físicos, psicológicos y morales- que Él sabe perfectamente que están a punto de venir, y que culminarán con la muerte en la Cruz.

 

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Podemos imaginar la profunda angustia y abatimiento de Jesús: soledad, tristeza, desconsuelo, gran aflicción. Su naturaleza humana rechaza la pasión: “Si es posible aparta de mí este cáliz” (Lc 22,39), pero acepta la voluntad del Padre. Un ángel le conforta.

En este momento se produjo una intensa descarga nerviosa vegetativa, llamada reacción de alarma o stress, que cursa con una fuerte constricción de los vasos sanguíneos cutáneos, provocando debilidad y ablandamiento de la piel,  y vasos abdominales, reconduciendo el flujo sanguíneo a los órganos vitales: corazón y cerebro. Esta descarga nerviosa también produce una gran dilatación de los vasos sanguíneos que rodean las glándulas sudoríparas. Comienza entonces una intensa sudoración que empaparía la ropa de Jesús y al evaporarse causaría una terrible y constante sensación de frío, intensificada por la noche.

El efecto vasodilatador debió de ser incrementado por la liberación glandular a sangre del enzima formador de bradiquinina. Es una enzima que, al actuar sobre una globulina plasmática, da lugar a la formación de bradiquinina, provocando una fuerte acción vasodilatadora adicional. La liberación debradiquinina equivale a una mayor sudoración y por tanto a un mayor enfriamiento al evaporarse el sudor. Es posible que la ropa permaneciera mojada de sudor durante toda la Pasión, lo que podría haber causado una sensación de frío constante.

El sudor de sangre

El grandísimo volumen de sangre que tendrían que soportar los capilares que rodeaban las glándulas sudoríparas debido a la gran vasodilatación, sumado al flujo proveniente de grandes áreas abdominales y superficiales, con el efecto adicional de la bradiquinina, supuso un aumento de presión sanguínea que los pequeños vasos no pudieron soportar, provocando su ruptura.

 

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La sangre de las pequeñas pero numerosas hemorragias locales podría haber salido por capilaridad a través de los propios conductos sudoríparos, especialmente en la cara, frente, palma de las manos y pies, quizá también en la cabeza y cuello, lugares en los que existe una abundante población de glándulas sudoríparas. Se habría vertido hacia el exterior una mezcla de sudor y sangre.

San Lucas, médico, escribe en su evangelio que Jesús sudó sangre (Lc 22, 44) y que la sangre empapó la tierra del suelo del Huerto. Describe una hematidrosis, situación extremadamente rara que se ha descrito en personas sometidas a una fortísima situación de stress en las horas previas a una ejecución cierta, irrevocable y extremadamente cruel.

Posiblemente la pérdida de sangre a causa de la hematidrosis no fuera muy relevante cara al comienzo de un shock hipovolémico (coma provocado por pérdidas importantes de líquido), pero desde luego, no puede de dejar de tenerse en cuenta, especialmente como indicadora de debilidad cutánea y del tremendo shock emocional y psíquico al que estaba sometida la naturaleza humana de Jesús.

Puesto que San Lucas escribe sobre sangre que empapa el suelo, parece que se confirma el diagnóstico de hematidrosis, más que el de cromohidrosis (“agua o sudor coloreado”), que consiste en una sudoración amarillo-verdosa o marrón, compuesta por sudor y restos de glóbulos rojos y hemoglobina oxidada que colorea el sudor. En el Huerto de los Olivos se produjo, pues, la primera hemorragia de la Pasión de Jesús, sin que ningún agente externo mecánico o traumático actuara sobre su cuerpo.

Los mecanismos fisiológicos que acompañan la situación de angustia provocan una dramática elevación de las concentraciones en sangre de adrenalinanoradrenalina, sustancias químicas que dan lugar a una agotadora y extrema taquicardiaTambién aumentan en sangre el cortisol yglucagón, con aumento de azúcar en sangre, y una bajada de insulina.

Otros efectos de la fuerte situación de stress son: midriasis (contracción pupilar), aceleración del ritmo respiratorio, e hipercortisolemia, que contribuye a la hiperglucemia. La pérdida de agua por sudoración abundante y por la hematidrosis, así como la alta concentración de azúcar en sangre, debieron provocar una sed ardiente, y la aparición de heridas en la mucosa bucal y lingual. Jesús padecería escalofríos y temblores por el frío de la noche y de la ropa empapada por un intenso volumen de sudor enfriado, sumado a la debilidad por el insomnio. No se puede descartar, por otra parte, el comienzo de alteraciones en la coagulación y sistema inmune de Jesús, como un aumento de la agregación plaquetaria y activación de mastocitos tisulares y basófilos circulantes.

La intensa descarga del sistema nervioso pudo producir encefalinas, que junto con las endorfinas y dinorfinas de diversas procedencias, pudieron contribuir a aliviar ligeramente el dolor físico posterior, pues estas sustancias bloquean parte de la vía sensorial termoalgésica y otras áreas supramedulares implicadas en el control endógeno del dolor.

Por la misma descarga nerviosa se pudo haber producido un erizado de los cabellos de la cabeza, a causa de la fuerte contracción de los músculos piloerectores, cuya función se relaciona con procesos termorreguladores conservadores de calor corporal, en la medida que favorecen que se atrapen capas de aire caliente próximas a la piel. Pudo ser también muy posible que la fuerte constricción de los vasos de los folículos pilosos originara isquemia(falta de oxígeno) y pérdida de cabello. Se han descrito casos de pérdida muy grande de pelo como consecuencia de un trance angustioso de gran terror y espanto.

 

La traición de Judas

Podemos imaginar el terror de los discípulos al ver el aspecto externo de Jesús que se desprende indudablemente de la hematidrosis: el rostro pálido, lívido, quizás con el cabello erizado, sudoroso, con manchas de sangre visibles en la frente y en la cara, en la negrura de una noche llena de presagios terroríficos y que comienza a iluminarse con luces irregulares procedentes de antorchas de gente que llega: no extraña el espanto de aquellos pobres hombres, medio dormidos, que salen corriendo.

Judas, su amigo, le entrega con un beso. Más dolor y aflicción por la traición de uno de sus elegidos, a quien en el momento de la entrega llama amigo.

 

Santiago Santidrián
Catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra


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Los primeros Padres de la Iglesia defienden la presencia real del Cuerpo y la Sangre Cristo en la Eucaristía

Desde el principio, la Eucaristía ha tenido un papel central en la vida de los cristianos. Maravilla ver la fe y el cariño con el que tratan a Jesús en el Pan eucarístico.

 

Tienen una fe inquebrantable en que el pan y el vino se convierten, por las palabras de la consagración, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo

En varios textos de los siglos I y II, vemos cómo va evolucionando y construyéndose la liturgia de la Iglesia. Emociona comprobar cómo seguimos celebrando la misma Misa que se celebraba en el siglo I: lo podemos ver en la descripción del Santo Sacrificio que San Justino, en el año 155, hace al emperador Antonino Pío; o en la “Traditio Apostólica” de San Hipólito de comienzos del siglo III.

Los textos que exponemos a continuación son una prueba de que ya desde los primeros tiempos del cristianismo (siglo I), en la Iglesia primitiva existía una fe muy clara en la presencia de Jesucristo en el Pan y en el Vino “eucaristizados”.

 

eucaristia

El testimonio de los Padres de la Iglesia

1. San Ignacio de Antioquía (110 d.C.)

En lo referente a la Eucaristía San Ignacio se presenta siempre muy claro y tajante. Llama a la Eucaristía “medicina de inmortalidad” y categóricamente expresa: “La Eucaristía es la carne e nuestro Salvador Jesucristo”.

Condena vigorosamente a los docetas que afirmaban que Jesús no había tenido cuerpo verdadero sino solo aparente, y por este error, comenta San Ignacio, no querían tomar parte de la eucaristía y morían espiritualmente por apartarse del don de Dios.

“Esforzaos, por lo tanto, por usar de una sola Eucaristía; pues una sola es la carne de Nuestro Señor Jesucristo y uno sólo es el cáliz para unirnos con su sangre, un solo altar, como un solo obispo junto con el presbítero y con los diáconos consiervos míos; a fin de que cuanto hagáis, todo hagáis según Dios”

2. La Didaché o doctrina de los doce apóstoles (60-160 d.C)

La Didaché es muy tajante al afirmar que no todos pueden participar en la Eucaristía, ya que no se puede “dar lo santo a los perros”. Antes de participar exigue confesar los pecados para que el sacrificio sea puro.

Es un testimonio claro también de que la Iglesia primitiva ya reconocía en la Eucaristía el sacrificio sin mancha y perfecto presentado al Padre en Malaquías 1,11: “Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de incienso y una oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice Yahveh Sebaot”.

3. San Justino (165 d.C)

Mártir de la fe cristiana hacia el año 165 (decapitado), es considerado el mayor apologeta del Siglo II. San Justino mantiene el testimonio unánime de la Iglesia al confesar que la Eucaristía no es un alimento como tantos, sino que es “carne y sangre de aquel Jesús hecho carne”.

San Justino con toda claridad excluye la permanencia del pan junto con la carne del Señor rechazando la consubstanciación mantenida por los luteranos.

Lo confirma el empleo que inventa San Justino para la palabra “dar gracias”: hasta él había tenido sentido intransitivo; él la usa en pasiva: “alimento eucaristizado”, que al pie de la letra traduciríamos: “alimento hecho acción de gracias”.

Esta pasiva tan dura inventada por San Justino, unida al cambio de construcc ión que acabamos de señalar, acentúa la nota de un cambio obrado en el alimento ordinario en virtud del cual el pan es ahora carne de Cristo.

4. San Ireneo (130d.C – 202 d.C)

En la teología presentada por San Ireneo la certeza de que el pan y vino consagrados son cuerpo y sangre de Cristo es diáfana, y explícitamente afirma que “el cáliz es su propia Sangre” (la de Cristo) y “el pan ya no es pan ordinario sino Eucaristía constituida por dos elementos terreno y celestial”.

5. San Hipólito (mártir en el 235 d.C.)

Se desconoce el lugar y fecha de su nacimiento, aunque se sabe fue discípulo de San Ireneo de Lyon. San Hipólito es tajante en afirmar que se evite con diligencia que el infiel coma de la Eucaristía, ya que “es el cuerpo de Cristo del cual todos los fieles se alimentan y no debe ser despreciado”.

6. Orígenes (185d.C – 254 d.C)

Con respecto a la Eucaristía los escritos de Orígenes van en la misma línea que el resto de los padres. Afirma que “así como el maná era alimento en enigma, ahora claramente la carne del Verbo de Dios es verdadero alimento, como Él mismo dice:Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida”.

En todos estos casos, Orígenes se refiere al “verdadero alimento” no como pan, sino como “la carne del Verbo de Dios”.

Afirma también que recibir el cuerpo indignamente ocasiona ruina para sí mismos y se refiere a la celebración eucarística como “la mesa del cuerpo de Cristo y del cáliz mismo de su sangre”.

7. Firmiliano, Obispo de Cesarea (268 d.C)

Por lo demás, cuán gran delito es el de quienes son admitidos o el de quienes admiten a tocar el cuerpo y sangre del Señor, no habiendo lavado sus manchas por el bautismo de la Iglesia ni habiendo depuesto sus pecados, habiendo usurpado temerariamente la comunión, siendo así que está escrito: Quien quiera que comiera el pan o bebiera el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor.

8. San Atanasio, Obispo de Alejandría (295-373 d.C)

"Verás a los ministros que llevan pan y una copa de vino, y lo ponen sobre la mesa; y mientras no se han hecho las invocaciones y súplicas, no hay más que puro pan y bebida. Pero cuando se han acabado aquellas extraordinarias y maravillosas oraciones, entonces el pan se convierte en el Cuerpo y el cáliz en la Sangre de nuestro Señor Jesucristo... Consideremos el momento culminante de estos misterios: este pan y este cáliz, mientras no se han hecho las oraciones y súplicas, son puro pan y bebida; pero así que se han proferido aquellas extraordinarias plegarias y aquellas santas súplicas, el mismo Verbo baja hasta el pan y el cáliz, que se convierten en su cuerpo". (SAN ATANASIO, Sermón a los bautizados, 25)

9. San Cirilo de Jerusalén (313-387 d.C)

"Sabiendo que Jesucristo asegura, hablando del pan, que aquello es su cuerpo, ¿quién se atreverá a poner en duda esta verdad? E igualmente dijo después, esta es mi sangre, ¿quién puede dudar o decir que nolo es? En otro tiempo había convertido el agua en vino en Caná de Galilea con sola su voluntad, ¿y no le tendremos por digno de ser creído sobre su palabra, cuando convirtió el vino en su sangre? Si convidado a las bodas humanas y terrenas hizo en ellas un milagro tan pasmoso, ¿no debemos reconocer que aquí dio a los hijos del Esposo a comer su cuerpo y beber su sangre?" (SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis Mistagógica, 4, 7).

Son especialmente expresivas las palabras de San Cirilo, obispo de Jerusalén a partir del 348, que para manifestar nuestra unión tan plena con Cristo en la Eucaristía dice que nos hacemos una misma cosa con Él…

"Para que cuando tomes el cuerpo y la sangre de Cristo, te hagas “concorpóreo” y “consanguíneo” suyo (un mismo cuerpo y sangre con Él); y así, al distribuirse en nuestros miembros su Cuerpo y su Sangre, nos convertimos en portadores de Cristo (Cristóforos). De está manera -según la expresión de San Pedro- también nos hacemos partícipes de la naturaleza divina". (SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis Mistagógica, 4, 3).

"Adoctrinados y llenos de esta fe certísima, debemos creer que aquello que parece pan no es pan, aunque su sabor sea de pan, sino el cuerpo de Cristo; y que lo que parece vino no es vino, aunque así le parezca a nuestro paladar, sino la sangre de Cristo". (SAN CIRILO DE JERUSALEN, Catequesis sobre los misterios>, 22, 1).

Este es un pequeño resumen de lo que la Iglesia enseñó durante los primeros cuatro siglos,en el que se ve cómo los primeros cristianos -desde el principio- tenían una fe firme en la presencia de Cristo en la Eucarístía.

 

 

Bibliografía

Gabriel Larrauri (Orar con los Primeros Cristianos, Planeta Testimonio 2011)
José Miguel Arráiz (apologeticacatolica.org)
Textos Eucaristicos Primitivos, Tomos I por Jesús Solano, B.A.C.
Padres apostólicos, por Daniel Ruiz Bueno, B.A.C. Padres apologetas griegos, Daniel Ruiz Bueno, B.A.C.

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