En septiembre de 2022, la Autoridad de Antigüedades de Israel dio a conocer el descubrimiento de fragmentos de marfil que “fueron aparentemente incrustados en un sofá-trono colocado en una estructura palaciega” en la Ciudad de David de Jerusalén.
Los arqueólogos afirman que se trata de un descubrimiento “extraordinario” ya que se trata de “un conjunto de placas de marfil del periodo del Primer Templo, entre las pocas encontradas en el mundo, y las primeras de su clase halladas en Jerusalén”.
Los expertos destacaron que el marfil “se consideraba una de las materias primas más caras del mundo antiguo, incluso más que el oro”.
Este descubrimiento confirmaría el pasaje bíblico en el que el Rey Salomón construyó un gran trono de marfil cubierto de oro (1 Reyes 10, 18).
En noviembre de 2022, un grupo de arqueólogos israelíes encontró en el desierto de Judea un cofre de madera con 15 monedas de plata escondido en una cueva desde hace 2200 años.
Los especialistas afirman que esta sería la primera prueba de que los judíos huyeron de los romanos un par de siglos antes del nacimiento de Jesús, tal y como es relatado en el libro de los Macabeos.
Eitan Klein, el director adjunto de la Autoridad de Antigüedades de Israel, destacó que la persona que escondió el cofre con el desierto escapó con la intención de volver a recogerlos. Sin embargo, esto último nunca ocurrió.
Este detalle recuerda a lo contado en I de Macabeos, cuando mil judíos huyeron al desierto, escondieron sus propiedades y fueron asesinados tras negarse a profanar el sábado (I Macabeos 2, 29-37).
En octubre de este año, Gershon Galil y Eli Shukron, dos expertos en arqueología, descifraron una inscripción incompleta grabada en un trozo de piedra caliza que dice “Ezequías hizo el estanque en Jerusalén”.
Según los expertos, esta inscripción tiene un paralelo en 2 de Reyes 20, 20:
“El resto de los hechos de Ezequías, toda su bravura, cómo hizo el estanque y la traída de aguas a la ciudad ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá?”.
El profesor Galil asegura que “este descubrimiento fortalece el enfoque de los investigadores que enfatizan la confiabilidad de la Biblia”.
Este 2022 se descubrió un mosaico en el yacimiento de el-Araj, cerca a la orilla del Mar de Galilea, con la inscripción “jefe y comandante de los apóstoles”.
El mosaico data de hace 1.500 años, época en la que esa expresión era utilizada por los cristianos bizantinos para referirse a San Pedro, asegura Mordechai Aviam, el director académico de la excavación.
El experto también afirma que esta sería una evidencia más de que en ese lugar se habría ubicado Betsaida, un pueblo perdido que fue el lugar de origen de San Pedro y San Andrés.
Hace 40 años los arqueólogos encontraron una pequeña tableta de plomo en el Monte Ebal. Sin embargo, gracias a una tomografía computarizada, en 2022 se descubrió que esta tableta contenía una maldición de la cual se habla en un libro del Antiguo Testamento.
El jefe del Associates for Biblical Research, Scott Stripling, afirmó que la tableta contiene una maldición en nombre de Dios que data del 1200 al 1400 a.C.
Esta datación vincula este escrito al pasaje bíblico en que Josué construyó un altar en el monte Ebal y pronunció una maldición sobre los que se alejan de Dios y adoran ídolos.
"Josué leyó todas las palabras de la Ley - la bendición y la maldición - a tenor de cuanto está escrito en el libro de la Ley. No hubo ni una palabra de cuanto Moisés había mandado que no la leyera Josué en presencia de toda la asamblea de Israel, incluidas las mujeres, los niños y los forasteros que vivían en medio de ellos" (Josué 8, 24-35).
FUENTE: www.aciprensa.com