Es difícil explicar la profundidad de los gestos del Papa: su oración silenciosa en Auschwitz; su visita a Lesbos, corazón del drama de los refugiados; su abrazo al Patriarca de Moscú; la visita a recién nacidos enfermos; su oración silenciosa ante la Virgen de Guadalupe; el cierre de la Puerta Santa...
Al volver a verlos es fácil concluir que una imagen dice más que mil palabras.