¿En qué consiste la Cuaresma y qué hay que tener en cuenta en esta época?

cuaresma

El Miércoles de Ceniza da inicio a los 40 días que componen la Cuaresma previa a la fiesta pascual

El Miércoles de Ceniza da comienzo al tiempo de Cuaresma. Esta época del año son concretamente los 40 días previos a la celebración de la Pascua. También es un tiempo litúrgico propio, es decir, distinto al tiempo ordinario que se vive en la Iglesia y con unas características particulares.

En los días de Cuaresma, una de las pistas que encontrarás para recordarte que estás en este tiempo, es por ejemplo el color con el que viste el sacerdote o está decorada la iglesia. El morado es el color predominante durante esta época -igual que en Adviento- y hace referencia al luto y a la penitencia.

Esas dos son dos de las claves de este camino que es la Cuaresma. En la Santa Misa se suprimen los cantos de alabanza del "Aleluya" y del "Gloria", a la espera de la celebración de la Pascua de Resurrección.

Se trata de una preparación del alma para vivir los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Así, esa puesta a punto personal busca entrar en sintonía con la que vive Jesús en el desierto durante 40 días con sus 40 noches. También, es el recuerdo a los 40 años de peregrinación del pueblo de Israel por el desierto en el Antiguo Testamento antes de llegar a la tierra prometida.

Miercoles de ceniza

Miercoles de ceniza

Algunas prácticas para vivir en la Cuaresma

Las tres prácticas cuaresmales con las que se invita a esta preparación son: la oración, la mortificación y la caridad.

La oración es el motor de la vida de un cristiano, los momentos de diálogo con Dios. En este caso, buscar prepararse con Jesús para ser testigo otra vez de los grandes Misterios de la Fe.

La mortificación, al igual que el rezo, es una práctica que puede ser diaria. Consiste en ofrecer a Dios los momentos difíciles del día a día, así como aceptar con alegría los sufrimientos o renunciar a comodidades habituales.

Por último, la virtud de la caridad se puede poner por obra a través, por ejemplo, de la limosna a los necesitados.

Ayuno y la abstinencia

Otras dos prácticas que se viven en este tiempo de Cuaresma son el ayuno y la abstinencia. La Iglesia las establece de acuerdo con el Evangelio. El ayuno establece una reducción de la cantidad de comida usual del católico. La edad en la que comienza a vivirse, de acuerdo con la Conferencia Episcopal conforme a Derecho Canónico, son los 18 años y hasta los 59 años. Es de carácter obligatorio el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

La abstinencia repercute en los católicos a partir de los 14 años. Consiste en la renuncia a consumir carne los viernes de Cuaresma. Así, se quiere hacer honor a la Pasión de Jesús, que se celebra el Viernes Santo. Los pescados, vegetales, mariscos y derivados de productos animales sí que se permiten como alternativas en la dieta estos días concretos.  Se exige de forma obligatoria en todos los viernes de Cuaresma.

¿Por qué 40 días?

El significado teológico de la Cuaresma es muy rico. Su estructura de cuarentena conlleva un enfoque doctrinal peculiar.

En efecto, cuando el ayuno se limitaba a dos días —o una semana a lo sumo—, esta praxis litúrgica podía justificarse simplemente por la tristeza de la Iglesia ante la ausencia del Esposo, o por el cli­ma de ansiosa espera; mientras que el ayuno cuares­mal supone desde el principio unas connotaciones propias, impuestas por el significado simbólico del número cuarenta.

En primer lugar, no debe pasarse por alto que toda la tradición occidental inicia la Cuaresma con la lectura del evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto: el período cuaresmal constituye, pues, una experiencia de desierto, que al igual que en el caso del Señor, se prolonga durante cuarenta días.

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En la Cuaresma, la Iglesia vive un combate espiritual intenso, como tiempo de ayuno y de prueba. Así lo manifiestan también los cuarenta años de peregrinación del pueblo de Israel por el Sinaí.

Otros simbolismos enriquecen el número cuarenta, como se advierte en el Antiguo y Nuevo Testamento. Así, la cuarentena evoca la idea de preparación: cuarenta días de Moisés y Elías previos al encuentro de Yahveh; cuarenta días empleados por Jonás para alcanzar la penitencia y el perdón; cuarenta días de ayuno de Jesús antes del comienzo de su ministerio público. La Cuaresma es un período de preparación para la celebración de las solemnidades pascuales: iniciación cristiana y reconciliación de los penitentes.

Por último, la tradición cristiana ha interpretado también el número cuarenta como expresión del tiempo de la vida presente, anticipo del mundo futuro. El Concilio Vaticano II(cfr. SC 109) ha señalado que la Cuaresma posee una doble dimensión, bautismal y penitencial, y ha subrayado su carácter de tiempo de preparación para la Pascua en un clima de atenta escucha a la Palabra de Dios y oración incesante.

El período cuaresmal concluye la mañana del Jueves Santo con la Misa crismalMissa Chrismalis— que el obispo concelebra con sus presbíteros. Esta Misa manifiesta la comunión del obispo y sus presbíteros en el único e idéntico sacerdocio y ministerio de Cristo. Durante la celebración se bendicen, además, los santos óleos y se consagra el crisma.

El tiempo de Cuaresma se extiende desde el miércoles de Ceniza hasta la Misa de la cena del Señor exclusive. El miércoles de Ceniza es día de ayuno y abstinencia; los viernes de Cuaresma se observa la abstinencia de carne. El Viernes Santo también se viven elayuno y la abstinencia.

by primeroscristianos.com

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Los orígenes de la Cuaresma

Ver Cuaresma en Wikipedia

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