La decisión de la Unesco destacó el valor universal de Filipi no solo por su legado arqueológico y arquitectónico, sino por la presencia del Apóstol Pablo, hecho que marcó los inicios del Cristianismo en Europa. Y recordó el trabajo de los servicios arqueológicos y las autoridades de la zona para preservar el sitio, así como el apoyo incondicional de sus habitantes.
Este importante conjunto arqueológico se encuentra en un lugar estratégico en el camino de la famosa Via Ignatia, la carretera construida por los romanos en el s. II d.C. que comunicada Europa con Asia y cruzaba las provincias romanas de la época (Illyricum, Macedonia y Tracia) atravesando el territorio que ahora es parte de Albania, de la antigua república yugoslava de Macedonia, Grecia y la parte europea de Turquía.
Pero su importancia estratégica ya había sido descubierta anteriormente: toda la zona fue habitada desde la época neolítica. Pero cuando en el 356 a.C. sus habitantes se vieron amenazados por los Tracios, pidieron la ayuda del rey Filipos II de Macedonia, el brillante conquistador y padre de Alejandro Magno. Filipos se dio cuenta de la importancia no solo estratégica sino económica de la ciudad y la conquistó, construyendo una fortaleza y dándolesu nombre, Filipi.
Posteriormente la ciudad, que cada vez era mas próspera, llegó a ser conocida como «la pequeña Roma» debido su desarrollo especialmente tras la batalla en el 42 a.C. cuando pasó a formar parte del imperio romano. Se construyeron importantes monumentos helenísticos como un foro, completando los monumentos existentes de la época clásica, como el teatro y un templo.
Con la visita del Apóstol Pablo en el 49-50 d.C. y su fundación de la primer comunidad cristina europea, la ciudad se convirtió en un centro de la fe cristiana, y los restos de las iglesias que se encuentran en esta ciudad forman, para la Unesco, «un testimonio excepcional del establecimiento del cristianismo primitivo». Porque al convertirse Constantinopla en capital romana en el 330 d.C. y ser el cristianismo la religión oficial del Imperio, Filipi se convirtió en una ciudad destacada con numerosos templos cristianos. Y siguió siendolo hasta el s.VII d.C., cuando fue abandonada por su población debido a las frecuentes invasiones eslavas y a fuertes terremotos. Durante los siglos posteriores fue únicamente una fortaleza bizantina y con la ocupación otomana a finales del s.XIV quedó completamente abandonada.
Y ha sido gracias a las constantes excavaciones arqueológicas desde principios del s. XX hasta ahora cuando se ha podido establecer la importancia y riqueza de esta antigua ciudad. Las excavaciones comenzaron concretamente en 1914 con la Escuela Arqueológica Francesa y han continuado hasta ahora con la participación de la Universidad de Tesalónica y la Sociedad Arqueológica de Atenas.
El sitio arqueológico es muy visitado, así como su museo, y en verano se organiza un festival anual en el que se utiliza el teatro clásico (que llegó a ser convertido en el siglo III d.C. en una arena para luchas con fieras). Son también constantes las visitas de grupos provenientes del mundo entero que siguen los pasos del Apóstol San Pablo en Asia Menor y Grecia.