Hace siete años, durante el Adviento de 2010, Benedicto XVI dedicaba su último Ángelus antes de la Navidad a glosar la figura de San José. En el día del Padre adoptivo de Jesús, reproducimos estas palabras del Santo Padre.
Al presidir el rezo del Ángelus dominical el 19 de Diciembre de 2010 en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI exhortó a los fieles en Navidad a mirar el futuro con coraje y confianza como San José, poniéndose totalmente en las manos de Dios.
En su reflexión previa al rezo de la oración mariana, el Papa se refirió a San José, a quien el Evangelio de Mateo de este cuarto domingo de Adviento presenta como “’hombre justo’, fiel a la ley de Dios, disponible a cumplir su voluntad”.
Por ello, José “entra en el misterio de la Encarnación luego que un ángel del Señor, se la apareciera en sueños y le anuncia: ‘José, hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu esposa. De hecho el niño que ha sido engendrado en ella viene del Espíritu Santo, ella dará a luz un niño que llamarás Jesús: que salvará a su pueblo de los pecados’".
San José con el Niño
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"Abandonada la idea de repudiar en secreto a María, él la toma consigo porque ahora sus ojos ven en ella la obra de Dios”.
San José, explica el Santo Padre, actúa como el ángel del Señor le ordena. Dándole el nombre de Jesús, señala, el Santo Custodio de la Familia de Nazaret “se coloca en la esfera de los servidores humildes y fieles, similar a los ángeles y los profetas, similar a los mártires y los apóstoles, como cantan antiguos himnos orientales”.
“San José anuncia los prodigios del Señor, testimoniando la virginidad de María, la acción gratuita de Dios, y custodiando la vida terrenal del Mesías”.
Benedicto XVI dijo luego que “veneramos entonces al padre legal de Jesús, porque en él se perfila el hombre nuevo, que mira con confianza y coraje al futuro, no sigue el propio proyecto, sino que se confía totalmente a la infinita misericordia de Aquel que anuncian las profecías y abre el tiempo de salvación”.
Tras confiar al Santo Custodio a todos los sacerdotes de la Iglesia para que sean como él, entregados al Señor y reflejo de Cristo, el Papa hizo votos para que con la Virgen María, “en la Navidad ya próxima nuestros ojos se abran y vean a Jesús y el corazón se alegre de este admirable encuentro de amor”.
En su saludo en español, Benedicto XVI indicó que “en la proximidad de la Navidad, os invito a dirigir vuestra oración humilde y confiada al Niño Jesús, nacido de la Santísima Virgen, para que su luz oriente vuestras vidas y os llene de su amor y paz. Que impulsados por la docilidad de nuestra Madre del Cielo estemos siempre dispuestos a realizar en todo la voluntad del Señor, que nos llama y cuenta con cada uno de nosotros. Feliz domingo”.