16 de diciembre de 2009 - JUAN DE SALISBURY

BENEDICTO XVI: "DESAPEGO PREOCUPANTE" ENTRE RAZÓN Y LIBERTAD

 

Son equitativas las leyes que respetan la vida y promueven la solidaridad

"Sigue siendo urgente la necesidad de comunicar mensajes dotados de sabiduría"

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 16 de diciembre de 2009 (ZENIT.org)

  Benedicto XVI  
  Benedicto XVI

En muchos países se asiste hoy a un “desapego preocupante” entre razón y libertad que puede llevar a una dictadura del relativismo.

Así lo observó este miércoles Benedicto XVI con ocasión de la Audiencia general, reflexionando sobre el pensamiento del teólogo inglés Juan de Salisbury.

Hablando a las alrededor de nueve mil personas presentes en el aula Pablo VI , el Pontífice explicó que este pensador del Medioevo, que vivió entre 1100 y 1180, y que fue obispo de Chartres, sostenía que las leyes humanas y la actuación política deberían siempre conformarse a la ley natural.

Para Juan de Salisbury, prosiguió el Papa, existe “una verdad objetiva e inmutable, cuyo origen es Dios, accesible a la razón humana y que se refiere a la actuación práctica y social.

Se trata de un derecho natural, al cual las leyes humanas y las autoridades políticas y religiosas deben inspirarse, para que puedan promover el bien común”.

Contrariamente en nuestro tiempo, observó el Pontífice, “sobre todo en algunos países, asistimos a un desapego preocupante entre la razón, que tiene la tarea de descubrir los valores éticos ligados a la dignidad de la persona humana, y la libertad, que tiene la responsabilidad de acogerlos y promoverlos”.

“Quizás – prosiguió – Juan de Salisbury nos recordaría hoy que son conformes a la equidad sólo las leyes que tutelan la sacralidad de la vida humana y rechazan la licitación del aborto, de la eutanasia, y de las experimentaciones genéticas sin trabas, las leyes que respetan la dignidad del matrimonio entre el hombre y la mujer, que se inspiran en una correcta laicidad del Estado – laicidad que comporta siempre la salvaguarda de la libertad religiosa – y que persiguen la subsidiariedad y la solidaridad a nivel nacional e internacional”.

“De lo contrario – prosiguió – acabaría por instaurarse la que Juan de Salisbury define la ‘tiranía del príncipe’ o, diríamos nosotros, la "dictadura del relativismo": un relativismo que, como recordaba hace unos años, no reconoce nada como definitivo y deja como última medida sólo al propio yo y sus antojos”. Un tipo de relativismo ético, el que subraya el Papa, que “a menudo se extiende por los mass media”.

  Benedicto XVI  
 
Benedicto XVI

“Hoy – afirmó –, la que Juan definía ‘elocuencia’, es decir, la posibilidad de comunicar con instrumentos cada vez más elaborados y difundidos, se ha multiplicado enormemente.

Con todo, sigue siendo urgente la necesidad de comunicar mensajes dotados de "sabiduría’, inspirados en laverdad, la bondad y la belleza”.

“Esta es una gran responsabilidad – añadió –, que interpela en particular a las personas que trabajan en el ámbito multiforme y complejo de la cultura, de la comunicación, de los medios”.

“Fuente última” de esta verdad, dijo el Santo Padre, que debe guiar cada esfera de la actuación humana, es Dios: “Este principio es muy importante para la sociedad y para el desarrollo, en cuanto que ni una ni otro pueden ser sólo productos humanos”.

“La misma vocación al desarrollo de las personas y de los pueblos no se funda en una simple deliberación humana, sino que está inscrita en un plan que nos precede, y que constituye para nosotros un deber que debe ser libremente acogido para que nazca la justicia”.

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