Jacqueline Isaac es joven, pero sobradamente preparada: abogada, activista de Derechos Humanos y empresaria. Está dedicando su vida a dar a conocer el drama que padecen en Medio Oriente mujeres de minorías religiosas como cristianas y yazidíes.
"Cuando tenía 13 años, nos mudamos desde California a Egipto. Mi vida cambiaba totalmente, o al menos, eso pensaba. Pero Dios tenía un plan. En Egipto conocí a mi gente, mis raíces, cuántas buenas personas hay en Oriente Medio, y cuánto sufren debido a la persecución, sobre todo mujeres y cristianos. Y ellos no entendían sus derechos, no había un modo de conocer esos derechos en Medio Oriente, porque no tenían la oportunidad”.
Jacqueline Isaac es vicepresidenta de "Roads of Success”, una organización humanitaria que acaba de lanzar un programa para ayudar, acompañar a niñas que habían sido secuestradas por el Isis. Por ejemplo, les enseñan inglés a través de Internet.
"Cada gobierno puede hacer ya algo. No hay que esperar hasta que el Consejo de Seguridad de la ONU lo pida. Cuando un gobierno reconoce un genocidio, tiene también la obligación de proteger a las víctimas para detenerlo. Ya lo han reconocido el Reino Unido, Francia y el Parlamento Europeo. ¿Cuál es el siguiente paso?”
Jacqueline ha estado cuatro veces en Irak, donde ha escuchado historias terribles. Aunque nadie le había preparado para escuchar la historia de una niña de 9 años que había escapado de sus captores. Por eso, decidió grabar su historia y llevarla al Consejo de Seguridad de la ONU para impulsar medidas contra el Isis.
"Estaban durmiendo en casa cuando alguien llamó a su puerta. Era un combatiente del Isis. Delante de ella dispararon a muerte a su padre y a sus hermanos. Pero pasó por encima de miles de niñas y escapó, Cuando nos conocimos y grabé su historia, levantó la mano y dijo, 'aunque me cueste la vida o la muerte, el propósito de mi vida es salvar a mis hermanas secuestradas'”.
Por su trabajo, Jacqueline ha conocido a los líderes más importantes del mundo, incluido el Papa Francisco. Su objetivo ahora es seguir trabajando para que la gente conozca las historias de los perseguidos; y también buscar ideas para crear lazos de amistad entre las personas de Oriente Medio, independientemente de su religión.