Cuando el cardenal Bergoglio entra en la Capilla Sixtina el 12 de marzo de 2013, no sabe que poco más de 24 horas después saldrá de allí convertido en Papa.
Así vivió el mundo el cónclave y las fumatas del Papa Francisco
Cuando el cardenal Bergoglio entra en la Capilla Sixtina el 12 de marzo de 2013, no sabe que poco más de 24 horas después saldrá de allí convertido en Papa.
Estaba tranquilo cuando escuchó estas dos palabras del Maestro de ceremonias con las que comenzaba un momento decisivo en la capilla.
Mientras tanto, miles de peregrinos se concentraban en la plaza de San Pedro para conocer directamente el resultado de la primera votación. No llegó hasta dos horas después.
"Estuvo muy emocionante, pues desafortunadamente no pasó. Vamos a esperar hasta mañana a ver si tenemos suerte de tener nuevo Papa”.
"Es una emoción indescriptible, la reacción de la gente. Yo creo que todos nos confundimos porque parecía humo blanco. Todos nos emocionamos mucho. Fue humo negro. Yo creo que los altos clérigos saben lo que están haciendo. Yo creo que van a tomar una buena decisión”.
Cuando ven el humo negro, muchos abandonan la plaza. Otros se quedan rezando en San Pedro.
El miércoles 13 de marzo amanece lluvioso. Sin embargo, por si acaso, desde temprano los peregrinos se concentran en la plaza. La respuesta llega a las 11,38. Fumata negra.
Era ya prácticamente de noche, cuando concluye la espera. Desde la chimenea sale un humo blanco, inconfundible.
Pasó más de una hora hasta que hubo nuevas noticias de lo que había ocurrido en la Capilla Sixtina.
Habemus Papam.
FRANCISCO
"Mis hermanos cardenales han ido a buscar un Papa casi al fin del mundo, pero estamos aquí. Antes de nada querría hacer una oración por nuestro obispo emérito, Benedicto XVI. Recemos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo Custodie”.
Pocos lo conocían, pero en pocos minutos su sencillez conquistó la plaza.
"No tengo palabras estoy muy feliz y que sea americano también americano, y latinoamericano, muy feliz. 3,46 La primera vez además que es un argentino así que muy bien muy contento”.
"Muy contento y ojalá que venga este aire fresco esta renovación que a la Iglesia le hacía falta y bueno muy contento de que sea argentino”.
El resto es historia. Con pocos gestos se había desatado la revolución de Francisco, el primer Papa del nuevo mundo. El Papa de la gente.
