En 2019, el Vaticano devolverá al País de los cedros a la lista oficial de destinos de peregrinación, mientras que la Iglesia Maronita reabre uno de sus lugares más antiguos de culto.
Las buenas noticias para las autoridades libanesas provienen de las negociaciones de la Santa Sede en Khalil Karam. El diplomático anunció que el Vaticano reintroducirá en 2019 al Líbano, patria de tres grandes santos y un beato, en la lista oficial de los destinos de peregrinaciones.
El Líbano se suma así a una serie de destinos que incluyen Roma, Lourdes, Fátima y, por supuesto, Tierra Santa (Israel-Palestina-Jordania). La lista del Vaticano incluye una veintena de países, en su mayoría europeos, que se publica todos los años y durante doce Líbano ha estado ausente. Según el periódico L'Orient-Le Jour (diario francés de noticias de oriente Medio), ha jugado favorablemente la evolución de la situación política y la estabilización de las instituciones. El presidente libanés Michel Aoun planteó el tema en 2017 durante su última visita oficial a la Santa Sede. Como explica el sitio web cristiano de información árabe, abouna.org, Khalil Karam ha seguido después el tema con Don Remo Chiavarini, director de la Obra Romana de Peregrinaciones.
Una «app» para peregrinos
Al igual que Egipto o Jordania, el Líbano (mencionado cien veces en la Biblia) es parte de esos países que saben que el turismo religioso puede ser saludable para sus economías. La decisión del Vaticano de reintroducir al Líbano en los destinos oficiales de las peregrinaciones católicas llega en el momento justo, pocos días después del lanzamiento de la primera aplicación gratuita para el turismo religioso en la tierra de los cedros. Encargada por los Ministros de Información y Turismo en Beirut, la aplicación se llama Holy Lebanon y ha estado operativa desde el 7 de junio. "Es, sin duda, la base de datos más completa para el turismo multirreligioso en el Líbano", informa L'Orient-Le Jour. La aplicación incluye información detallada sobre los lugares de culto cristiano y musulmán del país, sobre el culto a los santos, ritos, ceremonias y festivales religiosos, así como sobre los platos y postres servidos en estas ocasiones, alojamiento y restaurantes para los peregrinos y otros productos. Un calendario permite seguir las fechas de las fiestas.
En el contexto cristiano, el Líbano tiene numerosos monasterios (no sólo en el famoso valle de Qadisha) y santuarios dedicados a la Virgen, el más famoso de los cuales es sin duda Nuestra Señora del Líbano Harissa, que domina Jounieh a unos veinte kilómetros al norte de Beirut.
Muy cerca se encuentran Annaya (Jbeil, la antigua Biblos), donde hay una conmemoración de San Chárbel Makhlouf (conocido como Sarbelio, monje maronita, primer santo oriental canonizado por la Santa Sede en el siglo XIII), Jrabta (Batroun) y Hemlaya, donde se está construyendo una capilla dedicada a Santa Rebeca (Rafka en árabe) Ar-Rayes. En Kfifane, un santuario está dedicado a San Nemetala Al-Hardini (abrazó la vida monástica y se ordenó sacerdote, destacó entre otras cosas por su gran devoción y propagación de la Virgen María) y al beato Stephen Nehmé (beatificado recientemente por Benedicto XVI). También Bechouat es un centro de peregrinación imprescindible. En este pueblo maronita en la llanura de Bekaa, en 2004 Nuestra Señora se apareció a un niño musulmán jordano y suní. Desde entonces, cristianos y musulmanes van a orar en la pequeña iglesia.
En el último medio siglo tres papas fueron a Líbano. Pablo VI se detuvo en Beirut en 1964, viajando a la India. Juan Pablo II lo visitó en 1997, Benedicto XVI en septiembre de 2012 para entregar la Exhortación Apostólica de la Asamblea especial para el Medio Oriente del Sínodo de los Obispos. Si el Papa Francisco no ha visitado (todavía) el país, ya hay una estatua suya en Hadeth, al sur de Beirut ...
Nueva vida para el monasterio de San Marón
Después de siglos de abandono, Deir Mar Marun, un antiguo monasterio de rocas en el norte del Líbano, que lleva el nombre de San Marón, fundador de la Iglesia maronita en el siglo IV d C, una vez más recibirá a peregrinos y fieles.El anuncio se hizo oficialmente el 31 de julio durante una misa celebrada por el obispo de Baalbek-Deir el-Ahmar, Hanna Rahmé.El lugar será reabierto a la liturgia.Según la agencia Fides, la noticia fue recibida por los cristianos libaneses con gratitud, porque el lugar es querido por la memoria histórica y espiritual de los maronitas. Aquí, de hecho, sería elegido el primer patriarca y las cuevas serían ocupadas por los primeros discípulos durante la fundación de la Iglesia maronita.Según los estudiosos, después de la muerte de San Marón, uno de sus discípulos habría elegido la zona como lugar para un ermitorio que le daría el nombre del maestro.
El monasterio, cerca de la frontera con Siria y las fuentes del río Oronte, también se llama Gruta de los Monjes, por las cuevas talladas en la roca junto a un acantilado, a 90 metros sobre el río y de difícil acceso. Abandonado por los monjes en el período otomano, terminó convirtiéndose en un refugio para los pastores y sus rebaños. En la década de 1930, hubo controversias entre la diócesis maronita y algunas familias musulmanas locales, por títulos de propiedad del lugar y, más recientemente, surgió el problema entre la diócesis y el Ministerio libanés de Energía y Agua. Al final, las diferencias se resolvieron con la decisión del gobierno de permitir que la diócesis reconstruyera el monasterio y volviera a abrir las cuevas. El obispo dijo que ahora quería "compartir el monasterio como un lugar sagrado con los hermanos cristianos y musulmanes."
La Cueva de los Monjes, cuyos colores amarillo y ocre son típicos del cercano Monte Hermel, estuvo habitada desde tiempos prehistóricos. El lugar se transformó en la época romana y fue habitado y modificado nuevamente por los cruzados, como lo demuestran las bóvedas y las aspilleras. Finalmente fue abandonado cuando la zona cayó en manos de los mamelucos y posteriormente de los otomanos.