Nos enumera cinco cosas que podemos aprender de la vida de los primeros seguidores de Cristo.
Son la prueba de cómo se puede transformar el mundo; y son un espejo en el que hoy en día un cristiano se puede ver reflejado, siendo consciente de las diferencias que existen entre una época y otra. Fueron gente normal, que supo ser heroica.
Hombres y mujeres que con su vida ordinaria consiguieron cosas extraordinarias y que han dejado una huella profunda en la historia de la humanidad.
Además los primeros cristianos tienen una extraordinaria vigencia cultural. La cultura occidental está configurada desde el cristianismo, y por tanto a partir del esfuerzo de los primeros cristianos: ellos son las “raíces cristianas” de Europa.
Los primeros cristianos son como luces que vienen de lejos y que nos iluminan hoy.
Considerar su coherencia, su valentía, puede ayudarnos mucho. No digamos su ejemplo para trasformar el mundo desde dentro sin aislarse, autoexcluirse o evadirse de la realidad diaria de la sociedad en la que viven. Los primeros cristianos sabían que tenían un tesoro y querían comunicarlo a los demás: daban lo mejor que tenían.
Nos conviene volver a considerar la conducta de nuestros primeros hermanos en la fe. Eran pocos, carecían de medios humanos, no contaban entre sus filas —así sucedió, al menos, durante mucho tiempo— con grandes pensadores o gentes de relieve público.
Se desenvolvían en un ambiente social de indiferentismo, de carencia de valores, semejante, en muchos aspectos, al que nos toca ahora afrontar. Sin embargo, no se amedrentaron.
La Iglesia defiende un estilo de vida que es preciso vivir “contracorriente”, en un ambiente adverso. En este sentido, ser cristiano hoy puede calificarse de arriesgado.
En nuestros días vemos cómo el Cristianismo es la religión más perseguida en el mundo, (según el último informe de la asociación “Ayuda a la Iglesia Necesitada”) con al menos 360 millones de personas discriminadas.
En estos momentos, tener la referencia del modo de comportarse de los primeros cristianos nos ayuda a afrontar esas circunstancias.
La persecución no es algo que sea nuevo en la historia de la Iglesia y probablemente seguirá sucediendo, pero conocer el ejemplo de vida de los que han sabido superar esas situaciones tan adversas, llegando incluso a entregar su vida por mantenerse firmes a su fe, nos puede llenar de fortaleza.
A la vez nos mueve a procurar defender la libertad de esas personas, como lo hicieron los primeros apologistas cristianos, que actuaron con fortaleza al denunciar las injusticias que se cometían a su alrededor.
Desde el principio, la Eucaristía tuvo un papel central en su vida. Maravilla ver la fe y el cariño con el que los primeros cristianos tratan a Jesús en el Pan eucarístico. Tienen una fe inquebrantable en que el pan y el vino se convierten, por las palabras de la consagración, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
En varios textos de los siglos I y II, vemos cómo va evolucionando y construyéndose la liturgia de la Iglesia. Emociona comprobar cómo seguimos celebrando la misma Misa que se celebraba en el siglo I. De la eucaristía obtenían la fuerza para permanecer fieles en las dificultades y en las persecuciones.
Quizá la nota más característica de la vida de los primeros cristianos era cómo sabían quererse entre sí. Esta será la señal por la que serán reconocidos por los paganos. Procuraban llevar a la práctica el mandato de Jesús “amaos unos a los otros como Yo os he amado”: ésta es la herencia que nos han dejado, y la que nosotros deberemos trasmitir. No se trata de filantropía o de humanitarismo sin más: están dispuestos –como dice Tertuliano- a dar la vida por los demás, “¡mirad cómo se aman! Mirad cómo están dispuestos a morir el uno por el otro”.
Precisamente de estos cinco puntos nace la enorme actualidad de los primeros cristianos, que vivieron una situación parecida a la actual y afrontaron con toda naturalidad sus riesgos. Hoy, como siempre, un cristiano se convierte en un testigo creíble cuando vive su fe con alegría y, al mismo tiempo, comparte con los demás las dificultades que encuentra en su camino.
Esto lo que se pretende transmitir en las páginas del libro recién publicado.
Más información sobre el libro: “El ejemplo de los Primeros Cristianos”