Dentro del Libro de los Números, uno de los que componen el Antiguo Testamento, se relata cómo Moisés envió a varios espías, entre los que se encontraba Josué, a explorar Canaán. El objetivo de esta misión era averiguar cuál era la situción de aquella tierra prometida que tantos años y esfuerzo le había costado encontrar al pueblo de Israel. Sobre todo, según se explica en las Escrituras, a Moisés le interesaba saber quién poblaba esa zona y la calidad de la tierra y sus frutos.
Ahora un equipo de arqueólogos, mientras trabajaban en las ruinas de la antigua sinagoga de la ciudad israelí de Huqoq, ha encontrado un mosaico de 1600 años de antigüedad en el que aparecen dos de los enviados de Moises, según informa LiveScience. Los espías están representados portando un racimo de uvas, un episodio que aparece recogido en el Antiguo Testamento.
«Estos mosaicos revolucionan nuestra comprensión del judaísmo en este período», ha expresado en un comunicado Jodi Magness, profesor de arqueología de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, quien dirigió la excavación. «A menudo se piensa que el arte judío antiguo carece de imágenes. Pero estos mosaicos, coloridos y llenos de escenas con figuras, dan fe de una rica cultura visual, así como del dinamismo y la diversidad del judaísmo en los períodos tardorromano y bizantino», añadió.