Durante su alocución previa al rezo del Ángelus de este domingo, el Papa Francisco ha vuelto a trasladarse a las «periferias». Ha recordado que las personas pobres, desfavorecidas y marginadas están en el centro del Evangelio y, en consecuencia, tienen que ocupar un lugar privilegiado en las comunidades cristianas.
Si se cumple esta máxima o no es precisamente lo que ha preguntado durante el Ángelus: «¿Hoy en nuestras comunidades parroquiales, en las asociaciones, en los movimientos, somos fieles al programa de Jesús?, ¿la evangelización de los pobres, llevarles el feliz anuncio, es la prioridad?»
Al mismo tiempo, el Papa ha advertido de que a las personas pobres no sólo hay que brindarles asistencia, -en muchas ocasiones ha señalado que la Iglesia no es una ONG-, ni hay que centrarse en la reivindicación meramente política de sus derechos; a las personas pobres hay que ofrecerles «la fuerza del Evangelio de Dios que convierte los corazones, cura las heridas, transforma las relaciones humanas y sociales según la lógica del amor. En definitiva, los pobres están en el centro del Evangelio».
La petición de este domingo del Santo Padre a los fieles se cifra en «anunciar el Evangelio con la palabra pero primero, sobre todo, con la vida. Esa es la finalidad de la comunidad cristiana y de cada uno de sus miembros». Con la vida y con gestos concretos, -ha explicado además el Papa- «para testimoniar concretamente la misericordia que Cristo nos ha dado».
Por eso, ha vuelto a insistir en una idea: Ser cristiano es ser misionero. No pueden desligarse ambos conceptos. Especialmente, en el caso de las personas pobres porque «el reino de Dios entre nosotros se dirige, de modo preferencial, a los emigrantes, encarcelados y oprimidos», ha concluido el Papa Francisco.
Emigrantes, encarcelados y oprimidos seguramente vuelvan a ser el centro durante el próximo viaje del Papa a Colombia. Este sábado una delegación de obispos colombianos encabezados por el cardenal Rubén Salazar visitó al Pontífice para pedirle que visite su país. La respuesta que obtuvieron fue sí. El presidente de los obispos colombianos, monseñor Augusto Castro Quiroga, confirmó que la visita se producirá en 2017, probablemente en la primera mitad de año. Le han propuesto visitar el país durante cuatro o cinco días. No hay fecha fijada ni se conocen los puntos que pueda visitar el Santo Padre salvo uno: la región de Chocó, en el noroeste, una zona habitada por indígenas y minorías étnicas. Dos Pontífices han visitado Colombia: Pablo VI en 1968 y Juan Pablo II en 1986. La de Francisco será, por tanto, la primera visita de un Papa a Colombia en más de 30 años.