Con motivo de la clausura del año de la misericordia el papa Francisco ha escrito la carta apostólica “Misericordia et misera"
Una carta apostólica es un documento del magisterio papal menos solemne que una encíclica, perode gran importancia. Juan Pablo II publicó una tras clausurar el Jubileo del año 2000.
En esta el Papa recoge las grandes líneas del Jubileo y da indicaciones para que estos meses tan intensos no se reduzcan a una "teoría de la misericordia”.
El título se traduce como "La misericordia y la miserable”. San Agustín utilizó esta expresión para recordar la escena del Evangelio en la que querían lapidar a una mujer adultera y Jesús la perdona.
La principal medida es hacer todo lo posible para facilitar que la gente se confiese. Tendrá muchas consecuencias, por ejemplo, será más fácil encontrar sacerdotes disponibles. Pero no es la única novedad.
Propone que cada comunidad católica dedique un domingo al año a "renovar su compromiso en favor de la difusión, conocimiento y profundización de la Biblia”.
También instituye una "Jornada Mundial de los Pobres”, que se celebrará en todas las iglesias el último domingo antes de la fiesta de Cristo Rey.
A partir de ahora todos los sacerdotes podrán absolver el pecado del aborto a los médicos y a los padres de la criatura que se confiesen. Antes sólo podían absolver de este pecado los obispos.
Francisco mantiene en vigor los privilegios de los "misioneros de la misericordia”, mil sacerdotes de todo el mundo que pueden absolver de estos cinco pecados reservados al Vaticano:
La violación del secreto de confesión
La ordenación de obispos sin la aprobación del Papa
La complicidad de sacerdotes que propongan relacionessexuales a otra persona y luego la confiesen de ese pecado
La profanación de la Eucaristía
La violencia contra el Papa
El Papa Francisco retoma la idea central del documento "Amoris Laetitia” y pide a la Iglesia que "mire todas las dificultades humanas con la actitud del amor de Dios, que no se cansa de acoger y acompañar”.
Francisco recuerda a los sacerdotes cómo deben atender a quienes quieren retomar la vida de fe, pero están divorciados y se han vuelto a casar o viven una situación personal delicada. Se trata de ejercer "un discernimiento espiritual atento, profundo y prudente para que cada uno, sin excluir a nadie, sin importar la situación que viva, pueda sentirse acogido concretamente por Dios, participar activamente en la vida de la comunidad y ser admitido en ese Pueblo de Dios”.
El Papa muestra que además de recibir misericordia, hay que darla. Significa no ser indiferentes al sufrimiento de las personas.
Pide a los católicos que trabajen para "restituir la dignidad a las personas”. Por ejemplo a quienes no tienen trabajo; no tienen casa; son marginados; padecen hambre, tienen que emigrar, están en una cárcel en condiciones inhumanas o no tienen acceso a la educación.