Los viajes de san Pablo - Entre los años 45 al 66

Introducción

San Pablo comenzó su actividad de evangelización cristiana en Damasco y Arabia. En el año 40 marchó a Jerusalén y allí conoció a San Pedro. Conoce entonces a Bernabé.

 

Bernabé acude a Tarso y se lleva a Pablo a Antioquia, donde pasaron un año evangelizando. Antioquia se convierte en el centro de los cristianos convertidos desde el paganismo. Aquí surge por primera vez la denominación de cristianos para los discípulos de Jesús.

Este periodo de doce años (45-57) fue el más activo de su vida. Comprende tres grandes expediciones apostólicas de las que Antioquia fue siempre el punto de partida y que terminaron por una visita a Jerusalén.

 

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Primer viaje

San Pablo y Bernabé fueron elegidos por el espíritu santo para evangelizar a los gentiles, mientras que otros lo hicieron con algunas comunidades judías.

El viaje lo iniciaron en Antioquia, una ciudad de la zona meridional de Turquía, en el puerto de Seleucia. Allí se embarcaron hacia Chipre. En la susodicha isla desembarcan en Salamina (ciudad al este de Grecia), ciudad donde predicarán brevemente, en una Sinagoga local, para luego partir hacia Páfos, ciudad al suroeste de Chipre.

 

 

Aquí San Pablo se enfrentará al “mago” Elimas, el cual quiere tratar de impedir que Pablo convierta a un cónsul al cristianismo. San Pablo dejará tan patente la superioridad del Espíritu Santo frente a los “poderes” de Elimas (deja ciego a Elimas), que un cónsul presente en la escena, “quedó impresionado por la doctrina”. (Hechos, 13, 8-12)

 

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Conversión de San Pablo (Caravaggio)

 

La siguiente parada es Antioquia. San Pablo y Bernabé embarcan en Páfos hacia Galacia, región de Asia menor, hogar de los Gálatas. Allí volverá a predicar, provocando la ira de las comunidades judía de la zona, que además arrastrarán a los gentiles en contra de San Pablo y su acompañante.

Esto es debido a que al ver San Pablo que los judíos no querían escuchar sus predicaciones, les dijo que les dejaba y se iba a predicar a los gentiles (Hechos, 13, 47-52). A partir de este punto, las mujeres acomodadas de la zona, pasarán a ser instrumentos de los judíos para perjuicio de los Apóstoles.
De Antioquia de Pisidia, la ciudad gálata donde se encontraban, saldrán precipitadamente hacia Iconia, otra ciudad de la zona.

Allí San Pablo realiza algunas curaciones. Algunos paganos toman a Pablo por un Dios y le hacen sacrificios. Los judíos irrumpen en esta escena antes de que San Pablo y Bernabé puedan deshacer el entuerto y provocan reacciones violentas en los gentiles, los cuales llegan a la lapidación de San Pablo, el cual se salva milagrosamente de morir. (Hechos, 14, 13-20)

Nuevamente, los dos viajeros se encaminan a la siguiente ciudad: Derbe. Allí obtendrán un éxito notable con sus predicaciones.

Tras esto, San Pablo y Bernabé volverán al punto de partida.

 

Segundo viaje

El segundo viaje lo hizo de los años 49 al 52. En este recorrido encuentra menos reacciones violentas que en el viaje anterior, pero estas no faltan y son bastante graves. Visita las iglesias que fundó en el primer viaje y se propone seguir predicando por Asia Menor pero un mensaje del cielo se lo impide y le manda que vaya a Europa a predicar.

Se encuentra con dos colaboradores: el evangelista San Lucas (a quien llama "médico amadísimo") y Timoteo, que será su más fiel secretario y servidor, y a quien escribirá después dos cartas que se han hecho famosas.

 

 

La primera ciudad de Macedonia que visitó fue Filipos (en sueños oyó que alguien le pedía ayuda y que fuera a Macedonia – Hechos, 16, 6-10-).

Allí curó a una chica que adivinaba el futuro. Al acabárseles el negocio a los que cobraban por cada adivinación, estos atacaron contra Pablo y su compañero Silas y les dieron una feroz paliza. Pero en la cárcel a donde los llevaron, lograron convertir y bautizar al carcelero y a toda su familia (Hechos 16, 16-34)

Pablo guardó siempre un gran cariño hacia los habitantes de Filipos y a ellos dirigió después una de sus más cariñosas cartas, la Epístola a los Filipenses.

Después fue a la ciudad de Atenas, que era muy famosa por su cultura y por sus filósofos. Allí predicó, aunque mucha gente se rió de él por hablar de que Cristo había resucitado, convirtió a varias personas.

Luego fue a Corinto un importante puerto de comerciantes. Allí pasó un año y medio predicando, logrando un gran número de conversiones. De aquí saldrán las cartas a los corintios.

 

Tercer viaje

El  tercer viaje lo hizo del año 53 al 56. En este viaje lo más importante fue que en la ciudad de Efeso en la cual estuvo por bastantes meses, Pablo logró que muchas personas empezaran a darse cuenta de que la diosa Diana que ellos adoraban era un simple ídolo, y dejaron de rendirle culto. Entonces los fabricantes de estatuillas de Diana al ver que se arruinaba el negocio, promovieron una persecución en contra del Apóstol (Hechos 19, 23-40).

De Éfeso partió Pablo hacia Jerusalén a llevar a los cristianos pobres de esa ciudad el dinero de una colecta que había promovido entre las ciudades que había evangelizado. Por todas partes se iba despidiendo de los cristianos, diciendo a sus discípulos que el Espíritu Santo le comunicaba que en Jerusalén le iban a suceder hechos graves, y que por eso probablemente no lo volverían a ver. Esto causaba profunda tristeza en sus seguidores que tanto lo querían.

 

Viaje de la cautividad

En su quinto viaje a Jerusalén, los judíos promovieron contra él una fuerte persecución y estuvieron a punto de darle una paliza. Los soldados del ejército romano apenas lograron sacarlo con vida de entre la multitud enfurecida. Entonces cuarenta judíos juraron que no comerían ni beberían mientras no lograran matar a Pablo. Al saber la hermana de él esta grave noticia, mandó un sobrino a que se la contara.

Entonces Pablo avisó al comandante del ejército, y de noche, en medio de un batallón de caballería y otro de infantería, lo sacaron de Jerusalén y lo llevaron a Cesarea. Allá estuvo preso por dos años, pero permitían que sus discípulos fueran a visitarlo (Hechos 21, 27-40).

Al darse cuenta Pablo de que los judíos pedían que lo llevaran a Jerusalén para juzgarlo (para poder matarlo por el camino), pidió ser juzgado en Roma, y el gobernante aceptó su petición. (Hechos 23, 1-31). Y en un barco comercial fue enviado, custodiado por 40 soldados.

Y sucedió que en la travesía estalló una espantosa tormenta y el barco se hundió. Pero Jesucristo le anunció a Pablo que por el amor que le tenía a su muy estimado Apóstol no permitiría que ninguno de los viajeros del barco se ahogase. Y así sucedió. Lograron llegar a la Isla de Creta y allí salvaron sus vidas del naufragio

Al fin llegaron a Roma, donde esperaban a Pablo con gran entusiasmo los cristianos. En esa ciudad  estuvo dos años preso (casa por cárcel) con un centinela en la puerta. Y los cristianos y los judíos iban frecuentemente a charlar con él, y aprovechaba toda ocasión que se le presentara para hablar de Cristo y conseguirle más y más seguidores.

Cuando estalló la persecución de Nerón, éste mandó matar al gran Apóstol, cortándole la cabeza. Dicen que sucedió el martirio en el sitio llamado las Tres Fuentes (Tre Fontana) (y una antigua tradición cuenta que al caer la cabeza de Pablo por el suelo, dio tres golpes y que en cada sitio donde la cabeza golpeó el suelo, brotó una fuente de agua).

 

  Tercer viaje de San Pablo

 

 Viaje de la cautividad

 

 

Bibliografía

- Orlandis, José; Historia de la Iglesia. La Iglesia Antigua y Medieval.

 

+ INFO -

Guía de los viajes de san Pablo según el mapa de hoy

 

 

Vern en Wikipedia

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